La riqueza y fuerza simbólica del Dispositivo es innegable y desmiente con hechos construidos las construcciones verbales que pretenden invisibilizarlo. Ordena con un sentido circunstancias dispares como la Cordillera de los Andes, la Avenida 9 de Julio y la fachada de la Casa Rosada. También, Rutas Nacionales, Avenidas y la Plaza de Mayo. El Dispositivo está orientado; hacia el Este puede leerse como un escalafón: de Intendente a Gobernador y de Gobernador a Presidente. En el sentido contario es una máquina que reformula a santos gobernadores federales en salvajes presidentes unitarios. También hacia el Este acumula y acumula población en los sucesivos cinturones que se apilan contra la General Paz, generando un desequilibro demográfico notable en función de la dimensión del País.
Durante estos últimos 200 años, Nadie construyó el Dispositivo y Todos lo construyeron. Quizás el Dispositivo, que se inició con la creación del Virreinato del Rio de la Plata, se perfecciona a si mismo utilizando como materiales incluso las iniciativas que se implementan para desmantelarlo: la idea de descentralizar la gobernación de la Provincia de Buenos Aires creando la ciudad de La Plata termina sirviendo a intereses simétricamente opuestos.
El Dispositivo descifra el sentido de la expresión que entiende a la Argentina como “Buenos Aires y el Interior”. Según esto cualquier ciudad puede estar sólo en uno de tres lugares posibles:
1) puede estar en el Interior de la Argentina,
2) puede estar en el Exterior y
3) puede estar en el borde entre interior y exterior y en ese caso la ciudad se llama Buenos Aires.
Como corolario, se llama distancia medida en kilómetros a la distancia de cualquier ciudad con Buenos Aires. Por último, la Argentina comienza más acá de sus límites: la Cordillera de los Andes, el Rio de la Plata y el Océano Atlántico son fondos de postal, escenografías no accesibles, una zona “de sueñera y de barro” que nos protege del mundo.
LEC
El autor es Arquitecto (UNLP) y docente. Ha obtenido numerosos premios en concursos nacionales. Es Director del Grupo de Estudios en Planeamiento Urbano (UTN).
De su autoría, ver también en café de las ciudades:
Número 94 | Proyectos de las ciudades (II)
La ciudad de las artes o las artes de la ciudad | Diez proposiciones sobre Bahía Blanca | Luís Elio Caporossi
Número 95 | La mirada del flâneur
Sueños del Bocha | Formas, explicaciones y olvidos | Luis Elio Caporossi
Número 98 | Arquitectura de las ciudades (II)
Los caminos de la vanguardia argentina | Amancio, Wladimiro (y Breuer…) de la utopía a la realidad | Luis Elio Caporossi
Número 101 | La mirada del flâneur
Hiperrealismos | Batallas ganadas, guerras perdidas | Luis Elio Caporossi
Número 107 | Política y movilidad de las ciudades
Dispositivos de muerte | La responsabilidad por las políticas viales en la Argentina | Luis Elio Caporossi
Número 111 | Cultura de las ciudades (I)
Un pequeño jardín | Microfísica de un lugar en Pehuen Co | Luis Elio Caporossi
Número 115 | Cultura de las ciudades
De monos e ingenieros | La incumbencia primordial de la disciplina | Luis Elio Caporossi
Número 127 | Arquitectura de las ciudades
Ultima charla con Vivanco I Salvaje, y a mucha honra I Por Luis Elio Caporossi
Número 135/136 | Cultura de las ciudades
Borges y la arquitectura I Patrones, modelos, objetos y la eterna discusión de dos filósofos…I Por Luis Elio Caporossi
Número 138/139 | Cultura de las ciudades
El fin de Macondo I Algunas hipótesis controversiales sobre Cien años de soledad. I Por Luis Elio Caporossi
Sobre concentración demográfica y divisiones administrativas, ver también la Terquedad provincial en este número de café de las ciudades y la Terquedad Capital en el número 135-136.