N. de la R.: Una versión resumida de este artículo fue publicada en la sección de opinión del periódico “Jornal do Commercio”, Rio de Janeiro, el pasado 15 de febrero de 2012. Ver Um relógio mole espreita o Rio, versión completa original en idioma portugués.
Nunca se ha hablado tanto del futuro. Y esto coincide con la aceleración del tiempo histórico y el incremento de las incertidumbres sobre el futuro. Los escenarios van desde los más previsibles y racionales a los más improbables y apocalípticos. En esto se incluyen temas como las presiones sobre el medio ambiente y el cambio climático, la cuestión energética, investigación y apropiación de nuevas tecnologías, dominio de la comunicación, orden financiero mundial, orden geopolítico internacional, organización del Estado, papel de las ciudades, acceso de los ciudadanos a derechos universales y formación ética y filosófica del hombre. El cine presenta cada vez más películas nuevas sobre el futuro. Pero hay poca creencia en los misticismos y profecías que animan la imaginación y el asombro humano respecto al porvenir. La búsqueda es por un enfrentamiento más racional del futuro.
Una mirada más atenta revela la enorme profusión de instituciones, centros de investigaciones, universidades, unidades de gobierno, organizaciones think tank, y núcleos de grandes empresas dedicadas a los más diversos temas relacionados a la previsión y a la construcción del futuro. Algunos profesionales están de pronto en el candelero. Los gurús del mundo de los negocios recomiendan donde apostar nuestras fichas. Los gobiernos afirman el optimismo. Los intelectuales justifican el pesimismo. Las sociedades secretas conspiran para imponer valores e intereses. En el día a día, sin control de la rueda viva, los ciudadanos intuyen sus estrategias más inmediatas de sobrevivencia. Cuando son llevados al límite, forman la turba urbana que sacude sumisiones a veces tomadas como eternas e incuestionables.
Las ciudades figuran como plataformas incandescentes y protagonistas privilegiadas de las expectativas. Los planes estratégicos recomiendan que asuman el lugar de antenas receptoras y propagadoras de la innovación, que ya ha pertenecido a Brujas, Venecia, Amberes, Génova, Ámsterdam, Londres, Boston, Nueva York y hoy parece pertenecer a Los Ángeles.
Brasil es señalado como un país que despega, pero con la herencia de una sociedad y de un territorio profundamente heterogéneos, desiguales y asimétricos. Rio de Janeiro es el epicentro de la movilización del entusiasmo nacional. Como si no bastara todo el capital competitivo acumulado por la ex-capital del país, el petróleo reveló extraordinarias reservas en la costa del estado, ampliando el potencial de ingresos pero también las exigencias de inversiones de los royalties en la prevención de sus impactos. En junio de este año, en la Conferencia Rio+20, la ciudad va a ser una vez más sede de un encuentro mundial sobre medio ambiente. Además de la Copa del Mundo de fútbol de 2014, será sede de las Olimpíadas y Para-Olimpíadas de 2016, competiciones inéditas en América del Sur. El carioca va a renovar su costado cosmopolita bajo la afirmación genuina de su identidad. Miles de millones de dólares están siendo invertidos en la ciudad. El próximo Alcalde o Alcaldesa de Rio tendrá estos mega-eventos como vidriera de amplia visibilidad internacional, menos por lo que ya se ha hecho y más por lo que aún se espera que se haga en la construcción del futuro de la ciudad (sin ilusiones fáciles, en este momento de la ciudad, del país y del mundo). Después de todo, Atenas, creadora y última sede de las Olimpíadas, parece probar ahora que un mega-evento, por sí solo, no es capaz de salvar una ciudad de su contexto.
En el mundo, ciudades importantes que ya han consolidado museos sobre sus historias implementan planes para el 2050. Rio invierte por un lado en arqueología urbana como construye por otro lado con entusiasmo el proyecto del arquitecto español Santiago Calatrava para el Museo del Mañana, nombre paradójico que sugiere albergar el conocimiento sobre un futuro aún en gestación. Mejor sería si mañana se refiriera a mañana mismo y no a un futuro a largo plazo que continuara empujando nuestra agenda y nuestra desfachatez hacia un compromiso vago en el tiempo. Si en la ficción científica el imaginario sobre el futuro suele inspirarse en las tecnologías, en este tema Rio asume un rol de vanguardia en algunos frentes, con la participación decisiva de la investigación universitaria y empresarial. Pero dependerá de un proyecto social y de educación revolucionario que garantice respuestas de los nacidos hoy a las exigencias del mañana.
