Tal como informáramos en el número anterior, el X SAL (Seminario de Arquitectura Latinoamericana), se celebró en Montevideo del 17 al 21 de septiembre pasado con la presencia de 450 participantes de todo el continente. Estos seminarios se iniciaron en 1985 en Buenos Aires y han tenido una particular influencia en la formación de una corriente de reflexión y debate sobre la identidad de la disciplina arquitectónica en el contexto latinoamericano.
Según la arquitecta uruguaya Adriana Sapelli (en la nota “La ciudad latinoamericana: sabe mejor con SAL”, publicada por la revista argentina Todobra), “la elección de la ciudad sede de cada SAL se realiza de forma de facilitar la asistencia de los profesionales de todo el continente latinoamericano, por lo que en forma alternada se celebra una vez en un país del sur y otra del norte. En esta oportunidad no sólo la sede fue al sur sino que también los Premios América recayeron sobre el sur: el argentino Claudio Caveri (nacido en 1928) lo ganó en obra construida por obras como la Iglesia de Fátima en Buenos Aires y las “casas blancas”, mientras que el chileno Manuel Moreno (1953-2002) lo ganó en Historia y Teoría por su aporte a la valoración del patrimonio moderno de Chile y América Latina. El comité organizador, encabezado por Ramón Gutiérrez, determinó que el próximo SAL se celebrará en el año 2005 en México. La coordinación de la versión XI del seminario será realizada por el arquitecto Rodolfo Santa María, decano de la UAM – Xochimilco, quien prometió un SAL inolvidable“.
Ejercitar empecinadamente la esperanza
Por su especial relación con el espíritu de los SAL, reproducimos a continuación algunos fragmentos de las palabras de apertura a cargo del Arq. Salvador Schelotto, Decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República, Uruguay:
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En el actual escenario planetario, escenario de mundialización, al que muchos llaman “mundo global”, nuestro continente americano presenta ante el mundo un perfil específico: el perfil de la exclusión y la dependencia, conjuntamente con el de la rebeldía y la esperanza cierta de construir un mundo mejor.
Ha sido largo el camino recorrido en estos casi veinte años. En este tiempo transcurrido, el mundo y nuestro continente han sufrido profundos cambios. Cambios que se han acompasado con una reflexión que desde los SAL ha procurado interpretarlos y establecer claves para la acción. Los SAL han nacido con el signo de la urgencia y de la acción, combinados con el signo de la reflexión y el debate crítico, conformando un perfil que queremos mantener, cultivar y estimular.
Los SAL nacieron de un impulso, cuestionador, contracultural, exponiendo a la luz las inconsecuencias y los vacíos de una cultura arquitectónica oficial, acartonada y por momentos servil.
Están hoy, presentes en nuestro recuerdo, entre otros, Eladio Dieste y Marina Waisman, entre tantos de aquellos protagonistas que como Ramón Gutierrez, como Mariano Arana y como muchos de los que estando presentes ahora mismo en esta sala, gestaron y aportaron al desarrollo del pensamiento libre de preconceptos, de la crítica incisiva, de un posicionamiento propio e independiente y el estímulo a la creación en la arquitectura latinoamericana contemporánea, aquellos que impulsaron y animaron a los Seminarios de Arquitectura Latinoamericana en sus sucesivas ediciones.
Culminará ciertamente con la realización de este X Seminario, un ciclo en la corta historia de los SAL, que se iniciaron en tiempos de resistencia y también de esperanza, en tiempos de romper las barreras del pensamiento encarcelado y enfrentar a la cultura oficial, eurocéntrica, hueca, complaciente con el poder, tolerante con la prepotencia, intolerante con nuestras carencias y debilidades, servicial frente a modas intelectuales impuestas desde contextos sociales y culturales ajenos a nuestras comunidades nacionales y a nuestras realidades.
(…)
Tal como lo señala la convocatoria a este encuentro, “el contexto latinoamericano, se refiere no a una delimitación geográfica, sino a un pasado y patrimonio común, a una problemática actual compartida y al compromiso de construir un futuro común”; dentro de ese contexto, la preocupación central de hoy es la ciudad. La ciudad en tanto concepto y en tanto realidad tangible, como territorio simbólico y como espacio de realizaciones.
