Es fascinante lo que está pasando en estos tiempos en Buenos Aires, quizás una de las ciudades más emblemáticas del mundo en cuanto al desarrollo de las tendencias contemporáneas de urbanización. Cómo alguna vez le escuché decir a un periodista amigo de las esdrújulas, “los acontecimientos se precipitan vertiginosamente” y dejan poco tiempo para el análisis. Solo una mirada casi externa a los hechos, como la que puede sostener alguien que (como yo) es ajeno a las acciones y actores en curso, permite una cierta reflexión que, sin embargo, parece oscurecer más que aclarar las circunstancias de este desarrollo. Para colmo, la mayor parte de esta reflexión está basada en información periodística; el lector que, coincidiendo con Manuel Castells, desconfíe de esas fuentes, puede ahorrar tiempo y prescindir de la confusa lectura que sigue.

Anibal Ibarra y Jorge Telerman (foto de Página 12)
¿Quién es el jefe?
Con el Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra enjuiciado políticamente, el mando de la ciudad está en manos del Vicejefe Jorge Telerman. Los norteamericanos tienen una frase ilustrativa respecto a las “dos obligaciones” de un Vice (presidente): “mantener discreción, y poner cara de circunstancias en el funeral del presidente”. Lo cierto es que Telerman actúa, hasta ahora, con esa discreción que exige el caso, y dispone de una situación económica y financiera de la Ciudad más que envidiable.
Siempre se supo que la carrera de Mauricio Macri (vencedor de las elecciones legislativas de octubre pasado) hacia la Jefatura de Gobierno en el 2007 no era ni lineal ni demasiado sencilla, sobre todo con un sistema de ballotage que perjudica especialmente a quien, como él, posee una alta base de votantes pero al mismo tiempo adolece de un alto porcentaje de ciudadanos que en ningún caso lo votarían. ¿Qué es mejor para las aspiraciones del líder PRO: un Vicejefe que de algún modo se esfuerce por mantener su boca más o menos callada y se dedique a hacer e inaugurar obras, contando además con el aval de un Presidente que se supone aun será exitoso, o un Jefe de Gobierno debilitado, absuelto de un juicio político en gran parte debido a la ineficacia y mediocridad de los oportunistas que lo enjuiciaron?
Sin embargo, las señales provenientes del gobierno nacional y las evidentes fisuras de la coalición juzgadora, en especial la renuncia del diputado Romagnoli al Tribunal, evidencian una cierta recuperación de Aníbal Ibarra, quien no solo podría “zafar” de su enjuiciamiento sino inclusive recuperar algo de fuerza política. Sin que quede saldada, en todo caso, su principal debilidad: la falta de construcción de una fuerza política propia, y su inexistente apoyo parlamentario.
Del otro lado de la Avenida General Paz, mientras tanto, se producen discretamente los realineamientos entre kirchneristas y duhaldistas, que concluirán (si es que aun no concluyeron al momento de publicarse esta nota) en la previsible reunificación del peronismo provincial. ¿Será entonces Kirchner el “jefe” (o al menos, el gran elector) de la metrópolis de Buenos Aires? Por lo pronto, hasta los intendentes de derecha de la zona norte del conurbano parecen responder a su conducción. Y examinando algunas de las propuestas de desarrollo territorial que se anuncian públicamente (como por ejemplo las que se comentan en esta misma nota), pareciera que Kirchner y su entorno asumen esa virtual hegemonía.

