Las Jornadas sobre Urbanismo y Derechos Ciudadanos cerraron un año de intensos debates y de muchos encuentros, tanto en café de las ciudades como en general en una Buenos Aires expectante por los cambios y continuidades que se avecinan.
Jaime Sorín y Jordi Borja abrieron las Jornadas con la firma del convenio de colaboración entre la FADU – UBA y la UOC, con vistas a la instrumentación del Master en Gestión de la Ciudad en Argentina. Sorín hizo una especial alusión al próximo relevo de autoridades en Buenos Aires y a los conflictos latentes a partir de la nueva situación política.
Con su pregunta retórica sobre Santiago (“¿una ciudad sin pobres?”), Ana Sugranyes y Alfredo Rodríguez presentaron el panorama de la capital chilena bajo el reinado del subsidio a la demanda de vivienda, con su secuela de “pan para hoy y hambre para mañana” (al decir de Borja): conjuntos de viviendas mezquinas y mal construidas, en periferias inaccesibles y sin equipamiento, y valorización especulativa de suelos rurales o periurbanos incorporados a la ciudad. Rodríguez rescató del urbanismo boloñés de los ’60 la crítica al “blocco edilizio“, un concubinato entre los propietarios del suelo, las grandes empresas constructoras y las oficinas de planeamiento municipales. Los dibujos de una niña recordando su antiguo barrio y describiendo su nueva población, y la correlación entre los mapas de violencia familiar y los conjuntos de vivienda subsidiada fueron la expresión más gráfica de la exposición.
María Cristina Cravino expuso las particularidades del mercado inmobiliario informal en Buenos Aires, y dejó en el final un ejemplo del doble rasero valorativo de nuestras sociedades: ¿por qué nos pasamos diciendo que los pobres no tienen iniciativa y Soto pregona la necesidad de generar empresarios, pero cuando los pobres crean un mercado inmobiliario que procura solucionar cuestiones no contempladas en el mercado formal, los medios se escandalizan porque se alquile y se construya en las villas?
Un poco ortodoxo “no jodamos, basta de boludear” fue el mensaje contundente de Eduardo Reese respecto a lo que considera el punto central de las políticas urbanas: la apropiación de la renta producida por el esfuerzo colectivo y las acciones del estado. Para Reese, los gobiernos se preocupan cuando aumenta el precio de la leche o del pan, pero celebran la valorización privada del suelo como señal de bienestar; lejos de esta interpretación, Reese presentó una sucesión de noticias en los diarios, aparentemente disconexas, relacionando el aumento del precio del suelo y de los alquileres con la profusión de desalojos y reclamos por vivienda en Buenos Aires.
Al día siguiente, Adrián Sebastián presentó varios ejemplos agrupados bajo el común denominador del proyecto urbano como continuación de las políticas de planificación. El parque Mujeres Argentinas de Puerto Madero, 1.200 viviendas del Plan Federal en Moreno y la operación de los terrenos del centro de Morón fueron sus ejemplos en Buenos Aires; un proyecto de viviendas en Chizou, China, despertó un estimulante debate sobre las particularidades del espacio público y sobre los conflictos entre la participación y el planeamiento centralizado.
Luciano Pugliese, en representación de las oficinas urbanísticas de la provincia de Buenos Aires, presentó un análisis de la Ley 8912 (de Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo) en la provincia. A 30 años de su sanción, la Ley no ha podido (o en realidad, nunca fue pensada a tales efectos) resolver los conflictos alrededor de la dispersión metropolitana, la resolución de la vivienda social y el completamiento de las infraestructuras urbanas.
En una convincente exposición, Mirta Levin relacionó las políticas de espacio público de las gestiones socialistas en Rosario y su correlato de integración territorial. Levin dejó evidenciada la madurez alcanzada por la experiencia rosarina, incorporando al discurso urbanístico progresista sobre el espacio público, la descentralización y el medio ambiente, una clave económica de negociación entre el sector público y el privado sobre la base de un liderazgo estatal. Sus reflexiones finales (que reproducimos en nuestra presentación) son elocuentes respecto a esta evolución disciplinaria e ideológica.
