Aburre ya The Economist (o su unidad de investigación y análisis, Economist Intelligence) con sus índices de ciudades más y menos habitables del mundo. La edición 2023 muestra un previsible top ten con (¡oh!) las de siempre: Viena, Copenhague, Melbourne, Sídney, Vancouver, Zúrich, Calgary, Ginebra, Toronto, Osaka y Auckland. Es decir, 10 que son 11, porque Calgary y Ginebra empatan el puesto 7 y Osaka y Auckland comparten el 10. A contrario sensu, las peores ciudades para vivir serían Damasco, Trípoli, Argel, Lagos, Karachi, Port Moresby, Daca, Harare, Kiev y Duala.
La edición 2023 muestra un previsible top ten con (¡oh!) las de siempre: Viena, Copenhague, Melbourne, Sídney, Vancouver, Zúrich, Calgary, Ginebra, Toronto, Osaka y Auckland.
El índice califica las condiciones de vida de 173 ciudades en cinco categorías: estabilidad, salud, cultura y medio ambiente, educación e infraestructura. Es decir, en cinco que son seis, salvo que haya razones valederas para que cultura y medio ambiente sean una sola categoría cuando estabilidad y salud o educación e infraestructura son una cada una (seguramente, es más fácil promediar los puntajes de cinco categorías que los de seis).

El sujeto vividor que EIU considera en su índice de vivibilidad trabaja en una compañía que lo asigna a una nueva ciudad; la encuesta no le está destinada, sino que procura ayudar a las empresas a calcular las dificultades que ese traslado ocasionará. Es decir, el índice no indica lo bien o mal que se vive en una ciudad sino lo bien o mal que viviría allí un empleado extranjero, presumiblemente de rango alto o medio alto.
El índice no indica lo bien o mal que se vive en una ciudad sino lo bien o mal que viviría allí un empleado extranjero, presumiblemente de rango alto o medio alto.
En esa inteligencia, la Reina del Plata, Buenos Aires, es la ciudad más habitable de Latinoamérica y el Caribe, seguida de cerca por Santiago y Montevideo. Las tres están pintadas en el mapa con un azulcito parecido al de las ciudades menos ricas de Europa, Norteamérica y Oceanía (el azul más oscuro está monopolizada por las riquísimas). Sus hermanas sureñas comparten un honorable celeste, salvo el ominoso amarillo que castiga a Caracas, Guatemala y Ciudad de México (o Guadalajara, o quien sabe… el mapa no es muy claro y el texto tampoco) y las equipara a ciudades del África, Medio Oriente o la India.

Este tipo de índices suelen ser más reveladores sobre los sistemas de valores e intereses de quienes los elaboran que de la real calidad de vida de las ciudades consideradas.
Algunos datos de color que aporta el índice:
-Las condiciones de vida en ciudades de todo el mundo se han recuperado “por completo” del deterioro causado por la pandemia de COVID-19 (¿?).
-La región de Asia y el Pacífico es la que más se ha recuperado.
-La vida en ciudades es un poco mejor que en cualquier otro momento de los últimos 15 años (¿?).
-Nueve de las diez principales ciudades son pequeñas o medianas.
-Sorpresivamente, esas diez, y de hecho la mayoría de los 50 principales se encuentran en países ricos, y las ciudades con altos niveles de delincuencia, congestión y densidad tienden a tener peores resultados.
-Londres ocupa el puesto 46, 12 lugares menos que hace un año, y Nueva York bajó al 69 (sí, suena raro). Hanoi subió 20.
Decíamos hace unos años en relación a otro ranking, el de Foreign Policy, que este tipo de índices suelen ser más reveladores sobre los sistemas de valores e intereses de quienes los elaboran que de la real calidad de vida de las ciudades consideradas. “¿Cuál de estas ciudades es la más adecuada para un asmático o para un discapacitado motriz? ¿Cuál es la más adecuada para acceder a una vivienda bien servida y bien ubicada a precios accesibles para una pareja de empleados de mediana calificación con hijos pequeños, o para una madre soltera?”. Se trata, como siempre, de rescatar el derecho y el deber de cada ciudad para fijarse su propia agenda, para plantearse su propia habitabilidad.
MC
Fuente de las imágenes: The Economist.
Ver El Indice de Ciudades Globales de Foreign Policy. Entre los negocios y la felicidad…, por Marcelo Corti en nuestro número 96.