Entrega 29: Flor de fango, una cualquiera
La transición – El óptimo de Pareto – Culpas compartidas – El mejor de los mundos posibles – La que peca por la paga – La línea del oeste – Vivir su vida
Yanina trasladada de la periferia de Moreno al centro de Morón y, tras unas pocas semanas, al corazón de Caballito; Yanina abusada de un novio policía y luego amante de un empresario y, finalmente, concubina de un oscuro consultor profesional; Yanina favorita de un burdel del conurbano y mesera de parrilla, y luego geisha y empresaria gastronómica en Monserrat. Cada transición de Yanina se explica en si misma y explica a las otras, pero ninguna explica a Yanina, salvo que logremos unificarlas en una sola transición que termina, por ahora, en una habitación privada en el entrepiso de un mal llamado bistrot, donde la encargada de relaciones públicas termina su faena sexual con un turista japonés que paga con tarjeta Visa el monto de una cena de negocios que llamará la atención del contador de su empresa al rendir los viáticos del viaje, ya de regreso en Kobe. Hirata, tal el nombre de nuestro turista, hablará de la corrupción de los funcionarios locales y defenderá lo óptimo de su estrategia de soborno, limitada a una cena en un restaurant caro, y a un sobrepago de unos pocos miles de dólares para la autorización de una operación aduanera.
Meses después, su amigo Kobayashi visita el bistrot de Las Cañitas y acierta con las palabras clave ante el encargado de caja, un tipo de aspecto rudo e impecable francés que inmediatamente lo lleva al entrepiso y hace una seña a la recepcionista, que deja discretamente el mando de las mesas a una mesera experimentada y sube con discreción y codicia la estrecha escalera de metal gofrado. Pero entonces, ya la transición esta lista (algo que ignora Kobayashi y, en definitiva, poco le importa ahora que, luego de vestirse y del “adios, linda” que arranca la falsa risa de Yanina, decide prescindir del taxi y camina por Avenida de Mayo y luego por San Martín hacia el Meliá, fantaseando que son propias las calles desiertas aun sin saber que Girondo había hablado ya del “partido de pelota que el eco de nuestros pasos juega en la pared“, y divirtiéndose con las negociaciones entre putas y turistas al cruzar Córdoba, frente a la abandonada vereda del Harrod’s, mientras que Kobayashi-san ya resolvió sus urgencias en el bistrot y llega a su habitación a la hora exacta en que su esposa está almorzando con sus compañeras de trabajo en un restaurant italiano en el octavo piso de un edificio con vista al Yoyogi Park).
Jean Luc, cuyas metáforas favoritas provenían mayormente del fútbol y de la economía política, prefería explicar la transición, tanto aquella de Yanina como la suya propia, en términos del óptimo paretiano. Así, imaginaba para Yanina un eje de abscisas por el que se desplazaba su cuerpo, su aura vulnerable, su adquirido refinamiento y su natural disposición de sensualidad, cada vez más apta para satisfacer las demandas provenientes del eje de coordenadas: dinero (primero los módicos honorarios de los pases, luego los generosos aportes de Claudio y finalmente, la legítima fuente de ingresos ideada por el Depredador en su recuperado rol de consultor empresario), amor de hombres fuertes (policías, empresarios o comandos), respeto y apariencias. En el caso del Comando, abscisas y coordenadas encaminaban ofertas y demandas más complejas, ligadas al orgullo amoroso, intelectual y, en un sentido más amplio, el estadio de reconocimiento por parte de su pareja. Más que el dinero, más que el buen sexo, más que la intangible cualidad amorosa, era la mutua aceptación de sus miserias humanas lo que fortalecía y preservaba la relación entre el Comando y la Geisha.
En cuanto a La Traición a Claudio, Jean Luc entendía la existencia de culpas compartidas, y la coartada del amor pasional que todo permite, hasta robar una mujer a un amigo (por otro lado, ¿hasta donde consideraba Claudio a Yanina realmente Su Mujer, aun en las primeras noches compartidas en el departamento de Morón, aun en las cenas de presentación con amigos, aun en las edulcoradas tardes de shopping? ¿hasta donde la seducción del Depredador a Yanina no facilitó a su irresoluto amigo el retorno al seguro recinto de su matrimonio, la hipócrita presunción de Claudio y Cecilia de haber tensado al extremo sus respectivos interludios eróticos hasta tocar las paredes de ese recinto en el que volvían a encontrarse con la madurez de los que estaban de vuelta, tan distinta a la endeble posición de los que no fueron…?).
