“…Terquedades será una tribuna de doctrina” (C. Ricot)
Que Rayuela cumpla 50 años es un dato estadístico. Que llegue con tan buena salud (mucho más actual y, sobre todo, más legible que las críticas que se le hicieron en los `70 y los `80) es un alivio para quienes crecimos con ella. No recuerdo el número exacto de veces que la leí completa (¿3, 4, 5…?) ni mucho menos la cantidad de veces que releí deleitado algunos de mis pasajes favoritos: la redundante utopía de Ceferino Piris, el concierto de Berthe Trepat y su noche triste, el sensual encuentro de los amantes en gliglico, el inadjetivable prólogo de Cesar Bruto, el referéndum en el manicomio (¡muera el perro!), las discusiones estéticas del Club de la Serpiente, el arquitectónico final del libro inconcluso de Morelli: “La página contiene una sola frase: “En el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay.” La frase se repite a lo largo de toda la página, dando la impresión de un muro, de un impedimento. No hay puntos ni comas ni márgenes. De hecho un muro de palabras ilustrando el sentido de la frase, el choque contra una barrera detrás de la cual no hay nada. Pero hacia abajo y a la derecha, en una de las frases falta la palabra lo. Un ojo sensible que descubre el hueco entre los ladrillos, la luz que pasa“.
Llevo en la memoria esas piezas del “almanaque” de Cortazar (que también podemos ver como una ciudad que se deja recorrer en distintas direcciones y que comprendemos a partir de sus fragmentos). Pero también tengo grabada en mi memoria emocional la estructura de la historia, los cuatro personajes que son dos en dos ciudades, Olivera contracara exiliada del Traveler que solo había viajado a Montevideo y Asunción, Talita avatar de La Maga, como comprende al cruzar el tablón.
Leí que una joven agradece a Rayuela haberle despertado una curiosidad por Cortazar que la llevó a descubrir No se culpe a nadie, el vertiginoso cuentito del señor que no consigue ponerse el pullover. Esas trampas de continuidad (como, justamente, Continuidad de los parques, La noche boca arriba o Axolotl), brillantemente resueltas en los cuentos, se expanden hasta la historia de Olivera, que en cierto modo también se enreda en su propio pullover.
“A su manera, este libro es muchos libros”. Rayuela es muchos libros, es cierto. Es el libro para comprender a la clase media intelectual (o pseudo) argentina, es el libro para entender la relación París – Buenos Aires, es el libro para enamorarse de La Maga o de Olivera, es el libro para releer sin riesgos, es el libro para divertirse, es el libro para querer escribir libros, es el libro para disfrutar, se necesite o no papel rayado para escribir, se apriete o no el tubo de dentífrico desde abajo. Hoy, hace 50 años y siempre.
MLT
Sobre Julio Cortazar, de cuya novela Rayuela se cumplen 50 años en estos días, ver también en café de las ciudades:
Número 16 | Café corto
Cortázar, universal
Número 92 | Cultura de las ciudades
Cortazar revisitado | Casa tomada y las instrucciones para subir una escalera | Carmelo Ricot
Número 108 | La mirada del flâneur
Continuidad de los parques | “La ilusión novelesca” | Julio Cortázar
Terquedades anteriores:
Presentación editorial (número 65)
Terquedad de las clases medias (y sus críticos)
Terquedad de las villas y los funcionarios
Terquedad del Plan Urbano Ambiental
Terquedad de las Guías (los itinerarios de Eternautas y la ciudad bizarra de Daniel Riera)
Terquedad de las políticas urbanas
Terquedad de Puerto Madero y los paseos costeros
Terquedad del Fútbol (dePrimente)
Terquedad de los vecinos y los medios
Terquedad del gorilismo (y de las palabras)
Terquedad (optimista) del Riachuelo
Terquedad de la no-Ciudad Universitaria
Terquedad periférica (sobre el número 35 de Mu)
Terquedad de las urbanizaciones privadas
Terquedad del Manual (urbanismo para asentamientos precarios)
Terquedad del agua y las cloacas
Nueva Terquedad del suelo, entre la academia y la política
Terquedad de Sabato y Evita en el Cartel de Buenos Aires
Terquedad del Subte, los manteros y el 2015
Terquedad de los que se fueron
Terquedad del fallo (y del Código Civil)
Terquedad de la pasión azulgrana
Terquedad del Plan que realmente existe
Terquedad de ACUMAR en movimiento (lo duro, lo blando, lo lateral)