Casi en la misma culminación del Fórum 2004 de Barcelona, varios diálogos se sucedieron a lo largo de una semana convocando a especialistas de reconocido prestigio internacional, comunidades locales con experiencias sostenibles y gran cantidad de interesados. Así se sucedieron los diálogos sobre Ciudad y ciudadanos en el siglo XXI, Espacio público y espacio colectivo, el Fórum Urbano Mundial, la presentación de buenas prácticas ambientales y sociales a nivel local, y hasta una prospectiva sobre 3 ciudades (Buenos Aires, New York y la propia Barcelona) en el año 2050.
De las ponencias, los debates, las experiencias presentadas y toda la comunicación formal e informal mantenida por los expositores y participantes, puede inferirse que el urbanismo de esta primera década del siglo XXI plantea más incertidumbres que certezas a especialistas, investigadores y funcionarios. Los diálogos de urbanismo del Fórum 2004 demostraron que las ciudades del mundo se enfrentan muchas veces a problemas similares, pero que se manifiestan en forma diversa de acuerdo a las distintas realidades políticas, económicas y sociales, y solo algunas certezas pueden extraerse de las distintas intervenciones. Paradójicamente, son certezas acerca de las incertidumbres compartidas, o en algunos casos sobre consensos generales de actuación no representados por ninguna intervención con capacidad de adquirir un carácter de modelo, tal como años atrás fueron, por ejemplo, Barcelona y antes Bolonia.
Entre estas “certezas sobre la incertidumbre” pueden mencionarse, por ejemplo:
Una lógica de planeamiento basado en lo que Giuseppe Campos Venuti denominó “actuación pragmática regulada“, caracterizada por los modelos contractuales, la convergencia de la planificación con la gestión, y la articulación del plan y el proyecto, de lo “macro” y lo “micro”. Este modelo sería alternativo al del plan rígido y separado de la gestión, tanto como a la gestión de la ciudad por proyectos estratégicos aislados o a la desregulación urbanística. Dentro de esta lógica, se inscribe la descripción que realizó Maurizio Marcelloni del Plan de Roma, del que fue Director, y del que sostuvo que “no solo hemos hecho el Plan sino también la metodología con la que el Plan se relaciona con el proyecto: planificar haciendo“. Según Marcelloni, aunque el plan está en fase de aprobación, el 60% del mismo ya está realizado.
No existe un modelo único de ciudad, aunque sí existe consenso sobre la reivindicación de la mixidad y conflictualidad urbana, y el rechazo de la fragmentación y la segregación (que Manuel de Solá Morales consideró como la mayor amenaza a la ciudad). Hay diferencias entre las ciudades del mundo desarrollado y el subdesarrollado, y diferencias aun en niveles similares de desarrollo entre por ejemplo la ciudad californiana y la región catalana (resultando provocativa, en ese sentido, la comparación que Michael Dear realizó entre ambos territorios). Peter Hall describió 3 tipos de ciudades con distintos problemas, en las que los escenarios posibles de desarrollo dependen de la continuidad o interrupción de sus actuales tendencias: la ciudad del hipercrecimiento informal (Africa, algunas ciudades de América Latina y Asia), la ciudad que gestiona el crecimiento dinámico (este de Europa, Medio Oriente, América Latina), y las ciudades donde la población envejece, especialmente en el caso de Europa y Japón.
La urbanización del siglo XXI se extiende sobre un territorio que supera los límites político-administrativos; es necesario instrumentar formas de organización política y de planificación y gestión que consideren esta realidad. Dentro de esta tendencia a la consideración del territorio, se habló por ejemplo de la región del delta del río Pearl, en China (Peter Hall) y de la “Bajalta” California (Michael Dear), aunque también se escucharon voces como la de Oriol Bohigas quien considera que el problema metropolitano de Barcelona se resolvería con anexar los 10 municipios más cercanos a la ciudad central.
