A Carola Inés Posic
La distancia no es problema, le dije. Casi todo invento humano tiende a resolver la distancia.
El primer encuentro fue colectivo y distante; solo al final nos dimos algún indicio. Me mandó un mensaje y le respondí, distante. Probamos con correo electrónico y anduvo bien. Nos escribíamos de noche, mayormente. El trato era distante pero poético. Nos enviábamos música a la distancia.
Un día acordamos hablarnos, a la distancia. Fue de noche, yo caminaba por un lugar distante y le contaba lo que veía. Ella se reía a la distancia; yo me acordé de algo que me había dicho un amigo allá lejos y hacía tiempo: “mientras la mujer se ría, está todo bien”.
Me preguntó qué cosas me conmueven, le respondí.
Me preguntó que pensaba que pasaría cuando nos encontráramos. Le respondí, distante y evasivo. “¿Querés detalles?”, le pregunté. Sí, quiero detalles, me dijo. Se los di. Pensé donde convendría hacer el encuentro. En nuestras ciudades se impondría lo cotidiano, a mitad de camino sería banal. Recordé una fiesta donde siempre había querido estar. “Podría ser el sábado en la corrida de toros de Casabindo”. “¿Tengo una cita este sábado?”, buscó confirmación; “Si, buenas noches”, le respondí distante. Nos encontramos el viernes a la noche en Jujuy.
Y ya nunca nadie más nos separó.
CR
Carmelo Ricot es suizo y vive en Sudamérica, donde trabaja en la prestación de servicios administrativos a la producción del hábitat. Dilettante, y estudioso de la ciudad, interrumpe (más que acompaña) su trabajo cotidiano con reflexiones y ensayos sobre estética, erotismo y política. De su autoría, ver Proyecto Mitzuoda (c/Verónicka Ruiz) y sus notas en números anteriores de café de las ciudades, como por ejemplo
Urbanofobias (I) en el número 70, El Muro de La Horqueta (c/ Lucila Martínez A.) en el número 79, La foto de la calle México en el número 90 y Cortazar revisitado en el número 92.
Sobre Casabindo, ver también en café de las ciudades:
Número 83 | La mirada del flâneur
La Fiesta en Casabindo | “El cielo está más cerca que en ninguna otra parte” | Marcelo Corti