Hace pocos días se presentó el primer número de la Revista de Estudios Urbanos y Territoriales del Instituto Boliviano de Urbanismo (IBU, un espacio dedicado a la difusión de investigaciones y reflexiones en urbanismo y territorio en Bolivia y la región. Su coordinación editorial está a cargo de Bianca De Marchi Moyano y Juan Edson Cabrera Quispe.
Acompañamos esta feliz iniciativa del IBU replicando la publicación de este artículo, incluido en las páginas 14 a 34 de dicho primer número. Se trata de un trabajo fue iniciado en el Módulo de Imaginarios Urbanos dictada por Linus Vanhellemont en la Maestría de Estudios Sociales Urbanos y Desarrollo CIDES-UMSA [2022].
Resumen
El estudio de los imaginarios urbanos ayuda a comprender cómo se configura y materializa la ciudad, el mismo cobra importancia cuando se focaliza en barrios que históricamente han sido relegados como es el caso del barrio de Chualluma localizado en la ladera oeste de la ciudad de La Paz en Bolivia. Este artículo analiza la proyección de imaginarios urbanos en el barrio de Chualluma. Específicamente, se discute cómo los imaginarios dominantes, impulsados por instituciones gubernamentales, y los de resistencia, promovidos por los propios habitantes, configuraron la realidad urbana. Por medio de los programas de mejoramiento barrial como “Barrios de Verdad” y “Mi Barrio Mi Hogar”, se mejoró la infraestructura y se legitimó la pertenencia de Chualluma a la ciudad. Sin embargo, la implementación de estos programas también reveló tensiones entre vecinos y desafíos de aceptación comunitaria, sumado al hecho que los promotores políticos proyectaron sus rivalidades al lugar. El estudio concluye que los imaginarios urbanos no solo son impuestos desde el poder, sino que también son negociados y adaptados por las comunidades, demostrando una interacción compleja entre planificación institucional y acción comunitaria.
Introducción
La ciudad es considerada un hecho social en donde sus habitantes la conciben de diferentes maneras según sus vivencias, experiencias y sentimientos; sin embargo, estas características no son individuales sino colectivas que se proyectan en su entorno. Los imaginarios urbanos incorporan el espacio urbano en la construcción de sentido, siendo impulsados por imaginarios dominantes e imaginarios de resistencia que proponen visiones alternativas de la vida urbana, sin embargo, un factor común es la materialización de estos imaginarios, es por ello que se buscan herramientas como la planificación que faciliten su proyección en el paisaje urbano, impulsado principalmente desde espacios de poder o, en otras palabras, instituciones de poder.
Una de las características de la ciudad de La Paz es su geomorfología, que sorprende a cualquier visitante por el emplazamiento de los barrios en las laderas; Velázquez (2014) los denomina Barrios Suicidas por el riesgo natural que representa vivir en ellos. El termino de ladera suele utilizarse para nombrar al declive de una montaña, de un monte o de una altura en general; en nuestro contexto, el termino es utilizado para referirse a los barrios localizados en altas pendientes.
Estos barrios surgieron como una alternativa para obtener una vivienda barata en la ciudad cercana al centro para las personas migrantes del área rural. Por mucho tiempo las instituciones públicas ignoraron la precariedad en la que encontraban estos barrios, sin embargo, los propios vecinos lograron sortear todas las dificultades con creatividad y organización. Uno de esos barrios es Chualluma, que se encuentra en la ladera oeste de la ciudad y que en los últimos años ha cobrado gran notoriedad gracias al Proyecto “El Qhathu”, que puede vislumbrarse en el trayecto del teleférico rojo.
Los programas de mejoramiento barrial datan desde la década de los años setenta y fueron impulsados por las agendas de política internacional (Galeano Gómez, 2013). Tienen como punto de partida la provisión de infraestructura de servicios urbanos en los barrios, estos programas son un mecanismo de los gobiernos para enfrentar la pobreza urbana (Torres, Rincón, y Vargas, 2009). En la ciudad de La Paz, el Programa Barrios de Verdad se consolidó como directriz de la gestión municipal, siendo generalmente las laderas los espacios de intervención; este programa fue financiado en parte por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Por otro lado, está el Programa Mi Barrio Mi Hogar, promovido por el Gobierno Nacional de Bolivia a través del Ministerio de Planificación y financiado por el Fondo Nacional de Inversión Productiva y Social (FPS), que es la entidad de administrar los recursos provistos por la cooperación internacional y el Tesoro General de la Nación para el cofinanciamiento de gastos de financiamiento de proyectos en los municipios (Fondo Nacional de Inversión Productiva, sf).
Este trabajo parte con la hipótesis de que los imaginarios dominantes son promovidos por las instituciones gobernantes y se han proyectado en barrios como Chualluma con herramientas de planificación con el propósito de consolidarse en la ciudad. En este contexto, se tiene el objetivo de analizar la proyección de los imaginarios urbanos en el barrio de Chualluma desde un enfoque histórico. Para lograr este objetivo, en primera instancia se realizó una revisión bibliográfica de literatura teórica que se encuentra reflejada en los primeros tres apartados; en una segunda instancia se elaboró un esquema guía cronológico de los principales eventos que pudieron alterar el imaginario, mediante esta guía se hizo una exploración de documentos oficiales complementado por entrevistas realizadas y recuperadas, que se reflejan en los últimos tres apartados. Finalmente se culmina con las conclusiones que reflejan el análisis de todo el trabajo.