En cuanto a Yanina, la idea misma de culpa (fuera en su versión de mandato judeo-cristiano o en el análisis presuntamente crítico de los pequeñoburgueses psicoanalizados de Buenos Aires) estaba excluida desde el imperativo personal del cuidado de su hermano, a cuya sana y alentadora crianza la muchacha sacrificaba todo escrúpulo de consciencia sobre el uso crematístico de su sexualidad. Los avances de Yanina se producían con rapidez por la línea del oeste metropolitano de Buenos Aires, desde la periferia de Moreno hasta el centro de Morón y desde allí al semipiso en la Avenida Rosario y el doble trabajo en el restaurant de la Avenida de Mayo, del azaroso tren del Sarmiento retrasado y repleto al tembloroso pero conmovedor subte de bancos de madera de la línea A. Del oeste al centro, de la piecita al ABC1, Yanina recorría sin vacilar un eje de vida que sin embargo ella misma nunca había trazado.
Jean Luc comparaba la ascesis de Yanina con el ideal de clase media de la generación que se sacrificó por sus hijos, aunque la verdadera índole del parentesco en este caso podría haber también evocado un mito de solidaridad fraternal. Para el Depredador, y más allá de las resonancias sociológicas que pudieran atribuirse a La Línea geográfica – comportamental de Yanina, su nuevo esquema de vida compartida tenía los nada menores atractivos de: la profunda innovación que, sin embargo, respeta las tradiciones personales; la clandestinidad y el indecible secreto; la santidad propia de quien acompaña y guía al descarriado (/da) y de la descarriada, en este caso, que entrega su vida por otro y de ello obtiene su propia vida. Y todos los aditamentos neorrománticos alrededor del “amor de su vida” y el compartir con todos una mujer que, en verdad, solo era suya y del niño.
Jean Luc y Yanina vivían su vida, hay que decirlo, y el posterior embarazo de La Geisha resultaría para ambos una confirmación de haber seguido La Recta Línea (a diferencia de Miranda y su artista, para quienes la llegada del hijo fue el punto de corte y el inicio de una dolorosa reconversión de sus amores).
CR c/VR
Próxima Entrega (30): Doble de cuerpo
Itinerario de un artista – Exposición multimedios – La fuga del hastiado – Indicios de una alteración – Opera prima y consagración – La música de los espacios secuenciales
Carmelo Ricot es suizo y vive en Sudamérica, donde trabaja en la prestación de servicios administrativos a la producción del hábitat. Dilettante, y estudioso de la ciudad, interrumpe (más que acompaña) su trabajo cotidiano con reflexiones y ensayos sobre estética, erotismo y política.
Verónicka Ruiz es guionista de cine y vive en Los Angeles. Nació en México, estudió geografía en Amsterdam y psicología en Copenhague.
En entregas anteriores:
1: SOJAZO!
Un gobierno acorralado, una medida impopular. Siembran con soja la Plaza de Mayo; Buenos Aires arde. Y a pocas cuadras, un artista del Lejano Oriente deslumbra a críticos y snobs.
2: El “Manifesto”
Desde Siena, un extraño documento propone caminos y utopías para el arte contemporáneo. ¿Marketing, genio, compromiso, palabrerío? ¿La ciudad como arte…?
3: Miranda y tres tipos de hombres
Lectura dispersa en un bar. Los planes eróticos de una muchacha, y su éxito en cumplirlos. Toni Negri, Althuser, Gustavo y Javier.
4: La de las largas crenchas
Miranda hace un balance de su vida y sale de compras. Un llamado despierta la ira de una diosa.
El narrador es un voyeur. Bienvenida al tren.
5: El Depredador
Conferencia a sala llena, salvo dos lugares vacíos. Antecedentes en Moreno.
Extraño acuerdo de pago. Un avión a Sao Paulo.
6: Strip tease
Ventajas del amor en formación. Encuentro de dos personas que no pueden vivir juntas pero tampoco separadas. Miranda prepara (y ejecuta con maestría) la recepción a Jean Luc.
7: Nada más artificial
Extraño diálogo amoroso. Claudio parece envidiar a Jean Luc, pero sí que ama a Carmen.
Virtudes de un empresario, razones de una amistad.
8: Empresaria cultural
Carmen: paciencia, contactos y esos ojos tristes. Monologo interior ante un paso a nivel.
Paneo por Buenos Aires, 4 AM.
9: La elección del artista
Bullshit, así, sin énfasis. Cómo decir que no sin herir a los consultores.
La ilusión de una experiencia arquitectónica. Ventajas de la diferencia horaria.
