Hay films donde el locus, la locación, los lugares por donde ocurre la acción, en vez de ser meros fondos, simples contenedores funcionales al relato, cobran autonomía dejando en la memoria fuertes marcas propias. Digamos, a modo de ejemplo, que Tarkovsky, Ripstein y Wong KarWai son directores que logran esto, cada uno a su manera.
Hay otras obras donde eso ocurre. Pienso en tres últimas series The Wire, Breaking Bad y True Dectective. En The Wire, la ciudad de Baltimore es más que el escenario urbano donde operanciertas instituciones públicas, Justicia, Sindicatos, Educación. El desierto de Nueva Méjico, en Breaking Bad es más que la periferia de Albuquerque y en True Detective es más que un simple itinerario, el circuito que hilvana una serie de pueblos a partir de Erath, en el estado de Luisiana. En The Wire, el patio entre “Las Torres”, la disputa del territorio por los dealersesquina por esquina, el uso de clavadoras industriales y cal para mediante el tapiado sistemático transformar cada una de las viviendas abandonadas en tumbas y al barrio entero en un cementerio secreto, hablan de un escenario a escala de toda la ciudad y que a toda la ciudad compromete. En Breaking Bad las actividades de rondas de negocios, pequeñas cocinas de droga, bancos y cementerio, operaciones que se resuelven bien en planos cortos cobran otro sentido al realizarse en realidad en la nada desmesurada del desierto. Por último, en True Detective, creo que cabe la observación que aporta Borges, a propósito del “Vathek” de Beckford,sobre la distinción entre un lugar donde “ocurren hechos atroces” y lugares donde, gracias a la combinación indiscernible de desastres naturales (Katrina), desastres antrópicos (industrias petroquímicas), e historia (la decadencia del Sur), logran ser atroces por sí mismo. Borges arriesga un calificativo intraducible para estos lugares,el epíteto uncanny (unheimlichen alemán) que creo muy aplicable al “Circuito del Cáncer” de Luisiana. En los tres casos tenemos que un continente, un contenedor, es en sí mismo un fuerte contenido. Este tema, el cómolograr manejar los contenidos de los contenidos y la forma de la forma, la forma del contenido y el contenido de la forma es un privilegio de los directores, esto es puro territorio del arte.Tarkovsky, Ripstein y Wong Kar Waitienen el secreto.
El Papa Francisco, Rust Cohle y la periferia
Según el Papa, el tiempo priva sobre el espacio. La duración sobre la extensión. Frase criptica que recuerda al modelo estándar de la Física para explicar el Bing-Bang.
Desde esa visión, un sitio, un locus no fue, es, o será. Un sitio simplemente “está siendo”.
Un sitio está atrapado en un rumbo temporal, en un proceso en curso que desemboca en forma inevitable en una terna de posibilidades, en tres alternativas físicas básicas: o permanece en sus cualidades o eventualmente las mejora o bien las degrada.
Unas líneas de True Detective quizás ilustren el concepto. Allí, cuando Rust Cohle al llegar a un pueblo en Luisiana observa: “Este lugar es como el recuerdo del pueblo de alguien cuando ese recuerdo se está desvaneciendo”. Precisamente ese estar desvaneciéndose es la clave del proceso de transformación que sufre el pueblo.
Creo firmemente que los sitios, como recortes discretos de un territorio antropocéntricamente construido, no mienten.
Los sitios comunican, anticipan, profetizanlos procesos de los que son simultáneamente motor y resultado, y en donde su capacidad de contenedor y soporte de acciones humanas es inescindible de su rol de inductores y promotores de esas mismas acciones.
Un sitio esta inevitablemente implicado en la construcción de su propia connotación transformando observadores pasivos en agentes activos y a los usuarios en cómplicesde la reproducción de los procesos abiertos a futuro.
Quizás esta condición ilumine la sutil pero crucial diferencia entre “pobreza” y “miseria”. Si la pobreza es carencia y como tal puede ser subsanada, en el segundo término el sitio proyecta una firme percepción sobre lo imposible de cualquier mejora, clausurando toda oportunidad de cambio. Peor: el sitio abre una ventana a un futuro donde lo único perfeccionado es la desgracia. Quizás esa cualidad siniestra, lo “unheimlich”, consista en esa promesa.
LEC
El autor es Arquitecto (UNLP) y docente. Ha obtenido numerosos premios en concursos nacionales. Es Director del Grupo de Estudios en Planeamiento Urbano (UTN).
De su autoría, ver también en café de las ciudades:
Número 94 | Proyectos de las ciudades (II)
La ciudad de las artes o las artes de la ciudad | Diez proposiciones sobre Bahía Blanca | Luís Elio Caporossi
Número 95 | La mirada del flâneur
Sueños del Bocha | Formas, explicaciones y olvidos | Luis Elio Caporossi
Número 98 | Arquitectura de las ciudades (II)
Los caminos de la vanguardia argentina | Amancio, Wladimiro (y Breuer…) de la utopía a la realidad | Luis Elio Caporossi
Número 101 | La mirada del flâneur
Hiperrealismos | Batallas ganadas, guerras perdidas | Luis Elio Caporossi
Número 107 | Política y movilidad de las ciudades
Dispositivos de muerte | La responsabilidad por las políticas viales en la Argentina | Luis Elio Caporossi
Número 111 | Cultura de las ciudades (I)
Un pequeño jardín | Microfísica de un lugar en Pehuen Co | Luis Elio Caporossi
Número 115 | Cultura de las ciudades
De monos e ingenieros | La incumbencia primordial de la disciplina | Luis Elio Caporossi
Número 127 | Arquitectura de las ciudades
Ultima charla con Vivanco I Salvaje, y a mucha honra I Por Luis Elio Caporossi
Número 135/136 | Cultura de las ciudades
Borges y la arquitectura I Patrones, modelos, objetos y la eterna discusión de dos filósofos…I Por Luis Elio Caporossi
Número 138/139 | Cultura de las ciudades
El fin de Macondo I Algunas hipótesis controversiales sobre Cien años de soledad. I Por Luis Elio Caporossi
Número 140 I Política de las ciudades (I)
El Dispositivo Argentino I Cualquier ciudad puede estar sólo en uno de tres lugares posiblesIPorLuis Elio Caporossi
Sobre Breaking Bad, ver también en café de las ciudades:
Número 137 I Cultura, Política y Economía de las ciudades
El lobo cordubensis | Breakiiiing bad I Por Marcelo Corti
Sobre Borges y el territorio, ver también en café de las ciudades:
Número 45 | La mirada del flâneur
Laberintos y Desiertos urbanos | Los espacios de la ciudad desarticulada. | Marcelo Corti
Sobre “El tiempo es superior al espacio”, ver por ejemplo Pinceladas sobre el pensamiento pastoral del Cardenal Bergoglio, por Víctor Manuel Fernández, Rector de la UCA. Y sobre la espacialidad católica:
Número 31 | La mirada del flanneur
Urbi et orbi | San Pedro de Roma, de la perspectiva al satélite. | Por Carmelo Ricot
Ver también Y la ciudad ganadora del Emmy es… ¡Albuquerque!, por Fernando Massa, en La Nación del 30 de agosto.