Una de las características de la ciudad de La Paz es su geomorfología, que sorprende a cualquier visitante por el emplazamiento de los barrios en las laderas; Velázquez (2014) los denomina Barrios Suicidas por el riesgo natural que representa vivir en ellos.
La proyección de los imaginarios urbanos
Es necesario comenzar con la conceptualización de los imaginarios; según Castoriadis (1989), un imaginario social es una construcción social e histórica que reúne instituciones, normas y símbolos que comparte un determinado grupo social; aunque tiene un carácter imaginado, opera en la realidad ofreciendo tanto oportunidades como restricciones para el accionar de las personas, por esta razón, un imaginario social no se puede considerar una ficción, sino una realidad que tiene consecuencias prácticas para la vida cotidiana de las personas (Miranda, 2014). En relación con esto, “Los imaginarios son la clave explicativa imprescindible para el análisis del mundo social” (Girola y De Alba, 2017), además, estabilizan el “mundo” y la “sociedad” (Vanhellemont, 2016), ya que los seres humanos colectivamente se basan en ellos para dar sentido al mundo, para verlo, sentirlo, razonar y darle sentido.
Según Lindon y Hiernaux (2008), los imaginarios urbanos son una clase especifica de imaginarios sociales que incluyen al espacio urbano en parte de la construcción de su sentido, el mismo que tiene un eje orientado dado por los imaginarios dominantes y los imaginarios de resistencia. Por un lado, los imaginarios dominantes son los que impulsan a las sociedades urbanas hacia ciertas decisiones; a la vez que son decisivos para los modelos urbanos que han ido configurando las sociedades contemporáneas. Por otro lado, están los imaginarios de resistencia, aquellos que conciben una ciudad y una vida urbana diferente a la que manifiestan los imaginarios dominantes y valorizan la multiculturalidad, que si logran instituirse socialmente pueden llegar a ser imaginarios dominantes y contrapeso a los actuales imaginarios dominantes.
No obstante, parece que los grupos dominantes juegan un papel importante en la creación de los imaginarios urbanos actuales, ya que influyen en la producción de los medios de comunicación masivos que orientan ciertos imaginarios mediante la difusión de imágenes (Hiernaux, 2007). Al respecto Vera (2019) reflexiona sobre su validación:
Un error recurrente en los estudios de imaginarios urbanos es asimilar los imaginarios urbanos instituidos o dominantes al sector de poder político y profesional, es decir a la ciudad concebida. La efectividad de los imaginarios urbanos hegemónicos radica justamente en que son también, y principalmente, los ciudadanos quienes legitiman, mantienen y actúan en pos de ese entramado de sentidos sobre la ciudad (pag.34).
¿La planificación como instrumento de consolidación?
Lefevbre (1974) aborda una triada conceptual sobre el espacio: el espacio percibido, que se refiere a la materialidad o lo construido; el espacio concebido, es aquel referido a las ideas de los planificadores y que resulta ser el imaginario dominante; y el espacio vivido, que es la práctica de la vida cotidiana de los habitantes. Con respecto al segundo, el espacio concebido, donde los arquitectos, urbanistas y planificadores son considerados jueces de la espacialidad, Lefevbre (1974, p. 150) señala que “Los interesados no parecen advertir que en realidad modifican lo demandado ante lo comandado, y que este abandono espontaneo responde a los deseos de quienes manipulan las conciencias”. En otras palabras, un parque vecinal, una autopista urbana, entre otros parecen imparciales, lógicos y naturales, sin embargo, son reflejo de relaciones de poder que existen en la sociedad y el resultado físico de las luchas de poder (Vanhellemont, 2018).
Siendo que el proceso de planificación debe ser inclusivo con los ciudadanos si se quiere promover el gobierno urbano democrático, no refiriéndose simplemente a escuchar a los ciudadanos, sino también, estar bien informados sobre las razones detrás de las propuestas de planificación (Davidoff, 1965). Y aunque en los últimos años se ha promovido una visión participativa e inclusiva de la planificación como “Una de las principales formas de fortalecer la calidad de la democracia es lograr que la ciudadanía se involucre y tome parte en los temas públicos (…) La instancia en la cual se generan procesos de planificación, es uno de los espacios donde convergen diferentes actores para abordar asuntos públicos” (Sandoval, Sanhueza, y Williner, 2015). Se podría considerar como una estrategia que sirva a los fines de posicionar la ciudad dentro de un marco competitivo en un mundo globalizado, esta necesidad de la planificación con el aditamento de la participación, el consenso entre partes, consolida las hegemonías precedentes legitimado desde lo disciplinar (Gravano, 2012).
Adicionalmente, otro factor que está implícito en los imaginarios dominantes es la marcada tendencia hacia la globalización, al respecto, Delgadillo (2014, p. 93) señala que: “para hacer negocios, se trata de transferir políticas, sistemas de planificación estratégica y formas de gestión que han demostrado su éxito en las ciudades del primer mundo”; en ese contexto, organismos internacionales de financiamiento, como el Banco Mundial (BM) y el BID, fomentan una variedad de recetas probadas en diferentes áreas urbanas para abordar con éxito problemas y desafíos urbanos. Complementando lo anterior Harvey diría que: “el Estado pierde su poder para dominar políticamente al capital y se ve obligado a adoptar una postura competitiva y subordinada” (Harvey, 1990, p. 408).
