Desirée Alda D´Amico es Magíster en Gestión Política (Universidad Católica de Córdoba-Georgetown University) y Becaria de CONICET. Es miembro de la Red de Vecinos y Asociaciones de San Vicente, un grupo de vecinos y organizaciones de ese popular barrio cordobés cuyo objetivo es promover el desarrollo socio-cultural de la zona a partir de la acción participativa y solidaria en red.
En el marco del Seminario-Taller Renovación urbana en la ciudad construida: los barrios peri-centrales de la ciudad de Córdoba, cuya exposición se inaugura el próximo jueves 26 de noviembre en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba, tuvimos con ella la entrevista que a continuación reproducimos.
cdlc: ¿Cuál es el origen del Barrio San Vicente y cuales fueron las particularidades históricas de su desarrollo?
Al hablar de San Vicente, en primer lugar debemos decir que hacemos referencia a un barrio ubicado en la zona este de la ciudad de Córdoba. A diferencia de otros barrios de reciente fundación, éste forma parte de las primeras iniciativas urbanizadoras existentes en Córdoba, que datan de fines del siglo XIX y fueron desarrolladas en el marco del naciente modelo agroexportador.
Concretamente, San Vicente fue fundado el 19 de junio de 1870 por Agustín Garzón, es decir, a través de una iniciativa privada que dio nacimiento a uno de los primeros pueblos que por entonces rodearían el casco céntrico citadino. Decimos “pueblos” debido a que en ese momento la ciudad estaba encerrada en el conocido “pozo” o “embudo” que por muchos años la caracterizó. De este modo, los actuales barrios-pueblos próximos al centro estaban alejados del municipio, presentando en algunos casos ciertas características rurales y autonomía en cuanto a sus necesidades en materia de infraestructura, redes sociales, etc.
En este sentido, cabe señalar que San Vicente no fue ajeno a esta tendencia, tanto es así que durante los primeros años el barrio era conocido por sus quintas de hortalizas y frutales, pobladas principalmente por familias de la clase alta cordobesa que compraban sus viviendas para vacacionar o descansar en la zona.
Este paisaje comenzó a matizarse con el tiempo, adoptando un perfil particularmente heterogéneo. Esto es, la consolidación del ferrocarril y de las primeras oleadas migratorias transatlánticas, así como la llegada de las primeras industrias al barrio (curtiembres, hornos de Cal Serrano, ex molinos Leticia, entre otras) propiciaron un cambio importante en la composición socio-demográfica y habitacional. Esto se evidenció en la llegada de obreros, que se instalaron próximos a las industrias que había en los bordes de San Vicente, y de algunas casitas precarias y rancherías posibilitadas por la baja en los precios de la tierra generados tras la competencia de diversos agentes inmobiliarios existentes en la zona.
Esta tendencia se fue consolidando, sobre todo entre las décadas del ’40 y ’60, momento en que, acorde al modelo sustitutivo de importaciones, se instalaron en el barrio las industrias pesadas de tipo metal-mecánicas. Así San Vicente vivió un momento de particular desarrollo adquiriendo un carácter fuertemente industrial, cuyos máximos exponentes se evidenciaron por ejemplo en las antiguas industrias Czaky (conocidas popularmente como “Chasqui”), las industrias Whelam, entre las principales.
Aunque éstas representaban una importante fuente de desarrollo socio-económico para los cientos de trabajadores que vivían de estas empresas, con el tiempo entraron en crisis. La crisis socio-política que se sucedió entre la década del ‘70 y ‘80 fue degradando la zona. Se produjo el cierre de muchas de las principales fuentes intensivas de trabajo, que sufrieron su última “estocada” en la década del ‘90, con la apertura indiscriminada de importaciones. De esto modo, aunque algunas industrias subsistieron, San Vicente fue adquiriendo un perfil crecientemente comercial, como es el que lo caracteriza en la actualidad.
