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Zicovich Wilson, Sergio. IMPRESIONES DIGITALES de un viajero ocasional
– 1a ed. – Buenos Aires, Nobuko, 2012. ISBN 978-987-584-370-7
N. del A.: “Me jumelan los tachines”: Expresión canaria que significa “me duelen los pies”. O sea, no tiene nada que ver con la geografía de la que estoy hablando. Simplemente, me resultó divertida y decidí incluirla con desinhibido abuso de mis privilegios de autor.
Un record, lo mío. Para el Guiness. Pero, ¿qué digo… Guiness? ¡Una nueva página en el gran libro de las resistencias heroicas de la Historia: Masada, Numancia, Troya, Leónidas y sus espartanos en las Termópilas! Cierto que, como la mía, todas inevitablemente destinadas a la derrota en los hechos. Pero, también, a la gloria en el recuerdo de cien generaciones. ¡Cómo no agrandarme, si llevo más de 10 días en Barcelona y todavía ni pisé el Parc Güell, el Montjuïc ni la Barceloneta! Apenas subí unos minutos al Tibidabo y -nada más que porque ya estaba ahí- le eché un vistazo de lejos a la torre Collserola, de Foster; rocé, nomás, el Barrio Gótico y recorrí sólo unas cuadritas del Raval. Sí, el Raval. Aunque para el reviente de medio mundo haya sido siempre el Barrio Chino, las almas bellas locales insisten en afianzar el nombre histórico. Supongo que, más que por preservación, por pulcritud, de cara a la moderna Europa unida (otro rebusque que sería irrelevante si los malditos Pirineos no hubieran errado el camino dejando a Cataluña del lado sur). Barrio Chino o Raval, con o sin renovación urbana, no lograron aún que deje de ser el mismo sórdido reducto de siempre: paraíso para románticos irrecuperables y anfitrión -transnacional y global avant la letre– de lumpenes, drogones y putas que, pobrecitas, no logran parecer atractivas ni siquiera en esta ciudad donde el común femenino no ofrece demasiado recreo al ojo del varón heterosexual. Especialmente si se trata de esas chicas progres que, por no pasar por sometidas al machismo burgués, no dedican ni siquiera unos pocos segundos diarios -como sí hacen las más coquetas- al cuidado y acicalado de sus bigotes. Sin embargo, mi mujer sostiene -no importa cuánto se esfuerce un hombre, la lengua femenina siempre será más larga y filosa- que estos varones heterosexuales, en la hipótesis de lograr dar con alguno, tampoco merecen nada mejor. Como sea, una de las chichis del Raval me causó tal ternura que casi cierro trato con ella para un turnito de tía abuela.
(…)
SZW
Xicovich i Güillsó, anomenat “el Seryi”
Barcelona, 16 de Abril de 2004
Zicovich Wilson es arquitecto, dedicado a proyecto y dirección de obras, escritor y guionista cinematográfico. Es Profesor de Historia de la Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires. Se ha desempeñado como funcionario del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en áreas vinculadas a la Arquitectura y el Planeamiento Urbano. Ha publicado numerosos artículos en medios gráficos y digitales especializados de su profesión.
El texto pertenece a su serie de R(p)’s, cuatro de ellas publicadas originalmente en Arquitectura en Línea, de Guillermo García Fahler, y una en Summa+ nº 62 (“Hogar dulce hogar”).
Reflexiones (p) desde Italia
R (p) I # 5
Necrolandia (Fechada: Lucca, mayo de 2003); café de las ciudades nº 90 (abril 2010)
Reflexiones (p) desde Méjico
R (p) M # 1
Pinche enchilada chilanga (Fechada: Méjico DF, diciembre de 2009); café de las ciudades nº 88 (febrero 2010)
El horror… el horror… (Fechada: Cuernavaca, diciembre de 2009); café de las ciudades nº 91 (mayo 2010)
Berretines Olímpicos (Fechada: abril de 2004);café de las ciudades nº 92 (junio 2010)
De Zicovich Wilson, ver también en café de las ciudades su respuesta al cuestionario de Marcelo Castillo en el número 86, Fútbol y Ciudades, A 30 años del ultimo partido de San Lorenzo en el Gasómetro.
Ver el Glosario de argentinismos