N. de la R.: Esta nota reproduce la entrevista realizada por la Dra. Ana Falú y nuestro Director el día 2 de noviembre de 2015 en el Auditorio de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba (FAUD-UNC). Esta iniciativa se realizó con motivo de la presencia de la Dra Saskia Sassen en Córdoba, Argentina, para la entrega del Doctorado Honoris Causa que la UNC entregó a esta prestigiosa cientista social. La entrevista pública se organizó en el marco de la conmemoración de los 60 años de la FAUD y a raíz del interés de docentes y estudiantes de dicha casa y de la UNC en general por compartir y debatir acerca de los temas urbanos emergentes. La organización estuvo a cargo de la Maestría de Gestión y Desarrollo Habitacional, cuya Directora es Ana Falú, y la Maestría de Urbanismo, dirigida por Marcelo Corti.
Esta entrevista fue publicada anteriormente en el número 2 de Vivienda & Ciudad (14 de febrero de 2016), Revista anual del Instituto de Investigación de Vivienda y Hábitat de la FAUD-UNC. Dicha revista documenta y difunde la producción de trabajos desarrollados en el INVIHAB con el objetivo de proporcionar a los investigadores un espacio de difusión, como así también publicar artículos científicos de otros centros o unidades académicas en la materia.
Fotografía de la entrevista. De izquierda a derecha: Ana Falú, Saskia Sassen y Marcelo Corti.
Auditorio de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, Universidad Nacional de Córdoba.
Ana Falú: Esta iniciativa se llevó a cabo pensando en la conmemoración de los 60 años de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, en el público de la facultad, sus profesores/as y estudiantes, pero también el público de la Universidad Nacional de Córdoba, en el interés por compartir y debatir acerca de los temas urbanos, que están actualmente entre los temas críticos de la humanidad. Y también en el marco de las maestrías de las cuales somos directores; la Maestría de Urbanismo, a cargo de Marcelo Corti, y la Maestría en Gestión y Desarrollo Habitacional, a mi cargo a partir de este año.
En ese marco, podemos decir que esto es una celebración: tener a Saskia con nosotros. Ella estuvo en la Facultad de Arquitectura a fines de los ‘90 y ahora volvemos a tener la posibilidad de dialogar con ella. Como todos sabemos, Saskia Sassen con sus investigaciones, con sus trabajos, se caracteriza por ser una intelectual extremadamente crítica, con una capacidad de colocar las preguntas no pensadas, las preguntas que en general interpelan y motivan a quienes están trabajando en los actuales paradigmas, no solo urbanos, sino de las migraciones, del complejo sistema urbano-financiero, de las relaciones nacionales, locales y globales. De hecho fue conocida por nosotros en los años ‘90 por su libro reconocido a nivel mundial, La Ciudad Global; nadie interesado en los temas urbanos podría prescindir de esta publicación.
La Dimensión Humana en los objetivos del Progreso Social
Ana Falú: Quiero iniciar este diálogo refiriendo al Capítulo de Ciudades que Saskia está liderando en una iniciativa internacional, el Panel Internacional de Progreso Social, surgido de distintos esfuerzos académicos y que tiene como presidente a Amartya Sen. Me parece interesante conocer tu reflexión al respecto porque el objetivo de este grupo es evaluar el progreso social de la humanidad, pensar a futuro qué pasa con esa cuestión. ¿Frente a los escenarios contradictorios, de qué manera podemos contribuir desde el pensamiento social y del urbanismo a asegurar las condiciones básicas humanas: la alimentación, la salud, la vivienda, la seguridad, cómo recuperar esa dimensión humana en el centro de los objetivos del progreso social?
Saskia Sassen: ¡Esa no es una pregunta pequeña! (Risas). Pero dejame decir primero que me encanta estar aquí en Córdoba, yo crecí de chiquita en esta provincia, en el campo, pero luego he venido muy poco. Agradezco entonces la invitación a todos ustedes, y en especial a la Universidad Nacional de Córdoba.
Volviendo a tu pregunta, yo encuentro la categoría “progreso social” muy problemática, y la hemos discutido; el capítulo al que Ana se refiere reúne en realidad diez capítulos. La ambición de este proyecto (International Panel on Social Progress) es interesante: se trata de utilizar el equivalente a lo que se hizo por el medio ambiente, es decir, el Cambio Climático; en este caso encaramos el estudio del Cambio Social. Yo acepté participar no porque me encante la noción del progreso social, sino porque me gusta la idea de un ensamblaje de cien científicos sociales (que no van estar de acuerdo en todo) y poder trabajar juntos, producir un documento acerca de cómo podemos pensar la ciudad.
