Junto con la “ola” polar, ha llegado al país la tan pre anunciada “nube” eleccionaria y, por las fechas que se manejan, aunque el frío pase seguiremos inmersos en el complejo proceso de elegir en todo el territorio las nuevas conducciones políticas, de presidente para abajo.
Córdoba no es ajena ni mucho menos a este fenómeno que marca el tiempo de la ciudad y el humor de los cordobeses, como si todo acontecimiento, hecho o circunstancia urbana estuviera indefectiblemente mediatizada por la proximidad de las elecciones. Elecciones con mucho de imprevisibilidad y confusión. Como ya se demostró en Capital y Santa Fe, el voto puede venir con sorpresita; si además queremos asociar las elecciones de Gobernador o Intendente entre sí y/o con las Presidenciales, el panorama es difícil para cualquier candidato que previamente quiera adjudicarse la mayoría o sector político que quiera atribuirse la gloria. Casi añoramos el bi-partidismo, tan claro y seguro, cuando votar era solo elegir al partido. Hoy, a pocos años de “que se vayan todos” y muchas políticas transversales y horizontales, el contexto político parece fuertemente atomizado y disociado entre sí. Si el Gobierno y, en la contra cara, el grupo Clarín parecen poder reconstruir discursos universales y de sentido en cuanto a lo que debe ser la política en Argentina (tal vez por eso se reconocen mutuamente como enemigos), no presenta la misma claridad la actitud del votante que con total desparpajo puede votar en un solo acto a Macri y Cristina. Ahora bien, ¿que busca la gente? Arrojando una hipótesis en general, la gente busca estar bien y si es posible estar mejor. Seguramente esa percepción es subjetiva y disueltos los grandes discursos ordenadores, se intenta influir a través de esa pequeña expresión que es el voto, en acuerdo con los intereses personales o de grupo, que nunca son únicos y nunca son los mismos. Otra característica arrojada en la misma hipótesis es la creciente disociación entre política y territorio; pocos políticos hablan -o necesitan hablar- de gestión territorial. Atomizada la política, el territorio es una abstracción que se gestiona con acciones muy puntuales (si son inmediatistas y de impacto mejor), sin necesitar acciones programadas o planes territoriales de largo plazo. En este sentido sigue siendo una excepción, en el contexto de las ciudades intermedias, la intendencia de Rosario, por su continuidad y coherencia.
En Córdoba, hace mucho que se abandonó cualquier idea integral de gestionar la ciudad y, como dice un amigo porteño, “Córdoba parece ser el único lugar del país donde los radicales hacen política con su gestión”. Y sí; se añoran las políticas urbanas de los ochenta, que aun con aciertos y desaciertos dieron como resultado, entre otras, un río devuelto a la ciudad, bajo novedosos conceptos para la época sobre cómo articular movilidad, verde urbano y creación de espacio público. Una estructura conectiva principal racionalizada y una política de consolidación de la periferia bajo el sugestivo slogan: “de la periferia al centro”.
En contrapartida, hoy la percepción general es de un municipio en retroceso, alejado de la generación de políticas urbanas integradas, envuelto en sus propias disputas y sumido en el desajuste, pero que tristemente se constituye en principal y decidido protagonista, proponiendo desmantelar las pérgolas que “techan” con sus glicinas y santaritas las famosas peatonales del centro. En paralelo, el Gobernador de la Provincia elige a la ciudad para desplegar una agresiva política de intervención. Bajo la falaz urgencia de un nuevo Centro Cívico, en apurada construcción y en conjunto con la nueva terminal y proyectos asociados, se consolida un nuevo enclave en el llamado Nudo Mitre. Estas obras costaron una demolición completa de la antigua Casa de Gobierno, alquileres millonarios de oficinas y proyectos improvisados sin consulta ciudadana. Mas allá de la pertinencia o no de estos nuevos programas, preocupa la falta de asociación con políticas integrales -en especial las cuestiones asociadas a la movilidad y a la localización de actividades centrales- y los importantes desequilibrios territoriales que produce una concentración de las inversiones públicas y privadas en el área central extendida. Los barrios donde la gente vive, intermedios y periféricos, son los que más sufren la ausencia del Estado municipal.
En este contexto se entiende el reciente pedido de un grupo de vecinos -que llegó a recolectar más de 4500 firmas- para solicitar ante la Legislatura Cordobesa la “independencia” del populoso barrio Villa El Libertador. Los barrios que reúne el CPC (Centro de Participación Comunitaria) de Villa El Libertador suman unos 120.000 habitantes, lo que lo convierte en uno de los distritos más poblados de la provincia después de Córdoba Capital.
