El urbanismo no es neutro. Al conformar el espacio urbano se dan prioridades, se reflejan poderes y se visibilizan derechos. El género es una construcción cultural que asigna roles a cada sexo. Entendemos que la ciudad no ha de contribuir a perpetuar la división de tareas entre mujeres y hombres, entre el mundo de lo reproductivo y el de lo productivo.
La ciudad es nuestro espacio de socialización compartido, sin embargo, las mujeres y su experiencia de vida no están presentes en su definición. El espacio público, urbano o rural, de gran ciudad o de pueblo, ha sido proyectado, gestionado, articulado sin tener en cuenta deseos, necesidades y actividades diversas de las mujeres.
Participación
La participación es imprescindible para comprender y visibilizar lo que ocurre en un espacio, para poner sobre el papel todo el conocimiento que acumula una comunidad sobre su propio territorio, concretamente la experiencia de las mujeres en su vida cotidiana.
Entendemos la participación como un proceso interdisciplinar y transversal, el cual es necesario que esté presente y sea vinculante desde la diagnosis de la planificación urbanística a la evaluación de la misma.
¿Puedo participar de los proyectos del barrio en que vivo?
Espacio público
El espacio público pensado para la equidad de género favorece la autonomía y la socialización de las personas, ya que ha sido pensado priorizando en su diseño y trazado las necesidades de mujeres y hombres. Para conseguir este objetivo son imprescindibles: aceras amplias y activas que favorezcan la realización de diferentes actividades, donde se diferencien los materiales, colores y texturas en los cambios de nivel; alcorques al mismo nivel que la acera; barandillas y rampas en zonas con pendiente; pasos de cebra bien diferenciados y con semáforos que tengan en cuenta los tiempos lentos; bancos con sombra que propicien zonas de descanso en los recorridos y en los espacios de estancia. También hay que generar espacios intermedios de relación entre interiores y exteriores, y cuidar la señalización, con la que se ha de procurar facilitar la orientación, la identificación y la apropiación. El reconocimiento de la importancia de la labor de las mujeres en la sociedad ha de ser visible en el espacio público y uno de los mecanismos más inmediatos es el de nombrar los espacios públicos en femenino.
¿Es el espacio público propicio para el encuentro? ¿Percibo las calles como algo propio?
Equipamientos
La oferta de equipamientos se amplía cuando la sociedad en la que se inscribe reconoce, asume y valora el trabajo de las mujeres derivado de los roles de género.
El espacio de los equipamientos necesita entretejerse en el espacio público de la ciudad con la máxima permeabilidad y flexibilizando su empleo para ampliar la utilización de los espacios. Su distribución en el territorio en relación a los usos y a las redes de movilidad garantiza mayor calidad de vida, porque los convierte en estrategias para fomentar redes sociales, generar intercambio de servicios y posibilitar diferentes tiempos de uso, acercando el funcionamiento de estos espacios a la complejidad de la vida cotidiana.
¿La zona donde vivo cuenta con equipamientos y comercios variados y suficientes?
Seguridad
La percepción de seguridad está vinculada a la capacidad de las mujeres de apropiarse del espacio adquiriendo autonomía.
Entre los factores espaciales que colaboran en la percepción de seguridad están la visibilidad, claridad y alternativa de recorridos, la variedad de usos y actividades, y la presencia de gente diversa. Para favorecer el sentimiento de pertenencia y seguridad en los espacios públicos se tiene que cuidar especialmente la iluminación de los espacios para peatones y se han de evitar muretes, vallas y escaleras que generen rincones escondidos o de difícil acceso.
Movilidad
La oferta de medios de transporte y las características de los espacios soporte de la movilidad determinan formas y calidades de vida. La movilidad ha de ofrecer la mayor variedad posible de opciones, privilegiando los recorridos peatonales que se apoyan en un tejido urbano funcionalmente diverso.
