Una de las discusiones urbanísticas más prolongadas y conflictivas de América Latina es la que lleva más de una década en Valparaíso sobre el destino de su borde costero. Las opciones discutidas incluyen la ampliación del puerto, la construcción de un megacentro comercial (ambas coincidentes en establecer una barrera entre la ciudad y el mar) o la habilitación de un espacio público accesible y de calidad para uso y disfrute de la población. El pasado 23 de agosto, el presidente Sebastián Piñera realizó un anuncio que parece resolver la discusión por la tercera de las alternativas, la más amigable a la ciudad: el proyecto Paseo del Mar, realizado por la oficina de urbanismo Atisba (dirigida por el arquitecto Iván Poduje).
Según las informaciones disponibles, la propuesta recupera el borde costero para la ciudad y genera 15,9 hectáreas de nuevos espacios públicos, paseos, áreas verdes y servicios, apuntando tanto al disfrute de la población local como al atractivo turístico. Forma parte del Programa de Regeneración de Barrios Históricos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU). Según Piñera, “queremos replicar lo que ocurre en grandes ciudades donde la gente sale a disfrutar de la ciudad, a caminar de noche con seguridad, recorriendo los principales hitos históricos, las principales obras patrimoniales y arquitectónicas”. El plan contempla la llegada de la Avenida Argentina al mar, al eliminar el viaducto de la Avenida España y remplazarlo por un cruce a nivel con una plaza de 7.700 m2. También, 41.800 m² de áreas verdes, un parque costero que conectará la terminal de cruceros con el paseo Wheelwright, una gran playa artificial, un puerto deportivo y la restauración de la bodega Simón Bolívar. Según Piñera, la obra comenzará en el segundo semestre de 2019 y estará lista a fines de 2021.
El Ministro de Vivienda y Urbanismo, Cristian Monckeberg, sostiene que se aplicarán sistemas de asociación público – privada para la gestión del parque, la explotación turística, muelle de cruceros y gastronomía, quedando el mantenimiento de áreas verdes a cargo del ministerio. Estimó la inversión necesaria en alrededor de 70 mil millones de pesos chilenos (algo más de 100 millones de dólares).
Para profundizar en el tema, café de las ciudades entrevistó al arquitecto y urbanista Alberto Texido, ex presidente del Colegio de Arquitectos de Chile, docente en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile y cofundador de Corporación Metropolítica. Texido desarrolló su tesis doctoral sobre la evolución urbana e infraestructural de la ciudad puerto de Valparaíso durante el siglo XIX y XX.
CdlC: El proyecto de Paseo del Mar para el muelle Barón nos remite a las tensiones entre infraestructura, base económica de la ciudad, calidad urbana y mercado inmobiliario. ¿Cree que la propuesta oficial logra una adecuada relación entre esos temas?
AT: Lo interesante aquí es ver cómo a través de acciones públicas se ha respondido a presiones que han venido desde fuera de la autoridad, en procesos largos que superan las problemáticas de un gobierno u otro y, por lo tanto, la duración de los periodos tanto presidenciales como municipales. La presión ciudadana, desde los gremios y muy distintos actores, cuestionó un Plan Maestro Portuario que nació desde el Estado y, también, desde cierta monofuncionalidad o monodisciplina ingenieril. Se ha llegado así a un punto en que el consenso habla de una diversidad disciplinar y funcional y hace entender que una ciudad con una actividad portuaria y con condiciones de anfiteatro natural tan llamativas (que han sido valoradas por UNESCO al declarar a la ciudad de Patrimonio de la Humanidad en 2003) abre las puertas a esta alternativa de espacio público y recuperación patrimonial como soporte flexible en el futuro de una ciudad que puede tener otras oportunidades. A través de esta acción se permite una posibilidad de ocupación del borde costero donde se privilegia lo público por sobre la posibilidad de privatización, que fue lo que primó con el proyecto de mall caído en 2017 por un problema legal. Las tensiones se están así resolviendo, superando el dogma de un Plan Maestro Portuario que parecía inmodificable y que hoy está demostrando obsolescencia y por tanto necesidad de ajuste; eso aclara también la posibilidad de expandir el puerto a las posibilidades que Valparaíso tiene, lo cual implica una decisión paralela que está resolviéndose hacia San Mateo (en lo que llaman aquí el sur pero que en realidad es el poniente). Con la expansión del puerto hacia ese sector, esta plataforma Barón, que ya fue declarada hace más de 10 años prescindible para el uso portuario y por lo tanto alienta su utilización con un tipo de intervención que permite transformar ese sector (una vez que pueda tener abrigo y acceso que hoy no tiene) y por lo tanto validar este proceso de reconversión de espacios portuarios en espacio público. La problemática de ese espacio ya es propia entonces de cómo va a ser administrado y cómo va a ser materializado. Eso implica una participación importante del MINVU, que también durante el gobierno anterior del presidente Piñera decidió crear el formato de parques urbanos, una instancia en la que el mismo ministerio se hace cargo de la mantención de espacios como este sin afectar al municipio local (en este caso, sabemos que Valparaíso tiene varias dificultades para financiar o mantener este tipo de espacios).
