En una conferencia en el CAYC de Buenos Aires, durante la última dictadura militar argentina, Oriol Bohigas respondió a una pregunta sobre el edificio que más le gustaba de la ciudad señalando dos arquitecturas muy cercanas en su ubicación (una frente a otra a ambos lados de las avenidas Figueroa Alcorta y del Libertador): la entonces inconclusa Biblioteca Nacional y la sede de Argentina Televisora Color (ATC), hoy “La Televisión Pública”. “Si hubiera sido el Mundial del libro y no el de fútbol, seguramente la biblioteca estaría terminada”, bromeó ácidamente. El edificio de la televisora fue presurosamente concluido, justamente en ocasión del Mundial de 1978, para el que los militares desplegaron un enorme esfuerzo tanto en la realización de nuevos equipamientos como en la demolición de villas miserias molestas para el ojo de visitantes y periodistas extranjeros.
Una muestra perfecta de la emblemática escuela porteña de “arquitectura de partido”. Los arquitectos idearon una losa inclinada que en su terraza continúa el espacio del parque circundante hacia el sur.
Sobre un terreno históricamente “maldito” (estaba destinado a la construcción del faraónico y tardofranquista Altar de la Patria, una idea del “Brujo” López Rega durante el gobierno de Isabel Perón), el prolífico estudio de Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona y Viñoly proyectó una muestra perfecta de la emblemática escuela porteña de “arquitectura de partido”. Los arquitectos idearon una losa inclinada que en su terraza continúa el espacio del parque circundante hacia el sur. Dicha inclinación permite albergar espacios de distintas alturas, más bajas las oficinas y camarines, más altos los talleres y depósitos. De ese techo emergen cuatro cubos de hormigón que contienen los estudios. Una torre cilíndrica, reminiscencia de alguna especie de minarete, alberga en su tope las antenas. Sobre la calle Tagle, que separa el predio del muy rico Barrio Parque, la pared que sostiene el lado alto de la terraza contiene el espacio de una plaza de escala vecinal.
En términos normativos, el terreno vale… absolutamente nada. El Código Urbanístico de la Ciudad lo cataloga como UP, Urbanización Parque, área destinada a espacio verde y parquización de uso público
El parque sobre la terraza tenía algunos problemas (la excesiva preponderancia de superficies secas y duras, la inclinación algo incómoda para el uso normal) pero su golpe de gracia le fue aplicado por la burocracia estatal; más precisamente, por el animador y empresario Gerardo Sofovich, director del canal durante el menemismo, que prohibió el acceso del público a un espacio que, precisamente, estaba pensado como público. Nunca se recuperó ese acceso y hoy la terraza es un techo más.
El cierre de la Televisión Pública por el gobierno anarco capitalista de Javier Milei plantea interrogantes y teorías (¿conspirativas?) sobre el destino del edificio. Varias fuentes no oficiales atribuyen un interés inmobiliario por el predio y mencionan cifras para su adquisición que oscilan entre los 45 y los 400 millones de dólares, según los distintos rumores. ¿Qué puede haber de cierto?
En términos normativos, el terreno vale… absolutamente nada. El Código Urbanístico de la Ciudad lo cataloga como UP, Urbanización Parque, área destinada a espacio verde y parquización de uso público en el que solo se pueden construir edificaciones de exclusiva utilidad pública que complementen y no alteren el carácter del área.
Curiosamente, las planchetas de zonificación no registran el edificio de ATC, ni sus vecinos Museo de Bellas Artes y Embajada de Chile. Para autorizar la construcción de un emprendimiento que justifique los precios que se mencionan, quien lo compre (y por supuesto, quien lo venda) debe contar con una modificación del Código Urbanístico que permita el uso pretendido; esto requiere una mayoría calificada muy difícil de obtener en la Legislatura. Y además, una segura oposición vecinal, muy especialmente del vecino Barrio Parque, área de protección histórica –según la misma norma– y lugar de residencia de gente con muy alto poder de lobby e influencia.
Obviamente, no es el gobierno de Milei quien se amedrente fácilmente ante esta dificultad (aunque, en principio, descartaron la posibilidad de la venta), ni la timorata administración local de Jorge Macri la que asegure un freno a ese eventual intento. Así que el rumor podría tener alguna base, más allá de lo alocado de su contenido. Pero es más probable que sea algún tipo de operación, que puede venir de la habitualmente torpe oposición porteña o de los mismos interesados en la rocambolesca operación inmobiliaria.
MLT
Terquedades. Una mirada arrabalera a Buenos Aires, es una columna a cargo de Mario L. Tercco, corresponsal de café de las ciudades en la capital argentina.