10: Simulacro en Milán
La extraña corte de Mitzuoda. Estrategias de simulación. Las afinidades selectivas. Una oferta y una cena. La Pietà Rondanini. Juegos de seducción.
11: Más que el viento, el amor
Al Tigre, desde el Sudeste. El sello del Depredador. Jean Luc recuerda la rive gauche, Miranda espera detalles. La isla y el recreo. Secretos de mujeres. El sentido de la historia.
12: El deseo los lleva
La mirada del Depredador. Amores raros. Grupo de pertenencia. Coincidencias florales. Influida y perfeccionada. Un mundo de sensaciones. Abusado por el sol.
13: Acuerdan extrañarse
Despojado de sofisticación. Las víboras enroscadas. Adaptación al medio. Discurso de Miranda. Amanecer. Llamados y visitas. ¿Despedida final? Un verano con Mónica.
14: No podrías pagarlo
Refugio para el amor. Viscosas motivaciones. Venustas, firmitas, utilitas. Una obra esencialmente ambigua. La raíz de su deseo. Brindis en busca del equilibrio.
15: La carta infame
Estudios de gestión, y una angustia prolongada. Demora inexplicable.
La franja entre el deseo y la moral. Lectura en diagonal a la plaza. Sensiblería y procacidad.
Entrega 16: En la parrilla de Lalo
Paisaje periférico. Estudio de mercado. Sonrisa melancólica, proporciones perfectas.
Un patrón apenas cortés. Elogio del elegante. Suite Imperial. Desnudez y democracia.
Entrega (17): La investigación aplicada
Más de lo que quisiera. Temas de conversación. La insidiosa duda.
Estrategia del celoso. Peligros. La casa del pecado. Suposiciones y conjeturas.
Entremés – Solo por excepción (I) / La drástica decisión.
Entremés – Solo por excepción (II)/ Los trabajos y los días
Entremés – Solo por excepción (III y última del entremés)/ El experimento Rochester.
18: La afirmación positiva
Una visión panóptica. La eficacia de las caricias. No lejos de la fábrica.
Los motivos de su conducta. Hipótesis oportunista. Certero impacto del Artista Pop.
19: El amor asoma su sucia cabeza
Hipótesis de conflicto – El perseguidor – Preguntas capciosas – Efectos colaterales –
Sólo en Buenos Aires – La tristeza de un jueves a la tarde
20: La forja de un rebelde
Propuesta del superior – Llegar tarde a todo – Disciplina y cinismo – La luz y el aire del Sur – Adiestramiento de un servicio – Los pruritos morales – Doble agente
21: Al servicio de la República
La llegada a América y las primeras misiones – Jean Luc seduce a propios y extraños –
Por la razón o por la fuerza – Foja de servicios – El hombre justo en el lugar equivocado
22: ¿Qué pasa, General?
Pequeño apartamento en Las Condes – Aeropuerto ´73 – Balada del mochilero –
Dos puntas tiene el camino – El trabajo ya está hecho – Reciclaje y redención
23: Suite Mediterránea
Mujer en el balcón – Vernissage – Lo útil y lo agradable – La entropía de un matrimonio feliz – Animales – Los caminos del arte contemporáneo – Hipertexto y collage
Entrega 24: Una walkyria conurbana
¿Vivís por acá? – No somos perras – La prohibición de involucrarse – Ningún cuidado es excesivo –
Reconversión en el área servicios – Aparición del príncipe azul
Entrega 25: Vidas paralelas
El pisito – Carmen en vuelo -Una ruptura civilizada -La primavera de Praga -Permanencias y rupturas –
No el amor, sino la felicidad – Dos vidas, un cuerpo
Entrega 26: El 18 Brumario de Jean Luc (Depredador)
Fin de semana salvaje – Trampas del destino – ¿Qué vas a tomar? – La objeción confirmada –
Si quieres que algo resulte, hazlo tu mismo – Justicia poética
Entrega 27: La playa del amor
La vanguardia de los cangrejos – Calor, calor – Un mundo feliz – ¡Vivan los novios! –
Las comparaciones siempre son odiosas – Creced y multiplicaos – Dilema de los felices
Entremés ensayístico – Crítica a la Galería Grierson (I) / ¿Fin de época?
Entremés ensayístico – Crítica a la Galería Grierson (II) / Entre Giedion y el psicoanálisis
Entremés ensayístico – Crítica a la Galería Grierson (III y última del entremés ensayístico) / La clave topológica
Entrega 28: El buen ladrón
Una performance espontánea – Arte y Política se confunden en las calles – La amenaza – El Depredador completa su traición – Snobismo de un genio – ¿Revolución o anacronismo?