Celina Caporossi y una reivindicación parcial de las bienales de arquitectura… a partir de una grabación.
Carola Inés Posic
Introducción de Contexto: el despiste existencial del “ser arquitecto del siglo XXI”, Bienales, ¿ir o no ir?
Debo confesarlo: hasta ahora no me gustaban demasiado las Bienales de Arquitectura, eventos de moda en nuestro medio. Llámese necedad o prejuicio, pero el convite a ocupar el rol de espectador pasivo en una mesa servida para el show business es una sensación que, por lo pronto, trato de evitar simplemente no participando. Disney Word o un recital de Madonna despiertan en mí el mismo interés, una vaga curiosidad por explorar el costado social más frívolo y porque no el de mi propia personalidad. Si hay que definir un sentido a lo que hacemos probablemente sea por el camino contrario a estos mega eventos con personajes estrellas “atractoras” en mega-estadios, con mega-presentadores y publicidad por doquier. Por otra parte, lo que puede haber de intercambio o de puesta en común del “estado del arte” tiende a quedar subsumido por el costado más exitista de nuestra profesión. Estos eventos en general son autistas. Como un “juego del hambre” en versión arquitectónica, parece que aquellos elegidos para participar pudieran vivir su minuto de fama, para volver, cuando las fuertes luces del espectáculo se apagan, a una gris existencia profesional signada por la economía y las dificultades de trabajo.
Así que, cuando anunciaron la Bienal en Córdoba, poco interés despertó en mí más allá de alegrarme por la selección de tal o cual obra realizada por algún que otro amigo. Por suerte, como creo que la vida, como nuestra profesión, es un camino de construcción de experiencia, cuando me comentaron sobre el efecto causado por las palabras de Anne Lacaton en el primer día de la Bienal me replanteé seriamente mi negativa. Decidida a superar el prejuicio; al fin y al cabo ¿a quién no le paso perderse una excelente película por una mala apreciación previa? Y por otra parte, ¿quién puede dudar de las buenas intenciones de la organización y del público que colmaron el estadio? Así que, invitación de amigo mediante, asistí al segundo día con la conferencia de Kazuyo Sejima como atractor principal. Solo fue confirmar mi negativa; el evento transcurrió casi como una precisa ceremonia de lo “que-debe-ser-un-mega-show-en-arquitectura”. Como los casi siempre defectuosos bocaditos de un casamiento o cumpleaños de 15, hasta la mala traducción de la delicada conferencia de Sejima parecían parte del rito necesario.
Sin embargo, al otro día llegó por casualidad a mis manos la grabación casera de la conferencia de Anne Lacaton. La curiosidad que me despertó y el entusiasmo que expresaban algunos amigos que habían asistido –incluida la confianza que me merece su juicio– me impulso a escucharla. A poco de pasar la grabación, debo confesar que fui contagiada del mismo entusiasmo y optimismo. Tal es así que desgrabé con placer las dos horas de grabación –una hora de conferencia propiamente dicha y otra de preguntas realizadas previamente con selección de los organizadores.
A continuación, algunos breves comentarios como resultado y síntesis de lo que me dejó la minuciosa escucha de la conferencia de Anne Lacaton a propósito del estado de la arquitectura. Y si las Bienales nos permiten acercarnos a estos discursos, entonces –aceptando la contradicción de época–: ¡larga vida al espectáculo!
Definiendo y recalculando (Sobre el Habitar: habitación, vivienda, hombre y ciudad)
“Habitar es para nosotros una dimensión fundamental de la arquitectura. Habitar el espacio nos remite al placer, a la generosidad, a la libertad de ocupar un espacio, más allá de lo funcional. Habitar cuestiona las posibilidades, las capacidades del espacio que se tiene en torno a uno y frente a uno. Concebir la arquitectura desde la idea de habitar nos remite a disfrutar el espacio desde adentro y no desde afuera, como si se tratara de un solo objeto. Habitar se refiere en primer lugar por supuesto a la habitación, a la vivienda, pero en forma más amplia a todo espacio de uso ya sea privado o público. El espacio habitable debe ser generoso, confortable, adoptable, flexible y accesible para todos”.
Una de las preguntas más difíciles y quizá la más desesperanzadora en nuestro contexto sea tal vez el cuestionamiento por la utilidad de la arquitectura hoy. La verdadera implosión de lenguajes y sentidos, como posible resultado del movimiento contrario a la formas de producir arquitectura en una economía cada vez más concentrada y asimétrica, hace dudar del discurso moderno, que le otorgaba una capacidad transformadora. Convertida en muchos contextos en una actividad de diseño, en un servicio subsidiario a una larga cadena de decisiones o reducida a su capacidad decorativa para justificar una que otra operación, la arquitectura parece copiarse a sí misma una y otra vez a riesgo de perderse en ese intento. Es en este panorama disciplinar que las palabras de AnneLacaton sobre los fundamentos de su (la) arquitectura parecen restablecer inmediatamente el sentido perdido. No es precisamente su elocuencia sino, todo lo contrario, su sencillez y precisión para ir señalando aquellos puntos, a modos de conceptos simples, lo que va organizando un entramado vital de sentido. Un discurso que, como bien ella señala, se ubica en un aquí y ahora (al punto de escuchar, creo que por primera vez, la palabra democracia en un discurso de arquitectos de alcance global).
