El Jefe de Gobierno Jorge Macri ha decidido discontinuar el plan de reconversión del microcentro porteño impulsado por su antecesor y camarada político (esto último, sujeto a confirmación) Horacio Larreta. El motivo aducido por Macri es el costo fiscal del programa, basado (como la mayoría de estrategias de los “distritos” temáticos generados desde 2007 por los sucesivos gobiernos del PRO) en la exención impositiva a empresas y desarrolladores. Por ejemplo, el Banco Hipotecario, ahora propiedad del grupo IRSA, había aprovechado esta generosidad fiscal en su proyecto para el ex Edificio del Plata, próximo a presentarse en la nueva edición de Casa FOA.
Los desarrolladores expresaron en un comunicado que “el impacto negativo de la medida será grande” y señalaron la dificultad que tendrán ahora para explícaselo a un hipotético “inversor extranjero” (o ¿cómo se lo explico a mi fondo buitre?)
El gobierno de la Ciudad sostiene que ese costo fiscal que motivó la suspensión equivale a la construcción de 16.000 viviendas para familias de clase media en la zona sur. Federico Poore señaló con perspicacia “Imagino que este nuevo plan para el sur se anunciará mañana mismo”. Hasta ahora, la Ciudad no ha hecho tal anuncio… Los que sí anunciaron, en este caso, su desacuerdo fueron Damián Tabakman y Carlos Spina. Los desarrolladores expresaron en un comunicado que “el impacto negativo de la medida será grande” y señalaron la dificultad que tendrán ahora para explícaselo a un hipotético “inversor extranjero” (o ¿cómo se lo explico a mi fondo buitre?). Por su parte, el legislador Manuel Socías sostuvo que “el régimen estaba subsidiando vía beneficios impositivos el desarrollo de vivienda de lujo y los alquileres temporarios, en lugar de promover la generación de una nueva oferta de vivienda asequible”; promueve en cambio la transformación del microcentro en “un barrio residencial accesible, reconvertir las oficinas en viviendas de alquiler protegido y promover inversiones que faciliten la vida cotidiana para los nuevos residentes”.

Mal que le pese al sentido común que promueve el actual oficialismo nacional y sus abnegados pseudo opositores locales, la exención de impuestos no puede ser la base de una política urbana, que en cambio debe apoyarse en un fuerte liderazgo público y en la correspondiente inversión. Decíamos en plena pandemia, en la Primera Terquedad del Centro, que “si alguna, mucha o muchísima gente no volverán a trabajar en las oficinas del Centro, ¿por qué no hacerlo un barrio residencial? ¿Por qué no habilitarlo como un buen lugar para vivir? ¿Por qué no recuperar esa vieja aspiración urbanística de repoblar el Centro?”.
Mal que le pese al sentido común que promueve el actual oficialismo nacional y sus abnegados pseudo opositores locales, la exención de impuestos no puede ser la base de una política urbana
Y ya en octubre del ’21, en la Segunda Terquedad del Centro, propugnábamos “un ambicioso programa social, ambiental y urbanístico”, “priorizar operaciones de mediana, pequeña y hasta micro-escala para sectores medios, trabajadores y populares”, “un aprovechamiento racional de la vuelta del turismo”, “programas culturales y de innovación científica-técnica que bien podría motorizar la Universidad de Buenos Aires”. Decíamos que “pueblitos muy chicos del interior del país son exitosos en armar círculos cerrados de vivienda que resuelven problemas concretos, ¿por qué no podría hacer algo similar la ciudad más rica del país? Se trata de una utopía pragmática, si se nos permite… una modesta y a la vez ambiciosa operación de poner en marcha el potencial dormido de Buenos Aires”.
Eran y son propuestas que requieren otras sintonías políticas, otros objetivos, otras sensibilidades, otras voluntades. Son posibles. Son deseables.
MLT
Terquedades. Una mirada arrabalera a Buenos Aires, es una columna a cargo de Mario L. Tercco, corresponsal de café de las ciudades en la capital argentina.