Abundan matemáticos, físicos y neurocientíficos que afirman encontrar en la obra de Jorge Luis Borges enfoques enriquecedores relacionados a sus actividades. Tanto, que se ha recomendado con humor no olvidar, además, la producción literaria de este inadvertido hombre de ciencias. Por lo que respecta a nosotros, los arquitectos, se de varios (y aquí recuerdo a Rubén Cherny) fascinados por su obra. Lo que sigue es un humilde intento de iluminar esta atracción señalando tres tópicos, a saber: mapas y territorios, la confrontación Platón – Aristóteles y, por último, objetos imposibles elegidos por su eventual resonancia con la práctica arquitectónica. Digo como descargo que no pretendemos ocuparnos de temas que excedan al oficio.
1) Mapas y territorios
1-1 Modelos espaciales
Unos primeros temas tratan del problema de la representación y el uso escalar de modelos. Borges juega con la variación escalar, extremando reducciones y ampliaciones, y así menciona un mapa (un modelo, al fin) que cubriendo un imperio coincide punto a punto con el tamaño real del mismo. En el Aleph, inversamente, en una suerte de Big Bang reverso procede a comprimir la totalidad del universo en una pequeña esfera de escasos centímetros. Anticipa así lo que en el Google-Earth 3D es una versión tosca y muy primitiva. Un mapa como modelo es siempre una interpretación; un mapa 1: 1, una potencial escenografía, si no habitable, al menos recorrible (recuerdo aquí la maqueta de lona 1:1 de una de las primeras casas de Mies, o las ciudades Potemkin de Catalina la Grande). Creo que esta singular coincidencia escalar entre realidad y representación nos permite instalar el tema del territorio y su percepción y, por tanto, las construcciones sociales de esas representaciones. Es entender que La Mancha para Don Quijote o la Provincia de Buenos Aires para sus habitantes pueden ser entendidas como construcciones virtuales en las que, como toda interpretación, se elige establecer determinados puntos de contacto con el territorio real. Esta construcción origina inevitablemente como contrapartida un status de invisibilidad o puntos ciegos. Estos puntos ciegos son olvidos en un sistema de memoria.
1-2 Modelos temporales
Borges traslada las características extrañas del modelo natural espacial al dominio temporal; en Funes, el memorioso propone una memoria absoluta, una memoria 1: 1.Esta memoria imposible vincula el recuerdo del pasado a una construcción virtual similar a la elaboración de un modelo. Recordar un día le lleva a Funes un día, porque no puede olvidar ni modelizar, esto es, recortar, reestructurar y eliminar variables.
1-3 La iteración escalar
Fue Tales de Mileto (625-547AC) quien al establecer las condiciones de semejanza entre realidad y modelo habilitó por primera vez a su uso. A la vez, su famoso teorema (“si tres o más paralelas son cortadas por dos transversales, dos segmentos cualesquiera de una de ellas son proporcionales a los segmentos correspondientes de la otra”) puede ser visto como un artefacto productor de infinitas réplicas, todas semejantes entre si y a su vez dimensionalmente diferentes. Estas muñecas rusas mentales son un tópico en Borges. Están presentes en El truco, Las ruinas circulares, El Golem, En busca de Averroes, en Magias parciales del Quijote, en sus noticias sobre los gnósticos, también en Acercamiento a Almotásim… Escrito esto, advierto que la muñeca es, a su vez, un modelo.
1-4 El todo por la parte
En “La postulación de la realidad”, Borges sostiene que un texto puede sostenerse en base a la inteligente intercalación de invenciones circunstanciales. Solo se necesita –dice– del “desenvolvimiento de pormenores lacónicos de larga proyección”. No se me ocurre un mejor acercamiento al tema del detalle en arquitectura. O mejor definición del empleo de Mies de materiales ya conformados, como la perfilería metálica, y la búsqueda de su vinculación definitiva con largas proyecciones multiescalares, como observaba Baliero.
2) Platón vs Aristóteles.