Manuel Herce jugó fuerte en varios frentes complementarios: las infraestructuras hacen ciudad, más aun que los proyectos urbanos; los gobiernos locales son los únicos que pueden hacer urbanismo, y deben reclamar su intervención en la resolución de las grandes infraestructuras; no menos importante, su cruzada contra “los talibanes de la geometría” y las ecuaciones complicadas, contrapuestas a su visión global de la movilidad. Herce no cuestiona al automóvil privado como medio de transporte, pero lo supedita a una estrategia integral que reivindica la compacidad urbana, el transporte público y la adecuación de las infraestructuras al espacio de la ciudad (“un carril de transporte automotor no necesita tener tres metros y medio de ancho, con tres metros alcanza y con dos y medio también”; “los tiempos de los semáforos deben regularse en función del autobús y no del auto privado”). Un dato elocuente es el que dio respecto a la cantidad de viajes diarios por habitante en el centro de una ciudad española con buenas condiciones de accesibilidad peatonal y autobús, que aun con población envejecida y sin obligaciones laborales superaba ampliamente la de una urbanización periférica dependiente del automóvil: 3,4 en un caso, algo más de 2 en el otro. Para Herce resultan obsoletos los viejos conceptos como el de “viaje obligado” (“¿por qué un viaje al trabajo es obligado y uno a un concierto no?”) y el de horas pico: con las nuevas condiciones de movilidad y de trabajo, desde las 7 de la mañana hasta la noche las ciudades modernas presentan diagramas amesetados de cantidad de viajes. La gente viaja a todas horas, y en todos los sentidos.
Finalmente Jordi Borja cerró las Jornadas con su disertación sobre urbanismo y convivencia, una combinación más amplia que la de los efectos perversos del urbanismo que se había anunciado en el programa. Apeló en su discurso a la diferenciación entre las intervenciones sobre la ciudad existente (‘donde podemos equivocarnos, pero en general se sabe que es lo que se debe hacer”) respecto a las intervenciones en la periferia. Borja reivindicó la animación y capilaridad de ciertos espacios urbanos (Champs Elysées, Centro Pompidou, las primeras operaciones barcelonesas de los ‘80) y los usos efímeros y no convencionales del espacio público, contra la banalización y la homogeneización de los entornos físicos y de las pautas sociales de consumo (ejemplificadas en la repetición del estereotipo McDonald`s). Protesó también contra la soberbia de algunos edificios emblemáticos (con especial referencia al Museo de las Ciencias de Calatrava en Valencia), el laconismo y segregación de las urbanizaciones dispersas en la periferia y la fragmentación del tejido en áreas especializadas.
Las exposiciones y el debate final reflejaron la mayoría de las tensiones que atraviesan la reflexión urbanística contemporánea: estado, mercado y sociedad, participación y centralismo, plan y proyecto, movilidad y espacio público, la renta del suelo y su apropiación, insolidaridad y segregación urbana, gobernabilidad metropolitana. Con una concurrencia también heterogénea en sus disciplinas y sitios de origen, las Jornadas evidenciaron la actualidad de un tema plantado en la convocatoria: “El urbanismo y la gestión de la ciudad en general requieren que se consideren los efectos positivos y los efectos perversos de la revolución urbana. Y en consecuencia se propongan nuevos objetivos e instrumentos que signifiquen una respuesta democrática, participativa, incluyente, integral, productiva, sostenible y flexible a los actuales desafíos”.
Las Jornadas de Debate sobre Urbanismo y Derechos Ciudadanos se realizaron en Buenos Aires los días 26 y 27 de noviembre, en el Auditorio de la Federación Argentina de Municipios. Fueron organizadas por café de las ciudades con el auspicio de FADU-UBA y UOC y la adhesión de FAM, Fundación Ciudad y Fundación Metropolitana.
De algunos de sus participantes pueden encontrarse, entre otras, estas notas en café de las ciudades:
Número 19 I EconomíaEl problema de los “con techo”… I Alfredo Rodríguez describe las paradojas del subsidio habitacional en Chile. I Alfredo Rodríguez
Número 61 I Economía y Política de las ciudades
“Acordate que la tierra no es de nosotros…” I El mercado inmobiliario en las villas de Buenos Aires, según María Cristina Cravino I Por Marcelo Corti
Número 16 I Proyectos
Cinco breves reflexiones sobre la experiencia y las enseñanzas del proyecto Eixo Tamanduatehy I La necesidad y voluntad política de desarrollar equitativamente la ciudad. I Eduardo Reese
Número 6 I Entrevista
Lo propio, lo austero, lo contemporáneo I Estudio Vila – Sebastián – Vila: operar más allá del problema del edificio, para resolver los temas de la ciudad. Charla sobre los parques, las autopistas y el río en Buenos Aires, el Centro de Justicia en Santiago, los conflictos urbanos y la síntesis regional – universal. I Estudio Vila – Sebastián – Vila
Número 42 I Política de las ciudades (I)
Espacio público, condición de la ciudad democrática I La creación de un lugar de intercambio. I Jordi Borja
Otros debates organizados por café de las ciudades:
Número 54 I Planes de las ciudades
Normativa urbana, casuística y visión procedimental I Sobre el debate “¿Evaluar impactos o planificar la ciudad?”. I Artemio Pedro Abba
Número 56 I Planes de las ciudades
Densidad: ¿cual, cuando, donde, por qué? I Distintos enfoques para un debate que recién comienza. I Artemio Pedro Abba