Una ficción
metropolitana contemporánea (por entregas).
De
Carmelo Ricot, con Verónicka Ruiz
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Entrega
27:
La playa del amor
La vanguardia
de los cangrejos - Calor, calor - Un mundo feliz - ¡Vivan los novios!
- Las comparaciones siempre son odiosas - Creced y multiplicaos
Dilema de los felices

El borde del
mar, esa franja que la marea y el oleaje van corriendo con displicencia
sobre la arena y que para Van Eyck motiva en quien lo recorre una
cenestesia que "no es la nostalgia perpetua del marinero, que
en tierra extraña el mar y en el mar extraña la tierra
firme"; ese borde que invita a caminar por horas con las zapatillas
colgadas del hombro, mientras el sol cae a pico desde el cenit;
borde feliz en que ningún pensamiento malo es posible, fácil
de caminar y sexual si se lo mira como intercurso del agua y la
arena. ¡Oh, viejo borde del mar, suave frontera!, yo te conocí
una mañana nublada en el Atlántico, más allá
de la Pampa que envidia tu extensión misteriosa; yo te caminé
en islas del Caribe celestial donde piratas olvidados buscaron los
tesoros de Morgan, en el Mediterráneo que arteramente alejó
a Ulises de Itaca y de la fidelidad de Penélope, en la lejanía
de Cipango con un nombre amado en los labios, en la brava playa
de Viña, entre las palmas de Choroní. Yo te caminé
con la Donna del Mare en una noche cubana, yo te creo el
mismo en cada orilla de cada mar del mundo (los mares son diversos,
pero tu eres el mismo borde en cada uno de los mares). ¡A ti regreso
en cada desazón en busca de respuestas, a ti regresaré
cuando me vaya, y mis cenizas se confundirán con tu
sal y besarán tus corales!

Ajena a estos
pensamientos, Miranda acompaña la siesta del Artista Pop
en el atardecer bahiano, algo apartados de la aldea en dirección
al fuerte, apenas protegidos por la sombra que por unos minutos
proyecta el morro sobre la playa. Relaja a Miranda del calor la
frustración colectiva de los pequeños cangrejos, ocultos
en la arena hasta que de a uno comienzan a asomar y un movimiento,
suyo, o de una ola que llega hasta su cuerpo, asusta al colectivo
y nuevamente los cangrejitos buscan la maternal protección
de la arena, ignorantes de las aplicaciones del cuarzo (componente,
junto con el feldespato y la mica, del cronológico elemento)
en la moderna industria del conocimiento, recurso que pareciera
infinito a diferencia de otros, como el petróleo y los delanteros
definidores. Miranda remueve con su pie derecho la arena en el borde
del mar, todo su cuerpo en contacto con esa superficie blanda y
dura que no es la playa ni el agua, oyendo como suave base rítmica
del oleaje la respiración entrecortada en el breve sueño
del Artista Pop, tendido a sus espaldas (que en realidad acaba de
despertar y por algún motivo recuerda el verso de Girondo,
"frente al Palacio de la Gobernación, ¡calor, calor!").
Ahora el sol elude el morro solitario y baña a Miranda en
el último flujo de luz antes de agrandarse y enrojecer a
fuego sobre el horizonte; el color del brazo de Miranda que busca
el cuerpo del Artista es ahora una superposición de capas
entre el dorado de la piel, el vello rubio, la arena pegoteada y
la transparencia del agua, virado a claros y oscuros de acuerdo
a las sombras proyectadas. Miranda acaricia el cuerpo semidesnudo
del Artista, que despierta y sonríe y la invita a volver,
antes que la marea corra finalmente el borde del mar, a unos metros
por detrás de la línea donde ahora se inscriben los
cuerpos espléndidos de Miranda y el Artista. Minutos después
vuelven por el borde del mar, tomados de la mano, salvo cuando ella
oculta pudorosa su torso con los brazos al cruce de otros paseantes.

En el bar de
la italiana, al borde del mar, conversan en grupo el Artista y sus
amigos mientras Miranda mira justamente hacia el mar ahora invisible
en la noche sin luna. Una langosta corre equivocada por el deck,
ante el griterío divertido de los parroquianos, pero solo
Miranda se abstrae de la intrusión animal, absorta ahora
en pensamientos bien diversos a los del atardecer.
