Alguma coisa acontece / No meu coração / Que só quando cruza a Ipiranga / E a Avenida São João / É que quando eu cheguei por aquí / Eu nada entendi / Da dura poesia concreta / De tuas esquinas / Da deselegância discreta / De tuas meninas… (…)
Quando eu te encarei / Frente a frente / Não vi o meu rosto / Chamei de mau gosto o que vi / De mau gosto, mau gosto / É que Narciso acha feio / O que não é expelo (…)
Do povo oprimido nas filas / Nas vilas, favelas / Da força da grana que ergue / E destrói coisas belas / Da feia fumaça que sobe / Apagando as estrelas / Eu vejo surgir teus poetas / De campos e espaços / Tuas oficinas de florestas / Teus deuses da chuva…
Caetano Veloso, Sampa
Tales Ab’Saber parece enojarse con Caetano Veloso y su “himno elegíaco” sobre São Paulo. Caetano describe una belleza distinta a la que encuentra Narciso al mirarse al espejo; Ab’Saber en cambio desconfía de esta idealización intelectual del “caos urbano” y cree más bien que la ciudad abandonó hace tiempo toda belleza en su obsesión por el dinero, en su rendición al automóvil y a la televisión, en su “paranoia socialmente acumulada” y en su alocado abandono del centro (el centro físico histórico, el centro estético de los buenos valores urbanos de la burguesía). Las rejas que la alcaldía de Maluf colocó frente al Museo Brasileño de Esculturas, proyectado por Paulo Mendes da Rocha, el kistch de la informalidad comercial para ricos en la feria Daslu, el hecho de que en la ciudad más grande de Sudamérica los shoppings ocupen el mismo lugar en la vida social que el que tienen en las pequeñas ciudades del medio-oeste estadounidense, son signos de la degradación social cultural y estética que Ab’Saber atribuye a su ciudad.
La recopilación que Fábio Duarte y Sergio Kon organizan en A (des)construção do caos encuentra en el texto de Ab’Saber el más personal de los ensayos recopilados, pero también el resumen del dispositivo intelectual que este libro construye sobre la metrópolis paulista (la “metrópolis síntesis brasileña“): desde el estudio de sus aspectos culturales, su paisaje y su espacio público, sus proyectos urbanos y sus planes, hasta las infraestructuras y servicios que abastecen (a veces…) a la ciudad. Como ese personaje de Vargas Llosa que se preguntaba “¿en que momento se habrá jodido el Perú?“, los diversos artículos que componen A (des)construção… parecen coincidir, ya no en la duda, sino en la certeza de que fue la fiebre automovilística de los ´70 el punto de quiebre de la racionalidad urbana. Y con algo más de precisión (a la manera de un Jencks…), la construcción de la vialidad elevada Costa e Silva, el “Minhocão”, en 1971.
Orgullosamente asentada sobre la colina de Piratininga, que domina el encuentro de los ríos Tietê (afluente del Paraná) y Pinheiros, São Paulo creció como el centro de la rica región cafetera paulista y principal encrucijada de caminos entre el “planalto” y el Atlántico. El centro de la ciudad aprovechaba esa localización y las bajadas hacia las várzeas, las planicies aluvionales ubicadas a sus pies, eran magníficas composiciones paisajísticas que vinculaban la ciudad y su hinterland. La primera oleada de industrialización precisó de la formación de un anillo alrededor del centro para su ocupación por industrias y por barrios de trabajadores, pero también de la expansión misma del centro sobre el eje de la Avenida Paulista (la ciudad de la producción y la ciudad del usufructo, en palabras de Polise Moreira). Al mismo tiempo, los ríos fueron rectificados en un intento de controlar sus crecientes, y sus márgenes ocupados por avenidas. Otros arroyos y ríos tuvieron el mismo tratamiento; según Jenny Perez “los sistemas naturales pasaron a desempeñar la función de sistemas de infraestructura urbana“. Con el tiempo las cuencas quedaron pavimentadas en un altísimo porcentaje y las inundaciones se hicieron recurrentes con las grandes lluvias, cuya frecuencia e impacto se ampliaron por la formación de una “isla de calor” a raíz de la pavimentación.