De este modo, en los últimos años es posible observar el desarrollo de un importante “microcentro” que se extiende a lo largo de la tradicional calle San Jerónimo la cual actúa como un eje vertebrador del barrio, el cual se ha visto poblado tanto por comercios familiares como por pequeñas, medianas y grandes empresas de capital nacional que han vuelto a prestar atención a la zona.
cdlc: ¿Por qué se habla de “la República de San Vicente”?
Consolidado en el imaginario de las generaciones más grandes y en menor medida también en los más jóvenes, la historia de “La República” rememora el espíritu de resistencia a la autoridad e importancia de la acción colectiva de los vecinos en el marco de los tradicionales corsos que se hacen históricamente en la zona y que, puntualmente en este caso, rememoran el corso del año 1932. Según distintos autores, el carácter relativamente acomodado de sus primeros habitantes le imprimió al barrio un carácter festivo que se evidencia inclusive desde los primeros años de su fundación. Tanta es su importancia que, si bien hablamos de un simple festejo, hacia la década del ´30 éste se había transformado en una importante fuente de ingresos para la ciudad. Ésta puede ser una de las principales razones por la cual, a pesar de la histórica tradición del barrio de organizar mediante una comisión de vecinos el corso, este año el comisionado municipal de la época (Ricardo Belisle) decidió que los corsos no se harían en el barrio sino en el centro.
Disuelta la comisión sanvicentina por la Municipalidad, y no obstante la prohibición oficial, un grupo de jóvenes -principalmente de las familias del centro del barrio- decidió realizar el corso. Llegado el día (lunes 8 de febrero) sostiene Ordóñez Pardal que “desde temprano empezó el santo y seña entre los vecinos de San Vicente. ‘Esta noche habrá corso’ y la voz corrió como reguero de pólvora. Numerosas comisiones de jóvenes de ambos sexos recorren el barrio invitando a concurrir a la calle San Jerónimo a las 18horas. No habrá palcos ni guirnaldas para la iluminación, y el que tenga auto que concurra con su familia, que se realizará el corso. Si interviene la policía, ‘ya veremos qué pasa’ es la contestación”.
Así transcurren las horas y el corso efectivamente se realiza, convocando incluso a las familias que se encontraban en el corso oficial del centro, quienes se trasladan al barrio. Frente a esta situación, el comisionado decide cortar el alumbrado de la calle San Jerónimo, sin embargo los vecinos sacan electricidad desde sus domicilios y la resistencia sigue. Ante esta situación, se manda a reprimir a la población por medio de la fuerza pública.
Si bien, en un principio, el comisario Abel Gordillo Peña decide actuar con serenidad evitando exacerbar aún más los ánimos, un agente de la seccional primera detiene al Sr. Ángel García. “Esto permitió que interviniera el comisario Gordillo Peña quien ordenó la detención de ambos. Así las cosas, trajo como consecuencias una reclamación colectiva por la libertad del Sr. García. Más de quinientas personas acompañaron el detenido hasta la puerta de la comisaría 5ª a los gritos de ¡viva la libertad! ¡abajo la dictadura! (…) Como a las 22hs, el señor García fue puesto en libertad y una manifestación lo acompañó por calle San Jerónimo al grito de ¡viva la República de San Vicente!”. De este modo, había nacido el “mito” de “La República”, puntapié para diversas iniciativas vecinales que llevarían en su identidad esta acción vecinal.
cdlc: ¿Cuáles son sus características físicas y sociales más importantes?
Actualmente el barrio es uno de las zonas más populosas de Córdoba, con una población de 19.058 vecinos según datos del Censo del año 2001. Existe una mayor concentración poblacional entre los 25 y 44 años y en segundo lugar entre los 45 y 64 años
En cuanto a su perfil socio-económico el barrio sigue manteniendo un carácter predominantemente obrero. Esta situación se evidencia en que sobre un total de 14.657 personas de 14 años o más, entre los cuales 6.286 están ocupados, el 47,24% forma parte de un sector obrero empleado en el sector privado, seguido por un 27,76% que es trabajador por cuenta propia, un 15,87% que es empleado del sector público, y tan sólo con un 5,42% que es patrón, un 2,19% que es trabajador familiar sin sueldo y un 1,52% que es trabajador familiar sin sueldo.
