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Entrega
30: Doble de cuerpo
Itinerario
de un artista - Exposición multimedios - La fuga del
hastiado - Indicios de una alteración - Opera prima
y consagración - La música de los espacios secuenciales

Kawabata
llegó desde Los Angeles vía Fort Worth, poco
antes del mediodía. Carmen, que nunca había
tomado seriamente los rumores sobre el doble Mitzuoda, se
divirtió como una adolescente con los preparativos
de la performance, convenientemente apartados a la
prensa y a los estudiantes en una discreta casa quinta de
Parque Leloir que ella misma había alquilado unas semanas
antes. Según Mitzuoda, Kawabata manejaba aún
mejor que él la historia del arte y el discurso frívolo
del artista de moda; convenientemente aleccionado y producido
en una versión hip-hop del samurai medieval, respondería
adecuadamente a lo que se esperaba del artista loco
en la inauguración de la Grierson Gallery BA.
– Solo
el talento le está negado, pero eso no es materia de
las inauguraciones, explicó Mitzuoda a Carmen mientras
acomodaba la peluca rubia en su cabeza. El salón Casablanca
de la Galería, en realidad una discreta oficina en
la última planta con ventanas estratégicamente
ubicadas de manera de controlar los espacios principales,
sería el escondite de Mitzuoda para seguir los acontecimientos
de la noche, convenientemente provisto de Chivas Regal de
18 años y otros estimulantes. – Hay tiempo, continuó
Mitzuoda mirando con lascivia a una versión institucionalmente
seductora de Carmen, que rechazó tácitamente
la insinuación de su amante tomando su cartera y llamando
por su celular al chofer del primero de los autos contratados,
el que la llevaría a la Galería junto al falso
Mitzuoda.
De un
modo admirable, Carmen y Carolina habían conseguido
la mezcla deseada de farándula e intelligentzia
conviviendo en dinámico equilibrio en la noche
inaugural. La tribu mediática se veía legitimada
en su función social contemporánea por el espaldarazo
de la vanguardia artística; la elite de críticos,
marchands, escritores de moda, cineastas premiados, actores
y actrices de teatro, estudiantes avanzados de arte, compradores
de Sotheby’s, periodistas de investigación elevados
a la categoría de gurués políticos de
la centroizquierda, outsiders y músicos de reducido
público, por su lado, disfrutaba en el doble plano
de la autoconvicción de superioridad sobre la fauna
bárbara y famosa, superpuesta sobre el orgullo reprimido
de la aventura alla Warhol entre cámaras de
televisión y fotógrafos en busca de romances
insólitos. Como dos mundos simultáneos que convivieran
siguiendo una complicada ecuación celestial, pensó
Mitzuoda siguiendo la atildada trayectoria de Carolina entre
los espacios de la Galería. La Asistente Ejecutiva
de Carmen lucía majestuosamente un vestido rojo que
contrastaba con el azul de la concurrencia (la tarjeta de
invitación había sido convincente, incluso entre
los cultores de la rebeldía universitaria oficial)
y, para todo otro ojo que no fuera el perverso de Mitzuoda,
encarnaba la diferencia del anfitrión y no la sensualidad
que el Artista corroboraba desde la comodidad del Salón
Casablanca. Como complemento, el conjunto plateado de Carmen,
diseñado y confeccionado bajo las órdenes del
propio Mitzuoda, resaltaba cierta distancia que entre los
amantes empezaba a asomar, más intuida que activa,
más temida que comprobada.

Un trío
de piano, contrabajo y flauta itineraba por las distintas
plantas de la Galería interpretando exquisitos danzones
cubanos, mientras que en la sala que (con alguna reserva)
podía denominarse "principal", un tenor y
una soprano entonaban sucesivamente solos operísticos,
lieders y canzonettas. La idea de las dos variedades musicales
la tomó Mitzuoda de una visita al supermercado con
Carmen, en su primer día en la ciudad. Divertido en
el anonimato cotidiano, le llamó la atención
que la música de fondo del mall alternara las
versiones locales de la cumbia y el rock and roll, mientras
que en la góndola de vinos sonaba una emisora radial
de música clásica, para adular la supuesta sensibilidad
especial de los tomadores de vino; la amenidad musical propuesta
para la inauguración ironizaba secretamente con esta
anécdota del marketing especializado.
La crítica
no entendió la críptica broma mitzuodiana, pero
no se privó por ello de interpretar la faz musical
de la inauguración. En una revista europea se llegó
a postular la existencia de una correlación entre las
secuencias musicales y la secuencia de espacios; no conformes
con meramente postular una hipótesis, la fundaron en
ciertas relecturas de Goethe en la reciente producción
del Artista, que daría pie a un comentario erudito
sobre la música congelada, etc. Los más
obvios y modestos se contentaron con contraponer la música
americana a la europea, en un diálogo ideado por Mitzuoda
para expresar su particular visión de una cultura occidental
escindida entre su origen materno y la desviación americana...