El barrio Villa Libertador tiene un curioso origen cuando en la década del `30 el señor Forestieri, dueño de una sastrería en pleno centro de la ciudad de Córdoba, pone en marcha un plan de promoción y regala con sus trajes un lote en esas tierras periféricas. En poco tiempo se consolidó la Villa para conformarse como un nuevo Barrio-Pueblo, que por su distancia -a 8 kilómetros del centro- quedaría en el futuro fuera de la Circunvalación. Como todo el arco sur de la ciudad, será un barrio fuertemente definido por la Córdoba Industrial de las décadas del `50-`60; así, la instalación de las industrias Kaiser -hoy Renault- será determinante en su consolidación como barrio obrero y popular. Una fuerte corriente inmigratoria de ciudadanos bolivianos, para la misma época, le aportará un perfil multicultural que se fue consolidando al día de hoy.
Por qué Villa El Libertador quiere independizarse, tener su propia carta orgánica y conformarse en municipio, se entiende desde la ecuación pragmática de un barrio trabajador que ha construido su lugar en base al esfuerzo y al empuje individual y colectivo. Basta revisar su fuerte historia de lucha en la década del `70 -justamente por los servicios básicos- y que ve una creciente desigualdad en la presencia del Estado con respecto a las zonas céntricas. Como bien lo sintetizaba el director de una escuela del barrio al diario cordobés Día a Día: “La gente tiene un malestar marcado porque siente que a veces es tomada como habitante de segunda. Siente que hay una mala distribución entre lo que paga en impuestos y lo que llega en servicios. Siente que les dan la espalda y por eso la Villa es independiente en muchas cosas. Están sus comercios y una marcada cultura propia”.
La vitalidad de la feria dominguera en la Plaza principal, cuyas fotos ilustran esta nota, parece dar la razón al señor Director. Que Villa El Libertador devenga Municipio o que el Municipio se haga cargo de Villa El Libertador son respuestas posibles a un reclamo colectivo (uno entre tantos). La capacidad de la política para encontrar esas respuestas es el verdadero interrogante que se juega en agosto, en septiembre y, por qué no, en octubre en los cuartos oscuros cordobeses.
CIP
La autora es comunicadora especializada en temas urbanos. Es corresponsal en Córdoba de café de las ciudades; ver la presentación del número 104 y las notas:
Número 105 | NUEVA SECCION – POSICiones Cordobesas
Belgrano de Alberdi: un pirata en primera I Fútbol y Ciudad I Por Carola Inés Posic
Número 104 | Planes y Política de las ciudades
El lugar de todos | Consideraciones sobre el área central de la ciudad de Córdoba | Fernando Díaz Terreno
Número 104 | Arquitectura y Política de las ciudades
Ciudad frágil, Peatonal frágil | Obras en Córdoba: ¿Ensañamiento o ignorancia? | Inés Moisset
Sobre Córdoba, ver también entre otras notas en café de las ciudades:
Número 73 | Lugares
Córdoba siempre estuvo cerca… | La ciudad de la Reforma Universitaria y el Cordobazo | Marcelo Corti
Número 73 | Planes y Normativa de las ciudades
Planificación y crecimiento urbano en la ciudad de Córdoba | Acuerdos, disonancias y contradicciones | Celina Caporossi
Número 73 | Historia de las ciudades
Ahí…, abajo, entre los pastos (la Ciudad Docta) | Córdoba en 1825, “forzada a replegarse sobre sí misma” | Domingo Faustino Sarmiento
Número 85 | Cultura y Política de las ciudades
El barrio San Vicente en Córdoba, Argentina | Entrevista a Desirée D´Amico | Marcelo Corti
Número 93 | Planes de las ciudades (II)
Córdoba: lineamientos de un plan | Un nuevo contrato social entre el estado, el mercado y la sociedad civil | Alejandro Cohen
Número 100 | Planes y Política de las ciudades
La insoportable levedad del hacer | La demolición de la Casa de las Tejas en Córdoba Celina Caporossi |
Número 103 | Proyectos de las ciudades
Proyecto 4 Plazas: renovación del eje central del barrio San Vicente en Córdoba | El barrio como unidad de gestión y planificación integral | Celina Caporossi