Aunque de estilo e intención muy diferentes, dos películas recientes tienen como elemento común el interés por la arquitectura y el análisis de la figura del arquitecto como creador, pero también como ser humano. En la primera, Ordinaire ou Super – Regards sur Mies van der Rohe (de Joseph Hillel y Patrick Demers, 2004) el protagonista es Mies van der Rohe (1886-1969), mientras que la segunda, My Architect – A Son’s Journey (de Nathaniel Khan, 2003) se centra en Louis Khan (1901-1974).
Ordinaire ou super es un documental, realizado y premiado en Québec, sobre la obra de Mies van der Rohe. Tomando como punto de partida una gasolinera dibujada por Mies en 1967 en la Isla de las Monjas (Île des Soeurs) en Montreal, los autores proponen un viaje iniciático al descubrimiento de la obra del arquitecto alemán en Nueva York, Chicago y Berlín. Se trata de una película de una belleza impagable (visual, sonora) que nos muestra detalles de las obras de Mies (magníficas vistas de 860-880 Lake Shore Drive, en Chicago, y del Seagram Bldg. en New York), y de la relación del edificio con su entorno (aspecto a menudo desdeñado por los arquitectos). La apreciación por la obra de Mies se complementa con entrevistas a expertos y arquitectos contemporáneos como Rem Koolhaas, Diller & Scofidio, Joseph Fujikawa o Phyllis Lambert. Como contrapunto necesario a los momentos de contemplación ensimismada, los autores ironizan sobre la calidad de la gasolinera en Montreal, ya que los usuarios entrevistados no encuentran ninguna diferencia estimable con cualquier otra estación de servicio. ¿Vulgar o extraordinario? Una reflexión sobre la distancia o proximidad que separa o une el lenguaje arquitectónico y las personas, según quién lo mire.
My Architect propone una mirada intimista sobre la figura de Louis Khan. Judío eslavo, emigrado a Filadelfia en su infancia (su padre cambió el nombre de familia), Louis Khan desarrolla una carrera tardía como arquitecto reconocido. Un viaje por el mediterráneo a la edad de 50 años le resulta revelador en la definición de su propio estilo. Como contraste a la solidez y robustez de sus edificios, su vida personal fue más bien caótica. Oficialmente casado con una misma mujer, y padre de una hija, Khan tenía dos familias paralelas con dos mujeres arquitectas, con las que tuvo una hija y un hijo. Su muerte de un ataque al corazón en la Penn Station de Nueva York, arruinado y sin ser identificado hasta tres días después, no sirvió para apiñar las tres familias, cuyos miembros guardan una particular y fragmentada visión sobre el arquitecto.
Es su hijo ilegítimo Nathaniel quién, 29 años después de la muerte de Khan, decide hacer un viaje a través de las obras del arquitecto para recomponer la figura absente y mitificada de su padre (muerto cuando él tenía 11 años). El autor utiliza el séptimo arte como mecanismo para redimir sus propios fantasmas, y la arquitectura como vínculo indisociable a la personalidad y sensibilidad de su padre. Como en la película sobre Mies, acompañados de una música sugerente, encontramos también unas tomas formidables sobre algunos edificios de Khan, especialmente en Bangla Desh, así como el testimonio de profesionales como Philip Johnson, I.M. Pei o Robert A. M. Stern.
En fin, dos documentales ampliamente recomendables para los arquitectos, los aficionados a la arquitectura y los adeptos al café de las ciudades.
MT
Mariona Tomàs es socióloga. Vive en Barcelona, aunque actualmente cursa estudios de postgrado en Montreal. Ver sus notas “La marquetización de las ciudades” y “La seducción del Marais” (entre otras) en los números 6 y 13, respectivamente, de café de las ciudades.
Sobre Louis Khan, ver la página web de la película My architect, a la que pertenecen las fotos de Louis Khan y sus obras.
Ver también la nota “El cubo y la arquitectura de formas puras” en el número 20 de café de las ciudades.
Sobre Mies Van der Rohe, ver el sitio de la exposición en el MOMA de New York y el sitio de la Fundación Mies van der Rohe de Barcelona.