En este artículo se recoge por un lado la problemática actual de muchas familias españolas, cuyos modos de habitar no casan con las tipologías edificatorias tradicionales que constituyen el parque de viviendas nacional. Y se propone una vía de investigación sobre su realidad y sobre las necesidades espaciales, que permita un modo adecuado de proyectar, coherente con un estilo de vida contemporáneo. Centrándose en el modelo familiar de las fratrias reconstituidas (parejas con hijos comunes pero en las cuales uno de sus miembros o los dos poseen hijos de una relación anterior).
El modelo tradicional de familia ha venido sufriendo alteraciones en las últimas dos décadas, debido principalmente a factores económicos, demográficos, culturales e incluso tecnológicos. El cambio de paradigma de la nueva sociedad contemporánea ha conllevado un descenso de la nupcialidad en pro de la cohabitación, lo que unido al aumento de las tasas de divorcio y a la reincorporación de la mujer al mercado laboral, así como la puesta en valor de las aspiraciones y deseos personales, no ligados al núcleo familiar, ha desembocado en nuevas concepciones del modelo familiar y su forma de habitar. El hogar y la familia empiezan a entenderse como dos términos que no tienen por qué estar relacionados. La familia representa en estos momentos a aquellos individuos con los que se comparte consanguineidad o no y con los que se puede vivir permanente/estacionalmente o no. Mientras que el hogar sigue concibiéndose como el lugar de residencia de la familia, pero también de personas con las que no se comparte consanguineidad pero que pueden o no llegar a entenderse como familia. La relación filial entre progenitores e hijos ha estado hasta ahora vinculada a la relación conyugal, ya sea matrimonio, pareja de hecho o cohabitación. No obstante, con el aumento de las separaciones, la pareja conyugal no tiene por qué coincidir con la pareja progenitora, pero se sigue manteniendo la relación entre progenitores y prole. Y es que si bien el divorcio o separación disuelve el matrimonio o relación, no ocurre así con las relaciones filiales, que van más allá del vínculo conyugal.
En estas nuevas familias, la pareja actual del progenitor no sustituye a un progenitor fallecido, como en los casos de viudez, sino a uno que independientemente de que ejerza o no sus derechos y obligaciones paternales (entiéndase como madre-padre) existe y está presente. Por este motivo deben ser tratadas estas situaciones con una sensibilidad diferente, para acomodar las necesidades tanto de unos hijos que no identifican a su padre-madre en la pareja actual de su otro progenitor, como también de un adulto que convive con hijos no propios (ni biológica, ni legalmente) pero hacia los cuales desempeña un papel semejante al de un padre. Lo que desemboca en una situación de coexistencia, que algunos investigadores han denominado como pluriparentalidad. (Le Gall y Martín, 1993).
Estos nuevos modelos familiares han sido profundamente estudiados por autores como Furstenberg (1980), Burgoyne y Clark (1982) o Ferri (1984), dando lugar a un intento de clasificación de modelos familiares:
–Fratría consanguínea-tradicional (cónyuges con hijos comunes)
–Fratrías reconstituidas (cónyuges con hijos comunes y procedentes de una relación anterior)
–Stepfamily (cónyuges con hijos procedentes de una relación anterior)
Metodología
En esta investigación se ha tratado de abordar los conflictos y necesidades, desde un punto de vista arquitectónico, del segundo grupo catalogado, fratrías reconstituidas, por entenderse como el grupo más común e incipiente en el actual panorama nacional e internacional. Las estadísticas sobre la cantidad de estas familias son confusas, ya que muchos cómputos toman en cuenta solo uniones legales. Estos guarismos no contemplan ni los hijos de madres solteras ni las segundas o primeras uniones de hecho que no han sido legalizadas. Sin embargo, atendiendo a estadísticas de la Stepfathers of America, una organización que agrupa en Estados Unidos a segundas parejas con hijos, se calcula que dentro de 10 años esta será la forma más común de organización familiar en ese país. Y aunque en España la tasa de divorcios no llega al 30%, en comparación con el 50% estadounidense, tanto las estadísticas europeas como estadounidenses coinciden en el porcentaje del 75% de las mujeres y el 80% de los hombres divorciados lo intentan nuevamente. Para la realización de este estudio se han analizado 3 casos reales de familias, todas ellas residentes en la Comunidad Valenciana, de edad y estrato socio-económico semejante. Dos de las cuales pertenecen a esta categoría de fratría recompuesta, mientras que la tercera se ha utilizado como ancla comparativa del modelo tradicional de familia y residencial, al tratarse de una familia formada por padre, madre e hija en común. Con el fin de acercarme a la realidad cotidiana de estas 3 familias, las he analizado desde el punto de vista de unidad familiar, pero también del individuo, al entender que las percepciones varían según género, edad, trabajo o posición dentro del núcleo familiar. El primer acercamiento fue un estudio detallado sobre su situación personal, económica, régimen de custodia y/o visitas, así como de sus horarios y actividades cotidianas, con el fin de analizar los tiempos en los cuales se ocupaban específicamente del cuidado de los hijos, así como de las actividades que se realizaban o no dentro de la residencia familiar y por quién y con quien eran realizadas.