¿De cuál ciudad estaremos hablando?
De la ciudad latinoamericana, de las ciudades latinoamericanas que son, para muchos, para las grandes mayorías sociales, el territorio del horror y de la violencia, el territorio de la pobreza, del encierro, de la fragmentación social y espacial, de la exclusión social, de la marginalidad y la discriminación.
De la ciudad latinoamericana, de las ciudades latinoamericanas, que pueden ser también -y a la vez- el territorio del despilfarro, de la frivolidad, del lujo y la desvergüenza, de la ostentación el poder económico y cultural, de la autocomplacencia de minorías privilegiadas, territorio de los negociados y la corrupción, de la frivolidad, del consumo desenfrenado y la agresión al ambiente y al patrimonio natural y cultural.
Sin embargo, a la vez, la ciudad latinoamericana, las ciudades latinoamericanas todas, pueden ciertamente también ser el territorio de la rebeldía y de la belleza, el espacio de la magia y de la poesía, el fermento de la democracia, la plataforma del desarrollo económico y social, el escenario de la solidaridad, la justicia y de la equidad.
Las ciudades latinoamericanas, nuestras ciudades, surgidas y desarrolladas en este explosivo e intenso itinerario histórico a lo largo de más de cinco siglos, fueron desde su origen, desde siempre, protagonistas principales y a la vez testigos privilegiados.
Testigos y protagonistas del “descubrimiento”, sometimiento y colonización de un continente de desmesuras, de la conquista y de la dominación colonial y neocolonial; protagonistas y testigos de las luchas de independencia y de liberación nacional, de las aspiraciones de igualdad social y los sueños revolucionarios del siglo XX, de los genocidios y las dictaduras, de la emergencia protagónica de las masas populares y los populismos; testigos y protagonistas enfrentamientos y conflictos, de encuentros y desencuentros, de las aportaciones culturales innovadoras en el campo del pensamiento, de la literatura, del arte, de la ciencia, la técnica, y de la invención creativa en sus más diversas expresiones.
En el actual escenario planetario, la ciudad latinoamericana contemporánea contempla un amplio y variado registro de situaciones y problemáticas específicas.
Ciudad latinoamericana, que se materializa en diversidad de emplazamientos geográficos y escalas, pero que aún mantiene una unidad esencial.
La gran megalópolis de nuestro tiempo, multicultural y diversa, ingobernable e inmanejable, es, en su esencia, una ciudad latinoamericana.
Ciudades como ciudad de México, Lima, Sao Paulo, Río de Janeiro, Buenos Aires, Santiago, Caracas, Bogotá.
La ciudad capital, manteniendo y ejerciendo antiguos roles, perdiendo algunos y asumiendo nuevos, se ha transformado como lo han hecho Montevideo, Quito, o La Habana.
Las ciudades medias y pequeñas, los centros de áreas territoriales más o menos extensas y dilatadas, desplegadas a lo largo y ancho del continente, en la margen de los ríos, mares y océanos, en las pampas, altiplanos y cordilleras, en los trópicos y en las tierras australes.
¿Qué de común hay en ellas y entre ellas? ¿Qué las diferencia, qué las asemeja?
La ciudad latinoamericana ha dejado ya de ser, como fuera en el pasado, el escenario privilegiado de las elites dominantes, ámbito de acogida de oleadas de inmigrantes, cuna de un numeroso proletariado industrial, cinturón de pobreza en el que residen los campesinos pobres expulsados del mundo rural.
La ciudad latinoamericana ciertamente ha dejado de ser lo que fuera, pero al mismo tiempo es inequívocamente siempre ella: en su historicidad, siempre la misma y siempre diferente.
En la actualidad, en nuestras ciudades residen crecientes contingentes de pobres urbanos, generaciones ya nacidas en los centros históricos en decadencia, en los barrios tradicionales descaecidos, en las antiguas barriadas obreras abandonadas, en las nuevas periferias desestructuradas y anómicas.
El suburbio pauperizado, en continua expansión, constituye un paisaje reiterado e inquietante. El espacio productivo abandonado y saqueado es el testimonio de una economía y un sistema productivo desmantelado por mandatos externos.