La obra
en general fue alabada por la crítica, incluso por
la más celosa de la autonomía disciplinaria
de la Arquitectura, que observó en la Galería
una continuidad atildada de los ideales del Movimiento Moderno
tamizada por un perceptible compromiso urbano. Para divertimento
del propio Mitzuoda, algunos arriesgaron el surgimiento de
un Neo Humanismo Renacentista (NHR, en algunas versiones),
poblado de artistas polifacéticos con capacidad para
desempeñarse con excelencia en variadas disciplinas
e incluso retomar el contacto con el conocimiento científico
más elaborado de la época. Mitzuoda mismo alimentó
este absurdo afirmando en una entrevista que estaba pensando
encarar la traducción del De Rerum Natura de
Tito Lucrecio del latín al japonés. Tiempo después
encontró una página nhr.org en la Web,
donde un grupo de artistas organizaba discusiones sobre la
teoría de las supercuerdas y la Escuela económica
de Chicago; en algunas universidades de Nueva Inglaterra los
estudiantes de arquitectura y diseño agotaron el stock
de contrabajos en las casas de instrumentos musicales.

Bien pasada
la medianoche, ni la farándula ni la academia habían
abandonado la Galería, aunque los músicos, agotados,
habían solicitado y obtenido de Carolina el permiso
para abandonar sus funciones y dedicarse al consumo de appetizers
e intentar alguna seducción. Sonaba entonces una selección
de músicas progresivamente desagradables que intentaban
convencer a ambas cuencas de asistencia que todo había
terminado allí y nada más podrían obtener
de lo que buscaban, fuera fama o legitimidad. Kawabata salió
de la Galería con Carolina, rumbo al hotel boutique
de Palermo; Carmen aprobó la salida conjunta, cualquiera
fuera su motivo y consecuencias, por desviar a las revistas
del corazón de las pistas incipientes sobre el romance
con Mitzuoda. El Artista, en cambio, sintió unos inexplicables
celos de su doble y fingió molestarse con la salida
solitaria de Carmen; no obstante, esperó el tiempo
estipulado, tras el cual su amante y clienta regresó,
ya vestida informalmente, y lo llevó con ella a Parque
Leloir. En el camino, Mitzuoda se arrepintió de no
haber forzado su enojo para irse en taxi, pasar por el hotel
y verificar si Carolina había pasado con el Falso a
la habitación 112.
CR
c/VR
Próxima
Entrega (31): El
eterno retorno
La decepción
- Lo mejor de nuestra vida - Discreto encanto de una burguesa
- Yo daré la media vuelta - La razón no entiende
- Siempre nos quedará Milán - Confortable
Carmelo
Ricot es suizo y vive en Sudamérica, donde trabaja
en la prestación de servicios administrativos a la
producción del hábitat. Dilettante, y
estudioso de la ciudad, interrumpe (más que acompaña)
su trabajo cotidiano con reflexiones y ensayos sobre estética,
erotismo y política.
Verónicka
Ruiz es guionista de cine y vive en Los Angeles. Nació
en México, estudió geografía en Amsterdam
y psicología en Copenhague.
En
entregas anteriores:
1:
SOJAZO!
Un gobierno acorralado, una medida impopular. Siembran con
soja la Plaza de Mayo; Buenos Aires arde. Y a pocas cuadras,
un artista del Lejano Oriente deslumbra a críticos
y snobs.
2:
El "Manifesto"
Desde Siena, un extraño documento propone caminos y
utopías para el arte contemporáneo. ¿Marketing,
genio, compromiso, palabrerío? ¿La ciudad como arte...?
3:
Miranda y tres tipos de hombres
Lectura dispersa en un bar. Los planes eróticos de
una muchacha, y su éxito en cumplirlos. Toni Negri,
Althuser, Gustavo y Javier.
4:
La de las largas crenchas
Miranda hace un balance de su vida y sale de compras. Un llamado
despierta la ira de una diosa.
El narrador es un voyeur. Bienvenida al tren.
5:
El Depredador
Conferencia a sala llena, salvo dos lugares vacíos.
Antecedentes en Moreno.
Extraño acuerdo de pago. Un avión a Sao Paulo.
6:
Strip tease
Ventajas del amor en formación. Encuentro de dos personas
que no pueden vivir juntas pero tampoco separadas. Miranda
prepara (y ejecuta con maestría) la recepción
a Jean Luc.
7:
Nada más artificial
Extraño diálogo amoroso. Claudio parece envidiar
a Jean Luc, pero sí que ama a Carmen.
Virtudes de un empresario, razones de una amistad.
8:
Empresaria cultural
Carmen: paciencia, contactos y esos ojos tristes. Monologo
interior ante un paso a nivel.
Paneo por Buenos Aires, 4 AM.
9:
La elección del artista
Bullshit, así, sin énfasis. Cómo
decir que no sin herir a los consultores.
La ilusión de una experiencia arquitectónica.
Ventajas de la diferencia horaria.
