Kawabata y Mitzuoda abandonaron el departamento con Carolina a las 4 y 20 de la madrugada, contradiciendo su propio acuerdo de jamás mostrarse juntos en la calle sin importar lugar ni horario. El Doble ya conocía el camino para volver caminando al hotel boutique; Carolina pidió un taxi y acompañó al artista hasta la quinta de Parque Leloir. Salvo el taxista, que aprovechó la desatención de sus clientes para “olvidar” encender el reloj y arreglar el precio al finalizar el viaje, la decepción era el sentimiento predominante entre los ocupantes del auto. La asistente de Carmen, que esperaba de su doble y simultanea Aventura Sexual con Japoneses una satisfacción acorde a la fantasía construida en los días previos, y a pesar de que en un punto puramente físico consideraba feliz la experiencia, sentía que a la doble deslealtad a su empleadora y confidente se sumaba el vacío sentimental del sexo sin amor y la sospecha de haber consumado una proeza sin más mérito que el de poder contarlo días después en un after office con amigas y años más tarde impresionar a algún amante con el recuerdo.
Mitzuoda, también satisfecho en lo físico y sin remordimientos por haber elegido a alguien tan cercano a Carmen para su rutinaria aventura de fin de viaje, rumiaba el fin del amor loco iniciado en Milán y culminado entre aburrimientos y reproches un par de día antes, cuando finalmente Carmen abandonó la quinta y le pidió que solo la llamara de surgir algún problema que lo ameritara. Ahora se encontraría con ella un par de horas más tarde, cuando pasara a buscarlo para el transfer al aeropuerto.
Carmen, ajena a las decepciones, da un beso a sus hijos y a Claudio antes de salir para la quinta. “Lo mejor de nuestra vida”, piensa mientras les envía a distancia otro beso desde la 4 por 4. Aquí podríamos identificar, si la vida fuera uno de esos programas informáticos de diseño asistido que funcionan por capas simultáneas de información, tres layers de Carmen superpuestos sobre su elegante imagen de señora burguesa iniciando el día.
En una primera capa, Carmen mezcla \la auténtica ternura que le despiertan sus hijos en la mañana, el contento de ellos por haber vuelto a conformar la familia nuclear con la vuelta del padre, y su liviana ironía respecto al título de una vieja película y un mandato conservador respecto al lugar de los hijos en la vida. La segunda capa, que es ya independiente de lo que Carmen crea o desee estar sintiendo realmente, es la de la propia y profunda conformidad con el mandato, su propia resignada convicción (compartida, ella no lo sabe en esta capa aunque sí en la tercera, con Claudio) sobre la imposibilidad del amor loco y el cálculo lógico sobre la futilidad de las búsquedas de pasión y, por tanto, una perversa conveniencia de meramente procurar la satisfacción de sus hijos. La tercera capa, a la que Carmen es o se procura ajena, es una capa de decepción, íntimamente ligada a la ironía que mencionamos en la primera.
El Gran Artista Japonés podría ser también descompuesto en tres capas, siguiendo esta analogía informática que (espero) no será interpretada como pretensión de coartada epocal u obvia contemporaneidad. En la primera capa, Mitzuoda entona un bolero que anima a la amante del Narrador a buscar otros brazos y labios y compararlos con los suyos, prometiendo un resignado y silencioso retiro en caso de que la muchacha a quien así se habla encuentre un amor que la quiera más que a nadie; esta capa es de ternura e ironía, como la primera capa de Carmen (quien escucha divertida el canto en mal castellano pero buena armonía y recuerda un disco de Nat King Cole que escuchó en su niñez). La segunda capa, como la tercera de Carmen, es de decepción pura y dura. La tercera capa es entre existencialista y epicúrea; Mitzuoda siente que sea cual sea la tristeza y la decepción que lo envuelvan, son consecuencia de su propia elección o al menos de la obediencia a su propia voluntad. Es una capa de convicción en el Triunfo De Vivir. Una cuarta capa, si analizamos la “pantalla” con quizás un exceso de sutileza, es de frivolidad: en esa hipotética capa el Gran Artista Japonés complica sus sentimientos para ocultar la banalidad de sus acciones, lo efímero de sus deseos y la falsedad de sus supuestos amores.