Un vector de todo eso es la importancia de relocalizar elementos de la economía (y también de lo político) en el territorio. ¡Fuera las franquicias! Cada franquicia quita capacidad de consumo de la ciudad. Estoy pensando en ciudades modestas, no en las ricas; las ricas pueden tener todas las franquicias que quieran. Esto es solo un ejemplo de cómo las dinámicas contemporáneas de polarización de la economía tienen la capacidad de capturar, quitar recursos, y llevárselos a otro lugar. Debemos generar pequeñas bancas o asociaciones; tenemos que volver a localizar todo una serie de capacidades que actualmente se pierden. Para tener un buen café no es necesario tener a Starbucks, la abuela italiana de la esquina lo puede hacer mejor. Tenemos que empezar a organizarnos de esa manera.
Un segundo elemento es la noción de que cada superficie de la ciudad tiene que trabajar con la biosfera. Tengo una lista, una serie de elementos que estoy trabajando con biólogos; por ejemplo, hay una bacteria que tiene la capacidad de vivir sobre el hormigón e ir depositando calcio, y va sellando la superficie evitando las emisiones continuas; cada superficie de hormigón podría ser tratada de ese modo. Otro ejemplo es una bacteria descubierta hace un año en Copenhague, que en aguas cloacales empieza a producir una molécula de plástico, biodegradable. Poder transformar lo que es hoy negativo en una ciudad, con un peso y un costo enorme y que en general está mal dispuesto, en un aspecto positivo. Retomando el ejemplo, la ciudad podría producir una materia prima biodegradable. A eso es lo que me refiero cuando digo que hay que recodificar el territorio.
Cuando vos me hiciste esta pregunta, pensé inmediatamente en todo una serie de elementos y acciones, proyectos que ayudan a movilizar, intervenciones pequeñas o modestas al principio, pero que luego tienen un impacto favorable a nivel urbano.
La Globalización económico-financiera y los Movimientos forzosos de población
Marcelo Corti: Lo primero que quiero hacer es agradecer a la Universidad Nacional de Córdoba y a la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño por esta oportunidad y en especial a Saskia, a quien quiero destacar como una intelectual muy generosa con su conocimiento, abierta a las inquietudes y con una especial capacidad de comunicar y escuchar.
Mi primera pregunta relaciona dos vertientes de sus trabajos y estudios, dos fenómenos sociales y económicos que ha analizado. Ya comentó Ana su libro clásico La Ciudad Global; posiblemente Saskia es la teórica más importante en relación a los fenómenos de la globalización económica y financiera con respecto a su localización en las ciudades pero, a diferencia de otros pensadores que se han quedado atados al tema que ha generado su éxito, sus trabajos más recientes abordan los procesos de expulsiones poblacionales, un tema muy recurrente en la actualidad.
¿Estos dos fenómenos mencionados, por un lado la globalización económico-financiera y su impacto urbano y por otro lado los movimientos de población no deseados, como las migraciones forzosas, exclusiones, refugiados, tienen en su opinión algún tipo de vinculación que sea necesario resaltar? ¿Y cómo cree que se expresan en la ciudad contemporánea?
Saskia Sassen: Espero haber entendido todo. Dijiste expulsiones, yo soy un poco anárquica, he traído aquí mi libro Expulsiones para la Facultad…
Yo creo que en este momento de la historia hemos llegado a un punto donde toda una serie de tendencias negativas han ido adquiriendo un estado muy extremo. Por ejemplo, la cuestión de la desigualdad, un tema mundial. Con solo mencionárla no es suficiente, hay que interrogarla, indagarla, hay que decir en qué punto la desigualdad se vuelve terriblemente injusta. En cierto punto las tendencias familiares adquieren dimensiones que ya no podemos captar por las categorías conceptuales y estadísticas. En ese punto yo incluyo la cuestión de Tierras Muertas, porque hablar de Cambio Climático es una belleza… (risas) Hay que ser más duro, cuando las tierras se vuelven muertas cruzan también ese borde sistémico y en su plena materialidad se vuelven invisibles. Un hombre negro en Harlem (hablo de un caso real) que tiene 33 años y nunca ha tenido un puesto de trabajo, llamarlo “desocupado” es un disparate; es un hombre que nunca ha tenido un puesto de trabajo, no importa cuánto intentó, es otra palabra la que necesitamos. Por eso creo que las categorías que estamos usando no nos permiten captar esas condiciones extremas; a eso es lo que llamo un momento de Expulsión. Esa multiplicación de bordes sistémicos internos a un territorio, una sociedad, una ciudad, es mucho más significativa o cuenta una nueva historia que toda la cuestión del sistema internacional, donde existe la eliminación de ciertas fronteras para algunos actores. A nivel urbano, en términos de ese tema, de lo que está pasando hoy, nuestras ciudades son más bellas, tienen una mejor arquitectura, el borde visual material te cuenta una historia agradable, peor al mismo tiempo uno sabe que hay todo un mundo invisible material.