CdlC: ¿Esta propuesta satisface las expectativas que la ciudadanía porteña tiene sobre el área costera?
Este es otro componente del tema, el participativo, y tiene algunas señales claras en la elección del alcalde Jorge Sharp, que remplazó a los políticos tradicionales en la Alcaldía. Esto también es señal de que la política tradicional venía haciendo planes y proyectos que no satisfacían localmente. Esto se suma a la propuesta del gobierno de Piñera, que inicia un proceso de participación que según han informado tendrá además un concurso público y abierto de ideas y una especie de votación ciudadana para elegir finalmente entre los tres finalistas la versión final que se ejecutaría. Todo esto dentro de los plazos del gobierno de Piñera. Por lo tanto hay ciertas obras que quedan pendientes y que son parte de la discusión, como la realización de playas artificiales o en cambio balnearios que podrían abrirse de día y funcionarían solo como piscinas, usos náuticos de más largo plazo, terminal de cruceros, que también se debate, y el tren rápido a Santiago y el soterramiento de la línea férrea a Viña del Mar. Todas estas situaciones rodean lo que ocurre en Barón. Todo esto a mediano plazo, porque en el largo plazo la pregunta es si en alguna ocasión de futuro va a poder haber un puerto, una discusión que se activa hoy. Llama la atención que hoy preocupe tanto el problema de las terminales y la carga por parte de los actores portuarios, siendo que hace menos de un año se defendía hacer un mall y nadie se preguntaba cómo mantenerlo; hoy, cuando se propone que el Estado se haga cargo de un área verde de casi 16 hectáreas, de una bodega restaurada que responde a una lógica mínima de resguardo de este sector de relleno artificial. Al parecer se está haciendo una interesante salida a un debate largo en el que creo que la academia y el Colegio de Arquitectos apoyan esta lógica. También entendiendo la posibilidad de reconversión futura para que mantengamos esto o incluso hagamos otro tipo de innovación, cuando otras condiciones de accesibilidad y abrigo lo permitan. Con esto se reconocen casi todas las variables que afectan el lugar
CdlC: ¿Cree que se puede articular estos temas con una adecuada gestión del riesgo en los cerros?
AT: Esa pregunta nos lleva a un tercer componente, el ambiental. Las quebradas, los ejes costeros, son sistemas que están hoy muchas veces cortados. La reparación debe hacerse, no es una pregunta si se hace o no. Los incendios, las inundaciones, la remoción en masa de los cerros son parte de esa necesidad de corregir. O lo hacemos luego de destrozos y catástrofes socionaturales, o lo hacemos antes por voluntad política. Pero todo indica que va a ser después… La historia chilena está llena de reacciones, no de prevenciones. Pero tendrá que ser. Se están haciendo investigaciones de las quebradas que por primera vez logran determinar áreas de inundación con más precisión que una simple línea a eje (p. ej., 20 o 30 metros a eje prohibidos, lo que por otro lado es mentira). Recién se están conociendo algunas mediciones más precisas que permiten saber cuántas viviendas están sobre eje de inundación para hacer reubicación con arraigo, aprendiendo de la experiencia de Medellín. Nada de eso ha ocurrido todavía, pero está instalándose la idea. Valparaíso resume bien las problemáticas chilenas en general: la falta de coordinación metropolitana, los riesgos urbanos, la propiedad pública de los servicios urbanos que en Chile están 100 % privatizados y por lo tanto los municipios no tienen dinero con los cuales tener acción correctiva. Y así… Incluso, los colegios profesionales son voluntarios, por lo tanto no tienen papel en el debate y el control de la profesión es bajísimo.
CdlC: ¿Será entonces el Paseo del Mar la solución definitiva a las discusiones sobre el borde costero de Valparaíso?
AT: Todo este proceso me recuerda las recomendaciones internacionales que Valparaíso recibió hace ya 15 años para poder comenzar estos procesos de apertura y que en cambio terminaron con la propuesta de un mall… De alguna manera se recupera aquella lógica. Tiene que ver con lo que se decía en ese tiempo: no pongan en el borde costero lo que pueda caber en otra parte. Y esto muchas veces se ridiculiza, porque se dice “entonces no puedo tomar un café” o poner un comercio. El comercio que se puede poner aquí es algo bien medido, bien proporcionado, pero es claro que un centro comercial a gran escala cabe en otra parte. Hemos sido parte de empujar y reinstalar esa idea. Lo que pasó en Chile para que llegara el mall también fue paradigmático: aquí se hicieron cuatro procesos de licitación abierta para que se presentaran ideas de ocupación del borde y todos quedaron desiertos hasta que en el último llegó solo un oferente: la empresa chilena Mall Plaza, que ofrece hacer el mall; eso es lo que muere hace poco. Ese experimento neoliberal tiene algunas manifestaciones procedimentales y de diseño muy “interesantes”, además de que proponían que el 80 % del suelo era espacio público… ¡contando el interior de los estacionamientos y pasillos! Es divertido ver también como se desmorona un discurso tan particular.