Respecto a las características productivas de la zona, sobre un total de 1.925 establecimientos, según la misma fuente consultada, existen 1.007 comercios en el barrio, seguido por 632 establecimientos que se dedican al área de servicios, 267 industrias, 2 establecimientos dedicados a actividades primarias y 1 a otras actividades. Si bien estos datos pueden haber variado debido a la particularidad de la crisis del año 2001, existen otras variables más estructurales que nos dan la pauta de un barrio de clase media y media baja, en algunos casos empobrecida.
Por ejemplo si analizamos el nivel de instrucción de su población podemos observar que sobre un total de 14.355 de personas de 15 años y más, sólo 8.301 tienen estudios completos. De esa población con estudios completos, el 19,06% tiene estudios secundarios completos, seguida por el 18,31% de estudios primarios completos, un 13,1% de nivel universitario y finalmente, un 7,13% de estudios terciarios.
Finalmente, en lo que respecta al índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), sobre un total de 5462 hogares particulares ocupados, 203 tienen NBI en vivienda, 158 hacinamiento, 136 con capacidad de subsistencia, 31 con necesidades sanitarias y 25 hogares con NBI escolaridad. Sin ánimos de ahondar sobre una cuestión cuantitativa que puede ser más significativa de comparar en términos relativos con el conjunto de la ciudad, simplemente pretendemos mostrar cómo el barrio presenta ciertas características socio-económicas que lo identifican principalmente con una clase media y baja, o en todo caso “nuevos pobres” (esto es, personas que tienen, por ejemplo un buen nivel de instrucción o características generales que los identificarían con la clase media, pero que debido a la crisis socio-económica de los últimos años han registrado una movilidad social descendente en la escala de estratificación social) que encuentra consonancias con el perfil histórico-estructural del barrio.
cdlc: ¿Cuáles han sido históricamente los roles del mercado, el Estado y la organización o auto-organización social en el desarrollo del barrio?
Como señalamos previamente, si bien al principio el estado en su nivel municipal cumplía un rol secundario hasta la efectiva inclusión del barrio en el ejido urbano (en el año 1888), desde su incorporación la situación no siempre fue fácil. Si bien la relación varió según las redes sociales de pertenencia de los distintos vecinos y su afinidad con los signos partidarios, en líneas generales la acción del estado se ha visto muchas veces condicionada por la propia acción vecinal.
Esto es, el asociativismo casi siempre ha cumplido un papel relevante en el barrio. Tanto es así que San Vicente ya evidencia uno de los primeros antecedentes de asociaciones vecinales hacia fines de siglo XIX. Desde aquellos tiempos hasta la actualidad, si bien evidentemente el nivel de participación vecinal ha ido variando de acuerdo al contexto macropolítico nacional e internacional, aún es destacable la cantidad de organizaciones y grupos en general existentes en el barrio, que trabajan para la resolución de distintas problemáticas y necesidades de la zona. En este sentido cabe señalar la existencia de distintos espacios culturales, bibliotecas, comisiones de vecinos, clubes, grupos religiosos, comedores comunitarios, etc. Con esto queremos reconocer el protagonismo que han tenido históricamente los vecinos para lograr que sus demandas sean escuchadas. De hecho, gran parte de la infraestructura e instituciones existentes en el barrio encuentran sus orígenes en múltiples demandas vecinales.
Es importante hacer algunos comentarios sobre el rol que cumplió el Mercado Marcos Juárez (actual Centro Cultural Municipal) en la zona. Como ya lo mencionamos, en sus orígenes nuestro barrio presentaba un marcado carácter rural. Frente a esta situación, y sumado a la ubicación estratégica del barrio en el contexto del “desierto” que por entonces caracterizaba el conjunto de la zona este de la ciudad, no es llamativo que el mercado de San Vicente haya tenido un importante protagonismo como núcleo proveedor de alimentos para los habitantes del lugar y zonas aledañas.