Entre las tensiones desplegadas por el par forma y contenido (a saber: el contenido de la forma, el contenido del contenido y la forma de la forma) creo que podemos reconocer como Borges tiende a organizar la instancia crucial de la forma del contenido según ciertos patrones lógicos. Esta temática, vinculada a su crítica a los sistemas clasificatorios, se centra en una oposición principal cara a Borges, que es la oposición entre nominalistas y realistas, entre Platón y Aristóteles. Así, Borges trabaja reiteradamente sobre temas como la identidad de opuestos, su contracara, la dualidad de lo unitario, las series anómalas y las enumeraciones caóticas. La distinción borgeana permite declinar otras, que podemos leer como un conjunto de tensiones que creo siempre involucradas en la práctica arquitectónica; son las tensiones entre conceptos universales y particulares y, ya en otro nivel, las tensiones entre lo global y lo local, las tipologías y el proyecto.
3) Sobre objetos imposibles.
Los arquitectos transformamos imágenes mentales en complejos y enormes objetos reales. Aldo Rossi, en su autobiografía, alude a su afán de imaginar espacios que trasciendan no solo su posibilidad fáctica sino su propia descripción. Borges, a partir de los conceptos de Cantor sobre conjuntos infinitos (cuyas partes son tan copiosas como el todo) crea objetos como el Libro de Arena, que a pesar de ser imposibles, admiten una rigurosa descripción objetiva. Su descripción de la configuración física de la Biblioteca de Babel es tan precisa que, de hecho, es posible a partir del texto la exacta construcción de la misma, por supuesto, en forma parcial. Estas magias de Borges son similares pero inversas a las de Le Corbusier, quien construyendo en circunstancias estrictamente acotadas como ese lote de solo 8,66 x 20 metros en La Plata hace una obra que, al recorrerla, logra superar nuestro sistema de referencia dimensional.
LEC
El autor es Arquitecto (UNLP) y docente. Ha obtenido numerosos premios en concursos nacionales. Es Director del Grupo de Estudios en Planeamiento Urbano (UTN).
De su autoría, ver también en café de las ciudades:
Número 94 | Proyectos de las ciudades (II)
La ciudad de las artes o las artes de la ciudad | Diez proposiciones sobre Bahía Blanca | Luís Elio Caporossi
Número 95 | La mirada del flâneur
Sueños del Bocha | Formas, explicaciones y olvidos | Luis Elio Caporossi
Número 98 | Arquitectura de las ciudades (II)
Los caminos de la vanguardia argentina | Amancio, Wladimiro (y Breuer…) de la utopía a la realidad | Luis Elio Caporossi
Número 101 | La mirada del flâneur
Hiperrealismos | Batallas ganadas, guerras perdidas | Luis Elio Caporossi
Número 107 | Política y movilidad de las ciudades
Dispositivos de muerte | La responsabilidad por las políticas viales en la Argentina | Luis Elio Caporossi
Número 111 | Cultura de las ciudades (I)
Un pequeño jardín | Microfísica de un lugar en Pehuen Co | Luis Elio Caporossi
Número 115 | Cultura de las ciudades
De monos e ingenieros | La incumbencia primordial de la disciplina | Luis Elio Caporossi
Número 127 | Arquitectura de las ciudades
Última charla con Vivanco | Salvaje, y a mucha honra | Luis Elio Caporossi
Sobre Jorge Luís Borges (1899-1986) ver también encafé de las ciudades:
Número 45 | La mirada del flâneur
Laberintos y Desiertos urbanos | Los espacios de la ciudad desarticulada. | Marcelo Corti
Sobre Platón y Aristóteles:
Número 80 | Política de las ciudades (I)
La formación de la ciudad en La República | “La construirán, por lo visto, nuestras necesidades” | Platón
Número 69 | Cultura y Política de las ciudades
Teoría general de la ciudad perfecta | Fragmentos de la Política aristotélica | Aristóteles
Y sobre la Casa Curutchet, de Le Corbusier (“ese lote” en La Plata):
Número 57 | Arquitectura de las ciudades
El autor y el intérprete | Le Corbusier y Amancio Willliams en la Casa Curutchet | Daniel Merro Johnston
Número 111 | Arquitectura de las ciudades
Curutchescas | Historias personales de una casa a partir de El autor y el intérprete, de Merro Johnston | Marcelo Corti