
Para completar la aproximación al contrapunto de literaturas y cafés que Florida y Boedo sostuvieron hace más de 3 cuartos de siglo, luego de escuchar la ponencia de Gabriela Yocco en el Seminario de FLACSO, el grupo realizó una recorrida entre ambos sectores de la ciudad.
Entre los itinerarios posibles, desechamos el camino del Once que nos llevaría a Cromagnon y a La Perla, en cuyo baño se supone que Tanguito compuso La Balsa. Tampoco usamos la opción del Norte y el descenso por Pueyrredón o el Abasto. Elegimos, en cambio, un recorrido que prioriza la experiencia urbana del Sur de Buenos Aires; este recorrido sea quizás el más “literario“, o al menos el más borgeano: involucra el concepto del Sur como destino, la imprecisa localización de la casa de la calle Garay donde “vivió” Beatriz Viterbo, la Biblioteca Nacional, la Biblioteca Municipal donde en algún momento trabajó el autor de “El Aleph”.

No fue, sin embargo, el homenaje a Borges ni la nostalgia el eje conceptual de la recorrida, sino en cambio el análisis in situ de una Buenos Aires contemporánea y contradictoria. El primer punto de la recorrida fue el bar Richmond de la calle Florida; los visitantes exploraron rápidamente su ambiente intemporal procurando no molestar a los ajedrecistas del subsuelo, y escapando discretamente a la oferta de mesas y el “¿cuantos son?” servicial de los mozos.

Desde allí, el grupo caminó por la peatonal (entre turistas, curiosos, oficinistas apurados, vendedores de Hecho en Buenos Aires y oportunistas callejeros de diversa laya) hasta la esquina de Perú y la Diagonal Sur. Allí pudimos reflexionar sobre los graffitis en el Monumento a Roca, conquistador de un supuesto “Desierto” y de la propia Buenos Aires, que arrancó de manos de los porteños para su federalización compulsiva. Los visitantes pudieron apreciar además la suerte diversa de la Diagonal Sur (finalizada sin pena ni gloria a apenas dos cuadras) respecto a su hermana Norte, prestigiada por el Obelisco y los tribunales como honoríficos remates de perspectivas barrocas.

Además de la antigua Biblioteca de la calle México, el recorrido mostró la evolución reciente del barrio de San Telmo, abandonado por las clases principales después de las epidemias decimonónicas, y hoy asiento de intelectuales, pobres urbanos y turistas que (por ahora) conviven razonablemente entre conventillos y hoteles boutique (parece ser que ahora el barrio es además gay friendly). Al llegar a Constitución, el grupo comprobó cómo el elegante boulevard de la 9 de Julio se transforma en desangelada autopista elevada y comprobó las posibilidades estéticas del rudo kistch que rodea a la Plaza y la Estación “Prostitución”. Por la calle Garay, cualquiera de las fachadas italianizantes aun en pie podría haber sido la casa de “El Aleph”. Entre tanto, hubo dos ocasiones de atravesar otra autopista elevada, la anacrónica 25 de Mayo con que la última dictadura tajeó la ciudad.


En Boedo entre San Juan y la cortada San Ignacio, los bares con nombres de escritores simulaban para nuestro grupo una continuidad con un pasado que en realidad fue desechado por décadas hasta que se descubrió su potencial para el armado de un incipiente circuito turístico. Fue una buena ocasión de discutir que tan real y que tan mitológico es el ciclo “arrabal – barrio obrero – sur profundo” que propone el tango Sur (del que no se discutió, en cambio, su calidad poética y musical, bien expresada a capella por la profesora Yocco). Siguiendo el recorrido, el Pasaje Totoral se mostró como un hermano pobre y desconocido de los pasajes de Palermo Viejo que, 30 o cuarenta cuadras al norte, hoy se reivindican como un supuesto SoHo porteño (de paso, fue la ocasión para hablar de la “franquicia SoHo” como marca de la ciudad contemporánea).

El recorrido finalizó en el bar “San Lorenzo”, de Avenida La Plata, frente al estacionamiento del hipermercado “Carrefour”. Allí se explicó a los visitantes el sentido del dolor y la ausencia del viejo estadio “Gasómetro”; la referencia a los antiguos “Dodgers” de Brooklyn y su mudanza a Los Ángeles sirvió como adecuada comparación.

Al terminar el recorrido, el grupo había experimentado un razonable compendio de las ausencias, las rupturas, las mitologías, las paradojas y las alteraciones que definen el paisaje urbano de Buenos Aires.
Ver en este número la nota Dos escuelas: Boedo y Florida, de Gabriela Yocco, base de la ponencia presentada por la autora en el Seminario Reforma económica, Integración regional y Democratización en Argentina y Chile, realizado en el mes de junio en Buenos Aires y Santiago por FLACSO.
Sobre el tango Sur, ver la nota Tangos del Sur en este número de café de las ciudades.
Sobre el Viejo Gasómetro, ver también en café de las ciudades:
Número 12 I La mirada del flanneur
Ocaso y renacimiento del Gasómetro I Fútbol y ciudad (II) I Carmelo Ricot
Sobre Palermo “SoHo”, ver también en café de las ciudades:
Número 28 I Lugares
La preocupante boludización de Palermo Viejo I De la recuperación barrial al snobismo gastronómico. I Carmelo Ricot