El
Nuevo Orden Palermitano
Comienza la
fase de post-boludización.
Por
Carmelo Ricot

Un fantasma
recorre Palermo: después de los restaurantes caros, de los
locales de diseño y la indumentaria "urbana", de
la comida "étnica" y las productoras televisivas,
de la Rural y la Mezquita, llegan ahora las Torres Country
(implacables, surrealistas, atópicas; autónomas, autistas,
esbeltas). "¿Serán tal vez los potros de bárbaros
Atilas?", preguntaría Cesar Vallejo. Son pocos (por
ahora...) pero son, abren surcos profundos en los predios más
grandes y en las calles más anchas, se elevan sobre un magma
de casitas chorizo y bistrots asiáticos, procurando
su alimento principal: la vista al río, el escorzo del bosque.
Hace unos meses
escribí en estas páginas (con no poco revuelo) sobre
la
boludización palermitana;
recientemente, Mario Tercco abordó la cuestión de
las
torres country,
su génesis, los deseos imaginarios de sus consumidores. Hoy
presenciamos la llegada de las torres a Palermo Viejo. Creo que
estas noticias dan por terminada la era de la boludez en Palermo
(entre otras cosas, porque los gestores y usuarios de estas torres
no parecen ningunos boludos...) y comienzan una etapa nueva, que
a tono con las nomenclaturas al uso podríamos definir como
de post-boludización. Esto no implica que Palermo se quede
sin boludos ni boludeces, ni siquiera que estos no participen del
Nuevo Orden Palermitano, sino que en todo caso las operaciones e
instrumentos de la boludización ya no son hegemónicos,
que ahora son otros los que cortan el bacalao.

Infografía
publicada en Clarín
Sobre la Avenida
Juan B. Justo (Palermo Boulevard, según el marketing en curso,
o cuenca del arroyo Maldonado, si consideramos su origen) asoman
los 45 pisos que tendrán las Torres Mirabilia, en la manzana
entre Humboldt, Soler y Nicaragua. Según Clarín,
"el proyecto del estudio Esses y Naistat promete departamentos
de lujo con vistas privilegiadas, un parque de 9.000 metros cuadrados
y servicios premium, como un circuito aeróbico, piscina climatizada,
resto bar y business center en el piso 45, minimarket, microcine,
spa y putting green. Tiene semipisos de uno, dos y tres dormitorios
y pisos de 160 metros cuadrados con dependencias".
Las torres
Hollywood 1 y 2, sobre Humboldt, con una inversión de 4 millones
de dólares, tendrán 18 pisos a razón de 1.400
dólares el metro cuadrado. Sobre la misma cuadra se construye
la clínica de Swiss Medical Group (con helipuerto). El proyecto
del Organismo Nacional Administrador de Bienes del Estado (ONABE)
para las tierras de la Estación Palermo también propone
una hilera de edificios con el mismo concepto sobre Juan B. Justo.
En el predio que ocupan las ex Bodegas Santa Ana, Resero y los 32
arcos situados
debajo de las vías del ferrocarril San Martín, se
alzará el multiespacio Palermo
Centro. En Uriarte entre Charcas y Güemes, los 35 pisos de
Palermo UNO.
Ingenua, Patricia
Jedvabnik, de la inmobiliaria Abiti, dice en Clarín
que "los propietarios
creen que tienen pan caliente y no aceptan tasaciones razonables:
esto no es Belgrano
ni Barrio Norte". Es cierto: las condiciones de habitabilidad
son incomparablemente mejores que las de Barrio Norte, con sus infames
pozos "de aire y luz", y el área es mucho más
cercana al centro de la ciudad que Belgrano. Además, con
las obras en curso se resolverá el problema de las inundaciones
(obras públicas, digamos de paso, y negocios privados: no
está claro como el gobierno local participará del
aumento
de valor que genera su inversión).
Y el Código de Planeamiento Urbano garantiza alturas extraordinarias
a los desarrolladores de torres en el área. ¿Por
qué, estimada Patricia, los propietarios deberían
entonces moderar sus deseos de llevársela
con pala?