Con el paso de la metrópolis industrial a la metrópolis de servicios para la economía globalizada, la aglomeración comenzó a repartirse entre vacíos de urbanidad e islas de excelencia conectadas por autopistas. El eje del Pinheiros y las avenidas Faría Lima y Berrini fue el elegido para el desarrollo de los grandes edificios de la economía globalizada y sus empresas referentes: Compaq, Microsoft, Hilton, Hyatt…
La proliferación de automóviles transformó la llegada al centro en un calvario y esto promovió tanto la realización de soluciones viales agresivas hacia el entorno urbano como el progresivo abandono del centro histórico por la burguesía y hasta por las instituciones locales (el propio Ayuntamiento se trasladó en dos ocasiones). A pesar de los avances logrados en el funcionamiento del Metro y, más recientemente, de la red ferroviaria metropolitana (durante las dos últimas administraciones estaduales se invirtieron unos 2.200 millones de dólares en su mejoramiento), el 53% de los viajes realizados en la ciudad se realizan en automóvil privado. Carlos Mercante atribuye esta preferencia a la capacidad de la industria automovilística para comprender los deseos de los usuarios y planificar a largo plazo llenando los vacíos dejados por el poder público.
El apogeo de oportunidades ocasionó un fuerte proceso inmigratorio, la ocupación metropolitana se amplió ad infinitum y sin ningún ordenamiento. El resultado es una aglomeración que ha devorado sus propias ventajas de localización: aun situada en una región que destaca por la abundancia de manantiales, la mitad del agua que se consume en São Paulo debe traerse desde fuera de la región.
El impacto es ambiental pero también social y cultural: la población abandona los espacios públicos, la calle, y discurre por el “provincialismo modernizado” de los shoppings, centros de ocio y restaurants franquiciados; “¡no mire, no pise, no entre! No pase por aquí. La ciudad se niega al ciudadano y lo criminaliza: no hay peatones, hay sospechosos“, plantea Sergio Kon. Fábio Duarte nos recuerda que “estamos en automóviles, estamos como pasajeros, pero somos peatones. Esa es una prerrogativa esencial del ser urbano. Unos pocos pasos por las veredas de una ciudad revelan las cualidades y los problemas de su planeamiento“. Los signos de vitalidad económica y financiera inserta en las redes globales contrastan con el abandono de edificaciones y barrios enteros. La metrópolis es una colección de fragmentos tan diversos como insustentables, que sin embargo sigue seduciendo a sus habitantes y atrayendo nuevos pobladores.
“Vivimos siempre en espacios de fragmentos urbanos, y de referencias menores, en pequeñas islas, rodeados de una grandeza que intuimos pero de la cual nunca tenemos una visión minimamente ordenada, que nos lleve a algún conocimiento del todo. Vivir en São Paulo es vivir en un cierto estado de inconsciencia“, dice Ab’Saber, quien reconoce cinco ciudades diferentes superpuestas sobre São Paulo: el antiguo centro y su expansión, degradado y empobrecido; el circuito autista de los barrios de clase media (Higienópolis, Jardins, Itaim, Perdizes, Alto de Pinheiros); la gran ciudad marginal de las periferias donde viven los excluidos y los sub-empleados (en la zona sur de la ciudad se concentra la mayor parte de los 9 millones y medio de metros cuadrados de construcciones informales, solo en el área de Campo Limpo se concentra el 25% de las favelas); la diseñada por los grandes movimientos especulativos y financieros a partir de los ’80 (donde los traslados en helicóptero llevan a las últimas consecuencias la idea de una ciudad como mero espacio de pasaje, cruzado por empresarios que apreciarían vivir en la ciudad sin tener jamás que posar sus pies sobre ella…) y la ciudad de la falsa consciencia creada por los medios de comunicación, “la del ciudadano que pide que Caetano cante Sampa”. Wilson Lameira sostiene una similar pluralidad (¿o esquizofrenia…?) paulista en su excelente descripción sobre la gestión de la basura en la metrópolis: “Desconstruir el caos exige el reconocimiento de que hay muchas ciudades dentro de la ciudad de São Paulo, con realidades distintas que requieren soluciones distintas“.
