“…Terquedades será una tribuna de doctrina” (C. Ricot)
La Legislatura porteña aprobó finalmente en segunda lectura la Ley que crea la Agencia de Bienes Sociedad del Estado y permite la venta del predio del Tiro Federal, en Av. del Libertador y Udaondo. Nuestro Pimpinela legislativo PRO-FPV (o PJ o lo que sea, y ahora también el EeeeCO) vuelve a ponerse de acuerdo para el mal común.
Por un lado, la Ley crea una agencia superpuesta a otras existentes, como la Corporación Antiguo Puerto Madero o la Corporación del Sur, en este caso con fines vagos e imprecisos y un funcionamiento dudoso. Por otro, la forma prevista para parcelar y urbanizar el predio de Núñez representa una regresión de al menos 30 años en la gestión del desarrollo urbano.
La nueva Agencia es más una oficina inmobiliaria que una verdadera empresa de desarrollo urbano. Estará encargada de administrar más de dos mil bienes inmuebles de dominio privado del Estado (aunque al menos la Ley sancionada reconoció la obligación constitucional, omitida en la primera lectura, de que la Legislatura apruebe con mayoría absoluta cada transacción propuesta). Podrá además desarrollar “industrias creativas”, fomentar el desarrollo económico, coordinar la actividad pública con la privada y promover proyectos de infraestructura, inversiones en complejos habitacionales, redes de transporte, comunicaciones, salud y educación, entre otras atribuciones. Nada de lo que es humano le será ajeno a esta organización.
Las 17,5 hectáreas del Tiro Federal se reparten en tres porciones:
– Un polígono de 15.550 m2 sobre Libertador (el filet mignon, dirían los brasileños) con una elevadísima capacidad constructiva de 8 veces la superficie del terreno en la zona más rica de la ciudad, para su venta.
– El sector donde se ubica actualmente la sede del Tiro Federal, que permanece para uso de la institución.
– Y un sector de 12 hectáreas para el desarrollo de un “Parque de la Innovación”, que vendrá a cumplir las funciones que la gestión anterior del PRO había concebido para el Distrito Tecnológico de Parque Patricios (“en realidad es otra cosa”, señalan algunos en charlas privadas, sin que se entienda mucho que es esa otra cosa).
En ese “Silicon Valley” de las pampas los desarrolladores tendrán una amplia libertad para definir proyecto, trama, tejido, usos, accesibilidad pública y todos sus componentes urbanos (incluyendo el remate de la Av. Figueroa Alcorta) sin otra obligación que la de incluir algunas funciones “creativas”. En síntesis, un área sin proyecto ni plan, que entra en absurda competencia con otras zonas prioritarias y postergadas. ¿Qué será de otros emprendimientos pensados desde el gobierno porteño en, por ejemplo, las playas ferroviarias de Caballito, Liniers y Palermo (objeto de sendos concursos hace 3 años) o en el área frentista a Catalinas que se supone financiará la articulación vial de las autopistas porteñas en el proyecto Paseo del Bajo? Cualquier loteador de barrio sabe que no se deben vender todos los lotes al mismo tiempo, sino ir priorizando su puesta en mercado de manera de valorizar los que momentáneamente se sacan de la oferta. ¿Por qué el Gobierno de la Ciudad no aplica este conocimiento básico a su propio patrimonio?
Un predio de estas características requiere una mirada más rigurosa por parte del Estado local, incluyendo la confección de un Plan Maestro muy preciso al que se sometan los proyectos de los compradores, tal como se hizo por ejemplo en Puerto Madero e incluso en el caso más reciente del Barrio Parque Donado-Holmberg. No puede tratarse como un loteo privado donde solo hay que cumplir unos coeficientes genéricos y corporizar alguna buco(o)lica imagen referencial.
En síntesis, toda esta operación institucional nos lleva a un retroceso lamentable en el manejo de los grandes proyectos urbanos en la Ciudad. Y peor noticia aun es que esta forma de concebir la ciudad no tiene por ahora una alternativa política que la confronte.
MLT
Ver el comunicado conjunto del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo y la Sociedad Central de Arquitectos sobre la creación de la Agencia de Bienes Sociedad del Estado y la venta del predio del Tiro Federal.
Sobre los recurrentes acuerdos del PRO y el FPV en Buenos Aires ver también la Terquedad del Plan que realmente existe.
Sobre Puerto Madero, ver también en café de las ciudades:
Número 26 I Proyectos de las ciudades (II)
El impacto metropolitano de los grandes proyectos urbanos | Los casos de Puerto Madero y la Nueva Centralidad de Malvinas Argentinas. |Norberto Iglesias
Número 82 | Terquedades
Una mirada arrabalera a Buenos Aires | Terquedad de Puerto Madero y los paseos costeros | Mario L. Tercco
Terquedades anteriores:
Presentación editorial (número 65)
Terquedad de las clases medias (y sus críticos)
Terquedad de las villas y los funcionarios
Terquedad del Plan Urbano Ambiental
Terquedad de las Guías (los itinerarios de Eternautas y la ciudad bizarra de Daniel Riera)
Terquedad de las políticas urbanas
Terquedad de Puerto Madero y los paseos costeros
Terquedad del Fútbol (dePrimente)
Terquedad de los vecinos y los medios
Terquedad del gorilismo (y de las palabras)
Terquedad (optimista) del Riachuelo
Terquedad de la no-Ciudad Universitaria
Terquedad periférica (sobre el número 35 de Mu)
Terquedad de las urbanizaciones privadas
Terquedad del Manual (urbanismo para asentamientos precarios)
Terquedad del agua y las cloacas
Nueva Terquedad del suelo, entre la academia y la política
Terquedad de Sabato y Evita en el Cartel de Buenos Aires
Terquedad del Subte, los manteros y el 2015
Terquedad de los que se fueron
Terquedad del fallo (y del Código Civil)
Terquedad de la pasión azulgrana
Terquedad del Plan que realmente existe
Terquedad de ACUMAR en movimiento (lo duro, lo blando, lo lateral)
Terquedad del hábitat y la movilidad
Terquedad de las inundaciones (política y territorio)
Terquedad de Gentili y sus respuestas
Terquedad del colectivo en la autopista
Terquedad recurrente de las ocupaciones
Terquedad Libertadores (sobre la identidad cultural)
Terquedad de las playas (ferroviarias)