Los acontecimientos de diciembre en el Parque Indoamericano de Villa Soldati y otros puntos del sur de Buenos Aires marcan debilidades de agenda política, pero también, en un sentido menos estructural, sirven para aportar algunos datos sobre el imaginario y las estrategias de corto plazo de los políticos involucrados. Un ejemplo obvio, la mutua y evidente satisfacción de kirchneristas y macristas en conformar un par antinómico de fácil comprensión en los esquemas “blanco-negro”, tan redituables en las campañas electorales postmodernas. Y por supuesto, las oportunas apelaciones al sentido común de las respectivas clientelas electorales. Entre todas, elijo comentar una que me resulta especialmente perversa.
Gabriela Michetti fue Vicejefa de Gobierno de la Ciudad y hoy es diputada nacional; muy probablemente será la candidata del PRO para suceder a Mauricio Macri al frente de la Jefatura gubernamental porteña. Durante las tensas jornadas de diciembre, Michetti señaló en declaraciones televisivas que “hay mucha gente que se rompe el lomo todo el día, y no llega a tener la vivienda propia” y que por eso no era aceptable ninguna concesión ante las ocupaciones.
La declaración de la diputada es tan adecuada para mantener la sintonía con sus votantes como para expresar el pensamiento de la derecha argentina respecto al acceso popular a la vivienda.
Para Michetti, “romperse el lomo” cotidianamente durante años sin conseguir como contrapartida una vivienda es un hecho natural, una fatalidad atribuible a la mala suerte y no la anomalía que otros entendemos. Detrás de esta frase está todo el arsenal ideológico de la vivienda como bien de mercado, que debe “merecerse” (así como había que merecer la ciudad, en palabras del brigadier Cacciatore). Según este modo de ver el problema, carecer de vivienda no es una injusticia, es producto de un desbalance económico y, quien sabe, de deficiencias propias de quien no la consigue a pesar de trabajar. Un corolario de estos razonamientos es que cualquiera que acepte las incomodidades del transporte público de pasajeros (otra “fatalidad”) puede acceder al suelo urbano económico en las afueras de la conurbación.
Otro pensamiento, que no es el de Michetti, diría más bien que la persona que trabaja tiene derecho a una vivienda bien servida y bien ubicada para sí y para su familia, y que ese derecho es fundacional de una sociedad moderna y más justa.
Cierro con un corolario final: ese pensamiento progresista también incluye a los destinatarios de la frase de Michetti, a la clase media impedida de acceder al suelo urbano y a la vivienda por las mismas políticas que condenan a los marginados a alquilar en una villa o a ocupar en un asentamiento. Por lo tanto, las políticas de vivienda social deben también incluir a esos sectores, que también son víctimas de la especulación inmobiliaria y la concepción mercantil de la vivienda.
MLT
Sobre los sucesos de Villa Soldati y los problemas de acceso al suelo urbano que expresan, ver también la presentación de este número de café de las ciudades y las notas La rebelión de los inquilinos, de María Cristina Cravino, Villa Soldati y la necesaria reforma urbana en Argentina, de Raul Fernández Wagner, y La ausencia de políticas de suelo urbano en la Argentina, de Marcelo Corti.
En otros medios, ver también las notas “Estamos sentados arriba de un volcán”, entrevista de José Medrano a Adrián Gorelik en Diario Z, “Es un estado de desesperación”, entrevista de Ailín Bullentini a María Cristina Cravino en Página 12 del 27 de diciembre, y la nota El destino trágico del Parque del Sur, de Pablo Pschepiurca, en el DARQ del 13 de diciembre.
Terquedades anteriores:
Presentación editorial (número 65)
Terquedad de las clases medias (y sus críticos)
Terquedad de las villas y los funcionarios
Terquedad del Plan Urbano Ambiental
Terquedad de las Guías (los itinerarios de Eternautas y la ciudad bizarra de Daniel Riera)
Terquedad de las políticas urbanas
Terquedad de Puerto Madero y los paseos costeros
Terquedad del Fútbol (dePrimente)
Terquedad de los vecinos y los medios
Terquedad del gorilismo (y de las palabras)
Terquedad (optimista) del Riachuelo
Terquedad de la no-Ciudad Universitaria
Terquedad periférica (sobre el número 35 de Mu)
Terquedad de las urbanizaciones privadas
Terquedad del Manual (urbanismo para asentamientos precarios)