El pasado 29 de marzo el Ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas presentó el Plan Argentina Productiva 2030, que coordinará el sociólogo Daniel Schteingart, director del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI). El plan procura reducir la pobreza en 9 millones de personas para 2030 –reduciendo la desigualdad al menor valor en 50 años–, crear 2 millones de empleos registrados en el sector privado (el 70% de ellos en el Interior o, dicho de otra forma, fuera del AMBA, y al menos el 50% femeninos), crear 12.000 empresas por año y reducir el impacto ambiental de la producción.
Para materializar el plan se pondrán en marcha 10 “misiones” productivas. Schteingart cita expresamente el origen del concepto de misiones a partir del trabajo de la economista Mariana Mazzucato: “implica movilizar el aparato productivo y tecnológico para resolver desafíos sociales, económicos, tecnológicos y ambientales”. Cada misión estará compuesta por proyectos estratégicos y tendrá estimación de impactos de empleo, en divisas, en lo fiscal, en lo territorial y en lo ambiental, a partir de metas cuantitativas medibles a 2030.
Es buena noticia que se encare “producir más y generar más trabajo de un modo que sea sostenible en el tiempo y transformar la estructura productiva y tecnológica del país”. Pero llama la atención y resulta difícilmente comprensible la ausencia de la producción de ciudad y vivienda en un plan con estos objetivos. Hay algunas ligazones tangenciales en la Misión 1. Desarrollar la economía verde para una transición ambiental socialmente justa, que procura “reducir el impacto ambiental de las actividades productivas desarrollando la cadena del hidrógeno, la economía circular y los proveedores industriales de las energías limpias”; en la Misión 3. Movilidad del futuro “a partir de la fabricación nacional de vehículos eléctricos y bicicletas”; y en la Misión 8. Modernización y formalización de sectores industriales tradicionales, donde entre otros sectores donde se prevé introducir nuevas tecnologías, materiales, diseños y capacitación permanente de trabajadores/as figuran los materiales de construcción. Y muy indirectamente en la Misión 6. Digitalización de empresas y hogares para incrementar productividad y reducir brechas digitales y sociales. Pero no aparece mencionado ni siquiera el sector de la construcción como parte sustancial de alguna de las misiones.
Una misión que involucrara la resolución del déficit urbano (no solo en su aspecto de provisión de viviendas sino en la totalidad de sus componentes: infraestructuras, equipamientos, servicios, espacio público, atributos urbanos en general) sería perfectamente compatible con la totalidad de los objetivos del Plan Argentina Productiva 2030. Generaría empleos (con un gran potencial de creación de empleos femeninos) y empresas, mejoraría las condiciones generales de la producción e involucraría de modo transversal a gran parte de las otras misiones propuestas.
Quizás sea posible solucionar esta omisión en las instancias participativas del plan, del que se anuncia que será federal y que “buscará consensos entre los distintos actores y salir de la grieta y el péndulo”. Habrá mesas de trabajo en las 24 provincias en los próximos tres meses y luego un trabajo de consolidación técnica, “con documento de avance a fines de 2022”. También está disponible un formulario para “presentar ideas”. Ojalá estas instancias permitan introducir a la ciudad en el plan, cuya publicación completa se anuncia para marzo de 2023.
MLT
Sobre el concepto de misión de Mariana Mazzucato, ver la nota Una guía para cambiar el capitalismo en nuestro número 201.
El autor es corresponsal de café de las ciudades en Buenos Aires. De su autoría, ver Terquedad de las dirigencias y las militancias y las Terquedades anteriores.