Yo defino Frontera como un espacio de encuentro entre actores de mundos diversos en donde no hay reglas establecidas; históricamente nos matábamos en ese espacio. Yo me pregunto dónde está ese espacio hoy y creo que es en nuestras grandes ciudades. Allí hay muchos encuentros entre actores de mundos diversos, para los cuales no hay reglas de juego. Las fronteras en la ciudad pueden volverse espacios estratégicos para toda una serie de reivindicaciones de los que no tienen poder. El poder económico se ha vuelto tan ilusivo e intermediario con las tecnologías informáticas y digitales, que es muy difícil para “los sin poder” ver el Poder. No es como cuando las grandes burguesías en Córdoba o Buenos Aires construían bellos palacios en la ciudad para mostrarse. Hoy son grandes poderes en la ciudad que marcan el territorio, mujeres y hombres que lo quieren todo y lo logran, por eso son un espacio frontera muy interesante. Pero hay tendencias muy negativas; tengo un nuevo proyecto, “¿A quién le pertenece la Ciudad?”, en el que analizo las inversiones de corporaciones en crecimiento desde el 2008, luego de la crisis, que terminan convirtiéndose en compra de propiedades en una ciudad. Eso no es Desarrollo. Aquí están comprando Tierra Urbana y supuestamente la tierra urbana no la podes comprar de esa manera. Por eso me pregunto dónde tienen hoy los sin poder un espacio para hacer una economía, una sub-economía, una cultura, que en las grandes ciudades se ve muy amenazada.
Mucha gente dice que este proceso es la gentrificación. Permítanme darles un ejemplo de que no hay tal gentrificación, usar hoy esa palabra es no pensar. Actualmente los cataríes tienen más propiedades del centro de Londres que la Reina de Inglaterra, eso no es gentrificación. Además no me preocupa ninguno de los dos.
Expulsiones y Producción de Tierras Muertas en la ciudad contemporánea
Ana Falú: Pensando en tu último libro y en esto de los bordes del poder económico en la situación actual, ¿Cómo vinculás el concepto de expulsiones con estos bordes y desigualdades del capitalismo actual, que es obsceno (por lo menos en la Argentina) por la gran distancia entre las clases? ¿Cómo lo vinculás con dos temas que creo nos afectan en la ciudad Córdoba, la economía basada en commodities y las compras de tierra, esta extensión de la ciudad que termina arrasando los bordes periurbanos? Es decir, ¿cómo está vinculada esa Expulsión con la desigualdad y con estos fenómenos de producción de Tierras Muertas?
Saskia Sassen: El caso de Córdoba no lo puedo detallar, pero en general creo que el momento contemporáneo nos permite entender que reducir lo urbano a la cuestión de la densidad es un error. Podés tener muchísima Densidad y no tener un Espacio Urbano. Esos megaproyectos que se están desarrollando se implantan en un tejido urbano, matan pequeñas callecitas y plazas; agregan a la densidad pero desurbanizan el espacio urbano. Es una de las grandes preocupaciones que tengo sobre las grandes adquisiciones de tierra urbana. Un Office Park puede ser muy denso, pero eso no es ciudad. Allí los “sin poder” van a trabajar, pero cuando termina su trabajo tienen que irse; allí no van a hacer una historia, no van a hacer una economía. Este ha sido un problema de mucha literatura urbana: suponer que “hacer densidad” es “hacer ciudad”; tenemos que empezar a desagregar eso. Está el ejemplo de los grandes problemas de los suburbios japoneses, mucha densidad pero poca ciudad.
En relación a lo periurbano… nunca entiendo bien qué significa eso. Considerándolo como el área de producción de alimentos, y analizando cómo se extiende la ciudad y va comiendo esta producción, y a la vez expulsado población y agregando desigualdad, es una situación muy problemática. Estoy trabajando en una lógica de poblaciones rurales que pueden dejar de comprar la comida que han producido a través de un circuito que pasa por la ciudad. La recuperación de la horticultura urbana (se lo ve mucho en Nueva York) es muy valiosa; es casi algo “chic”, pero muy importante.
