N. de la R.: Esta nota fue publicada originalmente en idioma italiano en el sitio Archphoto, que dirige el autor.
Mapa de transporte del área metropolitana de Génova
No son periferia Cornigliano, Sestri Ponente, Pegli, Voltri, Pra, Rivarolo, Bolzaneto, Pontedecimo, Marassi, Quezzi,Begato, Sturla, Quarto, Quinto, Nervi.
Borde, margen, limite, confín, identifican los lugares de la ciudad que no coinciden con el centro, ámbito de la vida cotidiana, sede de la actividad política, comercial y residencial. Génova ha tenido siempre relaciones difíciles con sus bordes; cuando en 1926 el fascismo anexó veinte comunas “en realidad el propósito es despedazar la tradición de autónoma vitalidad de las comunas (…) obras grandiosas siguen a la anexión, como la apertura de vía Francia y las defensas del promontorio de San Benigno” (Poleggi-Cevini, Génova, Laterza, 1981). Este nuevo ordenamiento urbanístico determina un cambio radical del escenario paisajístico y geográfico de la ciudad, ampliando la idea de una ciudad lineal, si bien atípica. Las nuevas zonas anexadas serán destinadas a la localización industrial, caracterizando fuertemente el territorio al poniente. Acciaieria, Porto Petroli, Aeroporto, pequeñas y medianas industrias vendrán a ocupar el suelo hasta su agotamiento. El poniente pierde su relación con el mar, ensombrecida por las nuevas “ocupaciones”. Pero el borde de la ciudad tenía ya su corazón industrial pulsante con la llanura fluvial del Polcevera, que se extiende desde el mar hacia el interior, hasta Pontedecimo, donde se había instalado el coloso industrial Ansaldo. En los años ´80 del Novecientos se generó una transformación de las destinaciones de uso y allí donde se producían trenes, aviones, materiales bélicos y generadores, hoy están presentes las grandes cadenas de tiendas Ikea y Castorama.
Génova ha sido la primer ciudad italiana en ocuparse de la reconversión de las áreas industriales, un punto de referencia para las otras ciudades: Milán, por ejemplo, con el proyecto de recuperación de los espacios Ansaldo (proyecto de Chipperfield) y Napoli en la ex Italsider (proyecto de la ciudad de la ciencia de Pica Ciamarra). Todavía hoy la ciudad soporta mal la industria, basta ver el caso de las Acerías Riva, que ocupan espacios estratégicos para el puerto y la ciudad. En las ultimas décadas delos años noventa la batalla ambientalista y cívica de los habitantes de Cornigliano contra los Riva ha determinado un plan para el desmantelamiento de una parte de la estructura, que hasta hoy no ha sido realizado. Han cambiado los gobiernos pero los recursos económicos no han sido encontrados, esto comporta un daño ambiental para quienes viven en Cornigliano y un daño económico para el puerto que debería, en las áreas a liberar, realizar el distripark y agregar una nueva conexión vial a la existente, “linfa” vital para la competitividad del sistema portuario genovés.
Es en los años setenta, sin embargo (con la última experiencia de vivienda pública masiva y la Ley 167 de 1962 sobre edilicia económica popular, cuando fueron construidos 22.000 viviendas para 71.000 habitantes), que Génova cierra definitivamente la relación con su borde. Una relación a menudo indiferente, distraída, casi como si el borde no perteneciera al resto. Es en las extremidades de poniente, sobre las colinas, que se verifica la especulación guiada por el sector público, que conquista los espacios ásperos del territorio con intervenciones erróneas en la concepción ideológica (implantaciones de alta intensidad residencial) como sucede con el proyecto di Piero Gambacciani para Begato, la famosa Diga. Una barrera que se opone a la morfología del territorio, diversa por concepción y relación con el paisaje del barrio Ina-Casa di Forte Quezzi (el Biscione), y que define lugares invivibles desde el punto di vista funcional, espacial y de la seguridad, allí donde la edificación condiciona el comportamiento de los habitantes.