Aparentemente la planificación, incluyendo los planes, programas y proyectos urbanos, consolida los imaginarios dominantes ya que busca “alterar los espacios urbanos físicamente, pero también social, económica y culturalmente, cuya práctica a menudo significa modificar las regulaciones, experiencias sociales y rutinas diarias existentes, y, por lo tanto, las relaciones de poder subyacentes” (Vanhellemont, 2018, p. 75). Pero además la participación tiene un rol mucho más importante que es la legitimación y validación de los imaginarios dominantes. Según la impresión de Hiernaux (2007), “parecería que los grupos dominantes tienen un papel decisivo en la construcción de los imaginarios urbanos actuales (…) son estos actores quienes construyen con frecuencia una relación simbiótica con los grupos políticos en el poder, aun cuando son aparentemente de izquierda”. “No debe olvidarse que esos imaginarios dominantes son integrados y a veces replanteados por los urbanistas y otros productores capitalistas del espacio urbano” (Lindon y Hiernaux, 2008, p. 9). Además, comúnmente los planificadores ven estos cambios como una cuestión de intereses que deben ser negociados, puesto que implica ganancia o pérdida para algunos actores.
El paisaje urbano como espacio de poder
El paisaje urbano se consideró por mucho tiempo como objeto de estudio por los geógrafos críticos como un texto en el cual se podía interpretar las relaciones de poder ocultas, sin embargo, los neo marxistas comienzan a reconstruir el concepto con la noción de paisaje desde como la hegemonía se naturaliza y materializa por medio de la construcción (Vanhellemont, 2016); Zukin (1993), señala que el concepto de paisaje ha emergido recientemente para convertirse en una herramienta de análisis cultural de como las instituciones poderosas tienen la capacidad para imponer su imaginario en el paisaje, debilitando, remodelando y desplazando otros imaginarios.
Se puede relacionar lo anterior con el objetivo de hacer que determinadas ciudades resulten más atractivas mediante la producción de espacios orientados a factores ligados a la cultura, el ocio, el comercio y el consumo del propio espacio; principalmente con una estrategia que vincula al capital privado con la participación del sector público para impulsar innovaciones y estimular la atracción de inversores, esto es lo que David Harvey denomina como imaginario urbano atractivo, el cual, mediante la creación de capital simbólico colectivo, representado por grandes símbolos de poder y en el diseño de marcas especiales de distinción, aumenta la valorización de los espacios urbanos (Castro, 2023).
En palabras de Vanhellemont (2016, p. 69) “el poder de los paisajes radica en su capacidad específica para naturalizar y disfrazar las concepciones sociales y culturales que están incrustadas en ellos. De hecho, se argumenta que se dan por sentados precisamente porque parecen reales y se consideran hechos materiales”. Se puede decir que los paisajes son ideológicos y representan la forma en que una clase especifica se representa a sí misma. También William John Thomas Mitchell hace una reflexión en la que dice:
Son los que están en el poder los que crean lugares y paisajes y, al hacerlo, intentan seleccionar y representar el mundo para darle un significado particular. Por tanto, los espacios juegan un papel importante en la construcción del consentimiento y la identidad en la organización de una audiencia receptiva para los proyectos y deseos de poderosos intereses sociales (Vanhellemont, 2016, p. 69).
En ese sentido, cobra importancia el espacio comprendido por las ciudades para la proyección de imaginarios dominantes, especialmente en ciudades capitales. El concepto de ciudad capital es aquel que se les aplica a los centros urbanos que son específica y oficialmente designados como las ciudades más importantes o centrales de un territorio, normalmente, la ciudad capital adquiere ese rango por diferentes situaciones: es la sede del gobierno en sus diferentes formas, es la ciudad más grande y populosa del territorio, es la ciudad donde se llevan a cabo el mayor número de actividades económicas o es la ciudad con un perfil turístico más alto dentro de ese territorio. Todos estos elementos son causas para que una ciudad se convierta en capital y pase así a ser oficialmente el centro político, social y económico de un país, en otras palabras, una “capital” es una entidad funcional como una entidad simbólica en la construcción de una “nación” y en el proceso de formación del Estado-nación (Magosse, 2006 citado en Vanhellemont, 2018). Pero también es él lugar donde ideas, valores y grandeza se materializan en el tejido urbano o “paisaje” y donde los ciudadanos pueden sentir y dar sentido al Estado- nación.