Carmen espera a su ex amante en el hall de Ezeiza; terminado el check in, Mitzuoda la invita con un café y Carmen accede tras consultar histriónica su reloj y fijar veinte minutos de plazo antes de retirarse. El plazo se estira en los hechos a media hora, la última media hora que compartirán físicamente Carmen y Mitzuoda hasta un encuentro casual en la Bienal de Venecia unos años más tarde. Mitzuoda canturrea “El último café” cuando el mozo trae el pedido, aunque en su caso se trata de un Chivas doble de 18 años. Carmen ríe y Mitzuoda se dice, ingenuo, “mientras la chica se ría, todo va bien”.
En la entrada a la sala de abordaje, Mitzuoda intenta que su beso de despedida llegue a los labios de Carmen, quien lo elude sin sobreactuación. “Buen viaje”, le desea y desaparece por el hall sin dar vuelta la mirada. El Gran Artista Japonés compra la versión castellana del libro que Taschen dedicara a su obra en una librería vecina al free shop y es el último en embarcar en la primera clase. Apenas el avión despega, se asoma a la ventanilla para ver la ciudad desde el aire, pero el día se presenta nublado y Mitzuoda experimenta su última frustración argentina.
CR c/VR
Próxima Entrega: Epílogo (primera parte)
Donde se explica el derrotero de nuestros héroes y heroínas en los meses sucesivos, haciendo hincapié en las nuevas circunstancias personales y profesionales que experimentan y en lo definitivo o (en la mayor parte) transitorio de las configuraciones psico-sociales que estas vicisitudes individuales y sus interrelaciones van dibujando.
Carmelo Ricot es suizo y vive en Sudamérica, donde trabaja en la prestación de servicios administrativos a la producción del hábitat. Dilettante, y estudioso de la ciudad, interrumpe (más que acompaña) su trabajo cotidiano con reflexiones y ensayos sobre estética, erotismo y política.
Verónicka Ruiz es guionista de cine y vive en Los Angeles. Nació en México, estudió geografía en Amsterdam y psicología en Copenhague.
En entregas anteriores:
1: SOJAZO!
Un gobierno acorralado, una medida impopular. Siembran con soja la Plaza de Mayo; Buenos Aires arde. Y a pocas cuadras, un artista del Lejano Oriente deslumbra a críticos y snobs.
2: El “Manifesto”
Desde Siena, un extraño documento propone caminos y utopías para el arte contemporáneo. ¿Marketing, genio, compromiso, palabrerío? ¿La ciudad como arte…?
3: Miranda y tres tipos de hombres
Lectura dispersa en un bar. Los planes eróticos de una muchacha, y su éxito en cumplirlos. Toni Negri, Althuser, Gustavo y Javier.
4: La de las largas crenchas
Miranda hace un balance de su vida y sale de compras. Un llamado despierta la ira de una diosa.
El narrador es un voyeur. Bienvenida al tren.
5: El Depredador
Conferencia a sala llena, salvo dos lugares vacíos. Antecedentes en Moreno.
Extraño acuerdo de pago. Un avión a Sao Paulo.
6: Strip tease
Ventajas del amor en formación. Encuentro de dos personas que no pueden vivir juntas pero tampoco separadas. Miranda prepara (y ejecuta con maestría) la recepción a Jean Luc.
7: Nada más artificial
Extraño diálogo amoroso. Claudio parece envidiar a Jean Luc, pero sí que ama a Carmen.
Virtudes de un empresario, razones de una amistad.
8: Empresaria cultural
Carmen: paciencia, contactos y esos ojos tristes. Monologo interior ante un paso a nivel.
Paneo por Buenos Aires, 4 AM.
9: La elección del artista
Bullshit, así, sin énfasis. Cómo decir que no sin herir a los consultores.
La ilusión de una experiencia arquitectónica. Ventajas de la diferencia horaria.
10: Simulacro en Milán
La extraña corte de Mitzuoda. Estrategias de simulación. Las afinidades selectivas. Una oferta y una cena. La Pietà Rondanini. Juegos de seducción.
11: Más que el viento, el amor
Al Tigre, desde el Sudeste. El sello del Depredador. Jean Luc recuerda la rive gauche, Miranda espera detalles. La isla y el recreo. Secretos de mujeres. El sentido de la historia.
12: El deseo los lleva
La mirada del Depredador. Amores raros. Grupo de pertenencia. Coincidencias florales. Influida y perfeccionada. Un mundo de sensaciones. Abusado por el sol.