Luigi Carlo Daneri, Génova, Barrio Ina Casa 1956-68, Biscione (sobrenombre dado por los residentes)
El proyecto político avalado por la izquierda ha determinado un paisaje social diferenciado (ancianos, inválidos, tóxico dependientes, traficantes, prostitutas, jóvenes parejas, trabajadores, desocupados, amas de casa, niños….) que no puede, por sumatoria de experiencias personales, construir una comunidad que viva y coexista al interior de un mismo hábitat sin que la sociedad civil no afronte y comparta las problemáticas. Como en Corviale, en Roma, el problema está ligado a la dimensión del barrio-comarca dislocado en áreas marginales de la ciudad sin movilidad urbana (bus, trenes, metro), privado de los servicios sociales (negocios, actividades comerciales, distritos de policía, gimnasios, lugares de encuentro…) necesarios para manifestar mayormente el sentido de pertenencia a la misma ciudad. Otros son los ejemplos que se pueden dar de una gestión política equivocada del territorio, que en los años setenta ha producido situaciones paradójicas como las “lavadoras” proyectadas por el ingeniero Aldo Rizzo en Pegli 3, lugar encantador por clima y paisaje, pero no por cierto por los alojamientos que se injertan como un objeto extraño sobre las colinas y que son visibles desde la autopista Génova – Ventimiglia.
La edilicia pública se ha desarrollado también en el levante, Quarto Alto, Costa degli Ometti, Costa d’Orecchia, barrios obtenidos entre la autopista Génova-Livorno y la colina, con resultados tipológicos y formales discutibles pero sin duda más vivibles. En Quarto Alto la solución de casas en grupo, con el asesoramiento de Gianfranco Caniggia, ha definido un modelo de localización de dimensión reducida, por lo tanto retorna el problema del rol y de la capacidad de los proyectistas para afrontar el tema de la residencia en un período histórico en el cual los ejemplos de buena arquitectura son escasos.
No obstante que la historia de la ciudad ha demostrado como los barrios residenciales (Begato, Pegli3.) han fallado en los aspectos de cohesión social en un área densamente poblada, los autores – artífices de los proyectos han continuado construyendo en la ciudad: Marina Porto Antico (Gambacciani), Facultad de Economía e Comercio (Rizzo), Terminal Traghetti (Rizzo).
Mario Fiorentino, Corviale, Roma 1973-1981
Márgenes y bordes, una nueva actitud cultural.
¿Que estrategias adoptar para repensar el borde urbano? Hoy, con la crisis industrial que ha golpeado a los países occidentales, a favor de las nuevas economías chinas e hindúes, es necesario modificar la actitud cultural y el proyecto político de ciudad. Génova, en los últimos años, ha luchado con si misma para reconstruir su identidad. ¿Ciudad turística e industrial? ¿Ciudad turística? ¿Ciudad industrial? Quizás se deba continuar insistiendo con la industria (puerto y distrito tecnológico) y el turismo, pero es impensable que se sostenga una economía solo sobre el turismo cuando no se tiene una cultura turística. El turismo por si solo no puede garantizar el desarrollo de una ciudad como Génova; se tiene la impresión que la ciudad y sus administradores rechazan el pasado portuario e industrial, factores que han determinado la riqueza económica de grandes ciudades europeas como Rótterdam, Marsella y Barcelona. Fuera del centro histórico y del nuevo frente de mar hábilmente recuperado por las administraciones que se han sucedido desde 1980 hasta hoy, la ciudad vive, trabaja y duerme. El problema está en el hecho de que la ciudad no puede y no debe ser identificada con el centro histórico, sobre todo Génova, que se jacta de una tradición de comunas independientes. Muchas veces la política ha hecho propios algunos términos (“descentralización”, “reconversión”) pero el debate no se ha trasladado nunca del centro a los bordes, la política no ha sabido diseñar un desarrollo posible para tales partes, sobretodo por la ausencia de arquitecturas contemporáneas que recalifiquen la imagen física y mental de esos lugares.
La ocasión podría haber sido el Museo del Mar y de la Navegación, si hubiese sido construido en Pegli, a cuyo museo naval enriquece la estructura proyectada para las tiendas Galata en Darsena por el arquitecto español Guillermo Vásquez Consuegra. Esto no ha sucedido y la enésima oportunidad para el poniente se esfuma por la necesidad de concentrar en un solo ámbito la oferta turístico-cultural. Nada de ciudad policéntrica sino, más bien, egocéntrica, no obstante el esfuerzo de algunos nodos de la red pública como el centro cívico de Cornigliano (finalizado en 1998), motor cultural y social de la realidad obrera siderúrgica. Lugar de las batallas ambientales contra la contaminación de la acería, polo que ha producido cultura urbana con muestras y encuentros temáticos sobre la ciudad y sus complejas problemáticas. La política debe recuperar la relación con el territorio todo, definiendo una idea de ciudad, hecha de múltiples ciudades. Una network-city que sepa englobar todos los nodos, como sucede en parte en el proyecto de visión futura elaborado por Piano y entregado a las administraciones de las Comunas, Región, Provincia y Autoridad Portuaria.