Claro está, tanta alegría de propietarios y desarrolladores
choca con la mala onda
que vecinos y paseantes del barrio sienten hacia este desembarco
de torres. El Código estimula y promueve las soluciones en
"perímetro libre" sobre grandes terrenos, premiándolas
con mejores capacidades constructivas y grandes alturas, pero el
tejido resultante de estas operaciones es manifiestamente contradictorio
con el tejido de media densidad, baja altura y lotes estrechos que
hasta ahora presentaba Palermo. Un tejido de patios internos y zaguanes,
de continuidades murarias y ritmos de aventanamiento, de múltiples
accesos y de superposiciones temporales, contrario e incompatible
al tejido de objetos aislados, cercas de seguridad y garitas de
vigilancia que promueve el Nuevo Orden.
El tejido de
torres prescinde de soluciones de continuidad con el viejo tejido
palermitano de casas chorizos y PHs, tanto en el espacio como en
el tiempo: no son la continuidad ni la alteración del
tejido, son su negación indiferente. Por mucho que molesten
las estridencias y coloretes de la banalización So-Hollywoodense,
se trata de la modificación más o menos afortunada,
más o menos desafortunada del tejido original. Casas chorizo
y restaurants de diseño son como primos peleados de una familia;
las torres, en cambio, eliminan toda familiaridad posible. Y a diferencia
de los errores y tilinguerías
de los reciclajes pretenciosos y los restaurants "de diseño",
que quedan concentrados en el terreno en el que se perpetran, las
torres invaden intimidades de patios y terrazas, quitan a sus vecinos
ese sol tan especial de Palermo, distorsionan de manera irremediable
la escala del continuo urbano.

En fin, que
casi preferíamos la mera boludización... Aunque ya
pareciera demasiada coincidencia esta reiteración de procesos
en las grandes ciudades (desarrolladas o no), en las que primero
se rescata la urbanidad y el encanto de algunos barrios tradicionales,
luego se asiste a la banalización de sus contenidos
y formas y, finalmente, se asiste a la especulación salvaje,
los precios del suelo se disparan y aparecen las viviendas de lujo,
absolutamente diversas en su tipología y carácter
a las originales del barrio en cuestión. Entonces, si descartamos
improbables conspiraciones, ¿estamos ante un ciclo estructural de
la ciudad contemporánea, ligado a los modos vigentes de producción
y consumo del espacio urbano y, en un sentido más amplio,
a la nueva sociedad globalizada? ¿Cómo se puede imaginar
una recuperación exitosa sin gentrificación posterior,
sin efectos perversos, sin alteración de la base social de
la ciudad?
Carente de respuestas
al respecto, me he limitado a elaborar un cuadro histórico
que considero puede servir para analizar esta historia de Palermo.
Los períodos son aproximados, los nombres, absoluta responsabilidad
personal. Quizás, los sabios lectores me ayuden a encontrar
alguna respuesta a las preguntas que hago o, al menos, puedan corregir
este cuadro, si conocen Palermo, o compararlo con la historia reciente
de sus barrios y ciudades (vosotros, barceloneses, neoyorquinos,
lisboetas, limeños, shangaitas...).
Era
y denominación
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Nombres
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Atributos y
modas
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Tipologías
y usos
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Contexto general
|
1900 - 1920 Maldonado
|
Villa Alvear, Quinta
Bollini
|
Arrabal, cuchilleros
borgeanos, prostitución y delito. Arroyo Maldonado.
|
Almacenes, galpones,
ranchos.
|
Inmigración,
expansión urbana.
|
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1920 - ¿1960? Barrio
cordial
|
Palermo
|
Obreros, talleres,
familias trabajadoras. Entubamiento del Maldonado.
|
Casa chorizo, PH
|
Desarrollo de los
barrios.
|
¿1960? - 1980 Decadencia.
|
Palermo, Centroamérica
|
|
Remanentes de la
era de expansión.
|
Densificación
de Barrio Norte y Belgrano.
|
|
1980 - 2000 Sensibilia.
|
Palermo Viejo
|
Clase media, psicobolcheviquismo,
rescate patrimonial.
