La ciudad, en tanto artificio espacial sometida a la lenta pero segura transformación de las partes que la componen, debe con seguridad dirimir de alguna forma la tensión permanente entre cambio y permanencia. Aún más en los contextos contemporáneos, donde muchas veces esos cambios se producen a una velocidad difícil de asimilar. En otro sentido, las narrativas sobre la ciudad construida, su pasado, sus hitos y los referentes físicos que cada ciudad va organizando a lo largo de su historia, nunca son relatos únicos y nunca son ingenuos. La mayoría de las veces se construye, a lo largo del tiempo y en sucesivos “consensos” entre sus habitantes, un discurso sobre la ciudad que la hace única, irremplazable. En algunas ocasiones, estas narraciones son expresamente rescatadas por quienes tienen la responsabilidad de planificar lo urbano para consensuar “políticas” de cambio y desarrollo a partir de la puesta en valor del tejido urbano y social consolidado. Este operativo de renovación programada tuvo su momento más exitoso en el llamado “modelo Barcelona”, que transformó una ciudad portuaria e industrial en clave urbana global del siglo XXI. Más acá, la renovación de los centros históricos de muchas ciudades latinoamericanas se realizó, con mayor o menor acierto, a partir de la construcción subjetiva de “valor” de un pasado histórico que hasta fines del siglo pasado se consideraba menor y sin atractivo urbano.
Sin la dinámica de renovación de los países centrales y con una historia más corta, en nuestras tierras las cuestiones que involucran al entorno construido de cada ciudad y sus problemáticas derivadas se van resolviendo, en la mayoría de los casos, sin un plan predeterminado y con marcos normativos obsoletos. Renovación y sustitución de tejido, arquitectura y tejidos a preservar, valor patrimonial, etc., parecen decidirse en función de lo que determina la propia práctica urbana, condicionada o promovida por la acción intermitente del mercado, los particulares y el propio Estado. El resultado, una transformación urbana no dirigida que suele acentuar desequilibrios territoriales y su correlato social.
En las cuestiones relacionadas con la dupla aparentemente antagónica renovación/ preservación, parece jugarse la misma dicotomía que tan bien resume la conocida Paradoja de Teseo. Cuenta el mito que los atenienses conservaron el famoso barco de Teseo reemplazando las tablas estropeadas por unas nuevas. A medida que pasa el tiempo y el cambio de nuevas por viejas es mayor, la pregunta es: ¿sigue siendo el mismo barco? Entre el sentido de “permanencia” y el sentido de “cambio” parece ponerse en evidencia el complejo subjetivo que opera en la interpretación de la realidad física de la ciudad.
La ciudad de Córdoba reproduce en si misma esta tensión. Con una posición central en el territorio argentino, se definirá, por un lado, por un orgulloso pasado de ciudad colonial y jesuita. Esto explica la tendencia conservadora a encerrarse en un “claustro entre barrancas”, tal como la definiría Sarmiento (y reafirma el gobernador electo De la Sota en su discurso eleccionario, llamando a construir el “cordobesismo”). Por otro, los distintos momentos en que superará sus límites serán a partir de una concepción de ciudad mediterránea moderna con el progreso como norte (ferrocarril, industria, Cordobazo, Reforma Universitaria, etc.). Una ciudad, dos ciudades,, que en los distintos momentos de su historia reproducirá en su territorio estas dicotomías propias de su identidad dual.
En la actualidad, los debates públicos que ha generado la inoportuna idea del municipio de quitar las pérgolas de la peatonal del Centro o, en el otro extremo, las marchas y contramarchas que fue sufriendo el proyecto de un Centro Cultural de la Universidad de Córdoba -producto de un concurso nacional- en plena manzana jesuítica, son ejemplos de esta pulsión. Temas en apariencia menores pero que demuestran la dificultad para poder discriminar principal de secundario, acción inmediata y beneficio de largo alcance. Cambio de permanencia.