Figura 1. Esquema cronológico de eventos en Chualluma
Fuente: Elaboración propia
La Chualluma anónima
El barrio de Chualluma se encuentra en la ladera oeste de la ciudad de La Paz; es uno de los muchos barrios que se conecta con la ciudad de El Alto. Chualluma está delimitada al Norte por el río Koa Koa, al Sur por el Río Utapulpera, al Oeste por una quebrada vertical que culmina en la ciudad de el Alto y al este por la Avenida Segundo Bascones. La historia del barrio es un saber oral de sus habitantes que relatan que se denominaba Hacienda de El Tejar y pertenecía a Francisco Loza y su esposa antes de la Reforma Urbana (Paz Estenssoro, 1954). Después de la década de 1950, muchos de los colonos tomaron posesión y vendieron lotes de terreno a migrantes de áreas rurales, muchos otros compraron directamente de la familia Loza. El barrio fue consolidándose con precariedades que fueron subsanadas por la acción colectiva de los vecinos durante años:
Soy el presidente de la zona Alto Chualluma, llegué a la zona cuando tenía doce años, pero ahora es muy distinta a lo que era, no había calles, la cancha era de tierra y con la ayuda de los vecinos se empedraron algunas calles. Algunos presidentes empezaron a trabajar con lo que es la acción comunal, todos los vecinos empezaron a trabajar, empedraron algunas calles, se trabajó en la cancha porque no estaba cementada, porque estaba con tierra. Estaba construido un estanco de SAMAPA, en acción comunal todos los vecinos empezaron a trabajar, porque estaba perjudicando a la cancha y una parte se construyó la cancha y la otra parte para la sede social (Gobierno Autónomo de La Paz [GAMLP], 2009, p. 194).

Figura 2. Avenida Utapulpera, Chualluma 1969
Fuente: Jorge Rivera Salazar (2016).
Un aspecto que resalta incluso hoy es la geomorfología del sector, sin embargo, esto no fue un impedimento para que los vecinos consoliden su barrio construyendo sus viviendas pasando por alto factores de riesgo natural, aspectos de morfología, espacio público o diseño urbano, pero con nociones básicas de accesibilidad. Velázquez (2014) señala que existen tres factores que motivan a las personas a convivir con el riesgo: la necesidad de acceder a una vivienda abaratada, el sentimiento de pertenencia al barrio, el riesgo como una oportunidad de ganancia; en relación a esto se tiene conocimiento de un evento natural que se produjo en el sector, deslizamiento y riadas en la década de 1970, las cuales afectaron a 54 familias cuyas viviendas tenían más de 20 años de antigüedad y al parecer pusieron resistencia a esta reubicación hacia Villa Esperanza (actual ciudad de El Alto). En la Resolución Municipal 1579/79 (GAMLP, sf), se adjudica lotes en Villa Esperanza por la inestabilidad del terreno que ocupan. En la Resolución Municipal 0323/85 se describe parte de los trajines que los vecinos afectados y la posición de la alcaldía, al año siguiente; la Resolución Municipal 1478/86 conmina a las 54 familias al desalojo de sus viviendas para comenzar con los trabajos de estabilización.
Se estima que después de dos décadas después de la creación del barrio la alcaldía se interesó por implementar una planimetría; en la década de 1980 (la Ordenanza Municipal 070/81 de fecha 27 de julio de 1981 (GAMLP,sf), se aprueba la planimetría, densidad, usos de suelo para la Unidad Vecinal Chualluma, sin embargo, se realizan replanteos con las ordenanzas 0109/92 y 085/89 -067/89, quedando definitiva en 1989). El hecho que un barrio tenga una planimetría resulta esencial para que este sea considerado parte de la ciudad, legítimamente, o por lo menos para que un barrio sea tomado en cuenta por el gobierno municipio, entonces se puede decir que la planimetría es el primer paso para la proyección de un imaginario desde una institución, en este caso la alcaldía. Este documento técnico “la planimetría” es el ideal de cómo debería ser el barrio y al parecer se hacen los esfuerzos necesarios para alcanzar ese ideal, ya sea con apertura de vías o expropiaciones, entre otros.
Cuando yo llegué, los presidentes comentaban que había conflictos con Bajo Chualluma, muchos trámites nos perjudicaban por la apertura de la Vascones, entonces en el plano general Alto y Bajo Chualluma era uno solo, a nosotros nos impedían en los trámites (GAMLP, 2009, p. 194).
Fundadores, sí, justamente era Olorio Conde, Moisés Sarmiento, Arturo Poma, Miguel Mamani, Ricardo Poma, Félix Siñani, Elías Nina, todos eran fundadores, pero peleaban por la división en alto y bajo Chualluma (…) ya que ambos lados querían más tierra, pero al final decidieron que a partir de la calle dos es bajo Chualluma y para arriba alto Chualluma (GAMLP, 2009, p. 194).
Las diferencias entre vecinos no están exentas en barrios como Chualluma, en este caso se produjo una división por intereses de los dirigentes fundadores, consolidándose en Alto Chualluma y Bajo Chualluma. Sin embargo, pese a las diferencias que se hubieran gestado entre ambos sectores, la coordinación entre ambos tuvo que ser importante para la aprobación de la planimetría y obras para el bien común, por lo menos hasta la promulgación de la Ley de Participación Popular en 1994, que reconoce, promueve y consolida a las juntas vecinales en la vida jurídica, política y económica del país; y por consiguiente se reconoció las dos juntas de vecinos marcando una división definitiva física y legal del barrio (las juntas vecinales cambiaron su denominación legal a Organizaciones Territoriales de Base (OTB) a partir de la promulgación de la Ley Nº1702 de Participación Popular obteniendo personería jurídica, sin embargo, aún se las denomina juntas vecinales. Las mismas participan en la elaboración del Plan Operativo Anual (POA) en conjunto con los gobiernos municipales para la asignación de recursos principalmente para infraestructura).