“Asumimos la modernidad completamente y queremos reivindicarla, no como una parte de la historia de la arquitectura. No es eso lo que nos interesa. Nosotros queremos reivindicarla porque trajo liberación a la arquitectura. No somos naif. Queremos reivindicarla y seguir libremente hoy. Porque también es importante para nosotros situarnos con total libertad como arquitectos, como individuos. No como franceses o europeos sino como individuos. Somos gente curiosa, curiosos de todo y tenemos que responder con preguntas precisas en nuestros proyectos. Nuestro tiempo es ser libre de lo que se piensa. Y también es nuestra responsabilidad en una democracia, no tenemos que servir a un poder o a la comunicación sino que tenemos que producir ideas”.
Por supuesto que estas reflexiones surgen de la propia experiencia de la arquitectura desarrollada a lo largo de más de dos décadas en su estudio Lacaton&Vassal, pero todas ellas no solo organizan una práctica sino que parecen querer ir más allá. Cada concepto, cada conclusión de una experiencia va generando con riguroso avance una toma de posición disciplinar casi militante y, sin embargo, a la vez que universal, lo suficientemente abierta para volver a ser redefinida.
Tal vez por eso para explicar sus obras remite al concepto de Habitar (con mayúsculas) y lo define de una manera casi envolvente que se amplía a lo largo de todo el discurso. Un Habitar con centro en el ser humano, en la capacidad de dar y recibir placer, del disfrute, del “estar bien”. Recentrando el concepto de confort como valor y meta a conseguir en la definición de los espacios de la vivienda, de la habitación. Espacio definido desde adentro, el de lo cotidiano, el de la existencia en el mundo. Mucho más que la forma, más que el objeto y aún más que la función. Entonces, en ese movimiento del afuera hacia el adentro, del objeto formal al hombre, del uso al placer empieza la arquitectura a cobrar otro sentido y otra dimensión. Se acomoda y se corre del lugar del protagonismo de objeto y monumento, acalla el discurso para ser espacio.
“En todo los proyectos proponemos espacios grandes, los más grandes posibles. Se procura una dimensión vital de escape. Estos espacios más grandes permiten multiplicar los usos, favorecer la apropiación, crear espacios intermedios entre el espacio privado, lo colectivo y lo público. Esto quiere decir entonces construir más grande con los mismos presupuestos y crear en los proyectos tanto espacio libre como espacio programado. Este espacio “plus” no tiene una función definida, se agrega a los espacios tradicionales y permite una posición. Es el espacio que le pertenece a los habitantes, este espacio “plus” permite desajustar, liberar los reglamentos. Entonces la idea de lujo se redefine de esta forma, en términos de generosidad, de libertad de uso y opción de habitar”.
De la economía, una vuelta de tuerca a la densidad y loas a la superposición
Pensamos en las ciudades desde arriba, estamos acostumbrados a ver la ciudad a vuelo de pájaro pero nos olvidamos del ser humano. Las ciudades necesitan densidad, el hombre necesita espacio habitable. Usar la ciudad existente, montarse sobre ella, incorporar espacios, ampliarlos y resignificarlos sería un camino para la comunión entre la calidad de vida urbana y la del habitante. En la base, la transformación del espacio como concepto flexible y la adaptabilidad como meta.
“Más que remplazar nos parece más interesante superponer, allí donde hay algo existente, intervenir por encima, por abajo, agregar teniendo mucho cuidado con lo que existe. Agregando sin arrasar ni aplastar sino multiplicando las calidades. Esta cultura de la superposición nos parece muy importante no solo en la creación de edificios nuevos sino en la forma de intervenir en la ciudad”.
Sin embargo, la triada densidad, economía y espacio parece una ecuación compleja de resolver, una ecuación donde en general el espacio interior tiende al mínimo. Si se introduce una visión desde y para el ser humano, entonces el espacio habitable debe necesariamente traducirse en mayor cantidad de metros cúbicos. Para ello es necesario replantear la manera que se proyecta, cómo se construye, en definitiva, cómo se produce la arquitectura.