Instalación en Villa Croce, Museo de Arte Contemporáneo de Génova,
con los materiales sobre el barrio del Biscione
¿Que hacer en la “periferia”?
Es necesario un proyecto político que considere las partes no centrales de la ciudad, como sucedió en Turín, donde la Comuna, con el proyecto Periferie, ha indicado el camino a recorrer, aspirando a la participación de los ciudadanos en las decisiones a través de un proceso de comunicación entre la administración central, los entes descentralizados sobre el territorio (circunscripciones, municipios) y las asociaciones de habitantes.
De 1998 a 2003, el proceso de comunicación y concreción de los objetivos prefijados, introducido y conducido por la Asesoría en políticas para la vivienda y el desarrollo de las periferias, ha contribuido a reducir la distancia entre los ciudadanos y la política, a través de la implicación de sociólogos, psicólogos, arquitectos, empresas y realidad productiva. Juntos, han contribuido al saneamiento urbano y social de los barrios, en detrimento, en algunos casos, de la calidad arquitectónica. Cuando se habla de participación, siempre existe el riesgo de banalizar el problema; no es suficiente hacer participar a los habitantes. Se necesita proveer los instrumentos adecuados para poder comprender y compartir o no compartir las decisiones políticas, de modo de concretar un proceso que genere una modificación del estado actual. A los arquitectos se les confía la tarea de saber interpretar los sueños de los ciudadanos, pero todo depende de las sensibilidades individuales. En Turín, las intervenciones de los arquitectos han funcionado en la construcción del proceso que lleva desde la comunicación de las decisiones hasta la realización final. Pero cuando se ha tratado de reotorgar nuevas identidades espaciales a los barrios y entrar en materia arquitectónica, el resultado ha sido modesto. Hasta ahora se han concretado unos procesos, como en el caso turinés, de incentivos sociales para tomar conciencia de las problemáticas de un barrio; quizás, como observa Daniela Ciaffi –arquitecta investigadora del Politécnico de Turín- “se necesita acompañar espacialmente” a los ciudadanos. Esto comporta una educación para las intervenciones de recalificación urbana en los barrios residenciales públicos, a través de formas de hacer arquitectura que puedan encontrar una aplicación concreta, como sucede en Estados Unidos con el proyecto Arcosanti, la ciudad pensada y en parte realizada en el desierto de Arizona por Paolo Soleri. La ciudad, basada sobre el concepto de Arcology (architecture+ecology) y realizada por voluntarios, que participan de workshop pagos, ¿puede ser un sistema alternativo al sprawl urbano? La respuesta de Soleri es evidente revisando y confrontando la aproximación teórica con los resultados hasta ahora obtenidos, visibles en el sitio de Internet arcosanti.org.
Pic-nic: happening para y con los residentes de Biscione
“¿Cual es el sentido de una ciudad, si no es su ser participada? Hay lugares en los cuales esta participación es posible, lugares que están en donde quiera haya alguien en grado de mostrarlos, donde quiera haya alguien en condiciones de comprenderlos. Como el subrayar una frase o una palabra, de modo que la página que estamos leyendo se convierta en nuestra página. Y que una ciudad devenga en la ciudad en la cual nos reconocemos“. Así se presenta el proyecto “Citying. Prácticas creativas del hacer ciudad“, ideado por el asesor de Políticas juveniles de Venecia, que explora otro aspecto de la participación: la contribución del arte contemporáneo. El caso veneciano se inserta en un espectro más amplio de iniciativas que involucran cada vez a más artistas jóvenes para interactuar con el espacio, a través de instalaciones e interacciones con los habitantes, como sucede en Francia en el proyecto “Nouveaux Commanditaires“, ideado por la Fondation de France, donde los ciudadanos son los comitentes de las obras de arte a través de la implicación de un mediador cultural que se interpone entre los habitantes y el artista. Las obras, realizadas con financiamientos públicos o privados, quedan de propiedad de la comunidad y son realizadas para reconstruir la identidad de un barrio y el sentido de pertenencia a la comunidad. Otros tres casos son para considerar: Cantieri Isola en Milán, Fondazione Olivetti y Osservatorio Nomade en el Corviale de Roma, plug_in en el Biscione di Daneri, en Génova.