La Recomposición de la Clase Media Urbana
Marcelo Corti: En La Ciudad Global y en posteriores trabajos usted ha planteado una idea de centros urbanos que están disputados por dos clases sociales: una clase media alta de profesionales exitosos que trabajan en servicios avanzados a la producción (diseño, marketing, derecho) y una clase media baja o un sector informal que trabaja en servicios de baja calificación. Son los sectores que se ven con más frecuencia en ciudades como Córdoba o Buenos Aires. La clase media urbana, definida en términos de esa clase trabajadora del fordismo, que va cediendo derechos, que pierde esa calidad de vida que formó la gran clase media urbana del siglo XX, de los famosos “treinta años gloriosos” del Estado de Bienestar, ¿Usted cree posible recomponer de alguna forma esta nueva clase media? Lo cual no implica un antagonismo con estos sectores de servicios de baja calificación, sino al contrario, lograr que estos puedan acceder a la inclusión laboral, a un trabajo digno que les permita volver a ser esa categoría de clase media de la ciudad del siglo XX.
Saskia Sassen: Del siglo XX hay periodos muy buenos, cuando el sistema económico y las políticas de los gobiernos tuvieron como resultado la expansión de la clase media trabajadora y digna, donde el consumo de cada uno importaba para el sistema económico; esto es consumo de masas y la manufactura también entra en eso. Ahora el consumo de masas también existe pero no es el sector dominante. Todos necesitamos manufacturas; se escuchan algunas voces que dicen que podemos prescindir de estas, pero es mentira; para todo necesitamos manufacturas. Entonces se vuelve al tema inicial de cómo empezamos a relocalizar, y creo que podemos empezar de manera muy simple. Yo siempre les digo a mis estudiantes que si necesitan, por ejemplo, una mesa no vayan a un supermercado o a IKEA, vayan a algún barrio cercano donde haya una comunidad de inmigrantes que va a saber cómo hacer una mesa.
Países como Estados Unidos han perdido mucho, pero todavía predomina el sector intermediario de manufactura, que está radicado en el norte, porque es mucho más visible que las grandes fábricas de producción de masas. La economía que domina la producción de máquinas que hacen máquinas, todos necesitamos ese sector. Uno podría decir que en los países más avanzados se privilegia estos sectores de la producción. Yo creo que la manufactura de masas va a volver, si es que no volvió ya en Estados Unidos, porque ya se están acabando las opciones. Eso va a llevar a un liderazgo político, junto con los ciudadanos que también tenemos que hacer nuestros deberes, y tenemos que forzar a nuestros representantes a hacer sus deberes. Nuestras economías siguen cambiando y nuestros políticos sólo se contradicen. Aquí tiene que haber un proyecto amplio de ciudadanía, de tratar de entender si podemos relocalizar ciertos tipos de manufacturas de consumo final y de encontrar nuevas modalidades no muy costosas. Ahora parece imposible pero está por volverse posible, porque hay demasiadas cosas que están pasando en el mundo.
La Cuestión de Género y las Fuerzas Globales que operan en el territorio
Ana Falú: Pensando en estos proyectos amplios de ciudadanía, ¿Qué otras fuerzas estarían incidiendo en el otro territorio? ¿Cómo ves el tema de las minorías, los roles protagónicos de otro carácter, la cuestión de género por ejemplo (me acuerdo de tu ejemplo de las niñeras), como cuenta esto en el territorio desde una mirada positiva? Y también, contrastando, otras fuerzas globales que operan en el territorio, como la criminalidad?
Saskia Sassen: Esto me hace recordar a tu trabajo sobre cómo diseñar el espacio urbano, teniendo en cuanta la necesidad de los distintos actores. Yo creo que en una ciudad global las tareas como limpiar el suelo, el baño, una casa, hay que re-cuestionarlas; nosotros hemos organizado un Sindicato de mujeres de servicios domésticos en casas de lujo de New York. La tarea es una cosa, el espacio donde se da la tarea también importa. Todos los hogares de profesionales que tienen que ver con las finanzas son un espacio estratégico (no es simplemente la oficina) que se implanta en la ciudad, donde todo tiene que funcionar perfectamente. Esos trabajadores limpian, cuidan niños, pero no se puede mirar solo la actividad, hay que ver dónde se hace. Yo me refiero a toda una serie de trabajos que se ven como low grade y se confunden, y en realidad son el mantenimiento de una infraestructura estratégica (y a partir de ese concepto, organizamos una unión de mujeres que trabajan y viven de eso.)
