El proyecto ganador de MVRDV para un conjunto de 95 viviendas en el nuevo barrio de Feldbreite, en la ciudad suiza de Emmen, pareciera estar basado en la manzana de las ciudades latinoamericanas fundadas bajo los preceptos urbanísticos de las Leyes de Indias. Y particularmente en el desarrollo que estas tuvieron en las principales ciudades argentinas a partir de la subdivisión de los trazados originales. No es difícil encontrar en Villa Urquiza, Nueva Córdoba o Pichincha ejemplos muy parecidos: un polígono de alrededor de una hectárea de superficie, con acceso por calle desde sus cuatro lados, albergando unas dos o tres decenas de edificios simples, de superficies y alturas parecidas pero no idénticas, con patios propios, trabados entre sí a partir de la yuxtaposición de sus paredes laterales (que en el caso argentino, coincide además con la división por medianería).
Para las alturas que maneja el proyecto de los holandeses, hasta cuatro niveles, esta disposición permite una relación casi óptima entre densidad habitacional, aprovechamiento inmobiliario y calidad ambiental. Es una disposición que permite alojar de 250 a 400 personas por hectárea con buen asoleamiento y ventilación, privacidad familiar, amenidad barrial y uso de tecnologías constructivas económicas y de fácil resolución y aprendizaje. Si las plantas bajas se destinan a usos comerciales, la disposición de la manzana permite además nuclear en la unidad básica de la urbanización un 80 o 90 % de las funciones requeridas de un barrio o sector urbano; basta que en la cercanía otro polígono albergue una o dos escuelas, y otro disponga de un centro primario de salud y algunos usos administrativos y que haya disponibilidad de espacios públicos de acceso universal, para que se cumplan todos los requisitos de la ciudad compacta. Y especialmente, la accesibilidad peatonal para la mayoría de las funciones que definen la vida urbana. Solo falta una estación de transporte público masivo y de calidad a una distancia no superior a 500 o 600 metros para completar al menos los requerimientos más primarios de la vida social contemporánea. La misma comunicación oficial del estudio, que describe al proyecto como un “hibrido urbano”, postula estas ventajas del tipo:
· El desarrollo, con 9.000 m2 de vivienda, 2.034 m2 de servicios y 2.925 m2 de estacionamiento subterráneo, combina las ventajas de vivienda en la ciudad -ubicación central, privacidad, estacionamiento subterráneo- con las de la vida suburbana: jardines, salón multinivel y una comunidad de vecinos.
· En lugar del bloque de viviendas monolíticas solicitada por las bases, crea un bloque poroso que mezcla pequeños edificios de apartamentos en las esquinas, casas compactas a lo largo de las calles y casas de patio y jardines en el centro de manzana.
· El desarrollo logra de modo natural atraer a un grupo mixto de habitantes, factor importante para la creación de un entorno urbano intenso.
· El proyecto combina alta calidad de la construcción con precios relativamente bajos. Los clientes podrán comprar una casa más o menos terminada -comparable con el modelo básico de un coche nuevo- con opciones de ajuste y finalización en función de sus posibilidades. Los compradores con poco dinero pueden retrasar la inversión, o hacer los arreglos por su cuenta, y seguir no obstante viviendo en entorno de alta calidad.
· El exterior del bloque ofrece un frente variado a la calle, mientras que el interior ofrece la calidad e intimidad de un pueblo.
· El interior de la manzana se divide en espacios públicos y privados, con paredes divisorias que pueden usarse para colgar cuadros o rebatirse para conformar bancos y mesas de ping-pong.
· El plan de paisajismo prevé una amplia variedad de árboles frutales en el patio. Las casas de jardín y patio en el centro de manzana tienen sus propias puertas de entrada en el perímetro exterior del bloque. Los techos se utilizarán para el espacio al aire libre adicional.
La propuesta de MVRDV incorpora además un recurso útil para logar la apariencia de una construcción colectiva y a lo largo del tiempo en una obra destinada a realizarse a partir de una sola intervención concentrada: la yuxtaposición y combinación de variantes tipológicas y compositivas. Son en total 16 tipos de viviendas diferentes, que varían en tamaño de 30 a 130 m2 y presentan distintas alturas. Para reforzar esta diversidad, cada unidad tendrá su propio color de fachada, “haciendo hincapié en su propiedad individual. Una gama de colores pastel fue elegido en base a los colores específicos que tradicionalmente se encuentran en el centro histórico de las ciudades suizas en la zona de Lucerna”.