En el primer caso el grupo “Cantieri Isola”, que toma el nombre del barrio Isola, nace en el 2000 como colectivo de intelectuales que concretan una serie de estrategias para impedir el proyecto de Ciudad de la Moda propuesto por la Comuna sobre el master plan de Pierluigi Nicolin (en el proyecto resultaba afectado el barrio, modificándose la estructura social y erradicando físicamente una parte considerable de los residentes). “Había el deseo -afirma Paolo Artoni- de hacer del barrio un campo de experimentación de acciones urbanas participadas, del cual nació la exigencia de entrar en contacto con quien vive y opera en el barrio desde hace tiempo, partiendo de quienes (el comité de barrio, el oratorio, el gimnasio, la escuela, los comerciantes, los círculos, los centros sociales, etc.) en los diversos ámbitos y en los diversos períodos han construido una relación directa con la comunidad de Isola y conocen las excelencias, las carencias y las expectativas“. Esta postura ha provocado un replanteo del proyecto original, con la intervención de un nuevo proyectista, Cesar Pelli, que ha manifestado la voluntad de dialogar con los Cantieri, los cuales en el ínterin habían recuperado un parque, ahora nuevamente utilizable por los residentes y no por los tóxico-dependientes. Hoy Cantieri Isola es un laboratorio in progress que involucra a una treintena di personas que operan en los diversos ámbitos (social, arquitectura, asociacionismo, etc.) y ha creado Isola Archivo, donde se recogen los materiales de las producciones artísticas realizadas en y por el barrio, la televisión de barrio Isola TV e Isola del’arte, una red de galerías y personas del barrio que se ocupan de arte contemporáneo.
Manifiesto realizado en ocasión del picnic, que retoma en modo irónico
la grafica oficial de Génova 2004 capital europea de la cultura
En Roma, la Fundación Olivetti, la Comuna y el Observatorio Nomade trabajan desde hace un año sobre el Corviale de Mario Fiorentino en el proyecto Corviale Network. El proyecto se estructura como una serie de encuentros e iniciativas con miras a sensibilizar a la opinión pública sobre el tema del gran barrio residencial. Workshop, laboratorio, TV de barrio, reuniones de consorcios , jardines urbanos, son solo algunos indicios para comprender el proyecto. En este caso los actos y los gestos realizados fueron concebidos más bien como acciones artísticas, compartidas por pocos, en detrimento de una participación colectiva con el residente como centro. Es todavía demasiado pronto para verificar los éxitos de esta iniciativa, se necesitan años para restaurar el clima social en los lugares abandonados por el público desde hace décadas. Pero la práctica artística por si sola no es suficiente, es todavía más urgente reconsiderar el proyecto de arquitectura en función de las problemáticas de los barrios, y este es el verdadero desafío para los arquitectos. El proyecto iniciado por plug_in, a partir del 2002, sobre el barrio Ina-Casa Forte Quezzi, proyectado por Daneri en 1956, interviene sobre la conciencia colectiva a través de compartir los momentos de fiesta como episodios de cohesión social (el pic-nic/performance organizado en ocasión de la invitación a la muestra Empowerment/Cantiere Italia) pero también reflexiona sobre los espacios proyectados para contener funciones comerciales y sociales y que permanecen vacíos. Plug_in recientemente ha repropuesto al nuevo asesor de Cultura la posibilidad de ir a “ocupar” con nuevas funciones ( ludoteca, biblioteca, centro de ancianos…) aquellas partes que permanecen vacantes, pero también repensar el pinar en la parte posterior del edificio, con el objetivo de reconstruir las condiciones necesarias mínimas para habitar un lugar.
La concreción de estos objetivos pasa a través de una definición clara del proyecto político de ciudad, sobre todo cuando, después del 2004, el tema del borde urbano constituye el desarrollo futuro de Génova: intervenir en la periferia para regenerar el tejido urbano y social.EP
El autor es arquitecto, fotógrafo y director de la revista digital Archphoto.
Esta nota fue publicada originalmente en idioma italiano en el sitio Archphoto,
con el título de Non solo porto, non solo periferia…non sono periferia.
Ver en Archphoto el video realizado en el Biscione con entrevistas a los residentes.
Sobre la región metropolitana genovesa, ver también la nota Una microfísica del territorio, en el número 6 de café de las ciudades.