El Hotel Quito, diseñado y construido entre 1958 y 1959, es una obra emblemática en el esfuerzo de modernización arquitectónica de la ciudad. Su relevancia no solo radica en su innovador diseño sino también en su ubicación estratégica en la Pata de Guápulo, un punto neurálgico de la meseta quiteña desde tiempos preincaicos, considerado como el lugar de mayor valor escénico de la capital, digno de la residencia del primer mandatario de la Nación.
En reconocimiento a su valor arquitectónico y cultural, el Hotel Quito fue galardonado con el Premio Ornato en 1961. Posteriormente, en 1998, el Concejo Metropolitano de Quito lo incluyó en la lista de edificaciones protegidas, ratificada en 2014 con la resolución C250, que aprobó el inventario patrimonial del barrio La Floresta, y reafirmada por tercera vez en 2020 por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC).
Estas declaraciones reconocen al complejo arquitectónico-paisajístico del Hotel Quito en su totalidad, incluyendo sus jardines y estacionamientos, adquiridos con fondos públicos para asegurar el paisaje y la conexión visual recíproca con la ciudad. Sin embargo, se busca pasar por alto su condición patrimonial y permitir la construcción de torres de viviendas y un centro comercial en los predios de los jardines y estacionamientos, sin considerar las implicaciones sociales, políticas, económicas y culturales para el sector y la ciudad en general.
Su relevancia no solo radica en su innovador diseño sino también en su ubicación estratégica en la Pata de Guápulo, un punto neurálgico de la meseta quiteña desde tiempos preincaicos, considerado como el lugar de mayor valor escénico de la capital
Dentro del polígono que rodea al Hotel Quito se encuentra el barrio de Guápulo, que fue originalmente un asentamiento indígena y ha experimentado diversos cambios a lo largo del tiempo. Desde su origen rural en 1861, marcado por la iglesia Santuario de Guápulo, hasta su urbanización a partir de 1971, ha mantenido su excepcional paisaje natural. Actualmente, Guápulo alberga una población diversa y cuenta con construcciones destacadas, como las residencias de la Embajada de España y la del presidente de la nación.
La Floresta, por su parte, comenzó a desarrollarse en 1917 con viviendas para la clase media y ha evolucionado significativamente, reflejando los cambios sociales de Quito y las importantes transformaciones vinculadas al turismo. Aunque ha incorporado modernos edificios y locales comerciales, ha conservado elementos distintivos de su identidad, como sus calles arboladas y casas antiguas de estilo republicano.
Hotel Quito 1960: Fuente: Biblioteca Aurelio Espinoza Pólit (s.f).
La construcción del Hotel Quito ha sido un catalizador para el desarrollo urbano en el sector noroccidental de la ciudad, promoviendo la aparición de edificaciones en altura. Este fenómeno urbanístico se originó a finales de los años setenta, coincidiendo con el movimiento de las élites hacia nuevas áreas residenciales en el Valle de Cumbayá, Tumbaco y Puembo.
El área que lo rodea enfrenta un entramado complejo de infraestructuras viales. La red de avenidas principales incluye las longitudinales González Suárez, La Coruña, 12 de Octubre e Isabel La Católica, y las transversales Cristóbal Colón y Francisco de Orellana. Además, existen vías adaptadas a la geografía particular de la Pata de Guápulo, como la Vía Los Conquistadores y León Larrea (Paseo Escénico). Estas arterias se han transformado en rutas esenciales que conectan el Centro Histórico con los corredores viales hacia los valles, específicamente las avenidas Simón Bolívar y Ruta Viva.
Sin duda, este sector enfrenta múltiples desafíos. La falta de una política integral de reordenamiento territorial en el hipercentro, la transformación turística de La Floresta y la crisis de la González Suárez, cuyos espacios se van vaciando, evidencian la necesidad de una intervención planificada. La verticalización de la ciudad y la privatización del Hotel Quito reflejan una desatención al patrimonio edificado, privilegiando el negocio inmobiliario sobre la heredad productiva del entorno.
