“…Terquedades será una tribuna de doctrina” (C. Ricot)
Sobre el cierre de esta edición de café de las ciudades, la Acordada Electoral 1/2011 del Tribunal Superior de Justicia ratificó la fecha del 5 de junio para la realización de las elecciones de integrantes de las Juntas Comunales, establecidas por el artículo 130 de la Constitución porteña. Culmina así otro capítulo del ya quinceañero culebrón sobre este mandato aun incumplido de la autonomía de la Ciudad.
El incumplimiento de la descentralización porteña es a mi juicio una de las transgresiones institucionales más graves que ha sufrido la democracia argentina desde su recuperación en 1983. No hay demasiados inocentes en esta historia; todos los gobiernos que en la Ciudad han sido, cualquiera fuera su signo político y sus valores fundantes, han preferido distraerse o “chicanear” con la implementación de las Comunas. Como dice en este mismo número Hernán Petrelli, “la Administración Central” (cualquiera sea el apellido que la personalice en cada momento histórico desde 1996) “visualiza en las Comunas una reducción de su poder”.
Norberto Quaglia, titular de la Cátedra de Sistemas Electorales Comparados de la Licenciatura en Ciencia Política y Gobierno de la UCES, sostiene en un reciente mensaje que “unificar estas elecciones con cualquier otra, acarreará el riesgo de disimular y obviar los problemas locales diluyéndolos en una oferta electoral nacional, impidiéndonos reconocer a nuestros candidatos locales y sus propuestas. Los problemas de la Ciudad son diferentes a los problemas de la Nación y deben ser atendidos y tratados por separado, como así también lo son los problemas de cada una de las comunas con sus particularidades, que deben ser discutidas y debatidas frente a los vecinos por cada uno de los candidatos a las juntas comunales, oportunidad en la que los ciudadanos nos iremos interiorizando de los alcances y pormenores de los gobiernos comunales que debemos elegir, claves del desarrollo local”.
Coincidimos con el diagnóstico y agregamos que la insistencia (política y mediática) en considerar a Buenos Aires como mero trampolín a las instancias nacionales de la disputa electoral es uno de los motivos por los cuales aún no sabemos cómo es una buena Jefatura de Gobierno de esta Ciudad Autónoma.
MLT
Sobre las Comunas de Buenos Aires, ver en este número de café de las ciudades la nota de Hernán Petrelli y también, en números anteriores:
Número 46 | Política de las ciudades (I)
El Planeamiento Urbano y las Comunas | Los caminos de la descentralización en Buenos Aires. | Hernán Cesar Petrelli
Número 59 | Política de las ciudades
Comunas: una nueva institucionalidad | La construcción de centralidades locales en Buenos Aires | Artemio Pedro Abba
Y sobre la recurrente frustración de las Jefaturas de Gobierno porteñas:
Número 6 | Tendencias
Muchos problemas, pero… ¿cual es el problema? | Buenos Aires, sus conflictos urbanos, y una necesaria definición política | Marcelo Corti
Terquedades anteriores:
Presentación editorial (número 65)
Terquedad de las clases medias (y sus críticos)
Terquedad de las villas y los funcionarios
Terquedad del Plan Urbano Ambiental
Terquedad de las Guías (los itinerarios de Eternautas y la ciudad bizarra de Daniel Riera)
Terquedad de las políticas urbanas
Terquedad de Puerto Madero y los paseos costeros
Terquedad del Fútbol (dePrimente)
Terquedad de los vecinos y los medios
Terquedad del gorilismo (y de las palabras)
Terquedad (optimista) del Riachuelo
Terquedad de la no-Ciudad Universitaria
Terquedad periférica (sobre el número 35 de Mu)
Terquedad de las urbanizaciones privadas
Terquedad del Manual (urbanismo para asentamientos precarios)