I
Es indudable el rol de Picasso en la formación del espíritu moderno. También que su pintura fue figurativa. Siempre, como el mismo dijo, lo real estaba allí. Pero vale preguntarse qué realidad estaba allí.
En su pintura vemos sillas, vasijas, mesas, frutas, mujeres, toros, caballos, corridas de toros, payasos, gallos, velas, palmeras, hombres, niños, esculturas, camas, escaleras, palomas. ¿Que no vemos allí? Nada que pertenezca al mundo moderno: teléfonos, autos, ferrocarriles, aviones, televisores, ascensores, heladeras, tranvías, fábricas, oficinas, la ciudad moderna. Creo que los dos únicos objetos modernos que podemos encontrar en la enorme vastedad de su pintura son dos humildes lamparitas eléctricas, una de ellas iluminando una sandía, otra la vasta tragedia de Guernica. Para Picasso sólo era real lo que generaciones de pintores en el pasado habían decidido pintar.
II.
Estábamos en que Picasso se abstuvo, salvo por unas humildes bombitas eléctricas y no por humildes no menos famosas en registrar en su pintura los rastros visibles de la modernidad: autos,trenes, aviones,TV, etc.
Mario Tercco sugiere que esos rastros son obvios, y que por ser tales no aparecen en su pintura. Como los camellos en el Corán, no están registrados, pero sabemos que allí están; si el lienzo se agrandara, allí estarían en los laterales.
Creo que caben otros abordajes. Uno es simple, Leonardo, para siempre, dictaminó en su Tratado que la Pintura es mímesis. Si entendemos que las Artes configuran un sistema, la aparición del daguerrotipo, la fotografía y el cine a principios del siglo XX, liberó a la pintura por razones de pertinencia y economía, y también para siempre, de ciertas obligaciones: desde la función social del retrato hasta el registro del movimiento. Liberarse es la palabra: la pintura pudo pensarse a sí misma.
No es casual que en ese momento, en los países más atrasados tecnológicamente, más alejados de las consecuencias reales de usar las nuevas energías, prosperaran movimientos como el futurismo, fascinados en representar su uso. Dibujaban los edificios que no estaban levantando.
No es la postura de Picasso y, a pesar que la obra de arte tiene la misteriosa capacidad de estar y no estar en una época histórica precisa, los intentos del futurismo , a diferenciadel cubismo, generan nostalgia: como Borges descubre en la obra de Apollinaire, su modernidad es aparente.
Quizás Picasso advirtió a tiempo que la manera de estar y no estar históricamente no depende del utillaje tecnológico de una época. Mientras el último teléfono o TV ya es obsoleto porque será cambiado o superado, Pitágoras o Mozart permanecen.
Quizás Picasso advirtió, como Kubrick en 2001, que la deriva tecnológica de hachas de hueso a naves espaciales, oculta y distrae de otra deriva más importante, que es la evolución de homínido a hombre.
Quizás en Picasso es propositivo e intenciona lretomar los temas de siempre de la pintura, mesas, mujeres, guitarras, desde una nueva mirada.
III
Ultimo y breve intento final: Picasso no pinta cosas nuevas porque no pinta cosas: el sólo pinta la relación entre las cosas (como Velázquez). Por eso NECESITA cosas viejas, ya conocidas, para pintar, para que reconozcamos cómo cambiaron estas relaciones.
LEC
Octubre 2014
El autor es Arquitecto (UNLP) y docente. Ha obtenido numerosos premios en concursos nacionales. Es Director del Grupo de Estudios en Planeamiento Urbano (UTN).
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