Jardines. Fuente: hotelquito.com.ec
Frente a estos desafíos, se ha planteado el concurso académico Complejo Urbano-Patrimonial Hotel Quito, que tiene por objetivo presentar ideas que expresen una propuesta de microcentralidad en el polígono comprendido por Guápulo, La Floresta, González Suárez, 12 de Octubre y Orellana, centradas en la redefinición de funciones e intervención en el Complejo Patrimonial Urbano Hotel Quito, donde se busca privilegiar la heredad productiva sobre la conservación.
La falta de una política integral de reordenamiento territorial en el hipercentro, la transformación turística de La Floresta y la crisis de la González Suárez, cuyos espacios se van vaciando, evidencian la necesidad de una intervención planificada
Este concurso, auspiciado por un conjunto de universidades latinoamericanas que se han sumado a la propuesta del arquitecto Fernando Carrión (académico de FLACSO Ecuador), se propone como una iniciativa participativa, donde las instituciones representativas se pronuncien a través de sus estudiantes. Se valorarán las propuestas innovadoras que respondan de manera crítica a la falta de acciones por parte de las autoridades y la sociedad en general. La transparencia y la socialización serán pilares fundamentales que promuevan la discusión abierta y el debate ciudadano sobre el futuro del Hotel Quito y su entorno.
El énfasis radica en plantear una propuesta integral de política urbana que genere una microcentralidad articulando funciones centrales, accesibilidades y espacios emblemáticos. Esto incluye la planificación urbana dentro de los marcos del PUGS y PMDOT, el diseño urbano con un enfoque en el espacio público como eje de integración y el urbanismo ciudadano para la recuperación del hipercentro.
Área de intervención. Fuente: elaborado por Gonzalo Estupiñán (2024).
Los equipos participantes deberán ser interdisciplinarios, integrados por estudiantes y profesores de distintas áreas del conocimiento, incluyendo urbanistas, economistas, arquitectos, antropólogos, geógrafos, historiadores y abogados, entre otros. Se aceptarán equipos nacionales e internacionales, auspiciados por universidades ecuatorianas o latinoamericanas.
A modo de reconocimiento, se otorgarán certificados de participación emitidos por el comité organizador. Los tres mejores trabajos presentarán sus proyectos en dos seminarios internacionales, y los diez trabajos más destacados serán parte de una exposición itinerante y una publicación.
El concurso iniciará con la convocatoria el 10 de junio, seguida de un encuentro de lanzamiento en FLACSO Ecuador. La inscripción de grupos estará abierta hasta el 24 de junio y la entrega de propuestas deberá realizarse hasta el 24 de julio. Los resultados serán anunciados el 7 de agosto y las exposiciones y seminarios tendrán lugar el 2 de septiembre, culminando con un seminario de cierre en FLACSO Ecuador.
El concurso Complejo Urbano-Patrimonial Hotel Quito es una oportunidad única para que la academia se pronuncie y participe activamente en la reconfiguración de uno de los espacios más emblemáticos de Quito, proponiendo ideas que respondan a los desafíos urbanos contemporáneos.
ES y GE
Emilia Silva es Psicóloga Clínica por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Investigadora en el Departamento de Estudios Políticos de Flacso Ecuador y miembro de las redes de urbanismo Polis.tic y Alianza Urbs.tic.
Gonzalo Estupiñán es Arquitecto (Universidad Central del Ecuador, 1974), especializado en programación y realización de edificios y proyectos, desde elaboración de bases de ejecución hasta seguimiento en ejecución y funcionamiento.
Universidades Auspiciantes:
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO Ecuador)
Universidad Central del Ecuador (UCE)
Universidad de las Américas (UDLA)
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG)
Universidad Tecnológica Indoamérica (UTI)
Centro de Estudios y Proyectación Ambiental (Fundación CEPA)
Foro Latinoamericano de Ciencias Ambientales – Cátedra UNESCO
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Universidad Pontificia Bolivariana (UPB)
Maestría en Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC)