
Un paseo por el CBD de Melbourne es una especie de viaje virtual a una Buenos Aires paralela, a una ciudad y un país que hubieran conservado sus standards de desarrollo anteriores a 1930 (¡y sus tranvías!). El título de esta nota parafrasea el de un texto clásico de Adrián Gorelik sobre la formación de la capital argentina y alude a los dos atributos básicos del corazón urbano de Melbourne: la grilla fundacional y los parques que la rodean. Parques que, a diferencia de los porteños (distribuidos en el tejido de los barrios), establecen una suerte de semi-anillo alrededor del área central, acompañando el inicio de las vías radiales de extensión metropolitana. Este conjunto de grilla y parques concentra en un área de no más de 2 o 3 kilómetros de radio la casi totalidad de los equipamientos básicos de un centro metropolitano: los deportivos del Parque Olímpico (mucho más afortunado que su homólogo de Sídney, aislado en los suburbios respecto a todo asomo de vida urbana), los grandes hospitales, las Universidades, el popular Queen Victoria Market, la (anodina) recuperación portuaria de los Docklands y el río Yarra. Por fuera de este anillo, en la inmediata periferia del centro, la Inner City contiene algunos barrios renovados y trendy como los que se extienden alrededor de las calles Brunswick y Fitz Roy (según alguna referencia, su renovación habría comenzado con la expulsión de residentes aborígenes hace un par de décadas) y los barrios victorianos alrededor de la bahía. Y más allá… no la inundación, como en el tango, sino la infinita constelación de suburbios que se extiende por casi un centenar de kilómetros hacia el interior del estado de Victoria.


Fotos: Melbourne City Council
La grilla fundacional de Melbourne tiene 32 (8 por 4) manzanas cuadradas de aproximadamente 200 metros de lado, cortadas en dos medias manzanas por calles más angostas que corren en sentido sudoeste-nordeste (little streets) y atravesadas por una red “micro” de callejones (laneways), conformada a partir de la extrema subdivisión parcelaria y densificación de la ciudad a mediados del siglo XIX, a raíz de la fiebre del oro australiana. Este tejido fue muy afectado por las operaciones desarrollistas de la segunda mitad de siglo XX, basadas en gran parte en el englobamiento de parcelas (consolidation of blocks). A principios de los ochenta, el CBD estaba casi completamente despoblado de residencia y quedaba desierto por completo después del horario de trabajo.

Fue entonces que el City Council comenzó un plan de revitalización, que puede considerarse exitoso. Las claves del plan estuvieron en el paso de la monofuncionalidad a la multifuncionalidad, la inversión en el espacio público, la claridad de la estructura espacial, el estímulo a la animación y a la riqueza sensorial del espacio urbano, la mejora de la accesibilidad peatonal, la introducción de arbolado urbano y la empatía con los deseos de la gente. La sostenibilidad es también un objetivo: se planea instalar paneles solares sobre los techos del Queen Victoria Market y se calcula que si se pudieran instalar 50 km2 de paneles solares sobre el centro y los corredores radiales, podría abastecerse a toda Australia. Esta voluntad sostenible parece en ocasiones una coartada, pero genera algunos ejemplos de buena arquitectura, como CH2, el nuevo “edificio verde” del City Council.

Es cierto que las relaciones entre la calle y las plantas bajas suelen carecer de la sensibilidad que sí se aprecia en Sídney, y también que algunos lanes no tienen ningún tipo de atractivo, son de apariencia siniestra o incomodan por la profusión rebelde way de un street art banalizado. Pero en el conjunto de sus intervenciones, el área experimenta una notable amenidad que sus responsables sintetizan en la proliferación de cafés (algo que no puede sino agradar a los responsables de esta revista…), ha multiplicado su población de unos pocos centenares en los noventa a casi 10.000 al iniciarse este siglo, y es uno de los hervideros humanos más estimulantes, multiculturales y animados que puedan imaginarse.

Entre los puntos focales de este hervidero se destaca la plazoleta de acceso a la Biblioteca de Victoria, sobre Swanston St., típico ejemplo de contraste entre la formalidad de la fachada institucional y la espontaneidad de los usos y usuarios del espacio. Desde la plaza se puede continuar el recorrido hacia otros espacios memorables ubicados en los interiores de manzana, como el monumental cono de vidrio dispuesto sobre el edificio de la antigua estación Melbourne Central y el corazón de manzana en el encuentro de los lanes Albert Coates y Shilling.

Melbourne abunda en estos relatos espaciales. Otro punto de condensación urbana y social es Federation Square, plaza y centro cultural emplazado sobre la parrilla de vías ferroviarias en el acceso a la estación Flinders St., en el borde de la grilla. Su estructura supera la barrera original del ferrocarril y conecta la grilla con el área del río Yarra y los Docklands. Su arquitectura orgánico-fractal puede ser amada u odiada sin que el juicio desvalorice la vitalidad de un espacio público que ha sido comparado a Times Square en Nueva York y Trafalgar Square en Londres, una demostración más de la relativa autonomía que pueden tener entre sí las calidades de la edificación y del espacio. El aquelarre de experimentación arquitectónica se despliega por toda la ciudad; pieles, pieles tridimensionales, nubes, blobs, plops y todo el repertorio de los talleres de diseño se corporiza como en un Pepperland o Munchkinland de arquitectos. El analista puede decidir creer que el espacio urbano resiste el “ruido” visual de las arquitecturas o, por el contrario, que el propio exhibicionismo arquitectónico contribuye a la sobredosis de adrenalina (algo que la ciudad genera con una eficacia que ojalá tengan sus paneles solares para generar energía) y al poderoso atractivo del centro de Melbourne.
MC
café de las ciudades agradece la amable hospitalidad de Mary Ann Jackson y Ralph Green en Melbourne.
Sitio oficial de la Ciudad de Melbourne.
“Cada vez es más difícil de imaginar a Melbourne sin Federation Square. Hogar de los principales sitios de interés cultural, eventos de clase mundial, experiencias de turismo y una excepcional gama de restaurantes, bares y tiendas especializadas, esta plaza moderna se ha convertido en lugar de encuentro de la ciudad. Federation Square está gestionada por la Fed Square Pty Ltd, establecida por el Gobierno del Estado de Victoria en 1999. Fed Square Pty Ltd se encarga de la coordinación y gestión de los contratos de arrendamiento de locales, el autogobierno, programación y comercialización de todos los espacios públicos y de todos los aspectos de la gestión de activos y el desarrollo” (del sitio oficial de Federation Square). Federation Square recibió 10.000.000 de visitantes durante el año 2012.
Visita virtual al edificio CH2, “edificio verde “ del City Council de Melbourne.
Y sobre Australia, ver también en este número las notas El sueño de los Griffin, Sídney, lo mejor de ambos mundos, La creación de lugares para la gente y POSICiones cordobesas.