Existen tres factores que motivan a las personas a convivir con el riesgo: la necesidad de acceder a una vivienda abaratada, el sentimiento de pertenencia al barrio, el riesgo como una oportunidad de ganancia

Figura 3. Ubicación barrio de Chualluma
Fuente: Elaboración propia
Chualluma recibe su nombre de las palabras aymaras “Ch’uwa Uma” que significa vertiente de agua cristalina, vertientes que fueron fundamentales para la consolidación del barrio y aún existen en beneficio de los vecinos. Como muchos barrios que se consolidaron en las laderas de la ciudad el servicio de agua potable tardo en llegar a estos, por esta razón los vecinos de Alto y Bajo Chualluma han dependido en gran manera de las aguas de vertientes para el consumo y la construcción. Se estima que en la década de 1990 se conformaron por iniciativa de los vecinos las cooperativas de agua Cooperativa Alto Chualluma y Cooperativa DamarChua de Bajo Chualluma, con la captación de aguas de vertientes, construcción de tanques e instalación de tuberías. Actualmente, cuentan con instalación de agua potable por parte de EPSAS (Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento) en la zona, pero muchos de los vecinos que son socios de las cooperativas aún mantienen este servicio, proveyéndose de las cooperativas por que el pago en mínimo y anual. Por otra parte, el embovedado del río estuvo a cargo de la alcaldía, previamente se habían hecho canalizaciones (la Resolución Municipal 946/90 (GAMLP sf), aprueba suscripción del contrato para trabajos de canalización del río Utapulpera, La Resolución Municipal 045/94 (GAMLP sf). aprueba suscripción del contrato para el embovedado del río Utapulpera).
Hasta este punto se hizo una rememoración de la conformación de Chualluma desde sus primeros años hasta la década de los noventa. Esta etapa está marcada por una precariedad que se busca superar con la legitimación del barrio por medio de la aprobación de una planimetría, se puede decir que esta fue la puerta de entrada para la proyección de un imaginario dominante representado por la alcaldía, validado por los vecinos por el sentimiento de formar parte de la ciudad y obtener sus beneficios; sin embargo, al no obtenerlos inmediatamente los vecinos toman acción propia, por ejemplo la conformación de cooperativas de agua, un imaginario de resistencia que perdura frente a la burocracia e inoperancia del servicio público.
No son pasivos los habitantes de las laderas. Ellos son autores importantes de la construcción de una nueva forma de ciudadanía urbana, allí se manifiestan las más variadas formas de desintegración e integración social, allí ocurre una mestización profunda, a partir de híbridas expresiones culturales. El mestizaje canaliza proyectos individuales y colectivos de conexión positiva en un proceso acelerado de globalización con la ciudad. Allí arriba se construye una parte importante del espacio físico y de infraestructura. Desde “arriba” se contempla “la ciudad de abajo” con los ojos y valores de arriba; se organizan los vecinos para incorporarse a la ciudad total y apropiarse de lo que les puede tocar de esa parte permanentemente extraña (Blanes 1999, citado en López y López 2004, p.97).
Hacia la Chualluma reconocida
La primera década del nuevo siglo estuvo marcada por eventos que cambiaron la conformación política, económica y social del país; teniendo lugar la llamada guerra del gas en La Paz en 2003 y la consolidación política del partido Movimiento al Socialismo (MAS-IPSP) en el gobierno nacional en el año 2005. A nivel municipal se puede destacar también dos eventos: la consolidación del partido Movimiento Sin Miedo (MSM) en el gobierno municipal el año 1999, que continuaría por 20 años, y la riada ocurrida el 2002, evento que cambio el paradigma de la política urbana. Cabe destacar que hasta el año 2009 estas dos fuerzas políticas sostuvieron una alianza que se diluyó por diferencias.
Chualluma recibe su nombre de las palabras aymaras “Ch’uwa Uma” que significa vertiente de agua cristalina, vertientes que fueron fundamentales para la consolidación del barrio y aún existen en beneficio de los vecinos.
Chualluma Bajo
En el año 2005 se inició con el Programa Barrios de Verdad a partir de una experiencia de mejoramiento de barrios impulsada por el Banco Interamericano de Desarrollo, con el propósito de mejorar la calidad de vida de las personas que viven en condiciones de marginalidad urbana, fomentando su participación en el desarrollo integral de su barrio; el mecanismo de ejecución se realizó por un concurso público en el que las juntas de vecinos podían participar y ser seleccionadas siempre que se cumpla con los requisitos; la selección estuvo a cargo del Gobierno Municipal, que seleccionó a los barrios donde las inversiones tengan más impacto social y económico (Burgos, 2008).
La quinta etapa del “Concurso Barrios de Verdad” se lanzó el 11 de agosto de 2006 entre los cuales algunos de los requisitos para la pre selección fueron: cobertura de alcantarillado 75%, cobertura de agua potable 75%, contar con planimetría aprobada, ocupación de los lotes por propietarios por un 80%, junta de vecinos con personería jurídica, que la dirigencia no tenga conflicto de representación, que mínimo el 51% de los jefes de familia participen en el proceso; el incumplimiento de cualquiera de estos inhabilitaría al barrio. En este concurso se presentó el Barrio de Chualluma Bajo, a cargo del presidente de la junta de vecinos el señor Juan Aguilar Saire, resultando ser uno de los barrios ganadores (la Resolución Municipal 0555/2006 (GAMLP sf), declara los ganadores de la quinta etapa del Concurso Barrios de Verdad).