Es necesario articular la ciudad como hecho físico con la necesaria condición de ciudadanía de sus residentes. Se rescatan en esta lógica las tradiciones de la ciudad como refugio y espacio de oportunidad, y los ideales revolucionarios de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Jordi Borja sostuvo la idea de una ciudadanía otorgada directamente por las ciudades a sus residentes legales, y Michael Cohen resaltó la necesidad de que los gobiernos locales estén en condiciones de incluir a las 2.000 millones de personas que hacia el año 2025 se incorporarán a las ciudades alrededor del mundo, y en especial en los países más pobres. El Alcalde de Barcelona Joan Clos también reivindicó expresamente la necesidad de fortalecer el poder local, aunque relativizó la posibilidad de que las ciudades puedan enfrentar el poder de las grandes empresas multinacionales de servicios. Para Clos, en ese terreno a las ciudades les es más útil recurrir a la seducción que al control: señaló que una de las razones por las que Volkswagen se hizo cargo de la SEAT es porque a sus directivos les gustaba Barcelona, y sostuvo que quienes deben enfrentarse a las multinacionales son los estados. “¿Qué pueden hacer, se preguntó, Génova o Barcelona frente a Microsoft?”.
Contra los ataques a la ciudad como supuesto espacio de inseguridad, de caos, de degradación, se reivindica a la ciudad, no solo como lugar con posibilidades de encontrar soluciones a sus propios problemas, sino como solución y alternativa en si misma. Oriol Nello destacó la paradoja de que se asocie a la ciudad con todos los problemas de nuestra época, siendo “lo más sofisticado que la sociedad ha construido“: se asocia la ciudad a la “jungla” y en cambio la verdadera jungla y la naturaleza en general se identifican con la “tranquilidad”. Estos ideales de extensión sobre el territorio ocasionan problemas de sostenibilidad ambiental, especialización funcional a ultranza que separa los usos urbanos, y segregación social. Según Jaime Lerner, “la ciudad no es el problema, es la solución“. El problema es la segregación (la “bestia negra” de las ciudades en la intervención de Manuel Solá Morales), la fragmentación, la dispersión; la solución es la ciudad como ámbito de conflicto regulado (según Bohigas, el lugar donde se encuentra todo, “hasta lo que no buscas”).
La arquitectura, como disciplina formalizadora de la ciudad, fue objeto de revisión crítica por profesionales propios y ajenos, considerando especialmente la tendencia a las intervenciones gestuales y aisladas como parte del marketing urbano (lo que Bohigas denominó “insolidaridad arquitectónica”). En tal sentido resultó atractiva la contraposición entre algunos proyectos presentados por Winy Maas (del estudio holandés MVRDV) para La Coruña o para Les Halles de París, con los tranquilos y austeros espacios públicos que Alexandre Chemetoff presentó para ciudades del interior francés. Por supuesto, un tema recurrente y polémico fue la arquitectura y la concepción urbanística del propio escenario de los diálogos, la intervención urbana del Fórum 2004, que marca la culminación del frente costero de Barcelona y de la avenida Diagonal del Ensanche de Cerdà.
Luego de realizados los diálogos, un artículo periodístico de Jordi Borja sintetiza esta condición de incertidumbre presente en los diálogos al señalar la contraposición entre “el pesimismo de la razón” que caracterizó las intervenciones de técnicos y especialistas, contra el “optimismo de la voluntad” manifiesto en las experiencias de ciudades y asentamientos urbanos de todo el mundo, en general en condiciones de escasez y hasta pobreza de recursos, presentados como buenas prácticas sociales y ambientales. Al respecto, y desde una perspectiva regional, Raquel Rolnik impulsó la necesidad de pasar de las buenas prácticas al buen planeamiento, y de recuperar la posibilidad de un pensamiento latinoamericano en la materia.
Sobre el ámbito del Fórum 2004, ver en este número de café de las ciudades
la nota “1, 2, 3, ¿muchas Barcelonas?“.
Para conocer algunas de las “buenas prácticas” presentadas en el Fórum 2004
recomendamos visitar el sitio de Habitat International Coalition.
El dibujo que ilustra esta nota pertenece al sitio sueco
International Conference for Integrating Urban Knowledge and Practice.