En Rosario se aprobó la creación de una empresa pública de desarrollo urbano y es una muy buena noticia para la ciudad y también para todos quienes trabajamos los temas de planificación y gestión de ciudades.
En la primera parte de esta nota, y para darle contexto a la iniciativa, se seleccionan algunos párrafos de una entrevista a concejales de Ciudad Futura (promotores del proyecto), luego incluyo una breve reflexión desde un aprendizaje personal.
Ciudad Futura es una joven fuerza política local que surge de luchas territoriales, actualmente con cinco bancas en el concejo de Rosario y que lidera un proyecto de integración socio-urbana de gran escala: la urbanización de Nuevo Alberdi.
Dice Ciudad Futura en una entrevista sobre el tema;
• “Desde el ingreso de Ciudad Futura al Concejo (2015) se viene proponiendo esta herramienta (la EDU), que se planteaba como Inmobiliaria Pública, pero nunca se logró su tratamiento, ni siquiera en comisiones del Concejo. En esta ocasión el proyecto llega al recinto luego de un trabajo conjunto entre distintos bloques y el ejecutivo local, quienes consensuaron en un mismo texto lo que se venía trabajando en esta materia. Eso es un gran logro”
• “Esta herramienta permitirá que el Estado lleve adelante desde grandes proyectos de urbanización hasta pequeñas operaciones de acupuntura urbana. Puede, por ejemplo, desarrollar un proyecto cultural que revitalice tres cuadras degradadas del centro. Pero puede también abrir calles en 20 hectáreas rurales, llevar servicios, lotear y expandir así la mancha urbana. O directamente construir alternativas para algo tan básico como el acceso a la vivienda”
• “Cuando se analizan las políticas y la herramienta con las que cuenta actualmente el Estado para intervenir de manera directa en la ciudad, se ve que son demasiado lentas, burocráticas e ineficaces. La urbanizadora pública viene a llenar ese vacío, con una herramienta dinámica que le va a permitir al municipio construir equipamientos y viviendas, acelerar las urbanizaciones de barrios populares, intervenir en diferentes sectores de la ciudad. Pensar la ciudad sin ataduras de ningún tipo”
• “Hasta hoy, el municipio sólo tenía facultades para regular un mercado del que no participaba. Con esta nueva herramienta, podrá intervenir de manera ágil para construir alternativas desde un modelo de economía plural donde convivan el sector privado, el Estado y la sociedad organizada para satisfacer sus demandas”
• “Es un vuelco en la forma de planificar el desarrollo de Rosario. No se piensa en un modelo estatista ni tampoco en un modelo neoliberal: se piensa en un modelo de economía plural donde convivan empresas privadas, el Estado y las organizaciones de la sociedad civil. Hoy el municipio depende de que haya interés privado para avanzar en el desarrollo de la ciudad”
• “El proyecto no nace en el vacío. Tiene sus antecedentes en Medellín y Bogotá, dos ciudades latinoamericanas que, a través de la conformación de sus Empresas Públicas de Desarrollo Urbano, generaron enormes transformaciones sociales y económicas en sus sociedades, convirtiéndose en casos de estudio en todo el mundo”
• “Durante muchos años nos conformábamos con que los privados dejen algunas migajas de sus desarrollos urbanísticos. A cambio de darle indicadores y mayor rentabilidad, el municipio se conformaba con que construyeran una calle. Con esta herramienta puede suceder otra cosa: el municipio hace la avenida diciéndole al privado lo que debe hacer, teniendo en cuenta la rentabilidad, pero dejándole un beneficio mucho más grande a la ciudad”
• “Es una herramienta vital de gobierno, pero su alcance depende mucho de quien la conduzca políticamente”
Es un vuelco en la forma de planificar el desarrollo de Rosario. No se piensa en un modelo estatista ni tampoco en un modelo neoliberal: se piensa en un modelo de economía plural donde convivan empresas privadas, el Estado y las organizaciones de la sociedad civil. Hoy el municipio depende de que haya interés privado para avanzar en el desarrollo de la ciudad
Como aprendizaje y reflexión personal
Los que trabajamos en temas de planificación y gestión urbana sabemos que, además de concebir buenos proyectos de intervención sobre la ciudad, es central contar con herramientas para ponerlos en marcha, para hacer que las cosas sucedan. Hemos avanzado mucho en la incorporación de instrumentos que permiten promover, incentivar, recuperar plusvalías y está muy bien, pero a la hora de encontrar modalidades de actuar de manera más directa se complica. Seguir los procedimientos y el encuadre de la administración pública limita la posibilidad de actuación y tiene tiempos que en general no se condicen con la eficiencia o el aprovechamiento de oportunidades.