En una breve conversación con la Señora Elida, vecina del barrio de Chualluma Bajo, en noviembre de 2021, ella narraba cómo fue el proceso de implementación del proyecto y la voluntad vecinal para hacerlo realidad, incluso suponiendo pérdidas y ganancias para el beneficio de la zona como se describe a continuación (fuente propia):
Aquí sí ha entrado Barrios de verdad, esto es barrios de verdad antes esto era de tierra (refiriéndose a la calle), han puesto un muro de contención. Después de eso han hecho una canchita y aquí abajo hay una casa comunal, debe ser hace 10 años que han hecho la casa comunal. Hay una callecita que está en medio es un lugar que está bien descuidado y sucio, ahí no ha intervenido Barrios de verdad porque los vecinos no han querido, porque una de las exigencias que tenía Barrios de verdad era que se cumpla la norma básica, por ejemplo, esta callecita era de un metro, pero la condición para que entre Barrios de verdad era que de este lado cedamos un metro y del otro lado un metro entonces hemos tenido que entrar, ellos han perdido un espacio y nosotros también hemos perdido un espacio, era para abrir la callecita (entrar a línea y nivel según planimetría). Mucho también tiene que ver que la gente no acepta, pienso que algunos solo piensan en su casa y no en el beneficio de su zona, por ejemplo, si yo me hubiera opuesto a entrar un metro no hubiera entrado por aquí la calle, para mi es el beneficio porque ya puede entrar el taxi.
Entonces entre nosotros nos hemos puesto de acuerdo y a las personas que no han querido les hemos convencido, si bien estamos perdiendo espacio estamos ganando comodidad porque antes esto era tierra los canales por encima, ahora ya estamos tranquilos, si llueve ya no hay incertidumbre de que haya deslizamientos, pero si usted ve el otro lado es bien precario el lugar sucio el piso está bien deteriorado están construyendo donde les parezca, a pesar de que ellos saben que tienen que aperturar la calles siguen construyendo y no buscan una mejora de la zona solo piensan en ellos, ese sectorcito también es Chualluma bajo, Barrios de verdad quería construir la casa comunal y entrar ahí porque era más fácil y se conectaba directamente con la avenida Utapulpera pero se han opuesto. Por eso nosotros vecinos hemos dicho aquí que sea la casa comunal y hemos derrumbado una partecita de un cerro para que haya un espacio y Barrios de verdad haga un estudio, al final hemos logrado hacer ahí la casa comunal.
Todo este lugar tiene filtraciones por eso se llama Chualluma, había hartas filtraciones, incluso en mi casa comenzaba a salir harta agua y nosotros lo canalizábamos así precariamente, pero después que ha entrado barrios de verdad ellos han capturado ya no hay esas filtraciones de mi casa si hay debe estar pasando por abajo por que han puesto un bloque de cemento, han impermeabilizado en todas las casas, antes salía de todos lados agua y había derrumbes también porque las casas eran de adobe y no construíamos, ahora como nos han dado estabilidad recién hemos construido un poco. Muchas veces es importante que todos estén de acuerdo y a veces por dos o cuatro toda una zona no se beneficia, eso pasó en el otro lado, ellos deberían pensar en el bienestar de la zona y no en cada uno, deberían nomas perder un espacio porque ellos ven aquí y la verdad sienten envidia. Han sido años que hemos trabajado, los vecinos han sido la mano de obra, pero como era tierra hacíamos acción comunal, trabajábamos toda la noche llevábamos tierra, facilitábamos para que se avance, nosotros hemos puesto mucho para que esto se haga realidad, no esperábamos que la alcaldía nos ponga todo, hemos cooperado y aparte han intervenido alguna que otra ONG con las que ahora trabajamos.
Es importante señalar dos aspectos de la implementación de este programa con respecto al tema que abordamos. En primer lugar, se continúa con la idea de legitimar el barrio, pero con la proyección real de la planimetría; en este contexto se acepta ceder parte de las propiedades para las vías y cumplir con los requisitos que fueron planteados por el Gobierno Municipal para beneficiarse del programa. En segundo lugar, se destaca el quiebre de relaciones de vecindad en un barrio, posiblemente a raíz de un proyecto y la rigurosidad con la que se excluye a quienes tal vez se resisten a formar parte. En ese ese sentido se puede decir que el imaginario dominante se ha proyectado con éxito en el barrio de Chualluma Bajo, por lo menos en su mayor parte proyectando su idea de ciudad y dando un mensaje poderoso a las resistencias.
Chualluma Alto
El año 2019 el barrio de Chualluma cobró notoriedad por el colorido de sus fachadas que se vislumbra en el trayecto de la línea roja del teleférico siendo muy comentada por medios de prensa y redes sociales, llegando a ser una parada turística casi obligatoria.

Figura 4. Vista de Chualluma desde el teleférico
Fuente: Mariana Eliano (La Nación, 2022).