La mayoría de los textos invocan el respeto de las reglas como base de cualquier fruición, apropiación y renovación urbana. La apelación general tiende a hacer del habitante paulista sujeto y agente de su ciudad. Para Fábio Duarte, “la ciudad debe ser planeada y cuidada para todos, y un principio para que eso se concrete es planificarla y prepararla para que el otro, el que es diferente de mí, pueda tener el mismo placer, la misma comodidad y la misma seguridad que tengo yo al usarla“. Y según sostiene Ab’Saber, “por increíble que parezca, tal vez sea más fácil transformar a las ciudades que a los hombres“. La señalada coincidencia de urbs, polis y civis en el origen de las ciudades (y consecuentemente, del urbanismo, la política y el civismo) pareciera adecuada para describir las operaciones implícitas en A (des)construção… Todo problema paulista puede referirse a esas 3 matrices urbanas: “La cuestión de las aguas (…) es especialmente de orden social y también una cuestión cultural“; “Pocas cosas despiertan aquí más sentido de la ciudadanía que la cuestión de la basura. La recolección diferenciada, en ese sentido (…) permite conectar diferentes segmentos sociales, despertando sentimientos de ciudadanía y solidaridad preciosos en un ambiente tan agresivo“; “Se requiere [para solucionar los problemas de la movilidad] institucionalidad metropolitana y acción política, compromiso de la sociedad y continuidad de los proyectos“. O la apelación que realiza Perez a reconciliar la naturaleza con la ciudad, por ejemplo en lo relativo a los cursos de agua, aun en su contaminación.
La regeneración (¿habrá que decir “redención”?) de São Paulo aparece al menos como una intención de las autoridades paulistas en la cantidad de operaciones estatales descriptas a lo largo del libro: la Operación Urbana Centro, el Proyecto Pomar (a lo largo del río Pinheiros), el Proyecto Tietê, los Centros Educacionales Unificados, la posible intervención en vacíos urbanos, la aplicación del instrumento de las operaciones urbanas, la Ley Municipal 14.223 de Ciudad Limpia (que procura eliminar la polución publicitaria), etc. Pero la magnitud del descontrol urbano torna necesaria una escala de intervención radical y extendida en el tiempo, con capacidad de operar no solo en la esfera pública sino también en el compromiso de los ciudadanos y de los distintos actores del desarrollo urbano.
A (des)construção do caos, Fábio Duarte y Sergio Kon (organizadores), São Paulo, 2008, Perspectiva (Colección Debates), 304 pgs. 20,4 x 11,5 cm., ISBN 978-85-273-0812-0, con textos de Sergio Kon, María Alice Junqueira Bastos, Polise Moreira De Marchi, Fábio Duarte, Carlos Mercante, Tales A. M. Ab’Saber, Wilson Lameira de Lima y Jenny Perez.
Ver en la presentación de este número los “diez mandamientos para una ciudad debilitada“, propuestos por Sergio Kon.
Ver el Atlas Ambiental del Municipio de São Paulo.
Ver y escuchar Sampa, por su autor Caetano Veloso y Sandy en el homenaje a Ayrton Senna, con fondo de proyecciones de la ciudad.
Sobre Sao Paulo, ver también en café de las ciudades:
Número 25 I Planes de las ciudades
“Abrir la ventana, mirar la ciudad y preguntar quién hizo esto” I Jorge Wilhem y el Plan Director Estratégico de Sao Paulo. I Jorge Wilhem
Número 16 I Proyectos
El Eixo Tamanduatehy en el ABC paulista I Una experiencia latinoamericana de recuperación del espacio post-industrial. I Marcelo Corti
Número 1 I Entrevista
“La misión del urbanismo es redistribuir riqueza y enfrentar la exclusión” I El Estatuto de las Ciudades, el Plan Director de San Pablo, y los nuevos instrumentos del urbanismo brasileño. I Raquel Rolnik
Número 46 I Arquitectura de las ciudades
Le Corbusier: los viajes al Nuevo Mundo I Cuerpo, naturaleza y abstracción. I Roberto Segre
Y de y sobre Fábio Duarte:
Número 67 I Urbanidad Contemporánea
Curitiba, “do modelo à modelagem” I La construcción y los usos de una imagen urbana I Por Marcelo Corti
Número 60 I Economía y Cultura de las ciudades
Inflexiones urbanas y ciudades globales I Evidencias y jerarquías I Fábio Duarte y Clovis Ultramari I
Número 39 I Arquitectura de las ciudades (I)
Las trampas lógicas de Emmanuel Pimenta I Todavía no vivimos en un mundo de libertad. I Fábio Duarte
Número 28 I Arquitectura de las ciudades
Crisis de las matrices espaciales I Reflexiones a partir de un libro de Fábio Duarte. I Marcelo Corti
Número 23 I Cultura
La ciudad infiltrada I 10_dencies/São Paulo y los desafíos de la cultura tecnológica. I Fábio Duarte