Ante las consecuencias de la aplicación del Código Urbanístico (CUr), cuya revisión venció en 2022, las organizaciones vecinales que integran la Interbarrial Buenos Aires exigen la suspensión inmediata del otorgamiento de Certificados Urbanísticos, Prefactibilidades, Permisos de Demolición y Registros de Obra Nueva superior a 300 m2 hasta que quede promulgado el nuevo Código Urbanístico o su modificación.
Los relevamientos realizados en los barrios porteños por sus organizaciones vecinales detectaron que el CUr votado por la Legislatura porteña en 2018 ya generó:
-El aumento exponencial del volumen constructivo y las alturas y el avance sobre los pulmones de manzana, líneas de frente y retiro.
-La proliferación desenfrenada de demoliciones y de construcciones que dañan viviendas y afectan la identidad de los barrios y la calidad de vida de vecinas y vecinos.
-La ausencia de regulación estatal que deriva en la saturación de servicios públicos como electricidad, gas, cloacas, pluviales, estacionamiento, establecimientos de salud, escuelas, etc.
-El estallido de la explotación comercial, la ocupación del espacio público y la saturación de usos del suelo.
-La aprobación sistemática de “excepciones” a la Ley, permitiendo la construcción de edificios de gran altura sin estudios de impacto ambiental.
-La demolición de patrimonio arquitectónico e histórico irrecuperable.
-El avance sobre los espacios verdes necesarios para el ambiente, que no pueden recuperarse.

Además de mantener reuniones con legisladoras/es y precandidatas/os de todas las fuerzas políticas, convocar a funcionarios/as porteños para exponer sus propuestas y solicitar respuestas a los reclamos planteados, gran parte de los barrios presentaron también sus Proyectos de Ley para modificar el CUr.
No se trata de una simple “percepción”, como expresaron públicamente funcionarios del Poder Ejecutivo de la ciudad, sino que basta con caminar por cada uno de estos barrios para observar cómo diariamente aparecen nuevas construcciones sin evaluar el impacto que generan en el ambiente, los servicios básicos, las viviendas y la calidad de vida de la población.
‘(…) en esa transformación, la ciudad va perdiendo un importante valor: la diversidad de los barrios… Uno de los problemas de legitimidad de este instrumento fue no haber sido convenientemente consensuado‘
Según el Observatorio Metropolitano del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU), “el nuevo código tuvo como resultado un importante incentivo a las obras nuevas y demoliciones de lo existente con gran impacto en zonas de casas bajas, así como la proliferación de los locales comerciales, lo que sumado a que no se consideraron cabalmente los instrumentos de preservación del patrimonio, generó un fuerte impacto en las identidades barriales… En esa transformación, la ciudad va perdiendo un importante valor: la diversidad de los barrios… Uno de los problemas de legitimidad de este instrumento fue no haber sido convenientemente consensuado”.

La voz de vecinos y vecinas pretende ser silenciada con el ruido de las construcciones. Nuestros barrios pierden su memoria y su identidad mientras las obras destruyen casas y árboles, dañan edificaciones linderas y se lotea el espacio público al mejor postor.
Los desarrollos inmobiliarios actuales no resuelven la crisis habitacional sino que aumentan la cantidad de unidades ociosas, concentrando las nuevas edificaciones en pocos barrios. Se fomentan los alquileres temporarios, el blanqueo de capitales y la renta en dólares, sin políticas reales de acceso a la vivienda. La especulación inmobiliaria avanza de acuerdo a intereses unilaterales, promoviendo un aumento desproporcionado de viviendas en una ciudad que no tiene preparada su infraestructura de servicios ni de transporte para recibirlas.
La voz de vecinos y vecinas pretende ser silenciada con el ruido de las construcciones. Nuestros barrios pierden su memoria y su identidad mientras las obras destruyen casas y árboles, dañan edificaciones linderas y se lotea el espacio público al mejor postor. Los servicios básicos se convierten en escasos e insuficientes frente a un entorno que no fue diseñado ni planificado para la pretendida demanda.
Por estas razones, las organizaciones vecinales de la Ciudad de Buenos Aires nos declaramos en estado de emergencia urbanística ambiental y exigimos la suspensión inmediata del otorgamiento de Certificados Urbanísticos, Prefactibilidades, Permisos de Demolición y Registros de Obra Nueva superior a 300 m2 hasta que se promulgue el nuevo Código Urbanístico o su modificación, incluyendo la opinión vinculante de sus habitantes. Este es el momento de defender nuestros barrios y nuestro derecho a decidir en qué Ciudad queremos vivir.
IBA
La Interbarrial Buenos Aires es un colectivo que agrupa organizaciones vecinales de Almagro, Balvanera, Bajo Belgrano, Boedo, Caballito, Chacarita, Coghlan, Colegiales, Flores, Floresta, Núñez, Palermo, Parque Chas, Saavedra, San Cristóbal, Villa Crespo, Villa del Parque, Villa General Mitre, Villa Ortúzar, Villa Pueyrredón y Villa Santa Rita. Contacto: [email protected]
Sobre la perdida de diversidad barrial, ver la nota ¿Por qué nuestros barrios son cada vez más iguales?, de Federico Poore en cenital.com. Del mismo Poore y en relación a los temas de esta nota, ver su cuadro comparativo de propuestas de tres precandidatos a Jefe de Gobierno de la CABA.
Sobre el Código Urbanístico de la ciudad de Buenos Aires, ver también las notas Cambio climático y planificación en el Código Urbanístico. Una oportunidad perdida para Buenos Aires, por María José Leveratto, y Comentarios al nuevo proyecto de Código Urbanístico de Buenos Aires y Sobre el proyecto de Código Urbanístico de Buenos Aires, ambas por Marcelo Corti.