Los transportes públicos tienen que dar respuesta a la variedad de horarios del mundo reproductivo, que genera recorridos no lineales y no uniformes. Tenemos que pensar la movilidad respondiendo a la diversidad y a la seguridad en todos sus aspectos, facilitando la planificación de todas las actividades de la vida cotidiana y haciendo posible la igualdad de oportunidades en el acceso a la ciudad.
¿Puedo ir andando a mis actividades cotidianas?
Viviendas
El espacio representa los valores sociales que lo crean y para demostrar que las tareas de cuidado del hogar y las personas son reconocidas han de crearse los espacios correspondientes. Las tareas del hogar han de ser compartidas, no se deberían esconder ni dejar la responsabilidad de las mismas a una sola persona.
Tenemos que aprovechar los edificios de viviendas para generar espacios de relación entre vecinos, haciendo un uso compartido de servicios y construyendo espacios de tránsito entre lo privado y lo público. Es importante que en las plantas bajas se ofrezcan actividades variadas en relación directa con el espacio público y que favorezcan la seguridad del mismo.
¿La red de transporte público tiene en cuenta mis necesidades?
¿Son cómodos los recorridos por el espacio público?
¿Hay suficientes espacios donde niñas y niños puedan jugar y moverse con seguridad?
Col·lectiu punt 6
Somos una agrupación de composición variable interesada en repensar las ciudades, los barrios y las arquitecturas para favorecer una vida sin discriminaciones de ningún tipo. Trabajamos para una ciudad que sea el reflejo de una sociedad diversa que, con la aceptación de esta diversidad, pueda construir sus espacios de manera inclusiva.
El nombre del colectivo proviene del punto 6, “la equidad de género en el uso del espacio urbano y de los equipamientos”, de la Llei de Barris (Llei de millora de barris, àrees urbanes i viles que requereixen una atenció especial, de 26 de mayo de 2004), primera normativa del ámbito urbanístico que introduce el género como un parámetro del planeamiento urbano.
Hemos creado el col·lectiu punt 6 a raíz de un trabajo financiado por el Institut Català de les Dones, dentro de la convocatoria de ayudas a la investigación para el período 2006-2007 y vinculado a la Universitat Politècnica de Catalunya.
Las mujeres que formamos el col·lectiu punt 6 provenimos de orígenes y experiencias vitales diferentes y, también, de diferentes áreas de conocimiento, si bien predominan las que tienen formación académica como arquitectas.
Los currículums de las componentes del colectivo son variados, incluyen intersecciones diferentes en los trabajos que cada una ha ido desarrollando y tienen como punto de encuentro común la reflexión en torno a las implicaciones que comporta vivir las ciudades, pueblos, barrios y calles desde la experiencia de las mujeres.
Cp6
En el transcurso de estos dos años han formado parte del col·lectiu punt 6: Adriana Ciocoletto, Ana Paricio, Clara Tarrats, Eva Cruells, Luciana Tessio, Marta Fonseca, Roser Casanovas, Ximena Covaleda y Zaida Muxí.
De Adriana Ciocoletto ver también en café de las ciudades:
Número 32 I Cultura de las ciudades
La casa sin género es la casa del género I Proyectar con otra visión. I Adriana Ciocoletto I Ver PDFI
Número 9 I Lugares
La transformación del espacio representativo I Plaza de Mayo (I), Buenos Aires, Argentina. I Adriana Ciocoletto
De Zaida Muxí ver también en café de las ciudades:
Número 49 I Política de las ciudades (I)
Ciudad próxima I Urbanismo sin género. I Por Zaida Muxí Martínez I
Número 24 I Tendencias (II)
Buenos Aires en los `90 y otras consecuencias de la ciudad global I Macdonaldización y disneylandificación, en una entrevista a Zaida Muxí I Zaida Muxí I Ver PDFI
Número 15 I Tendencias
Ciudades: lugar social o financiero I Los desafíos para nuestro futuro. I Zaida Muxí I Ver PDF I