“…Terquedades será una tribuna de doctrina” (C. Ricot)
Por coincidir con la totalidad de su contenido y expresar lo que pensaba escribir para esta ocasión, la Terquedad de este número se limita a reproducir la nota Inundaciones, política y territorio, escrita por el editor de café de las ciudades y publicada en el número 77 (25 de abril de 2013) del periódico El estadista.
MLT

La gestión territorial y urbana es un tema que no suele entrar en la agenda política y mediática, aunque casi el 90% de la población argentina vive en ciudades y aunque gran parte de la base económica está ligada a la extracción de recursos de ese territorio. La consecuencia es que esa entrada en agenda se produce a partir de las tragedias, como el accidente de la Estación Once en febrero de 2012 o las recientes inundaciones en Buenos Aires y La Plata. Sin embargo, poco se ha avanzado en materia de movilidad y transporte desde los 51 muertos de Once: una Agencia de Transporte Metropolitano que aún no puede considerarse operativa y algunas obras aisladas de mejoramiento.
Las inundaciones son un problema aún más complejo que el del transporte. La infraestructura y el conocimiento para resolver los problemas de la movilidad en la Región Metropolitana de Buenos Aires están disponibles; lo que se requiere para encarar las soluciones es decisión política y, obviamente, presupuesto. La gestión hídrica, en cambio, no solo requiere “obras” e infraestructuras sino antes que nada desandar un camino de décadas de errores, ignorancia y soberbia en el manejo del medio natural. Por ejemplo: las grandes redes ferroviarias metropolitanas que podrían configurar la estructura de un sistema de movilidad sustentable para 12 millones de personas ya están disponibles: hay que modernizarlas, resolver los cruces con la infraestructura vial y viabilizar un sistema de subsidios a los pasajeros y no a las empresas. ¿Qué se hace, en cambio, con el entubamiento del Maldonado y otros arroyos porteños, el relleno de extensas áreas sobre el Río de la Plata (la Ciudad de Buenos Aires tenía 190 km2 al definirse sus límites en el s. XIX y hoy tiene 10 km.2 más, todos ellos por rellenos costeros) y el loteo de terrenos sobre los valles de inundación del río Reconquista, algunas de la prácticas históricas que ilustran ese desprecio por la naturaleza y sus ciclos?
Pero si esas prácticas eran una marca de época previa a la irrupción del pensamiento ecológico y medioambiental, los desarrollos de hoy también parecen indiferentes a ese paradigma. Los desatinos contemporáneos incluyen la alteración de la cuenca baja del río Luján para construir urbanizaciones privadas, la megaurbanización “Costa del Plata” sobre el área ribereña de Avellaneda y Quilmes y la impermeabilización del suelo en vastos sectores de la metrópolis para la construcción de emprendimientos de alta gama y sus instalaciones complementarias, como por ejemplo estacionamientos. Hace pocos meses, en diciembre de 2012, la Legislatura porteña sancionó con el acuerdo de los bloques del PRO y el FPV(tan enfrentados en otras cuestiones) la Ley 4477 dela Ciudad de Buenos Aires, que establece la normativa de aplicación para el desarrollo urbano de las playas ferroviarias de Palermo, Caballito y Liniers y autoriza a localizar estacionamientos en los subsuelos de la totalidad de los terrenos. Esto no parece demasiado sustentable, sobre todo en la vecindad al entubamiento del Arroyo Maldonado, considerando las históricas inundaciones que afectaron al área.

Como en el “Aprendizaje” de Charly García, la “lluvia de abril”interpela a la política y a los funcionarios pero también a los técnicos, a la academia, a los medios, si queremos “saber dónde debemos ir”. En primer lugar, es necesario hablar e informar con claridad: ¿es una leyenda urbana la responsabilidad de un shopping en la inundación de Saavedra? ¿Ayudó realmente el reservorio de Tecnópolis a mitigar los efectos de la lluvia? ¿Por qué la avenida Juan B. Justo se inundó en Floresta y La Paternal pero no en Palermo, si las obras en marcha deberían haber funcionado para todo el entubamiento del Maldonado? Del otro lado de la Av. General Paz y del Riachuelo, ¿por qué el atareado intendente Bruera desestimó los reiterados informes de la Universidad de La Plata sobre los problemas en el Arroyo El Gato? ¿Y cuál es el rol de la Dirección Provincial de Hidráulica, además de intervenir en la aprobación de las urbanizaciones privadas?
No se trata solo de “hacer las obras necesarias”, sino de saber cuáles son estas. Se trata de programar inversiones, pero también “desinversiones”, construcciones pero también “des-construcciones”, se trata de implementar la gestión de riesgo y los sistemas de alerta temprana. En una ciudad con riesgo sísmico no se deja de construir; por el contrario, se construye con pautas que permiten minimizar o mitigar los riesgos. En las metrópolis platenses se debe asumir la condición inundable y trabajar sobre esa base.

Hace 26 años que un mismo partido político viene gobernando la Provincia de Buenos Aires basándose en su proclamado “control del territorio”, especialmente en la región metropolitana bonaerense. Sin embargo, ninguno de los problemas urbanos de la provincia ha sido resuelto: déficit de vivienda, desarrollos en ghettos de pobreza y de riqueza, transporte ineficiente e inseguro, expansión metropolitana sin calidad y, como hemos visto en estos días, falta de respuesta ante las inundaciones. Es hora de reconciliar política y territorio. No son muchas las certezas que podemos tener ante el desafío del cambio climático; ni siquiera es mucho lo que podamos hacer para detenerlo (el grado de incidencia de la Argentina en la responsabilidad de las acciones que lo producen es mínimo). Pero sí que podemos pensar en otra respuesta política y en una agenda inteligente para nuestro territorio y nuestras ciudades.
MC
Sobre las inundaciones del 1° y 2 de abril en el AMBA y en La Plata, recomendamos especialmente la lectura de las notas “Empezar ya mismo una gestión del riesgo”, entrevista a Antonio Brailovsky en Página 12 del 7/4, e Inundaciones: cambio de foco, por Héctor Zajac en La Nación del 12/4.
Terquedades anteriores:
Presentación editorial (número 65)
Terquedad de las clases medias (y sus críticos)
Terquedad de las villas y los funcionarios
Terquedad del Plan Urbano Ambiental
Terquedad de las Guías (los itinerarios de Eternautas y la ciudad bizarra de Daniel Riera)
Terquedad de las políticas urbanas
Terquedad de Puerto Madero y los paseos costeros
Terquedad del Fútbol (dePrimente)
Terquedad de los vecinos y los medios
Terquedad del gorilismo (y de las palabras)
Terquedad (optimista) del Riachuelo
Terquedad de la no-Ciudad Universitaria
Terquedad periférica (sobre el número 35 de Mu)
Terquedad de las urbanizaciones privadas
Terquedad del Manual (urbanismo para asentamientos precarios)
Terquedad del agua y las cloacas
Nueva Terquedad del suelo, entre la academia y la política
Terquedad de Sabato y Evita en el Cartel de Buenos Aires
Terquedad del Subte, los manteros y el 2015
Terquedad de los que se fueron
Terquedad del fallo (y del Código Civil)
Terquedad de la pasión azulgrana
Terquedad del Plan que realmente existe
Terquedad de ACUMAR en movimiento (lo duro, lo blando, lo lateral)