Tanto es así que, aunque el primer mercado fue construido por Samuel Palacios hacia el año 1886, ya hacia 1889 fue expropiado por el municipio, el cual construiría la actual fachada externa que aún mantiene el Centro Cultural. Al mismo tiempo, y lo que es más importante, desde aquellas épocas hasta 1980, el municipio regularía el espacio, el cual durante muchos años estaría ocupado por distintas generaciones de familias que trabajaban en los puestos. Socialmente hablando, según los testimonios de distintos vecinos, éste representó en alguna manera un espacio de sociabilidad para los habitantes del barrio, especialmente aquellos próximos a la calle San Jerónimo, configurando una serie de prácticas y relatos propios de este espacio. En este sentido, es comprensible que su cierre en la década del ’80, aunque haya sido fundamentado por algunos como la conclusión de un ciclo natural frente a la crisis de la época, para otros fue sentido como una imposición que de alguna manera puso fin a un territorio de valor no sólo económico, sino también social y cultural para la zona.
cdlc: ¿Cómo ha funcionado la remodelación del antiguo mercado y su transformación en CPC?
El Mercado se cierra en el año 1980 y el Centro Cultural se inaugura el día 2 de julio de 1981. Aprovechando la estructura del edificio se genera un proyecto de refuncionalización a cargo del Arq. Miguel Ángel Roca, que conserva la fachada externa del antiguo mercado (tras la intervención del año 1925) y transforma su interior.
Al igual que otros centros culturales, propios de esa gestión, se genera toda la infraestructura necesaria para el desarrollo de actividades culturales, previendo un teatro con boleterías, camarines en subsuelo, sala de baile también en subsuelo, bar, espacios para el dictado de talleres, un gran hall de entrada con sillas de material, un lugar para la secretaría central, así como otros espacios principalmente vidriados y diferenciados con colores vibrantes en los que predomina el rojo, verde, amarillo y blanco. En cuanto a las paredes, evocan un bosque y el techo el cielo.
Si bien estéticamente el interior es llamativo, los usos que se le han dado como Centro Cultural muchas veces han presentado ciertos inconvenientes que refieren especialmente a la funcionalidad del edificio. Algunos espacios aparecen con formas geométricas interesantes, como los triángulos donde se dictan los talleres; sin embargo, muchas veces son reducidos para la cantidad de alumnos. Otra cuestión que se evidencia es el oneroso mantenimiento que lleva la estructura, por ejemplo en cuanto a la limpieza de vidrios que requieren hidrolavadoras, escaleras -en algunos casos- muy elevadas para cambiar luminarias, que no se condice con los magros presupuestos que viene disponiendo el municipio para estos espacios.
Más allá de esta cuestión, y si retomamos el uso que se le da a este espacio, cabe mencionar el dictado de talleres culturales, servicio de registro civil, recursos tributarios, a lo que se suma una sala de arte “Roberto Viola” y el Museo y foto-galería barrial comunitario “Recuerdos Sanvicentinos” inaugurado por nuestra comisión de vecinos con colaboración de personal del Centro Cultural. A esto debemos sumar la biblioteca “Julio Díaz Usandivaras” inaugurada por otra comisión de vecinos durante el año 1985, así como un espacio que está alquilado a una heladería y un espacio para dictado de talleres de computación, entre las actividades principales.
cdlc: ¿Cómo han afectado al barrio los fenómenos urbanos, políticos y sociales que caracterizaron la evolución de la ciudad en los últimos 15 años, y en particular el boom de la construcción con posterioridad al 2003?