Llegaron con
la última luz de la tarde a la aldea; él se bañó
enseguida y descansó un rato, sin dormir, sobre la cama de
la habitación. Ella prefirió hamacarse en la galería,
con toda la transpiración y la arena pegadas aun a su piel,
aunque ahora cubierta con un solero azul decorado a la manera de
los artesanos locales. El Artista alegó un encuentro acordado
a la mañana con sus amigos recién llegados de la ciudad
y le pidió que pasara más tarde, sin hora fija, a
rescatarlo por el bar de la italiana. Miranda sonrió a manera
de respuesta y levantó la cabeza para recibir el beso en
los labios. Pasó un buen rato hasta que dejó la hamaca
y entró a la habitación. Luego de la ducha, aun sin
secarse, abrió la cartera de lona y buscó el test
de embarazo comprado a la mañana en la hiperfuncional pulpería
del chino, a la entrada de la aldea. Al confirmar su intuición
recordó la tarde anterior al comienzo de la gira, mientras
hacía las valijas en su departamento; el Artista llegó
más temprano de lo pensado y antes de salir para la entrevista
en el canal de rock le hizo el amor sobre el sillón grande
del living. Miranda estaba segura que aquella había sido
la ocasión que activó la fecundidad en curso.
Y así,
mientras el grupo conversa y planifica futuros, Miranda saborea
egoísta su felicidad matricial, confirmación de ser
Ricardo Sánchez, conocido como Dirty Sánchez en el
mundo de la música electro melódica, como Artista
Pop en esta ficción, y como Amor (por cursi que resulte)
en el diálogo cotidiano entre Miranda y Sánchez, confirmación,
decíamos, de ser Amor el hombre al que Miranda define como
"de su vida" en sus diálogos con el grupo reducido
de amistades en el que verbaliza su relación con Sánchez.
El diálogo interno de Miranda, en cambio, se los debo: ni
la omnimisciencia del Narrador puede trasmitir con la debida precisión
el discurso automonologal que una mujer embarazada elabora en su
pensamiento blindado cuando trata de ubicar con precisión,
en su lógica y en sus sentimientos, la situación que
se abre al confirmar su estado gravidal (en especial cuando disfruta
del poder de ocultarlo al compañero amado, Amor, en el poco
original protocolo del amor entre Sánchez y Miranda). Solo
diré que lo amoroso de sus pensamientos no exime a Miranda
de alguna errónea auto-ironía sobre sus previos amores
con gente como Javier, Gustavo y Jean Luc, ironía que en
realidad apunta a los referidos amantes y que olvida, con torpeza,
que el amor no es una competencia entre individuos ni una consecuencia
lógica de meritos personales de la persona amada.

Pero no obstante,
sí que puede el Narrador referir una circunstancia que empaña
la perfección del apareamiento espiritual entre Sánchez
y Miranda. Siendo el Ser cambiante y caprichoso (y sabemos que lo
es), siendo perfecta la felicidad de los amantes y el panorama de
su amor, siendo inmenso el lazo que une las vidas de Dirty Sánchez
y la ex amante del Depredador:
- Todo lo que
suceda de aquí en adelante cambiará las circunstancias
del romance.
- Por lógica
irrefutable, todo cambio será para peor, malgrado (o, más
precisamente, debido a) la ilusión de felicidad eterna
que atraviesa las emociones de Sánchez y Miranda.
CR
c/VR
Próxima
Entrega (28):
Entremés ensayístico - Crítica a la Galería
Grierson (I) / ¿Fin de época?
Carmelo Ricot es suizo y vive en Sudamérica, donde trabaja
en la prestación de servicios administrativos a la producción
del hábitat. Dilettante, y estudioso de la ciudad,
interrumpe (más que acompaña) su trabajo cotidiano
con reflexiones y ensayos sobre estética, erotismo y política.
Verónicka
Ruiz es guionista de cine y vive en Los Angeles. Nació en
México, estudió geografía en Amsterdam y psicología
en Copenhague.
En
entregas anteriores
1:
SOJAZO!
Un gobierno acorralado, una medida impopular. Siembran con soja
la Plaza de Mayo; Buenos Aires arde. Y a pocas cuadras, un artista
del Lejano Oriente deslumbra a críticos y snobs.
2:
El "Manifesto"
Desde Siena, un extraño documento propone caminos y utopías
para el arte contemporáneo. ¿Marketing, genio, compromiso,
palabrerío? ¿La ciudad como arte...?
3:
Miranda y tres tipos de hombres
Lectura dispersa en un bar. Los planes eróticos de una muchacha,
y su éxito en cumplirlos. Toni Negri, Althuser, Gustavo y
Javier.
4:
La de las largas crenchas
Miranda hace un balance de su vida y sale de compras. Un llamado
despierta la ira de una diosa.
El narrador es un voyeur. Bienvenida al tren.
5:
El Depredador
Conferencia a sala llena, salvo dos lugares vacíos. Antecedentes
en Moreno.
Extraño acuerdo de pago. Un avión a Sao Paulo.