Las centralidades acosadas y jaqueadas expresan las contradicciones más agudas de una sociedad en acelerada transformación.
Las nuevas centralidades, funcionales a nuevas formas del dominio, el consumo y la diversión, profundamente segmentadas según los grupos sociales, evidencian las rupturas en los anteriores pactos de convivencia y la creciente incomunicación de las diferentes culturas urbanas.
La fractura, la fragmentación, no sólo social y espacial sino también y principalmente en el campo simbólico, en los imaginarios, en las múltiples capas o estratos, que la componen, caracteriza a nuestra ciudad, la ciudad latinoamericana.
Las nuevas áreas residenciales de los sectores de altos ingresos -cerradas y vigiladas- revelan el encierro no sólo de los pobres sino también de los ricos, quienes sobrellevan una forma de vida paranoica, enclaustrada en seudo espacios urbanos y en la incultura.
La amenaza de extinción del espacio público democrático, el asalto al espacio público, expresan la creciente tendencia a la privatización de la vida urbana y social.
La depredación del patrimonio común, el desprecio por los valores culturales, los empujes irresistibles de una uniformización “globalizada” amenazan no sólo a las formas físicas, sino por sobre todo a las relaciones intangibles y la viabilidad de los proyectos colectivos.
Todo ello conforma los nuevos datos de un paisaje en tensión y en transformación, en el cual nos toca, irrenunciáblemente, actuar.
Algunos de los desafíos centrales de nuestro tiempo, encuentran en el espacio e la ciudad su interpelación esencial.
- El desafío de la inclusión social.
- El desafío de la identidad cultural.
- El desafío de la diversidad y de la tolerancia..
- El desafío de la igualdad de oportunidades.
- El desafío de la sociedad del conocimiento.
- El desafío de conjugar calidad arquitectónica, urbana y ambiental con desarrollo y equidad social.
- El desafío de conjugar democracia política con democracia económica y social.
Nosotros, arquitectos latinoamericanos, en tanto realizadores, historiadores, críticos, urbanistas, gestores públicos, académicos, somos conscientes que tenemos una responsabilidad concreta.
La arquitectura latinoamericana tuvo su espacio de desarrollo y verificación en la ciudad; allí osciló entre la respuesta acrítica y funcional a las elites dominadoras y el fértil cuestionamiento al status quo, asumiendo a la vez la proposición de alternativas superadoras.
En la fábrica y en la escuela, en el ámbito portuario y en la Universidad, en el entorno barrial y en el centro urbano, en el encuentro plural y diverso de múltiples perfiles sociales y étnicos, en la confrontación de ideas y de proyectos, se forjó, en la mezcla, en la contaminación recíproca, en una matriz ideológica ecléctica, en el sustrato de una sociedad aluvional, la identidad singular de la ciudad latinoamericana.
En ella, conjuntamente con la intelectualidad vanguardista se forjó en los sindicatos y organizaciones obreras la conciencia de un posible destino colectivo.
En ella emergió la Reforma Universitaria.
En ella coexistieron, fecundos, el mundo del trabajo y el de la cultura, el mundo de la ciencia y de la creación.
La ciudad latinoamericana, en este siglo XXI, convulsionado, violento, contradictorio, pero también auspicioso, aún hoy sigue siendo un lugar para cultivar la utopía y para ejercitar empecinadamente la esperanza; es la ciudad latinoamericana que estamos convencidos será, como profetizó treinta años atrás, en medio de la tragedia, el Presidente Allende, el lugar en el cual, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pasará el hombre libre para construir una sociedad mejor.
Nos deseo a todos éxito en los trabajos y un entusiasmo acorde con la temática que nos convoca. Muchas gracias.
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Opiniones y comentarios:
- Adriana Sapelli (arquitecta uruguaya, Magister en urbanismo en la Universidad de Chile):
– Considero que se presentaron visiones muy interesantes respecto a varios temas, como por ejemplo: la inserción de nuevas arquitecturas en barrios patrimoniales, el éxito o fracaso de políticas de vivienda social en la periferia, y la forma de recuperar áreas patrimoniales deterioradas.
Sin embargo entiendo que casi no hubo tiempo para discutir y polemizar, por ende resulta difícil establecer conclusiones evidentes respecto de visiones encontradas.