CdlC: La ciudad está también discutiendo actualmente la normativa y el modelo de ciudad para su centro histórico, el área llana de Valparaíso. ¿Está de acuerdo con una densificación controlada del área central fundacional?
AT: El debate sobre densificación es también muy interesante. De algún modo el alcalde cede a una presión popular pero también reacciona ante una exageración de la industria inmobiliaria. Cuando los inmobiliarios hablan aquí de densificar se imaginan una especie de densificación infinita, hacia arriba. Eso es parte del negocio y de la problemática; incluso hay un desafío sísmico, porque aquí nos atrevemos a hacer unas cosas resistentes a todo contexto. Chile perdió en los años ´80 la normativa que regulaba alturas según proporción de vacíos, es decir sobre ancho de calles. La solución nuestra está allí, en el pasado; aquí se habla de altura como una especie de pregunta independiente del contexto, y allí hay un absurdo. Por lo tanto, la integración social que está ocurriendo en algunas ciudades del mundo, donde hay distintas clases sociales que conviven en un solo edificio bien emplazado, es parte del debate que se está dando aquí. Sin duda que la altura que dio el alcalde es baja, sin duda que las intervenciones inmobiliarias son demasiado altas. Entonces hay un espacio intermedio, en la calidad de los proyectos, en la calidad de los diseños, que está encendiendo y que tiene que llegar a una solución que es intermedia y que no sabemos qué tamaño tiene. Pero todo el mundo anda buscando aquí la solución armónica: la relación puerto ciudad armónica, la densificación armónica, y es una búsqueda que cuando se encuentre mata buenos negocios para algunos. Por lo tanto es interesante el juego de Sharp en la lógica de presionar para demostrar que es posible detener procesos erróneos, pero hoy creo que es válido también plantear que es necesario flexibilizar las posiciones para que realmente se produzca una zona habitada de Valparaíso. Eso implica recuperar población, que está históricamente a la baja (hay datos que demuestran que en la zona plana de la ciudad viven 6 mil personas, lo cual claramente es un despilfarro y una demostración de que es un problema a revertir).
Días después de realizada la entrevista tuvimos una nueva conversación con Texido.
AT: No hubo muchas novedades posteriores: se autorizó un proyecto de expansión portuaria en una de las etapas iniciales regionales, la Terminal 2 de Valparaíso, con una aprobación casi unánime de una comisión ambiental regional pero también con muchas posibilidades de ser judicializado. El 14 de octubre es la fecha en que el Estado debería definir que pasa con el puerto y su expansión. Puede pasar que el Paseo del Mar se transforme en espacio de apertura mientas que otros lugares aledaños se transformen en espacio portuario. Es un escenario mucho mejor que cuando se planeaba la T2 del puerto al lado del Mall Barón y de la T1 que es la que opera actualmente. Pero sí tenemos oportunidad de que se ajuste de mejor modo a su entorno complementariamente al Paseo del Mar. Lo segundo es que el concurso público para este sector que tiene que lanzar el Ministerio aún no tiene bases pero entiendo que es inminente su lanzamiento, eso sería una buena noticia. En la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile vamos a trabajar en ese concurso como hemos hecho en otras ciudades, en lo que se conoce como Taller Ciudad y Puerto; estamos activando debates, discusiones y propuestas sobre temáticas de conflicto ambiental y urbano en Antofagasta, Iquique, San Antonio, Valparaíso y Mejillones.
Como ya le comenté, en la oportunidad de que ese proyecto de expansión de la T2 hacia el centro de la bahía caiga, la solución portuaria que nos parece más adecuada es hacia el sur, hacia San Mateo, y se están analizando esas opciones, al menos en lo académico. Con la apertura de la bahía hacia el uso diverso de la ciudad.
La cuenta de Alberto Texido en Twitter es @texidozlatar. Ver también sus notas en Plataforma Urbana.
Sobre el proyecto Paseo del Mar de Valparaíso ver también la información disponible en el sitio del Colegio de Arquitectos y el diario El Martutino.
Sobre Valparaíso, ver también en café de las ciudades la presentación de nuestro número 138 sobre los incendios de 2014 y la nota Hundida para arriba. Notas sobre el paisaje urbano de Valparaíso, en nuestro número 53.