La pérdida de biodiversidad, la contaminación atmosférica y del agua, la producción de residuos sólidos y tóxicos, así como el cambio climático, son algunos de los problemas que caracterizan la crisis ambiental actual. La lógica neoliberal propone una subordinación de la naturaleza a la economía y gestiona su apropiación privada incorporándola al mercado bajo las dinámicas extractivas, productivistas y de consumo; basada en una tecnología capitalista y ambientalmente destructiva. Durante el neoliberalismo, el saqueo y contaminación de la naturaleza ha sido inmensa e imparable (Llorens, 2020).
Mattos señala que este fenómeno se encuentra acompañado de un cambio en el modo de gestión urbana basado en una disminución de la intervención y la inversión público-estatal, que ubica al capital privado en el centro del desarrollo y configuración urbana, al tiempo que estimula el desarrollo de una dinámica neoliberal en la producción de la ciudad.
Aun cuando el rol del Estado en Argentina fue central en el siglo XX en la planificación estratégica energética e infraestructural, generando Estado de bienestar para la sociedad en su conjunto, en los ´90 las ciudades ven traspasar sus bienes comunes, como el agua y la energía, a manos de privados, justificado por una crisis económica generada por endeudamiento y alentadas por mensajes de un Estado ineficiente como gestor y operador.
Este fenómeno se encuentra acompañado de un cambio en el modo de gestión urbana basado en una disminución de la intervención y la inversión público-estatal, que ubica al capital privado en el centro del desarrollo y configuración urbana
El Estado deja de actuar sobre el territorio para pasar a cumplir un rol subsidiario como acondicionador y promotor de las transformaciones del espacio urbano, el cual estuvo fundamentalmente controlado por estrategias empresariales con un fuerte sesgo privatizador (Ciccolella, 2011). Ante la ausencia de planificación estatal, los capitales privados actúan bajo objetivos de ganancias a corto plazo, con poca o nula inversión. Sus programas de mercados oligopólicos retrasan la extensión del bienestar en la población, lentificando la diversificación de la matriz y la transición energética.
Ante la emergencia ambiental ligada al crecimiento acelerado de las ciudades y sus demandas, urge la necesaria creatividad para instrumentar cambios que impliquen una gobernanza ambiental, donde la naturaleza sea sujeto de derecho, los individuos y las comunidades logren convertirse en agentes de incidencia en favor del cuidado de la naturaleza y los gobiernos generen acciones y políticas para el bien común.
SIA
La autora es Arquitecta (UNC), Magister en Docencia Universitaria por la Universidad Tecnológica Nacional. Es autora y co-autora de libros, capítulos de libro, artículos, publicaciones en revistas y congresos. Se desempeña como Profesora Titular y Adjunta en la carrera de Arquitectura, FAUD UNC. Dirige proyectos de investigación, trabajos de extensión y consultorías referidos al hábitat y la energía.
Referencias
Llorens, F. A. (2020). Crisis climática y desarrollo territorial. En busca de alternativas al
capitalismo neoliberal desregulado. TERRA: Revista de Desarrollo Local, (6), 254-270.
Ciccolella P. (2011) Metrópolis Latinoamericanas. Mas allá de la globalización. Quito:
OLACCHI