
Son filas interminables que salen de todos los pasillos y se cuelan entre las ferias, los andenes de la Terminal, los galpones ferroviarios, las tristes calles entre las construcciones desordenadas. Cientos, miles de personas que emergen de “la 31” a las 6, a las 7, a las 8 de la mañana, con bolsitos, guardapolvos o herramientas. Son mozos, peluqueras, albañiles, vigiladores, cajeras, repositores, personal de maestranza o logística, estudiantes. Son, junto a sus hermanos y hermanas de otros centenares de villas, asentamientos, inquilinatos y “hoteles”, la fuerza de trabajo necesaria para que la ciudad funcione. Si a usted le interesa ver sus caras, imaginar sus sueños, relojear sus vidas, acérquese una mañana tempranito a la terminal de ómnibus de Retiro y véalos en la interfase entre la villa y la ciudad, entre “la 31” y el microcentro, Puerto Madero, Palermo, Caballito o cualquier otro barrio de Buenos Aires. Una ley porteña, la 3343, les asegura al menos la urbanización de su barrio, la integración a la ciudad que construyen y sostienen. Pero falta la voluntad política para concretarla. Al Gobierno de la Ciudad, por ejemplo, hoy por hoy le preocupa más erradicar a los trapitos…

Javier Fernández Castro, María Cristina Cravino, Daniela Trajtengartz y Martin Epstein, investigadores y profesionales pero sobre todo militantes de la integración urbana de “la 31”, han producido un libro fundamental para entender cómo se llegó a este problema urbano (“un área de pobreza manifiesta en pleno centro de la metrópolis… expresión de la impotencia y desidia de un Estado”) y especialmente, cómo se resuelve. Barrio 31 Carlos Mugica – Posibilidades y límites del proyecto urbano en contextos de pobreza, presenta en una cuidada y muy bien diseñada edición la casi totalidad de lo que hay que saber sobre este “laberinto” de la política urbana porteña y argentina o, más precisamente, de su carencia.
La sustancia del libro es el anteproyecto de urbanización elaborado en instancias participativas con los vecinos del barrio Mugica por el equipo del Instituto de la Espacialidad Humana de la UBA dirigido por Fernández Castro, quien inicia el texto describiendo el encuadre y objetivos de ese trabajo. Le sigue la caracterización política de Cristina Cravino, quien sintetiza la evolución histórica del barrio, analiza los pros y los contras de las políticas de regularización y enumera las políticas habitacionales hacia la villa 31 y hacia las villas porteñas en general a lo largo de las últimas décadas, antes y después de la autonomía porteña. Cravino deja en claro que estos debates están fuertemente cruzados por las posturas ideológicas de quienes los sostienen, muchas veces saturadas y distorsionadas por prejuicios y sentidos comunes. Las villas implican una práctica de pensar y usar el espacio que conjuga en la vivienda la actividad netamente residencial con actividades productivas de distinto tipo. Para la urbanización son críticas las dificultades de acceso a los servicios públicos y en un plano social y político, la ausencia de canales orgánicos de participación para que los habitantes puedan ser protagonistas activos de su futuro. Como contraparte, la Constitución de la Ciudad y la Ley 148 fijan con claridad los derechos de los habitantes de las villas a la radicación.

Trajtengartz reseña las distintas instancias participativas desarrolladas desde 2002 en el marco del proyecto (para Julián, vecino del barrio, “es muy importante que haya acompañamiento técnico de profesionales que luchen en función de los derechos de uno, porque siempre están en contra”…). Epstein propone por su parte un trabajo sobre el concepto de memoria centrado en la figura del legendario Padre Mugica, asesinado en 1974 por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) y cuya historia es hoy homenajeada en las letras de la murga del barrio; la sección reproduce además una línea de vida trazada en un taller de trabajo que reseña 80 años de historia de la villa.

Fernández Castro analiza por su parte la situación de asentamientos y villas en Buenos Aires (“En un contexto comparativamente favorable a la gestión, al que se suma la disponibilidad de recursos propios de la ciudad, resulta sorprendente que no existan en los últimos años políticas sostenidas que tiendan a superar o al menos mitigar esta situación de exclusión urbana”) y analiza luego los condicionantes urbanísticas del barrio y su entorno. Rechaza las analogías orgánicas o con tejidos urbanos medievales (“no pasará desapercibido que algo distingue a nuestras villas de ciudades como Siena o Santiago de Compostela”, ironiza) y especialmente el eufemismo de lo “informal”: “El hábitat de la pobreza, nombre que nos ha parecido siempre más adecuado, tiene normas y tiene formas, no por distintas inexistentes”.
Tras precisar la delimitación territorial interna del barrio y sus diversos sectores y presentar algunos antecedentes proyectuales, Fernández Castro presenta finalmente el anteproyecto, centrado aun más que cualquier otro en las circunstancias del devenir… Los 10 lineamientos que se señalan para la urbanización son respetar la historia de configuración, buscar la participación de la comunidad, abrir claros e introducir recalificaciones, democratizar las condiciones de urbanidad, tender al máximo de arraigo, garantizar la accesibilidad, potenciar viejas y nuevas centralidades, producir cohesión articulando lógicas heterodoxas, provocar un cambio drástico de imagen y favorecer la conectividad.

El proyecto integra habitación, producción y empleo y espacios públicos conectivos de distinto tipo. Las soluciones residenciales son variadas e incluyen la consolidación de lo existente, la vivienda en lote propio, pequeños condominios-cités y, contra los prejuicios actuales, incluso la posibilidad de vivienda en altura. Cierra con una comparación de presupuestos entre la urbanización y la erradicación que despeja toda duda honesta que pudiera existir al respecto.
La presentación de los distintos temas y aspectos involucrados en la urbanización es tan clara como agradable: buenas fotos, buenas infografías, buena presentación de las ideas proyectuales. Este libro que comentamos es lo más completo que se ha escrito sobre la 31. Allí están la historia, el presente y las soluciones a futuro. Es el perfecto manual de instrucciones para pasar del problema de “la 31” a la esperanza del barrio Mugica. En síntesis: ya está el libro, ahora hay que urbanizar.
MC
Barrio 31 Carlos Mugica – Posibilidades y límites del proyecto urbano en contextos de pobreza. Javier Fernández Castro, María Cristina Cravino, Daniela Trajtengartz y Martin Epstein; con prólogo de Roberto Doberti. Editorial: Instituto de la Espacialidad Humana, UBA, 2010. 216 páginas 23 x 20cm. ISBN 978-987-05-9779-7. Disponible entre otros sitios en Concentra, Percepta y café de las ciudades.
Sobre el Barrio Carlos Mugica ver también en café de las ciudades:
Número 58 | Política de las ciudades
Sobre el futuro de la Villa de Retiro | Carta abierta al Jefe de Gobierno electo de Buenos Aires |
Número 70 | Política de las ciudades (I)
La urbanización del Barrio Carlos Mugica, de Retiro| Un debate recurrente y la opinión de Jorge Jáuregui | Marcelo Corti |
Número 96 | Economía de las ciudades
Mercado Informal de Alquileres en las Villas 31 y 31bis (Barrio Padre Carlos Mugica, de Retiro) | Y algunas conclusiones sobre calidad de vida y políticas públicas | Kelly Olmos |
Número 89 | Política de las ciudades (II)
La Villa 31, entre el arraigo y el desalojo | El nuevo libro de María Cristina Cravino (y por qué debería leerlo más de un político y política) | Marcelo Corti |
Número 86 I Terquedades
Una mirada arrabalera a Buenos Aires I Terquedad 2-13-31 I Columna a cargo de Mario L. Tercco