6:
Strip tease
Ventajas del amor en formación. Encuentro de dos personas
que no pueden vivir juntas pero tampoco separadas. Miranda prepara
(y ejecuta con maestría) la recepción a Jean Luc.
7:
Nada más artificial
Extraño diálogo amoroso. Claudio parece envidiar a
Jean Luc, pero sí que ama a Carmen.
Virtudes de un empresario, razones de una amistad.
8:
Empresaria cultural
Carmen: paciencia, contactos y esos ojos tristes. Monologo interior
ante un paso a nivel.
Paneo por Buenos Aires, 4 AM.
9:
La elección del artista
Bullshit, así, sin énfasis. Cómo decir
que no sin herir a los consultores.
La ilusión de una experiencia arquitectónica. Ventajas
de la diferencia horaria.
10:
Simulacro en Milán
La extraña corte de Mitzuoda. Estrategias de simulación.
Las afinidades selectivas. Una oferta y una cena. La Pietà
Rondanini. Juegos de seducción.
11:
Más que el viento, el amor
Al Tigre, desde el Sudeste. El sello del Depredador. Jean
Luc recuerda la rive gauche, Miranda espera detalles. La isla y
el recreo. Secretos de mujeres. El sentido de la historia.
12:
El deseo los lleva
La mirada del Depredador. Amores raros. Grupo de pertenencia.
Coincidencias florales. Influida y perfeccionada. Un mundo de sensaciones.
Abusado por el sol.
13:
Acuerdan extrañarse
Despojado de sofisticación. Las víboras enroscadas.
Adaptación al medio. Discurso de Miranda. Amanecer. Llamados
y visitas. ¿Despedida final? Un verano con Mónica.
14:
No podrías pagarlo
Refugio para el amor. Viscosas motivaciones. Venustas, firmitas,
utilitas. Una obra esencialmente ambigua. La raíz de su deseo.
Brindis en busca del equilibrio.
15:
La carta infame
Estudios de gestión, y una angustia prolongada. Demora
inexplicable.
La franja entre el deseo y la moral. Lectura en diagonal a la plaza.
Sensiblería y procacidad.
Entrega
16: En la parrilla de Lalo
Paisaje periférico. Estudio de mercado. Sonrisa
melancólica, proporciones perfectas.
Un patrón apenas cortés. Elogio del elegante. Suite
Imperial. Desnudez y democracia.
Entrega
(17): La
investigación aplicada
Más de lo que quisiera. Temas de conversación.
La insidiosa duda.
Estrategia del celoso. Peligros. La casa del pecado. Suposiciones
y conjeturas.
Entremés
- Solo por excepción (I) / La drástica decisión.
Entremés
- Solo por excepción (II) / Los trabajos y los días
Entremés
- Solo por excepción (III y última del entremés)
/ El experimento Rochester.
18:
La afirmación positiva
Una visión panóptica. La eficacia de las caricias.
No lejos de la fábrica.
Los motivos de su conducta. Hipótesis oportunista. Certero
impacto del Artista Pop.
19:
El amor asoma su sucia cabeza
Hipótesis de conflicto - El perseguidor - Preguntas
capciosas - Efectos colaterales -
Sólo en Buenos Aires La tristeza de un jueves a la
tarde
20:
La forja de un rebelde
Propuesta del superior Llegar tarde a todo
Disciplina y cinismo La luz y el aire del Sur Adiestramiento
de un servicio Los pruritos morales Doble agente
21:
Al servicio de la República
La llegada a América y las primeras misiones - Jean
Luc seduce a propios y extraños -
Por la razón o por la fuerza - Foja de servicios El
hombre justo en el lugar equivocado
22:
¿Qué pasa, General?
Pequeño apartamento en Las Condes - Aeropuerto ´73
- Balada del mochilero -
Dos puntas tiene el camino - El trabajo ya está hecho - Reciclaje
y redención
23:
Suite Mediterránea
Mujer en el balcón - Vernissage - Lo útil y
lo agradable - La entropía de un matrimonio feliz - Animales
- Los caminos del arte contemporáneo Hipertexto y
collage
Entrega
24: Una walkyria conurbana
¿Vivís
por acá? - No somos perras - La prohibición de involucrarse
- Ningún cuidado es excesivo Reconversión en
el área servicios - Aparición del príncipe
azul
Entrega
25: Vidas paralelas
El
pisito - Carmen en vuelo -Una ruptura civilizada -La primavera de
Praga -Permanencias y rupturas - No el amor, sino la felicidad -
Dos vidas, un cuerpo
Entrega
26: El 18 Brumario de Jean Luc (Depredador)
Fin
de semana salvaje - Trampas del destino - ¿Qué vas a tomar?
- La objeción confirmada - Si quieres que algo resulte, hazlo
tu mismo - Justicia poética
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