La geografía de Rio tendrá que adherir a patrones urbanísticos y ambientales que valoricen su imagen. La vida urbana tendrá que adherir a patrones culturales y de sociabilidad que valoricen la ciudadanía. El barrio de Santa Teresa, una emergencia heterotópica, constituye un movimiento de resistencia e innovación con relación a patrones culturales, comunitarios y de oferta de servicios existentes en el resto de la ciudad. La pacificación de las favelas y la asunción del papel del Estado en estas laderas liberan la energía productiva que estuvo reprimida en el siglo pasado. Muchas iniciativas culturales surgen en las favelas, afirmando talentos en el teatro, en la música, en la danza y en el montaje pionero del Museo (de la favela) de laMaré, ya incluido en las guías de visitas internacionales. Si embargo, también en las favelas la Defensa Civil tendrá que mostrar mejor desempeño preventivo, frente al incremento de los factores de riesgo en las épocas de lluvia. Como ciudad costera, Rio tendrá que adaptar frente al cambio del clima la ocupación de playas, bahía, bajadas costeras y sistemas lagunares, vulnerables al alza esperada del nivel del mar para el final de este siglo. En países más vulnerables, como Holanda, este fenómeno ya ha motivado la adopción de medidas muy serias por parte de los gobiernos.
El área portuaria de Rio, finalmente, está siendo revitalizada. Pero el propio puerto tendrá que encontrar un mejor lugar en la logística y en el mapa mundial de las rutas comerciales, que hoy privilegian el Atlántico Norte y el Pacífico. En el ámbito de los transportes, la transformación radical que tenemos que hacer es en las condiciones de movilidad de la gente, superándose imposiciones de la geografía física y de la estructuración urbana de Rio. La productividad de la ciudad depende de la pluralidad y de la conectividad intermodal de barcas, trenes, metro, buses y transportes leves (bicicletas, teleféricos, funiculares o el tranvía de Santa Teresa). Cuando las líneas de tren se tornen metros subterráneos se abrirá una extraordinaria oportunidad de valorización e integración urbanística de los barrios de los suburbios, hoy partidos por el ferrocarril. Más allá de los límites político-administrativos del municipio, la ciudad tendrá también que integrarse a un proyecto metropolitano que va más allá de la acogida efímera de las escuelas de samba de los municipios vecinos para la apoteosis radiante del Carnaval.
Como en la ciudad de Fedora, del universo fantástico de Ítalo Calvino, los antiguos proyectos elaborados para la ciudad podrían formar un Museo del Pasado del Futuro de Rio de Janeiro, exponiendo a los cariocas maravillas urbanísticas intuidas pero jamás implantadas en la ciudad maravillosa. Pensar sobre lo que podríamos haber sido puede animar el debate sobre lo que debemos ser, como un ejercicio saludable de imaginación sobre la geografía ausente de Rio. Alberto Ribeiro Lamego nos había alertado sobre la erosión del peñasco Pan de Azúcar bajo la acción lenta del sol, del viento y de la lluvia en tiempo geológico. Pero esto no va ser mañana. Hasta entonces, un enorme reloj blando nos va a acechar, derramado sobre los cables del famoso teleférico.
AL
El autor es Urbanista y Maestro en Organización y Gestión del Territorio por la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ). Es investigador y asesor técnico del Instituto Brasileño de Administración Municipal.
Sobre la extensión universal de los derechos ciudadanos, ver también entre otras notas en
café de las ciudades:
Número 111-112 I Política de las ciudades (I)
Carta-Agenda Mundial de Derechos Humanos en la Ciudad I “La ciudad es una comunidad política en la que todos sus habitantes participan en un proyecto común de libertad” I Por Ciudades y Gobiernos Locales Unidos
Número 111-112 I Política de las ciudades (II)
Una chispa para despertar a los gobiernos locales I Sobre la Carta Agenda Mundial de Derechos Humanos en la Ciudad I Por Sebastian Tedeschi
Y sobre la maravillosa ciudad de Río de Janeiro:
Número 12 | Entrevista
“Políticas para construir ciudad, no para hacer casitas” | Jorge Jáuregui y el programa Favela Barrio, de Río de Janeiro. | Jorge Jáuregui
Número 19 | Tendencias – Política
Favelas en la ciudad: articular, no separar | Los muros de la vergüenza (II). | Jorge Mario Jáuregui
Número 58 | Arquitectura de las ciudades (I)
URDIMBRES: la favela es el lugar del puro devenir | Una estrategia de reconquista de la ciudad en la 12 DOCUMENTA de Kassel | Jorge Mario Jáuregui
Número 98 | Planes y Arquitectura de las ciudades
Rambla de Manguinhos |La articulación entre “ciudad partida” y sociedad en Río de Janeiro | Jorge Mario Jáuregui
Número 106 | Proyectos de las ciudades
Porto Maravilha y sus fuentes | El proyecto de Jáuregui y Machado&Silvetti para Río de Janeiro 2016 | Marcelo Corti