Infografía de Clarín sobre el proyecto en Retiro
Ciudad rica
Todo lo concentrada que se quiera, hay riqueza en Buenos Aires. Ahora reaparece el viejo fantasma del Proyecto Retiro, en una de sus tantas vueltas desde aquel deseo de Menem. “No quiero ver más ese horrible paredón“, dice la leyenda que dijo en un arranque de estética urbana, al pasar con el auto presidencial, en sus buenas épocas de mediados de los 90; a los pocos días ya estaba todo listo para la venta de las tierras… En realidad, la idea de incorporar esas tierras ferroviarias al mercado inmobiliario ya estaban en el Concurso de las 20 Ideas de 1986, y antes también. Ahora se reactiva la primera etapa del proyecto de concurso de 1996, mediada por el gerenciamiento de la Corporación Antiguo Puerto Madero (algo que se comentaba sordamente antes de la crisis del 2001 y que, ahora, parece ser que era cierto, nomás). ¿Soporta la actual expansión del mercado inmobiliario una nueva oferta de tierras? Con el producto de la operación, se realizaría la electrificación del actualmente impresentable Ferrocarril San Martín; en realidad, la idea original del Proyecto Retiro contemplaba además pagar la construcción del nudo de trasbordo y solucionar el problema de la mítica Villa 31, como recuerda Daniel Silberfaden, presidente de la Sociedad Central de Arquitectos.
Con su modernización, el San Martín permitiría una conexión adecuada con suburbios populosos como Caseros, San Miguel y José C. Paz, pero también apoyaría la expansión de Pilar, destino de las urbanizaciones privadas y de nuestra criolla ciudad difusa. También se menciona una operación en los terrenos de Pacífico, otra “joya de la abuela” en manos de la ONABE, el voluntarioso organismo que administra los bienes del estado argentino.
La Villa 31 no forma parte de la operación, aunque sí de etapas futuras; también hay que recordar la reciente propuesta de un Puerto Madero II en lo que en realidad es la Dársena arenera del Puerto Nuevo, muy cerca de estos terrenos. Los imaginarios de la clase media alta son fascinantes: el oprobio de la villa (a pesar de que no forma parte de esta etapa, todos los medios hacen eferencia a esta escandalosa coexistencia de villas y torres de lujo, aunque por cierto no todos se escandalizan por las mismas cosas), la “marca” Puerto Madero, el ideal de una ciudad glamourosa… El máximo referente mediático de estas operaciones, el empresario Alan Faena, apareció en algunos medios como testaferro de la ubicua mafia rusa: Faena desmiente estas versiones en una conferencia de prensa donde, para tranquilidad de todos, demuestra que no tiene ningún socio ruso. Las noticias en los medios siguen agregando adrenalina a todo este vértigo: en La Nación del 19 de febrero, con el algo cacofónico título de “Buenos Aires muy pronto será diferente”, una nota cita a Telerman anunciando “un acuerdo con la Nación y con la Administración General de Puertos para liberar a la ciudad del puerto de cargas“. En Página 12 del 26 de febrero, Horacio Verbitsky denuncia la presunta falsificación de las firmas de 7 legisladores porteños para permitir la construcción de un centro de exposiciones “sobre los terrenos del parque de Palermo entregados a precio vil a la Sociedad Rural“, un escándalo comenzado bajo el menemismo.

Villa 31, en el centro de Buenos Aires (imagen del sitio Web de Jorge Jáuregui)
Ciudad pobre
Si la operación de Retiro tiene éxito, tomar el tren de Retiro a Pilar será una experiencia urbanística de lo más didáctica: la expansión del área central, el paso por Palermo y su “nuevo orden”, el conurbano bonaerense, la periferia desangelada y la ciudad difusa de Pilar, ¡todo por el precio de un boleto subsidiado!
Mientras tanto, el escándalo por la designación del líder “piquetero” Luis D´Elia al frente de la Secretaría de Tierras de la Nación terminó opacando la magnitud del problema de la informalidad habitacional en las periferias de las grandes ciudades argentinas. En un reportaje concedido a Página 12, el nuevo funcionario da algunos datos al respecto: “Vamos a trabajar en la regularización dominial de villas, asentamientos, loteos tradicionales y campesinos pobres. En el conurbano viven un millón cien mil personas que alguna vez intrusaron tierras“. Prosigue D´Elía: “hace treinta años que dicen ´en esa villa, en ese asentamiento, no podemos hacer nada porque son intrusos´. O también dicen ´es ilegal que desde el Estado hagamos algo porque son intrusos´“.
La riqueza y la pobreza coexisten en esta ciudad de Buenos Aires, obviamente. Datos de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad expresan que las denuncias y quejas por problemas de vivienda crecieron significativamente durante 2005, al punto que la Defensoría inició por este tema casi el doble de las actuaciones que el año anterior. “Los principales problemas tienen que ver con las enormes dificultades burocráticas que enfrentan quienes aspiran a acceder a viviendas sociales a través de créditos oficiales, con la situación en las villas de emergencia y con la explosión de los llamados ´nuevos asentamientos´“, informa la nota publicada en Clarín del 20 de febrero.