En vertiginosa transformación, producto de decisiones políticas oportunistas y de un momento económico auspicioso, la ciudad vio este año como desaparecía literalmente la antigua casa de Gobierno de la Provincia y se convertía en un Parque Urbano, como la terminal de ómnibus se reproduce en superficie e impacto y como crece cada vez más rápido y de apuro un Centro Cívico de identidad dudosa. Gobierno que también pone en valor dos importantes museos -el Museo Caraffa y el Palacio Ferreyra- apostando al circuito cultural para una ciudad que debe diversificar su rol. Mientras tanto, los barrios pericentrales ven modificar su tejido, producto de un mercado inmobiliario concentrado- sin modificación de los marcos normativos y sin preservación de los centros barriales de inigualable calidad urbana- y los barrios periféricos sufren un abandono notable.
En este contexto, de acciones “fuertes” y centrales, de obras de mucha visibilidad y una apuesta a la transformación física como motor del desarrollo, la decisión de lo que “debe” preservarse y lo que “debe” cambiar parece estar afectada por la paradoja de Teseo, una gran dificultad para discriminar buenas de malas acciones para el conjunto.Tal vez, solo la recuperación de una idea integrada de ciudad a partir de un plan territorial de mirada amplia y largo alcance que dirija las acciones puntuales, puede consensuar con toda la ciudadanía la forma del crecimiento al interior de la ciudad.
¿Qué entendemos entonces cuando hablamos de patrimonio? Sobre esta pregunta y sobre varias cuestiones que a ella se vinculan, refiere el artículo de Mariana Bettolli Patrimonio y después, publicado en este número de café de las ciudades.
CIP
La autora es comunicadora especializada en temas urbanos. Es corresponsal en Córdoba de café de las ciudades; ver la presentación del número 104 y las notas:
Número 106 I NUEVA SECCIÓN: POSICiones Cordobesas
Los deseos de Villa El Libertador I Sobre barrios, elecciones y política I Por Carola Inés Posic
Número 105 | NUEVA SECCION – POSICiones Cordobesas
Belgrano de Alberdi: un pirata en primera I Fútbol y Ciudad I Por Carola Inés Posic
Número 104 | Planes y Política de las ciudades
El lugar de todos | Consideraciones sobre el área central de la ciudad de Córdoba | Fernando Díaz Terreno
Número 104 | Arquitectura y Política de las ciudades
Ciudad frágil, Peatonal frágil | Obras en Córdoba: ¿Ensañamiento o ignorancia? | Inés Moisset
Contacto: [email protected]
Sobre Córdoba, ver también entre otras notas en café de las ciudades:
Número 73 | Lugares
Córdoba siempre estuvo cerca… | La ciudad de la Reforma Universitaria y el Cordobazo | Marcelo Corti
Número 73 | Planes y Normativa de las ciudades
Planificación y crecimiento urbano en la ciudad de Córdoba | Acuerdos, disonancias y contradicciones | Celina Caporossi
Número 73 | Historia de las ciudades
Ahí…, abajo, entre los pastos (la Ciudad Docta) | Córdoba en 1825, “forzada a replegarse sobre sí misma” | Domingo Faustino Sarmiento
Número 85 | Cultura y Política de las ciudades
El barrio San Vicente en Córdoba, Argentina | Entrevista a Desirée D´Amico | Marcelo Corti
Número 93 | Planes de las ciudades (II)
Córdoba: lineamientos de un plan | Un nuevo contrato social entre el estado, el mercado y la sociedad civil | Alejandro Cohen
Número 100 | Planes y Política de las ciudades
La insoportable levedad del hacer | La demolición de la Casa de las Tejas en Córdoba Celina Caporossi |
Número 103 | Proyectos de las ciudades
Proyecto 4 Plazas: renovación del eje central del barrio San Vicente en Córdoba | El barrio como unidad de gestión y planificación integral | Celina Caporossi