Fiestas populares,
Bar El Taller.
|
Reciclajes.
|
Retorno a la democracia,
valorización del patrimonio y la ciudad. Postmodernismo.
|
|
2000 - 2005 Boludalgia
|
Hollywood, SoHo
|
Banalización,
frivolidad, toponimia de la dependencia cultural, expansión
del barrio, concentración gastronómica y comercial.
|
Restaurantes y comercios
en casas y galpones reciclados.
|
Minimalismo, fin
de fiesta. Neoliberalismo decadente.
Relajación.
|
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2005
Nuevo Orden Palermitano
|
Palermo Boulevard,
Palermo Nuevo
|
Obras hidráulicas,
prestigio. Oportunidades comerciales.
De la boludez a
los negocios.
|
Torres Country
|
Recuperación
económica.
|
|
CR
El
autor es suizo y vive en Sudamérica, donde trabaja en la
prestación de servicios administrativos a la producción
del hábitat. Dilettante, y estudioso de la ciudad, interrumpe
(más que acompaña) su trabajo cotidiano con reflexiones
y ensayos sobre estética, erotismo y política. Actualmente
tramita la ciudadanía argentina.
Ver
su nota La
preocupante boludización de Palermo Viejo,
antecedente de ésta, en el número 28 de café
de las ciudades. También, su nota La
ciudad vencerá,
en el número 29, y tantas otras que pueden rastrearse en
el
índice
de café
de las ciudades.
Sobre
el boom inmobiliario de Palermo, ver la nota La
transformación de Palermo Nuevo, Pacífico y el eje
de Juan B. Justo,
de Daniela Szajnberg y Christian Cordara, en este número
de café
de las ciudades.
Sobre
las torres country, ver las notas Los
deseos imaginarios del comprador...
y La
génesis...,
de la serie Una tipología antiurbana, de Mario L.
Tercco, en los números 33 y 34 de café
de las ciudades.
Ver
la página Web del Organismo Nacional Administrador de Bienes
del Estado (ONABE).
Sobre
plusvalías urbanas, ver
la nota de Gloria Henao en este número de café
de las ciudades.
Glosario (expresiones y nombres argentinos):
Como es habitual
en las notas que café
de las ciudades publica sobre cuestiones argentinas,
incorporamos un glosario de nombres, palabras y expresiones que
pueden ser desconocidos para lectores/as de otros países.
Boludo: tonto,
idiota, gilipollas, comemierda, mamón, pendejo, huevón,
pelotudo. Con el tiempo adquirió un tono coloquial, hoy es
virtualmente un apelativo a la manera de che, pana, brother, mano,
güey, que no tiene intenciones de ofender. Pero en un contexto
de discusión, especialmente entre desconocidos, sigue siendo
un agravio. O una manera fácil de descalificar: "el boludo
de Fulano..."
Boludez: algo
dicho por un boludo, o por alguien que sin ser un boludo estructural
es boludo en el momento en que dice "semejante boludez" (este es
el sentido que tiene en esta nota). Dícese también
de la condición o estado del boludo ("La era de la boludez"
es el título de un disco del grupo musical Divididos).
Barrio Norte:
área inmediatamente al norte del centro de Buenos Aires,
tradicional enclave residencial de clase alta y media alta.
Llevársela
con pala: llenarse los bolsillos, enriquecerse, ganar una cantidad
significativa de dinero con alguna actividad, sea lícita
o ilícita.
Mala onda: actitud
que, ya sea agresiva o indiferente, expresa un rechazo hacia alguna
persona o situación.
Tilingo: snob,
frívolo, amante de la figuración, superficial, pretencioso,
afecto a lo novedoso y a lo que está prestigiado por su origen
europeo o norteamericano.
Tilinguería:
lo propio del tilingo
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