Si reflexionamos sobre las transformaciones acaecidas durante los últimos 15 años, haciendo hincapié sobre todo en el auge de la construcción desde el año 2003, debemos decir que si bien San Vicente no ha estado expuesto al mismo tipo de presiones e intervenciones como las que se pudieron evidenciar en Nueva Córdoba, Alta Córdoba, General Paz, Güemes, entre los principales barrios, tampoco ha sido totalmente ajeno a este contexto.
Por tener una ubicación estratégica próxima al centro de la ciudad y disponer de todos los servicios mínimos de infraestructura (tales como pavimentación, cloacas, tendido eléctrico, de gas, etc.) muchos “desarrolladores” han arribado al barrio comprando las antiguas casonas de la zona -típicas casas chorizo y de otras tipologías con terrenos de grandes dimensiones- las cuales han sido demolidas total o parcialmente (incluso en contravención) para dar origen a los nuevos proyectos.
Si bien esta situación aún no ha invadido el barrio, las experiencias existentes hasta el momento han puesto en alerta a distintos grupos de vecinos, entre ellos nuestra propia Red, frente a intervenciones desafortunadas que alteran no sólo el rico patrimonio histórico cultural de la zona (reconocido inclusive por el gobierno municipal en el año 2006 a partir de la ordenanza 11.190/06 y reforzada por la ordenanza 11.202/07, en las cuales se detallan los distintos inmuebles de valor patrimonial del barrio) y sus redes sociales frente al desplazamiento de los vecinos, sino que además no cumplen con las mínimas condiciones de habitabilidad necesarias para el desarrollo de la vida humana. Esto es, en general se evidencian una serie de construcciones precarias, con dimensiones sumamente pequeñas, escasa ventilación, inexistencia de espacios comunes como patios compartidos, inadecuadas condiciones térmicas, entre otras deficiencias que emergen a la simple mirada de cualquier vecino que no es especialista en la materia.
Si bien se podría contraargumentar que, a diferencia de otros barrios, estas construcciones presentan estas características debido al carácter “económico” de las construcciones, por el contrario, muchas de ellas son inaccesibles para la mayor parte de la población de clase trabajadora que pretende vivir en ellas. A esto debemos sumar como interrogante si existe la suficiente infraestructura pública para cubrir la demanda que genera la llegada de nuevos habitantes. Por el momento creemos que prima cierta incertidumbre, ya que sólo con mencionar el servicio de cloacas encontramos múltiples inconvenientes frente a la situación de colapso cotidiano que experimenta en esta materia el barrio y gran parte de la ciudad. Frente a este panorama, la pregunta es: ¿cuál es la alternativa frente a las tendencias históricas de expansión y crecimiento de las ciudades?
cdlc: ¿Cuáles han sido las estrategias individuales y/o colectivas para la preservación de la trama social y la identidad urbana de San Vicente?
Al manifestar los anteriores puntos, los conceptos sobre los que centralmente ha trabajado la Red San Vicente son el de renovación urbana y progreso barrial. De acuerdo a nuestro criterio, si bien estamos conscientes del crecimiento de las ciudades, entendemos que la renovación urbana exige una adecuada planificación. Esto implica tomar en cuenta múltiples dimensiones que requieren un trabajo interdisciplinario, que tenga en cuenta tanto cuestiones materiales como simbólicas implicadas en estos procesos de renovación urbana. Esto es, entender a los barrios como constructos socio-políticos de relaciones humanas, construidos y destinados para las personas que habitan en ellos y que, por supuesto, no están exentas de distintas tensiones e intereses.
Recuperar una visión multidimensional de las construcciones, entendiéndolas como “objetos” insertos en una trama de redes sociales, identidades, historias, naturaleza, costumbres, entre otros aspectos significativos, puede ser una forma de entender la importancia de cuestiones que, aunque subestimadas muchas veces por su simplicidad, son fundamentales para mejorar la calidad de vida. Si bien creemos que esto supone un desafío para todas las disciplinas, las cuales no sólo están limitadas por su propio conocimiento disciplinar sino también por los propios intereses acumulativos inclusive de sus demandantes, estimamos que sólo en el trabajo en conjunto y la acción colectiva está la capacidad de cambio.