En febrero del año 2018 el Gobierno Nacional impulsó el Programa de Infraestructura Urbana para la Generación de Empleo financiado por Fondo Nacional de Inversión Productiva y Social (FPS). Se lanzó la primera convocatoria al fondo concursable Mi Barrio Mi Hogar la cual señala: “Podrán participar todas las juntas de vecinos de todos los distritos de la ciudad de La Paz que cuenten con personería jurídica vigente”, además presentar una carpeta con catorce requisitos entre los cuales se puede mencionar: descripción y alcance del proyecto, planimetría aprobada, compromiso de posible aporte vecinal, entre otros; y que el diseño final estaría a cargo del FPS. El barrio de Chualluma Alto se postula a este concurso con el Proyecto El Qhathu a la cabeza de la presidenta la señora Tomasa Gutiérrez.
En una conversación con la ex presidenta, la señora Tomasa Gutiérrez, en noviembre de 2021, ella relata que por muchos años se interesó por el mejoramiento de su barrio, tratando de conseguir apoyo de las autoridades, encontrando a menudo una respuesta negativa, sin embargo, logró conocer autoridades que se interesaron por sus demandas y viabilizaron la realización del proyecto, a pesar de las resistencias de varios vecinos, logrando finalmente concluirlo:
He visto en la tele canal siete que había un concurso Mi barrio mi hogar, yo no entendía que era un proyecto recién he aprendido, entonces con el Delgadillo (Viceministro de Vivienda) yo he ido a un medio de comunicación AbyAyala en Obrajes, yo pensé que iba a hablar de las viviendas pero en su lugar él ha comenzado a hablar de un proyecto, cuando me presentan “estamos con la presidenta de zona donde se va hacer un lindo proyecto”, yo no sabía de qué proyecto se trataba pero tampoco quería hacerle quedar mal entonces le seguí la corriente nomas. Al día siguiente, he ido al viceministerio de vivienda y en su computadora me han mostrado tal como está la zona pintada y me dice “Doña Tomasita este proyecto hay” tendríamos que hacer te vamos a ayudar, pero tres días tenemos y yo le digo en broma “a quien hay que ir a matar para obtener eso” y me dijo “no hermana esta noche mismo tienes que hacer una reunión”.
Entonces vengo con ese entusiasmo y llamo a mi directorio y le digo “hay este proyecto” ellos también dicen “ya pues”, entonces llamamos a los vecinos muchos me han hecho caso otros no me han hecho caso, con la FPS tenía que tener una reunión y han sacado una tela y en la pared lo han enfocado y han dicho “si van a querer, esta zona se va a convertir de esto en esto” la gente ha aplaudido, algunos también han dicho “Este Evo nos va a quitar nuestras casas, impuesto también va a subir, yo no quiero Doña Tomasa”, otros también decían “lograremos hermanita” con esa gente también hemos sacado adelante el proyecto. Por ejemplo, en el transcurso de eso la alcaldía se me ha dado la vuelta los presidentes de zona se me han dado la vuelta por que me decían que yo era una traicionera era una “pitufina” (aludiendo que era del partido del MAS IPSP).
El pintado de las casitas se ha empezado desde la punta del cerro hasta abajo, porque yo quería que vean como en esa altura están haciendo, entonces la gente se ha animado, hasta este lugar por ejemplo son los colores de la Wiphala, desde ahí es el aguayo, de ahí para abajo ya para terminar ya no han querido la gente esos rosados chillones y por eso hacia abajo ya se ha distorsionado, pero así mismo la empresa tenía que entregar han cedido. Yo les puedo contar tantos problemas he tenido por que la empresa nos ha dado todo, el vecino tenía que dar la luz el agua e ir a pedir cemento, tres cositas, la empresa la FPS nos ha dado todo, pero la gente ni con eso ha estado conforme, mucha gente no ha querido pero el proyecto es todo el barrio, yo he tenido que irme a rogar como autoridad a los vecinos.
Es destacable también los 26 murales que se hicieron en el barrio por la artista Knorke Leaf, a petición de los vecinos que vivían en las casas; estos murales personalizados están inspirados en orígenes, actividades o sentimientos que tienen los vecinos respecto a su barrio. Según la artista:
Acepté participar en este proyecto por su contenido social. En Chualluma yo pasé 5 meses con las personas del barrio. Me siento parte del barrio, viví con ellos, comí la comida que comen ellos, he sido parte de sus fiestas… La idea de la obra era representar en las fachadas cómo viven, cómo se relacionan, cómo son ellos. Todo el mundo debía reconocer eso ya sea viéndolo a la distancia desde el teleférico o cuando visita el barrio (Sagarnaga, 2019).
En el marco del objetivo de este trabajo es importante destacar tres aspectos: el primero es la ubicación de emplazamiento del proyecto a situarse en Chualluma Alto, un barrio que por años había sido postergado, que se ubica debajo del trayecto de la línea del teleférico rojo, siendo un espacio vistoso y reconocible por toda la población; el segundo aspecto es que el proyecto se haya gestado casi en su totalidad en las instancias del Gobierno Nacional y que se haya socializado con la junta de vecinos en tiempo récord para la validación del proyecto; el tercero el interés del Gobierno Nacional de promover un programa de mejoramiento de barrios en la ciudad de La Paz, siendo que ya existía uno promovido por la alcaldía.