Me gustaron estas intervenciones y presentaciones:
“La forma sigue a la gestión” de Humberto Eliash (chileno) ya que pone de relieve las repercusiones que la gestión urbana tiene sobre la ciudad, temática que si bien muchos consideran de importancia, pocos alcanzan a explicarla. En esta ponencia se reflexiona sobre la relación que la gestión tiene sobre la definición morfológica del proyecto urbano.
“Rehabilitación y viviendas económicas” de Michel Bier (austríaco) ya que hizo una crítica a los planes de rehabilitación del área patrimonial de Valparaíso proponiendo nuevas formas de gestión y recuperación que respaldó con obras realizadas por su equipo.
– Un proyecto especialmente comentado entre los participantes fue el Plan de Ciudad Vieja de Montevideo que recientemente había sido elevado para su consideración a la Junta Departamental. Si bien el plan fue bien evaluado en términos generales, a muchos extranjeros les llamó la atención que éste no hiciera un mayor énfasis sobre la relación ciudad-puerto y río-puerto.
No he asistido a otros SAL. Pienso que en México se debiera tratar de realizar una mayor integración entre los arquitectos que proyectan y construyen y aquellos que teorizan o critican lo construido. Por otra parte se debiera continuar introduciendo cada vez más gente joven que permita la renovación permanente de una institución que el 2005 cumplirá 20 años.
Mis colegas extranjeros consideraron a Montevideo como una ciudad muy grata, que tiene una muy buena escala, muy segura e integrada arquitectónica y socialmente, pero les llamó la atención la escasez de obras nuevas.
- Norberto Iglesias (arquitecto argentino, Director de Planeamiento de la Municipalidad de Malvinas Argentinas y coordinador de la Unidad Temática de Desarrollo Urbano de la Red de Mercociudades):
– Montevideo me pareció (como siempre) detenida, gasolera, casi decadente. Sin embargo vi algunas obras en ejecución que, aunque media paralizadas, renovarían parte de su fisonomía (Teatro Soler y Hotel sobre la costa). Sobre ellas tengo comentarios (artísticos) de los uruguayos participantes de nuestro concurso de fotografía. Todas las fotos participantes de Montevideo reflejaron el edificio de ANTEL, que parece ser el paradigma de la globalización. En todas ellas aparecía el contraste y la contradicción. Parecía una crítica negativa desde una perspectiva “progresista”, “frenteamplista”. Mis averiguaciones confirmaron que los sectores intelectuales coinciden con esta visión y también que se cumple otro de los atributos descubiertos en nuestro seminario sobre las ciudades globales del Mercosur: ha sido totalmente financiado por el estado, poniendo en crisis aquello del “capital – global – invirtiendo – en – nuestros – países”.
– En la IX° Cumbre de Mercociudades, además de las actividades propias de con su renovación de me ocupe de coordinar un reunión de trabajo de la UTDU (Unidad Temática de Desarrollo Urbano). En ella hicimos el balance del año pasado con la presentación del nuevo libro titulado: “¿Existe la ciudad global en el Mercosur?”, emitimos una declaración y nos dimos un plan de trabajo para el año entrante. Trabajaremos sobre la temática de la inversión publica como herramienta de gestión del desarrollo urbano y su relación con la inclusión social a fin de llegar, en setiembre del 2004, a redactar un documento con recomendaciones a los gobiernos locales sobre el particular. todo ello a través de distintas actividades entre las cuales se destaca el VII seminario en Recife, la primera semana de julio. Realizaremos también, el IV° Concurso de fotografía urbanística con 5.000 reales en premios. Las bases estarán disponibles en diciembre.
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En este número de café de las ciudades publicamos la nota “La forma sigue a la gestión“, de Humberto Eliash D., una de las ponencias presentadas al X SAL.
Como nos informara el Arquitecto Ricardo Cordero, Secretario del X SAL, la página web seguirá funcionando y en ella se cargará la relatoría final del Seminario, las palabras de la apertura, e información sobre los ganadores del Premio América. También se abrirá un lugar en dicha página donde se podrá dejar comentarios sobre el Seminario y se pondrán fotos del evento. El correo [email protected] también seguirá en vigencia y a través de él los interesados pueden seguir en comunicación con los organizadores.