Otro ejemplo, es el tráfico de mujeres (también de niños y hombres), el tráfico de sexo. Yo analizo cuál es el elemento imprescindible sin el cual todo ese aparato gigante de logística se desvanece, y es el cuerpo. Si vos lo sacás, se viene el mundo abajo. Me interesa analizar cuan a menudo el cuerpo de la mujer es un elemento estratégico; yo quiero recuperar lo que es estratégico desde un punto de vista positivo, como el mantenimiento de las infraestructuras de la que hablé antes.
Justicia Social y Equidad Territorial en la ciudad del siglo XXI
Marcelo Corti: En las ciudades como Córdoba y, en general, en las grandes ciudades latinoamericanas ha habido en las dos últimas décadas dos mandatos contrapuestos: por un lado la idea de insertarse en la globalización, que por suerte ha perdido algo de vigencia; esa idea de la competitividad de la ciudad de los ‘90, de Buenos Aires compitiendo con Sao Paulo o Miami, o Córdoba con Valparaíso, Asunción o Rosario, y que por lo tanto la forma de posicionarse era brindar mejores condiciones y mejores infraestructuras para los servicios avanzados que requiere la globalización. Y por otro lado, un mandato bastante más razonable, el de constituir ciudades más justas, territorios más aptos y de mejor calidad para los sectores más excluidos; en ese sentido han habido dentro de Latinoamérica diversos proyectos interesantes de movilidad, de proyectos urbanos integrales como el caso de Medellín o experiencias como las de favela-barrio en Brasil. ¿Cree usted que puede haber cierta compatibilidad o alguna posibilidad de conciliar esas dos miradas de la ciudad latinoamericana de las últimas décadas, la de tener un lugar en la globalización económico-financiera o la de tener una sociedad más justa (o una mayor equidad territorial, como reclamaba Edward Soja)?
Saskia Sassen: No puedo contestar la pregunta exactamente como la planteaste porque las ciudades son espacios marcados por encuentros de actores muy distintos, siempre hemos expulsado a ciertos sectores. La ciudad no es un espacio romántico, es un espacio real, a los ricos le muestra cierta realidad, que los sin poder pueden hacer reclamaciones, y a los sin poder les muestra el límite de los ricos. Siempre es un espacio extraordinario y dinámico. Yo creo que en relación a esta noción que hablaste al principio, hubo mucho abuso de los gobiernos municipales por parte de las entidades corporativas privadas.
Yo creo que un elemento que está siempre mal interpretado en mi teoría de la ciudad global es la visión sobre la estandarización, creo que el aspecto critico de las ciudades globales son las diferencias especializadas. Segundo elemento, aquello que llamamos entorno construido se vuelve infraestructural, y yo defino infraestructura como un elemento necesario pero indeterminado. Como un ferrocarril que lo podes usar para llevar bombas o comida para pobres. Entonces hay una confusión de tantos comentaristas urbanos que ven el entorno construido como estandarizado, y si esa es la fuente de interpretación, todas las ciudades globales son iguales. Pero si ves a eso como infraestructura, necesaria pero indeterminada, la gran pregunta que me llevo años contestar es cómo viene utilizada esa infraestructura.
Entonces tenés una situación distinta; tomando como ejemplo rápido las finanzas, en Chicago y New York, dos grandes centros financieros, los estándares de la infraestructura son los mismos, pero son radicalmente distintos esos centros, al igual que ocurre con los cuatro grandes centros financieros de China. Lo que se ha perdido en toda la discusión de la ciudad global son ciertas diferenciaciones. Lo que marca las funciones más avanzadas y globalizadas de las ciudades son diferencias altamente especializadas. Si vos mirás bien, el sector consumo es bien estandarizado, pero la función urbana global es la producción de elementos extraordinariamente complicados que eran necesarios para establecer un espacio creacional global. Entonces, considerar sólo el discurso de competencia de ciudades era muy negativo para las dirigencias urbanas. En mi libro, que escribí a finales de los ‘80, yo estaba interesada en la movilidad del capital, deduciendo que esta hípermovilidad del capital tiene un momento en el que necesita un lugar. Esa era mi pregunta, porque se decía que los sectores más desarrollados digitalizados ya no necesitaban ciudades, entonces desarrollé una metodología para registrar todos los sectores financieros digitales que eran altamente móviles, y ahí descubrí el inicio de una nueva economía global, en esa época eran New York, Londres, Tokio, y ahora ya son más de cien ciudades involucradas.
