El horizonte
Pomponio Gaurico: El espacio existe antes que los cuerpos que en el se encuentran y por ello es necesario establecerlo gráficamente antes que ellos.
El horizonte, borde ilusorio de un planeta azul y esférico de 12.000 km de diámetro para un globo ocular de un diámetro mil millones de veces menor. La ilusión de una perfecta llanura se impone antes como imagen mental que como una percepción visible: la fuerza del concepto corrige las imágenes retinianas. Nuestra llanura luce plana y si percibimos un desnivel se trata de un defecto.
De ahí nuestro asombro cuando las inundaciones materializan en la ciudad asfaltada el cauce y la profundidad de soterrados arroyos. La masa de agua mide la separación entre llanura platónica y real. Cualquier lugar de la llanura es similar a otro: imposible no estar en el centro del mundo que fija la vertical del cenit.
Pero esto a costa de la fijeza. La centralidad de la cúpula celeste o del globo ocular, al tiempo que distrae la atención de los desniveles, parece refutar el movimiento: como dijo Troilo y podría haber dicho Kafka, siempre estamos llegando al pueblo del que acabamos de partir. Al caminar es imposible no trasladar el borde de horizonte y lo que el contiene; al viajar reiteraremos similares y conocidas circunstancias. Para completar, culs de sac, falsas y verdaderas bifurcaciones, loops, meandros y duplicaciones dilatan el plano del laberinto. La paradoja es que en este sitio se necesiten baqueanos para no perderse: la invisibilidad de una visibilidad extrema.
Conclusión: Rayuela de Cortazar, el Museo de la Novela de la Eterna de Macedonio, el estilo misceláneo de Borges, el Pericón como danza nacional o la milonga, ciertos cuadros de Antonio Segui, el poncho pampa y aun comidas como el puchero parecen aludir misteriosamente a la llanura.
El peligro de la Pintura
Hacia 1460 (32 años antes del descubrimiento de América, en el comienzo de la Edad Moderna) Piero della Francesca pinto “La flagelación de Cristo”. Si comparamos esa pintura con cualquier pintura del 1300 de temática similar –los frescos de Giotto, por ejemplo–, surge inmediatamente una observación en torno a la relación entre figura y fondo. Piero, no por primera vez pero con mucha contundencia, logra que la representación de la figura humana comparta con su contexto inmediato, el mundo, un mismo código referencial. Digamos que las relaciones entre ellos devienen, homotecia mediante, conmensurables.
Piero rompe con una larga tradición de representar en forma dicotómica y disyuntiva fondo y figura, hombre y mundo. Esas relaciones no retinianas son una tradición continua desde el Neolítico, sea en el arte maya, asirio o musulmán.
La notable calma que reina en la luz de la escena, si no es congruente con lo que allí ocurre, lo es en cambio con la evidente celebración de la unificación espacio-temporal entre fondo y figura. Notablemente, la tecnología geométrica que parametriza hombre y mundo es evidenciada casi como un tema en sí mismo. Es imposible no advertir que esta pintura, en su disrupción, está en el inicio de un proceso que en el futuro prefigurara la envolvente virtual y cubica que alberga a la figura primero en el trípode cartesiano X-Y-Z y luego como una prematura anticipación del teatro proyectivo de Monge.
Pero XYZ es la precondición de Newton, del concepto de función y, en fin, del reinado de las matemáticas como herramienta de transformación del mundo. Desde este punto de vista, hay más contacto entre Piero y el Cubismo, a partir de que ambos eluden la disyunción entre fondo y figura, que entre Piero y todo el proceso icónico anterior.
Por último, Piero, al desechar imágenes mentales por imágenes retinianas, inaugura paradójicamente un nuevo e inédito proceso que, más allá de los temas presuntamente religiosos, lo que en verdad declara con calma pero contundencia es que si acaso hay un Reino este, con evidencia, es de este Mundo.
LEC
El autor es Arquitecto (UNLP, distinguido como Egresado Ilustre) y docente, con amplia participación en temáticas de planeamiento territorial. Ha obtenido numerosos premios en concursos nacionales. Recibió el Premio Trayectoria (2020) del Fondo Nacional de las Artes, Argentina.
De su autoría, ver también entre otros textos en café de las ciudades:
Número 111 | Cultura de las ciudades (I)
Un pequeño jardín | Microfísica de un lugar en Pehuen Co
Número 127 | Arquitectura de las ciudades
Última charla con Vivanco I Salvaje, y a mucha honra.
Picasso y el pasado I De las cosas a la relación entre las cosas.
Número 148 I La mirada del flâneur
Centros y Afueras en la literatura argentina I Fronteras sin permiso, sin cielos protectores.
Número 197 I Cultura
Las casas I Una conexión con el planeta.
Número 207 I Territorios, Política
El país como proyecto I “El futuro no se predice, se construye”. Una propuesta para Bahía Blanca y el sudoeste bonaerense.
Número 210 I Ciudad
Montevideo; ciudad y territorio I Y adenda sobre un proyecto siniestro.
La idea de homotecia se utiliza en el ámbito de la geometría para aludir al vínculo que establecen dos figuras cuando sus puntos correspondientes se encuentran alineados en un punto fijo. Se trata, por lo tanto, de una correspondencia entre figuras geométricas.