Convencidos de la significatividad de los procesos que implican el trabajo territorial, de contacto con los propios vecinos y sus necesidades, durante los últimos tres años desde que se constituyó nuestro grupo, hemos venido realizando distintas actividades de concientización y reconocimiento de nuestro patrimonio barrial, así como trabajando sobre demandas concretas que fueron surgiendo frente a problemáticas que afectaban inmuebles con distinto valor patrimonial, identitario y social para nuestra zona.
En esta dirección, se realizaron charlas sobre temas patrimoniales, se difundió la temática en distintos medios masivos y comunitarios propios de nuestro grupo, se desarrollaron iniciativas legales y de contacto con distintos agentes gubernamentales vinculadas al planeamiento urbano, obras públicas, privadas y de patrimonio del municipio y -en algunos casos también- a nivel provincial. Al mismo tiempo, se realizaron actividades de difusión de las ordenanzas que regulan la materia patrimonial del barrio, así como gestiones para la reglamentación de ciertos artículos de estos instrumentos legales. También desde hace años se vienen desarrollando visitas guiadas gratuitas por el barrio para el reconocimiento y preservación de los espacios públicos y patrimoniales del barrio con los vecinos, entre las principales iniciativas.
Entre las últimas actividades de las que participamos como Red, las cuales encuentran correlato con las problemáticas por nosotros abordadas, cabe destacar el Laboratorio de Investigación Proyectual sobre “Renovación urbana en la ciudad construida: los barrios peri-centrales de la Ciudad de Córdoba” desarrollado en el marco de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba. En esta oportunidad, los vecinos que integramos la Red nos encontramos con distintos especialistas relacionados a la arquitectura para compartir nuestra visión sobre el barrio, sus problemáticas socio-habitacionales y la importancia del trabajo en conjunto (profesionales relacionados al hábitat y vecinos) a partir del trabajo participativo y consciente de las realidades locales. Esto pretendió lograr una primera aproximación para el desarrollo de proyectos de renovación urbana sustentables y sostenibles en el tiempo, y atentos a las distintas necesidades sociales implicadas necesariamente en cualquier proceso de planeamiento.
cdlc: ¿Y cuales son en tal sentido las “amenazas” pendientes sobre el barrio.
Luego de realizar este breve recorrido por el barrio, una de las principales amenazas que persisten sobre la zona es la falta de políticas de planificación integral. Es decir, de políticas que tengan en cuenta la complejidad que supone cualquier territorio, en términos no sólo culturales, sino lo que es aún más importante, para alcanzar una inclusión social más amplia de los propios vecinos.
A esto debemos agregar ciertas representaciones reduccionistas que, en muchos casos, persisten en el imaginario social como es el pensar que el simple hecho de edificar supone “el progreso” para el lugar. Tener en cuenta otros aspectos materiales, como el aumento del costo de vida, que inclusive generan estas “materialidades” exige un trabajo minucioso de concientización que todavía debemos consolidar. Esto a su vez encuentra relación con la necesidad de reconocer que la calidad de vida supone no sólo cuestiones materiales –evidentemente importantes- sino también aspectos inmateriales que refieren a las identidades, historias y otras cuestiones que nacen de las propias relaciones humanas.
Por todo ello insistimos que, si bien somos conscientes de las limitaciones reales que nos impone el sistema socio-económico y político actual, a pesar de las dificultades, estamos cada vez más convencidos de la necesidad de revalorizar al ser humano como principal destinatario y variable de cualquier política que se pretenda cualitativamente superadora. Ese tal vez sea nuestro principal desafío…
El jueves 26 de noviembre de 2009 se inaugura en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba, la exposición de los trabajos realizados en el marco del Seminario-Taller “Renovación urbana en la ciudad construida: los barrios peri-centrales de la ciudad de Córdoba” (realizado el pasado mes de octubre. La exposición se inicia con una presentación de los proyectos y dos conferencias a cargo de los arquitectos Eduardo Reese y Marcelo Corti sobre temáticas relacionadas. Más información, en café corto.