13: Acuerdan extrañarse
Despojado de sofisticación. Las víboras enroscadas. Adaptación al medio. Discurso de Miranda. Amanecer. Llamados y visitas. ¿Despedida final? Un verano con Mónica.
14: No podrías pagarlo
Refugio para el amor. Viscosas motivaciones. Venustas, firmitas, utilitas. Una obra esencialmente ambigua. La raíz de su deseo. Brindis en busca del equilibrio.
15: La carta infame
Estudios de gestión, y una angustia prolongada. Demora inexplicable.
La franja entre el deseo y la moral. Lectura en diagonal a la plaza. Sensiblería y procacidad.
Entrega 16: En la parrilla de Lalo
Paisaje periférico. Estudio de mercado. Sonrisa melancólica, proporciones perfectas.
Un patrón apenas cortés. Elogio del elegante. Suite Imperial. Desnudez y democracia.
Entrega (17): La investigación aplicada
Más de lo que quisiera. Temas de conversación. La insidiosa duda.
Estrategia del celoso. Peligros. La casa del pecado. Suposiciones y conjeturas.
Entremés – Solo por excepción (I) / La drástica decisión.
Entremés – Solo por excepción (II)/ Los trabajos y los días
Entremés – Solo por excepción (III y última del entremés)/ El experimento Rochester.
18: La afirmación positiva
Una visión panóptica. La eficacia de las caricias. No lejos de la fábrica.
Los motivos de su conducta. Hipótesis oportunista. Certero impacto del Artista Pop.
19: El amor asoma su sucia cabeza
Hipótesis de conflicto – El perseguidor – Preguntas capciosas – Efectos colaterales –
Sólo en Buenos Aires – La tristeza de un jueves a la tarde
20: La forja de un rebelde
Propuesta del superior – Llegar tarde a todo – Disciplina y cinismo – La luz y el aire del Sur – Adiestramiento de un servicio – Los pruritos morales – Doble agente
21: Al servicio de la República
La llegada a América y las primeras misiones – Jean Luc seduce a propios y extraños –
Por la razón o por la fuerza – Foja de servicios – El hombre justo en el lugar equivocado
22: ¿Qué pasa, General?
Pequeño apartamento en Las Condes – Aeropuerto ´73 – Balada del mochilero –
Dos puntas tiene el camino – El trabajo ya está hecho – Reciclaje y redención
23: Suite Mediterránea
Mujer en el balcón – Vernissage – Lo útil y lo agradable – La entropía de un matrimonio feliz – Animales – Los caminos del arte contemporáneo – Hipertexto y collage
Entrega 24: Una walkyria conurbana
¿Vivís por acá? – No somos perras – La prohibición de involucrarse – Ningún cuidado es excesivo –
Reconversión en el área servicios – Aparición del príncipe azul
Entrega 25: Vidas paralelas
El pisito – Carmen en vuelo -Una ruptura civilizada -La primavera de Praga -Permanencias y rupturas –
No el amor, sino la felicidad – Dos vidas, un cuerpo
Entrega 26: El 18 Brumario de Jean Luc (Depredador)
Fin de semana salvaje – Trampas del destino – ¿Qué vas a tomar? – La objeción confirmada –
Si quieres que algo resulte, hazlo tu mismo – Justicia poética
Entrega 27: La playa del amor
La vanguardia de los cangrejos – Calor, calor – Un mundo feliz – ¡Vivan los novios! –
Las comparaciones siempre son odiosas – Creced y multiplicaos – Dilema de los felices
Entremés ensayístico – Crítica a la Galería Grierson (I) / ¿Fin de época?
Entremés ensayístico – Crítica a la Galería Grierson (II) / Entre Giedion y el psicoanálisis
Entremés ensayístico – Crítica a la Galería Grierson (III y última del entremés ensayístico) / La clave topológica
Entrega 28: El buen ladrón
Una performance espontánea – Arte y Política se confunden en las calles – La amenaza – El Depredador completa su traición – Snobismo de un genio – ¿Revolución o anacronismo?
Entrega 29: Flor de fango, una cualquiera
La transición – El óptimo de Pareto – Culpas compartidas – El mejor de los mundos posibles – La que peca por la paga – La línea del oeste – Vivir su vida
Entrega 30: Doble de cuerpo
Itinerario de un artista – Exposición multimedios – La fuga del hastiado – Indicios de una alteración – Opera prima y consagración – La música de los espacios secuenciales