10:
Simulacro en Milán
La extraña corte de Mitzuoda. Estrategias de
simulación. Las afinidades selectivas. Una oferta y
una cena. La Pietà Rondanini. Juegos de seducción.
11:
Más que el viento, el amor
Al Tigre, desde el Sudeste. El sello del Depredador.
Jean Luc recuerda la rive gauche, Miranda espera detalles.
La isla y el recreo. Secretos de mujeres. El sentido de la
historia.
12:
El deseo los lleva
La mirada del Depredador. Amores raros. Grupo de pertenencia.
Coincidencias florales. Influida y perfeccionada. Un mundo
de sensaciones. Abusado por el sol.
13:
Acuerdan extrañarse
Despojado de sofisticación. Las víboras
enroscadas. Adaptación al medio. Discurso de Miranda.
Amanecer. Llamados y visitas. ¿Despedida final? Un verano
con Mónica.
14:
No podrías pagarlo
Refugio para el amor. Viscosas motivaciones. Venustas,
firmitas, utilitas. Una obra esencialmente ambigua. La raíz
de su deseo. Brindis en busca del equilibrio.
15:
La carta infame
Estudios de gestión, y una angustia prolongada.
Demora inexplicable.
La franja entre el deseo y la moral. Lectura en diagonal a
la plaza. Sensiblería y procacidad.
Entrega
16: En la parrilla de Lalo
Paisaje periférico. Estudio de mercado.
Sonrisa melancólica, proporciones perfectas.
Un patrón apenas cortés. Elogio del elegante.
Suite Imperial. Desnudez y democracia.
Entrega
(17): La
investigación aplicada
Más de lo que quisiera. Temas de conversación.
La insidiosa duda.
Estrategia del celoso. Peligros. La casa del pecado. Suposiciones
y conjeturas.
Entremés
- Solo por excepción (I) / La drástica decisión.
Entremés
- Solo por excepción (II) / Los trabajos y los
días
Entremés
- Solo por excepción (III y última del entremés)
/ El experimento Rochester.
18:
La afirmación positiva
Una visión panóptica. La eficacia de
las caricias. No lejos de la fábrica.
Los motivos de su conducta. Hipótesis oportunista.
Certero impacto del Artista Pop.
19:
El amor asoma su sucia cabeza
Hipótesis de conflicto - El perseguidor - Preguntas
capciosas - Efectos colaterales -
Sólo en Buenos Aires – La tristeza de un jueves a la
tarde
20:
La forja de un rebelde
Propuesta del superior – Llegar tarde a todo – Disciplina
y cinismo – La luz y el aire del Sur – Adiestramiento de un
servicio – Los pruritos morales – Doble agente
21:
Al servicio de la República
La llegada a América y las primeras misiones
- Jean Luc seduce a propios y extraños -
Por la razón o por la fuerza - Foja de servicios –
El hombre justo en el lugar equivocado
22:
¿Qué pasa, General?
Pequeño apartamento en Las Condes - Aeropuerto
´73 - Balada del mochilero -
Dos puntas tiene el camino - El trabajo ya está hecho
- Reciclaje y redención
23:
Suite Mediterránea
Mujer en el balcón - Vernissage - Lo útil
y lo agradable - La entropía de un matrimonio feliz
- Animales - Los caminos del arte contemporáneo – Hipertexto
y collage
Entrega
24: Una walkyria conurbana
¿Vivís
por acá? - No somos perras - La prohibición
de involucrarse - Ningún cuidado es excesivo
Reconversión en el área servicios - Aparición
del príncipe azul
Entrega
25: Vidas paralelas
El
pisito - Carmen en vuelo -Una ruptura civilizada -La primavera
de Praga -Permanencias y rupturas -
No el amor, sino la felicidad - Dos vidas, un cuerpo
Entrega
26: El 18 Brumario de Jean Luc (Depredador)
Fin
de semana salvaje - Trampas del destino - ¿Qué vas
a tomar? - La objeción confirmada -
Si quieres que algo resulte, hazlo tu mismo - Justicia poética
Entrega
27: La playa del amor
La
vanguardia de los cangrejos - Calor, calor - Un mundo feliz
- ¡Vivan los novios! -
Las comparaciones siempre son odiosas - Creced y multiplicaos
– Dilema de los felices
Entremés
ensayístico -
Crítica a la Galería Grierson (I) / ¿Fin de
época?
Entremés
ensayístico -
Crítica a la Galería Grierson (II) / Entre Giedion
y el psicoanálisis
Entremés
ensayístico -
Crítica a la Galería Grierson (III y última
del entremés ensayístico) / La clave topológica
Entrega
28: El buen ladrón
Una
performance espontánea - Arte y Política se
confunden en las calles - La amenaza - El Depredador completa
su traición - Snobismo de un genio - ¿Revolución
o anacronismo?
Entrega
29: Flor de fango, una cualquiera
La
transición - El óptimo de Pareto - Culpas compartidas
- El mejor de los mundos posibles - La que peca por la paga
- La línea del oeste - Vivir su vida
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