Sobre el barrio San Vicente, ver la información contenida en el blog del Laboratorio de Investigación Proyectual de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC, el Portal de San Vicente y el sitio de la Red de Vecinos y Asociaciones de San Vicente en la Web.
Sobre Córdoba, ver también en café de las ciudades:
Número 52 | Cultura de las ciudades (II)
Sustantivos Colectivos 1. Barrio | Semiótica de una intervención propuesta en el Barrio Alberdi de Córdoba | María Griselda Angelelli
Número 62 | Economía y Cultura de las ciudades
Significaciones sociales vinculadas a la vivienda | El nuevo lujo, de la clase media a la clase alta; el caso de Córdoba | Manuel Alazraki, Carmen Añamuro y María Emilia Genaro
Número 73 | Lugares
Córdoba siempre estuvo cerca… | La ciudad de la Reforma Universitaria y el Cordobazo | Marcelo Corti
Número 73 | Planes y Normativa de las ciudades
Planificación y crecimiento urbano en la ciudad de Córdoba | Acuerdos, disonancias y contradicciones | Celina Caporossi
Número 73 | Historia de las ciudades
Ahí…, abajo, entre los pastos (la Ciudad Docta) | Córdoba en 1825, “forzada a replegarse sobre sí misma” | Domingo Faustino Sarmiento
Y sobre tramas sociales y urbanas en los barrios:
Número 77 | Política y cultura de las ciudades (I)
Cergy-Pontoise | Caroline de Saint-Pierre y el desarrollo de una ville nouvelle francesa | Marcelo Corti
Número 28 | Lugares
La preocupante boludización de Palermo Viejo | De la recuperación barrial al snobismo gastronómico. | Carmelo Ricot
La entrevistada sugiere la siguiente Bibliografía:
BOIXADÓS, María Cristina. (2000) Las tramas de una Ciudad, Córdoba entre 1870 y 1895. Elite urbanizadora, infraestructura y poblamiento. Ferreyra Editor: Córdoba, Argentina.
CARREÑO, Luis (2004) “Guía Turística de Barrio San Vicente. Una recorrida por sus calles, su historia y su cultura.” Publicación de la Comisión de Vecinos de Turismo y Cultura de Barrio San Vicente. Primera Edición. Córdoba, Argentina.
D´AMICO, Desirée. (2008) Tesis de maestría. Redes socio-políticas y desempeño organizacional en asociaciones vecinales de los barrios-pueblos de la ciudad de Córdoba, Argentina. Córdoba, Argentina. Trabajo inédito.
D´AMICO, Desirée. (2008) Guía Turística de Barrio San Vicente. Una recorrida por sus calles, su historia y su cultura. Publicación de la Red de Vecinos y Asociaciones de Barrio San Vicente. Segunda Edición (revisada). Córdoba, Argentina.
FERRERO, R. (1994) Topografía curiosa de Córdoba Alción Editora: Córdoba.
KESSLER, Gabriel y DI VIRGILIO, María Mercedes. “La nueva pobreza urbana: dinámica global, regional y Argentina en las últimas dos décadas” En: Revista de la CEPAL. Número 95. CEPAL. Agosto de 2008. MUNICIPALIDAD DE CÓRDOBA. (2006) Barrios Bajo La Lupa (2003-2007). Observatorio Urbano de la Ciudad. Publicación en CD.
ORDOÑEZ PARDAL, Pedro. (1988) “Historia de mi barrio. La República de San Vicente”. Segunda Edición. Edición propia del autor.
RETTAROLI, J; EGUIGUREN, J; ÁLVAREZ, T; COHEN ARAZI, A; RUBIOLI, J. (1997) Los barrios pueblos de la Ciudad de Córdoba. La ciudad objeto didáctico. Ediciones Eudecor: Córdoba, Argentina