Una vez analizados los itinerarios individuales y graficado sus puntos de confluencia, se optó por mapear de forma separativa la actual residencia, pidiéndoles que hicieran visible aquellos puntos de conflicto y de confort así como de uso y desuso, relacionándolos con los personajes que involucraba. Una vez se han hecho transparentes aquellos espacios que representaban puntos de conflicto o de convivencia positiva, se han analizado en profundidad aquellos más representativos, con el fin de detectar aquellos aspectos que propician esa concepción, ya sea negativa o positiva. Para la selección de los espacios a profundizar se ha optado por escoger aquellos que globalmente presentaban más controversia. Para ello me he apoyado en el estudio en detalle de la planta, así como de una visita in situ y fotografías que evidenciaran la realidad espacial y vivencial de esas estancias, además de entrevistas a todos los integrantes de la familia en las que motivaran el porqué de estas valoraciones.
Una vez extraídas las características inherentes que confeccionaban la esencia positiva o negativa de cada espacio, se ha puesto en común la relación con los mismos espacios habitacionales de todas las familias estudiadas, con el fin de analizar su posible complementariedad o contradicción. No queriendo obviar la importancia de las opiniones de los miembros de la familia más pequeños, y ante la dificultad de extraer visiones reales de menores que en algunos casos no superaban los 4 años de edad, se ha optado por realizar visitas al núcleo familiar, espaciadas en el tiempo, en las cuales poder interactuar con los menores de forma más distendida. La metodología a la hora de enfrentarse a una entrevista con menores de tan corta edad es muy variable, ya que depende de su edad, estado anímico o perceptivo, por lo que se ha optado por preguntas sencillas ejecutadas mientras realizaban otra actividad de esparcimiento, finalizando las entrevistas en cuanto las condiciones perceptivas del niño no fueran las idóneas. Entre las pruebas más objetivas realizadas a los menores destacan sus dibujos sobre su casa y su familia, que mostraban de una manera clara aquellos miembros que, pertenecientes a su familia o no, o residentes habituales en su hogar o no, consideraban como parte de su núcleo familiar.
Paralelamente, y ante la excepcional circunstancia que suponía que una de las familias estudiadas estuviera ejecutando la construcción de su nueva vivienda, en cuyo diseño no había intervenido ningún arquitecto, se les pidió que explicaran todas las decisiones espaciales que componían el proyecto.
Conclusiones
Los resultados obtenidos muestran una discrepancia de necesidades entre familias con miembros residentes permanentes y los estacionarios. También reflejan de una manera muy significativa la importancia del género y la edad en los requerimientos que se les supone a los espacios habitacionales.
Se observa una mayor valoración de espacios multifuncionales, más fluidos cuanto menor es la edad de los hijos, que permitan la diversidad y compatibilidad de usos para adaptarlo a las necesidades de cada momento. La necesidad o no del segundo dormitorio infantil varía según la estacionalidad de los miembros, valorando positivamente el uso compartido del dormitorio en el caso de hermanos que no conviven permanentemente, para fortalecer los vínculos fraternales. No obstante, en un futuro ambas familias prevén la necesidad de un segundo dormitorio. Por ello, se ha propuesto la disposición de un sistema separativo que permita la unión o separación de las habitaciones según necesidad. Algo semejante ocurre con el comparto de cuartos de baño, más conflictivo conforme más avanza la edad de los menores o se hallen diferencia de sexo (varón-mujer) entre el cónyuge no progenitor y el menor.
Teniendo en cuenta los datos extraídos se ha propuesto un prototipo, que si bien no pretende ser un modelo a adoptar, se presenta como el resultado de una metodología que pretender dar respuestas a las necesidades funcionales y vivenciales de las múltiples y crecientes constelaciones familiares del panorama actual.
RH
La autora es estudiante de arquitectura en la Universidad de Alicante y su nota sintetiza una investigación realizada bajo la tutoría de Ester Gisbert y Miguel Ródenas.
Sobre la relación ente nuevas configuraciones familiares y espacio habitacional, ver también en café de las ciudades:
Número 32 | Cultura de las ciudades
La casa sin género es la casa del género | Proyectar con otra visión. | Adriana Ciocoletto
Bibliografía
ALBERDI, Inés. 1995 Informe sobre la situación de la familia en España. Madrid: Ministeriode Asuntos Sociales.
ALBERDI, Inés. 1999 La nueva familia española. Madrid: Taurus.
GONZALEZ, María del Mar. 2003 Nuevos modelos familiares. Sevilla
RIVAS,Ana María. 2007 Las nuevas formas de vivir en familia: el caso de las familias reconstituidas. Madrid