“…Terquedades será una tribuna de doctrina” (C. Ricot)
El 30 de octubre de 1938, Orson Welles y el Mercury Theatre transmitieron por la cadena estadounidense CBS una adaptación radial del clásico La guerra de los mundos, de H.G. Wells. El formato de la narración, prácticamente idéntico al de los noticieros de la época, generó una confusión descomunal en miles de oyentes, que pensaron que realmente se estaba produciendo la invasión marciana descripta por Welles y sus amigos. El episodio de locura colectiva que se desencadenó ha sido estudiado como una demostración irrefutable de la capacidad de manipulación de los miedos sociales por los medios de comunicación masiva (manipulación, en el caso de la transmisión del Mercury Theatre, involuntaria). Más allá de los recursos hiperrealistas usados por Welles, el episodio solo puede explicarse por un sustrato de temor profundo existente en aquellos años en la sociedad norteamericana ante la inminencia de los acontecimientos que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial. Uno de los ciudadanos afectados por la neurosis colectiva explicó posteriormente que había imaginado al ejército hitleriano, camuflado en las supuestas naves marcianas, como el verdadero sujeto de la invasión que estaba anunciando la radio…

Tres cuartos de siglo más tarde, el diario La Nación de los días 16 y 17 de marzo reproduce (con menos talento, con menos repercusiones, y no tan involuntariamente) una manipulación similar. El territorio invadido es en este caso el de los countries y barrios cerrados del Gran Buenos Aires y “los marcianos” (que a diferencia de la canción, no llegaron bailando cha cha cha) vienen en una nave llamada Ley de Hábitat Popular. Las notas Evalúan que los countries cedan tierras para vivienda social y Es oficial el plan que forzaría a countries a ceder terrenos parten, desde sus propios títulos, de un enunciado impreciso respecto al verdadero contenido del proyecto de Ley elaborado en el ámbito del Ministerio de Infraestructura de la Provincia de Buenos Aires. El resultado: se genera (¿se induce?) a una confusión entre el público no especializado, que puede llegar a suponer que las cesiones previstas en el proyecto se aplicarán a las urbanizaciones privadas ya existentes y no, como realmente propone el texto del proyecto, a los barrios cerrados, grandes superficies comerciales y cementerios parque cuya autorización se solicite luego de sancionada la Ley.
Los títulos van más allá de toda razonable ambigüedad. Leer “Es oficial el plan que forzaría a countries a ceder terrenos” lleva necesariamente a suponer que el proyecto va a obligar a los pobres dueños de casas en Carmel o Nordelta a cederle el fondo de su lote a la mucama para que traiga a vivir a su familia y a subdividir el clubhouse para que entren los de la villa de al lado. Al final de la nota, en esas frases a las que solo llega el 2% de los lectores, se aclara: “El gobierno bonaerense enviaría el proyecto a debate parlamentario a fines de marzo. De ser aprobado, no tendrá carácter retroactivo. Es decir: no alcanzará a los 700 clubes de campo y countries ya existentes, sino a los emprendimientos que se desarrollen una vez aprobada la ley que pretende ordenar el uso del suelo y facilitar el acceso a la tierra a los sectores de menores recursos”. La nota del día anterior es aun más “carne podrida”: solo el epígrafe de una foto informa a los lectores y lectoras de ese dato esencial para entender la noticia (cabe aclarar que en este caso es una nota de tapa, lo cual refuerza el impacto de la información manipulada).
Ilustración: Jorge Pinto
Si la redactora de las notas o quien las editó no se percató de ese “detalle”, hay mala praxis periodística. Si se dieron cuenta y les pareció oportuno dejarlo así, hay mala leche… En todo caso, una prueba más del cuidado que hay que tener al procesar la información que nos llega desde La Nación o cualquier otro medio periodístico (¡tanto o más que al cruzar la calle, amigos y amigas!).
MLT
Sobre el Proyecto de Ley de Hábitat Popular de la Provincia de Buenos Aires, ver la nota en este número de café de las ciudades.
Terquedades anteriores:
Presentación editorial (número 65)
Terquedad de las clases medias (y sus críticos)
Terquedad de las villas y los funcionarios
Terquedad del Plan Urbano Ambiental
Terquedad de las Guías (los itinerarios de Eternautas y la ciudad bizarra de Daniel Riera)
Terquedad de las políticas urbanas
Terquedad de Puerto Madero y los paseos costeros
Terquedad del Fútbol (dePrimente)
Terquedad de los vecinos y los medios
Terquedad del gorilismo (y de las palabras)
Terquedad (optimista) del Riachuelo
Terquedad de la no-Ciudad Universitaria
Terquedad periférica (sobre el número 35 de Mu)
Terquedad de las urbanizaciones privadas
Terquedad del Manual (urbanismo para asentamientos precarios)