Luis D´Elia (foto en el sitio Web de la CTA)
Ciudad absurda (y un murmullo bienvenido)
Estos contrastes hablan de una ciudad con toques de absurdo, una ciudad donde la pobreza y la riqueza se encuentran “inesperadamente” como la maquina de coser y el paraguas sobre la mesa de disección de Lautreamont.
Un absurdo presente en casi todos los órdenes. En la Legislatura porteña, por ejemplo, se acaba de realizar la audiencia pública por un proyecto de ley de la diputada Soledad Acuña (PRO), que rezonifica 11 parcelas de Palermo a fin de evitar que se construyan en ellas edificios en altura. La norma excluye el resto del área, e incluso las parcelas restantes de la misma manzana, con lo cual resultan difíciles de entender sus alcances y efectividades (salvo los de privilegiar a unos pocos terrenos). El proyecto se apoya en un curioso fallo judicial, que impide registrar el proyecto de un edificio que cumple con la norma actual y para ello declara inconstitucional el Código de Planeamiento Urbano… Aquí coinciden los argumentos del neoliberalismo, que entiende a la planificación urbana como una intromisión en los derechos de propiedad, con los del vecinalismo asambleísta que considera intocable a la ciudad. En el medio, queda la aparente imposibilidad de la política porteña de pensar territorialmente la ciudad. Y, también, el fracaso disciplinario en promover la racionalidad en los debates urbanos.
Todo esto se evidencia en la bieneintencionada editorial de La Nación del 17 de febrero, que plantea lo que el matutino conservador considera temas no resueltos en la Ciudad. Al leer ese título, uno piensa en aquello que se ha comentado en esta nota: la indefinición metropolitana, la infraestructura de transporte, el inminente colapso del sistema de recolección y disposición de residuos, la coexistencia de pobreza y riqueza, etc. Sin embargo, para el editorialista de La Nación los problemas de la Ciudad son: cuidacoches, carritos de choripán en la Costanera, vendedores ambulantes… Me permito, sinceramente, disentir con la particular escala de valores de La Nación. No solo en cuanto a los temas pendientes de la ciudad, sino también en cuanto a los puestos de choripán, comparados con los fast-food globalizados al uso.


Graffitis en Buenos Aires. Fuente: graffiti.org y erewhon.ticonuno.it
Entre todo este vértigo, y cambiando por completo de tema, quiero rescatar algo de lo más estimulante que ofrece la cultura urbana reciente de Buenos Aires. Es el trabajo oscuro, clandestino, de los graffiteros que están operando, entre otros lados, en los paredones de la línea ferroviaria Retiro – Tigre. Tomando una estética de origen japonés, esta gente elabora productos de gran valor en sí y, además, magníficamente estudiados en relación a sus soportes urbanos. Una alternativa a la mediocridad y banalidad de los graffitis políticos o rockeros y de los murales de buena voluntad que algunos vecinos pintan en sus barrios o algunos alumnos en sus escuelas. Y también una demostración de que la fuerza cultural de Buenos Aires resiste hasta los desatinos de sus legisladores. Estos anónimos graffiteros cumplen aquel deseo que los Babasónicos (otro bastión cultural porteño) plantean en su último trabajo: “ser el murmullo de una ciudad que no sepa quien soy“.
Sobre “la aparente imposibilidad de la política porteña de pensar territorialmente la ciudad” ver la nota Muchos problemas, pero… ¿cuál es el problema?, en el número 6 de café de las ciudades.
Sobre la pobreza en la periferia de Buenos Aires, ver la entrevista a Rolo Macera en este número de café de las ciudades. Ver también las notas Queremos cambiar el escenario, porque la ciudad ya no nos acepta, entrevista a Gustavo Rodríguez Karaman y Pablo Reynoso, y La extrema periferia; en los números 2 y 16, respectivamente, de café de las ciudades.
Sobre Palermo, ver también las notas La preocupante boludización de Palermo Viejo y El Nuevo Orden Palermitano, de Carmelo Ricot, en los números 28 y 35, respectivamente, de café de las ciudades.
Sobre Puerto Madero, ver también la nota El impacto metropolitano de los grandes proyectos urbanos, de Norberto Iglesias, en el número 26 de café de las ciudades.
De Mario L. Tercco, ver entre otras su nota Estructura, ecología, economía, ética, estética, erótica, en el número anterior de café de las ciudades