En relación a esta última, en el contexto de ese entonces en el ámbito político existía una importante rivalidad entre el gobierno nacional y el gobierno municipal, liderados por el MAS IPSP y SOL.BO (antes MSM), respectivamente, de cara a los comicios electorales. Esta tensión se proyectó en Chualluma Alto y Bajo, generando una división imaginaria entre los vecinos y sus percepciones mutuas, tal como lo describe una vecina de Chualluma Bajo:
Bueno, lo que nos hemos enterado los vecinos, no como una información oficial, era que la vecina de ese lado, la dirigente de ese lado era del MAS y este lado, digamos era del Revilla. Como este lado ha hecho el barrio de verdad, porque aparte que también han hecho Barrios de verdad, han traído a su fundación de su esposa aquí, han hecho la casa de las mujeres. Claro que era una actividad de la alcaldía, pero adicionalmente nos invitaban a que formásemos parte de su partido. Pero si se sabía extraoficialmente porque nosotros éramos del “Revilla” y los del otro lado eran del MAS, pero no es algo oficial, pero entre telones siempre hay esos tratos de si me apoyas con tu gente.

Figura 4. Murales Chualluma Alto
Fuente: Archivo personal.
(…) este imaginario que se busca consolidar como dominante en la sociedad es el reflejo de un ‘imaginario global’ que promueven organismos internacionales por medio de financiamiento.
Conclusiones
En primer lugar, existe un anhelo de pertenencia y la idea generalizada de legitimación por parte de los vecinos ante las instituciones municipales, “el formar parte de la ciudad”, uno de los caminos que se percibe para alcanzar este objetivo de forma colectiva es la aprobación de una planimetría; los vecinos, en su afán de salir de la precariedad, porque también tienen la idea que al tener este documento podrían acceder a servicios u obras, validan y se disponen a cumplir los requisitos que sean necesarios para que su barrio tenga una planimetría. En el caso de Chualluma, desde su fundación se ha esperado más de dos décadas para que se legitime su pertenencia a la ciudad. Este es un imaginario dominante promovido por los gobiernos municipales que prevalece en el colectivo de los vecinos, aunque, en muchas ocasiones los beneficios no lleguen a corto plazo.
En segundo lugar, esa precariedad con la conviven los barrios en las laderas hace que se cree una comunidad en donde la acción social con el trabajo comunitario son clave para la subsistencia del barrio y de las familias que en el viven. Generalmente esta característica desaparece una vez que el barrio se consolida y se obtienen servicios. En el barrio de Chualluma esta característica, hasta donde se pudo percibir, aún continuó durante la implementación de los proyectos, convirtiéndose en un valor social. En su momento este valor pudo haberse gestado como un imaginario de resistencia, resistencia a la indiferencia de los gobiernos; sin embargo, ahora es un imaginario vecinal dominante, que incluso coopera con otros imaginarios.
En tercer lugar, desde la década de los 2000 los gobiernos municipales han impulsado los proyectos de mejoramiento barrial considerándolos como directriz en la gestión municipal, en donde los valores de participación e inclusión son parte de estos. Sin embargo, este imaginario que se busca consolidar como dominante en la sociedad es el reflejo de un “imaginario global” que promueven organismos internacionales por medio de financiamiento. Otro aspecto destacable en la consolidación de este imaginario dominante del programa Barrios de Verdad es el mensaje que se envía que mientras no se ajusten a la planimetría, no se realizaran las obras. Se podría decir que este nuevo imaginario dominante sirve también de palanca para consolidar plenamente un imaginario precedente.
En cuarto lugar, el proyecto de Mi Barrio Mi Hogar, que tuvo gran notoriedad, resultó en la proyección de un “imaginario dominante de resistencia”, es decir que, como vimos anteriormente, este proyecto se gestó desde instituciones del gobierno nacional, contrariamente al proyecto de Barrios de Verdad que, de alguna forma, resultó restrictivo para algunos barrios que no cumplían requisitos, con claro mensaje el cual entre líneas decía que si el gobierno municipal no quiere o puede atender a los barrios más necesitados por tecnicismos o burocracia, al gobierno nacional si le importa y puede hacerlo de forma eficiente en un corto tiempo y sin exclusión. La localización del proyecto pudo haber sido simple casualidad, pero es innegable el impacto que tuvo por estar situado en la ruta del teleférico rojo donde cada día miles de personas transitan., Se puede decir que es un paisaje de poder empoderado, porque aunque inicialmente se haya pretendido proyectar el imaginario promovido por el gobierno nacional, los vecinos se apropiaron del proyecto logrando que resalte el barrio y no el proyecto.
Finalmente, como respuesta a la hipótesis inicial se puede considerar como parcialmente verdadera, es evidente que por medio de instrumentos como planimetrías, programas y proyectos la instancia municipal proyecta un imaginario de ciudad al que se puede considerar dominante; sin embargo, los imaginarios de resistencia también participan en la consolidación de los imaginarios dominantes, modificándolos en cierta forma para lograr el mayor beneficio en el barrio.
JMGS
La autora es arquitecta e investigadora independiente, con experiencia en la función pública.
Contacto: [email protected]
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