Eso significa que las ciudades se pueden, en principio, organizar, compartir todos los reclamos sobre esas grandes corporaciones, que en los años ‘90 realizaban un abuso total. Entonces yo insistí en lo que se había malinterpretado e iba de ciudad en ciudad transmitiendo a las dirigencias políticas que se puede negociar, se pueden hacer reclamos sobre la cuestión.
El espacio Interactivo Digital
Ana Falú: Para ir cerrando, quiero volver a esta complejidad de la era digital que conforma la ciudad, ¿Cómo ves vos estos espacios y que ejemplo tenés en relación a las tecnologías de la comunicación?
Saskia Sassen: Vos sabés que yo siempre complejizo las cosas (risas). Voy a enfocar en el momento extremo, el momento interactivo digital, para captar ciertos aspectos. Vos podes estar en un lugar físico pero conectado con todo el mundo; es casi un milagro. Yo quería saber qué ocurriría si a ese espacio interactivo, que la gran mayoría de los científicos sociales lo analiza con las categorías de la tecnología, lo estudio a partir de categorías sociales. Entonces empezás a entender que en el espacio interactivo digital están los aspectos técnicos de la telecomunicación pero también existe una ecología de significados que también se instala ahí.
Yo creo que la gran mayoría de los espacios interactivos digitales son locales, salvo que hablemos de un proyecto activista, una causa, donde se amplía el espacio y los actores. El caso extremo son los financial traders, que tienen un lenguaje muy especial, un minimalismo total para comunicarse. Con ellos pareciera que no se puede detectar ninguna ecología de significados, pero ellos saben hasta cuándo llega un individuo nuevo, lo saben identificar. Esto te da una identificación, que los científicos sociales no han hecho, porque simplemente abarcan una opinión tecnológica sobre el tema. Para mí también el espacio digital es una cosa muy importante a nivel de activismo, es una tecnología extraordinaria. (Agradecimientos. Ovación)
SS, entrevista por AF y MC
Saskia Sassen es Profesora Robert S. Lynd de Sociología y miembro del Comité de Pensamiento Global, Universidad de Columbia. Sus publicaciones recientes incluyen Territory, Authority, Rights: From Medieval to Global Assemblages (Princeton University Press 2008) y A Sociology of Globalization (Norton 2007).
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Cuando la ciudad se convierte en una tecnología de guerra I Una nueva forma de segmentación del Estado I Por Saskia Sassen
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Ciudadanía, democracia informal y disputas territoriales | Saskia Sassen y la presencia de lo local en lo global. | Federico Lisica
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Saskia Sassen: una visita guiada a la Ciudad Global | Dispersión, centralidad, nuevos movimientos políticos, culturas alternativas, y una pregunta: ¿de quién es la ciudad? | Saskia Sassen
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Ana Falú es Arquitecta, argentina. Profesora e Investigadora en la Universidad Nacional de Córdoba. Directora del Instituto de Investigación de Vivienda y Hábitat y de la Maestría de Gestión y Desarrollo Habitacional. Experta en Género de ONU Hábitat, coordina el Núcleo de Genero. Obtuvo su formación de posgrado en Bowcentrum International Educación y en la Universidad Tecnológica de Delft, Holanda. Fue Directora Regional de ONU Mujeres (ex UNIFEM) en Países Andinos y en Brasil y Países del Cono Sur hasta 2009. Es miembro fundadora de la Red Mujer y Hábitat de América Latina. Autora de artículos y libros en temas de Vivienda, Ciudad, Hábitat y Género. Impulsó en la región el programa Ciudades sin Violencia para las Mujeres, Ciudades más Seguras para todos, desde 2004. Activista por los Derechos Humanos y Feminista; integra de la AFM.
Marcelo Corti es Arquitecto (UBA) y urbanista (UBA, Universitat de Barcelona), integra el Estudio Estrategias y la red de consultores La Ciudad Posible. Dirige la Editorial y revista digital Café de las ciudades. Es Director de la Maestría en Urbanismo de la FAUD-UNC en Córdoba, Argentina. Autor entre otros textos de La Ciudad Posible (2015).
Sobre Edward Soja, ver también en café de las ciudades:
Número 22 I Política
Lo macro, lo mezzo, lo micro I Edward Soja: "nosotros hemos producido nuestros espacios y podemos cambiarlos". I Entrevista por Mariona Tomàs.