Tuve la posibilidad de estar y conocer desde adentro dos procesos que marcaron mi mirada sobre la gestión urbana conocerlos antes de que tuvieran el reconocimiento merecido que tuvieron). Uno es la transformación de Bilbao, España (década del 90 del siglo pasado) y otro el de los Proyectos Urbanos Integrales de Medellín.
Bilbao Ría 2000 fue la Sociedad Anónima Pública que permitió materializar un proceso enorme de transformación de un sector portuario degradado, en un sitio vital e icónico dentro de una estrategia de desarrollo para la ciudad y la metrópolis. Reunió a actores importantes y recibía aportes económicos y/o inmuebles para poner en marcha el Proceso.
La EDU de Medellín (Empresa de Desarrollo Urbano) fue quien implementó los Proyectos Urbanos Integrales, la ambiciosa estrategia que se dio el municipio (2004-2007) para intervenir en barrios degradados de la ciudad.
Durante muchos años nos conformábamos con que los privados dejen algunas migajas de sus desarrollos urbanísticos. A cambio de darle indicadores y mayor rentabilidad, el municipio se conformaba con que construyeran una calle. Con esta herramienta puede suceder otra cosa: el municipio hace la avenida diciéndole al privado lo que debe hacer, teniendo en cuenta la rentabilidad, pero dejándole un beneficio mucho más grande a la ciudad.
Cada proyecto estratégico, multidimensional, complejo y multi actoral requiere de una arquitectura de gestión que no es la tradicional. Iniciativas concebidas y lideradas desde el sector público requieren para su puesta en marcha administrarse y gerenciarse con otras herramientas, y hay que adoptarlas.
Quien conoce las ciudades latinoamericanas y sus barrios populares, sabe de la complejidad que tienen los catastros (legales o no) y, en esa singular urdimbre, lo que significa generar un espacio libre para abrir una calle, ubicar un equipamiento o un espacio público, o desarrollar un metro cable.
–¿Y cómo hicieron para generar esa plaza?, pregunté tímida e inocentemente a la María Eugenia Ramos, notable Gerenta de la EDUu. Sencillo… –“compramos los terrenos”, y pasó a contar la cantidad de inmuebles que habían comprado y cedido a otras jurisdicciones para construir un parque biblioteca, el centro deportivo, o un conjunto de viviendas en la zona de riesgo de la Quebrada de Juan Bobo. Intenté hacer un ejercicio de pensar con “la metodología tradicional” de concurso de precios, licitación, expropiación, etc., y lo que Medellín hizo en esos cuatro años lo tendríamos hoy por estos lares como un expediente gordo.
Comprar y construir, vender y recuperar, contratar equipos de diseño, empresas constructoras o cooperativas de albañiles, asociarse con un privado, una mutual, un sindicato, ajustar tiempos, adquirir al buen precio en una compulsa rápida, se abren como oportunidades para que los proyectos urbanos que cambian y transforman los territorios puedan implementarse en plazos más breves y disparar las sinergias que se esperan de ellos.
La EDU de Rosario es una Sociedad Anónima “Unipersonal” integrada por el Municipio como único actor. Permite incorporar el marco normativo del derecho privado para agilizar proyectos públicos; tal vez este sea el gran cambio conceptual. Contar con esta herramienta nos da claridad para poner en marcha proyectos urbanos complejos que las ciudades ya tienen. Pero lo más importante es concebir la cantidad de nuevas operaciones que podemos realizar si lo usamos con creatividad y audacia.
Contar con esta herramienta nos da claridad para poner en marcha proyectos urbanos complejos que las ciudades ya tienen. Pero lo más importante es concebir la cantidad de nuevas operaciones que podemos realizar si lo usamos con creatividad y audacia.
RM
El autor es Director de Proyectos del IGC–Instituto de Gestión de Ciudades. Cofundador y primer presidente de la Sociedad Argentina de Planificación Territorial –SAPLAT.
Ver la ordenanza del Concejo Municipal de Rosario, que crea la Empresa de Desarrollo Urbano SAU.