Este mecanismo de diversidad simulada ha sido aplicado con bastante éxito en algunos ejemplos de la década de 1920 en Buenos Aires, como el Pasaje Rivarola o las 6 manzanas del Barrio El Hogar, entre las calles Emilio Mitre, Valle, Del Barco Centenera y Pedro Goyena. Más recientemente hay también un ejemplo holandés, las viviendas diseñadas por Sjoerd Soeters para la Java Eiland de Amsterdam.
No es muy relevante, a los fines de este artículo, si hay una influencia (consciente o inconsciente, intencionada o no) de la manzana americana en el proyecto de Emmen. Winy Maas, factotum de MVRDV, ha visitado la región en varias ocasiones en los últimos años. De la estimulante matriz diagramática de sus primeros trabajos ha derrapado más recientemente a una producción en la que alternan la frivolidad y cierta astucia en el manejo de las referencias simbólicas, muy vinculada a una concepción post-moderna. Seguramente no ha dejado de observar las particularidades de nuestra manzana. Pero lo que realmente puede servir, desde este lado del mundo, es continuar la reflexión permanente sobre el ADN cultural de nuestro urbanismo.
Tras los “quince minutos de fama” de la reivindicación morfo-tipológica de los ´80, la manzana ha retornado a un discreto segundo plano como objeto de reflexión urbana. Basta ver, en extremos opuestos de la producción, las “ravioleras” de los planes de vivienda social en las periferias urbanas o las irrupciones Godzilla de las torres-country en los barrios acomodados. Una manzana como la de Emmen está prohibida en la mayoría de las zonificaciones del Código de Planeamiento Urbano de Buenos Aires. En la normativa para la renovación urbana de las playas ferroviarias de Caballito, Liniers y Palermo se ha introducido alguna variable morfológica amigable a la conformación histórica de la manzana, como la prescripción de alturas no superiores en más de dos pisos a la de los edificios existentes, pero aún sigue sin considerarse el Código Urbanístico al que obliga el Plan Urbano Ambiental de la Ciudad.
Y ya que estamos hablando de holandeses y de continuidades culturales, no está de más repasar algunas evoluciones urbanas “del lado de allá”: por ejemplo, la evolución del tipo de casa colectiva con patio desde el Barrio Sur de Amsterdam proyectado por Berlage a la Ballena de De Architekten Cie. La evolución con continuidad puede generarse, en nuestro caso, a partir de la investigación sobre los tamaños de parcela, la generación de espacio público o semipúblico al interior de la manzana, la distribución de llenos y vacíos, la relación entre alturas y patios, las homogeneidades y heterogeneidades formales, el rol de las terrazas y tantos otros aspectos que aún esperan nuestra dedicación. En esta tensión entre persistencia del soporte e innovación de los contenidos hay un potencial creativo insospechable, mucho más que en las veleidades disruptivas de la invención sin pasado.
MC
Ver el proyecto ganador de MVRDV, con la corporación de inversiones Senn BPM, para un bloque de viviendas en la ciudad de Emmen, Suiza.
Sobre la manzana como unidad urbanística, ver también entre otras notas en café de las ciudades:
Número 34 | Tendencias
La génesis de Torre Country | Una tipología antiurbana (II). | Mario L. Tercco
Número 46 | Lugares
Dos manzanas del Centro de Buenos Aires | Apuntes para una normativa urbana (II). | Mario L. Tercco
Número 47 | Planes de las ciudades
Cómo cambiar de una vez por todas el ya agotado (y además confuso) Código de Planeamiento Urbano de Buenos Aires | Apuntes para una normativa urbana (III). | Mario L. Tercco
Número 116 | Cultura de las ciudades (II)
Nueva visita a la manzana de Buenos Aires | Una exploración urbana en la pintura de Miguel Jurado | Mario L. Tercco
Sobre el Plan Urbano Ambiental de Buenos Aires y la normativa para la renovación de las playas ferroviarias, ver también entre otras notas en café de las ciudades:
Número 74 | Terquedades
Una mirada arrabalera a Buenos Aires | Terquedad del Plan Urbano Ambiental | Mario L. Tercco |
Número 84 | Planes de las ciudades (I)
El Plan Urbano Ambiental de Buenos Aires | Un análisis crítico de la legislación argentina (III) | Marcelo Corti
Número 125 | Un análisis crítico de la legislación argentina (XV)
La Ley 4477 de la Ciudad de Buenos Aires | Las playas ferroviarias y “el Plan que realmente existe” | Marcelo Corti