“La economía, por supuesto es un punto clave; al contrario de reducir, la economía permite a partir del diseño fabricar sistemas adaptados para construir espacios más grandes y con los mismos presupuestos. En las ciudades, sobre todo, la generosidad y confort del espacio individual, de la habitación, es condición indispensable previa de la densidad. No me puedo imaginar proyectar sin dar más a cada uno. Esta generosidad también es entonces un vector de relación social, un vector de apertura. Por el contrario, un espacio limitado, cerrado, que no tenga mucha luz, no favorece las relaciones. Puede ser una vivienda, una escuela, un espacio para el arte; todos los proyectos hablan de habitar, del placer, del uso de la libertad muchas más allá de las consideraciones estéticas o institucionales.Las condiciones son buenas cuando la gente se siente bien, cuando hay buena luz, buen aire, cuando el intercambio con el exterior aparece fácil y grato y cuando las sensaciones son inesperadas”.
Esa sencilla vuelta conceptual a pensar el espacio desde el interior, permite en definitiva valorar los desafíos con que se enfrentan los arquitectos en su labor diaria: interpretar a clientes-habitantes, definir espacios y lidiar con la economía. Este quehacer diario, muchas veces silencioso, es puesto en valor en el discurso de Lacaton, a tal punto de organizar a través de él una nueva forma de transcendencia, resignificando el trabajo específico del arquitecto.
Una estructura abierta y muchos espacios
Esta concepción de una arquitectura que se centra en el habitante y se define con él requiere de una instrumentalidad precisa, de respuestas con arquitectura, con estructuras y con materiales que la definen. Pero como señala claramente Lacaton, el protagonista absoluto, el dador de estructura y materialidad es el espacio para el goce del habitante.
“Las estructuras, los materiales, son evidentemente importantes para construir la arquitectura, pero una vez más, al igual que la economía, no son los motores. Los motores de la arquitectura son lo que se quiere dar como calidad de habitar al espacio. Hablamos de intensidad, hablamos de la calidad interior, de la luz, del placer, del clima. Todo esto está ligado al espacio pero también a los materiales. Los materiales son la consecuencia de la forma en que se quiere crear estas relaciones dentro de un espacio. Por ejemplo, ¿por qué hacer estructuras abiertas? Porque estas permiten dilatación y flexibilidad que los muros duros, la pared, no permiten hacer.”
No es la estructura sino en su capacidad de generar espacios flexibles, espacios de confort, espacios de calidad, espacios “plus”. No son los materiales, sino estos en la puesta en relación con el espacio y a su capacidad de otorgar calidad de vida al lugar y a reproducir sensaciones. En síntesis, no es la técnica por si misma sino subordinada al espacio, a la habitación del ser humano y al buen vivir.
Creado el sistema no importa la escala
Como estudio, Lacaton&Vassal fueron creando un sistema, un catálogo abierto de recursos que sobre la idea de los espacios “plus” y las estructuras abiertas con presupuestos realistas les permitió ir creando una arquitectura de la adaptabilidad.
“Cuando la forma de concebir el espacio es desde adentro podemos trabajar a escala de una casa o un edificio como la escuela de arquitectura o más allá, a escala urbana. Pensamos a la arquitectura como un conjunto de fragmentos que se ponen en relación a través de los espacios, ya sean abiertos o limitados, un poco como el trabajo de cinematografía. Es decir, el cine parte siempre del espacio de un actor que se desplaza, que se encuentra con otra gente, que deja lugar a otros”.
En este sentido, para Lacaton, antes que el material está el espacio y antes la gente. “Un espacio no se crea cuando las paredes construyen sino en la relación entre las personas o entre los espacios”. Por eso es posible pensar que a veces el proyecto debe quedar abierto, lo suficientemente abierto para que sus habitantes lo terminen de definir y diseñar, como plantean para el edificio en Paris o en las viviendas sociales en Bordeaux o a veces es simplemente no hacer nada, como la propuesta de no construir para una plaza existente de Bordeaux, recomendando al municipio que la gente la siga usando sin intervenir.
¡A resistir! Las intenciones fundan el proyecto, no las imágenes
Hacia el final, y después de una larga conferencia, parece entusiasmarla la pregunta de Miguel Jurado:
¿De qué manera pensás que la arquitectura puede vencer a la primacía actual de las imágenes y su difusión como monopolio de las cualidades de los proyectos?
AnneLacaton, después de elogiar el análisis que los alumnos de Miguel Jurado realizaron sobre las viviendas Mulhouse, por superar la forma para ir en busca de la esencia del proyecto, responde en una extensa e imperdible reflexión:
“Como se puede sobre llevar la primacía de las imágenes, no es complicado… hay que hacerlo y nada más. Hay que resistir. Cuando se piden imágenes, ir más allá de lo obligatorio y dar lo mínimo. Lo importante quizás es dar una imagen del proyecto por fragmentos. Hay que desterrar la idea que un proyecto no es la realización. Es decir, que una imagen de un proyecto no es una foto del proyecto cuando está terminado. Es extremadamente importante revindicar el tiempo del proyecto. Reivindicar que cuando uno trabajó tres meses en un proyecto todavía la mitad del proyecto no se conoce, no está representado; podemos decir: bueno, aquí hay un punto de inflexión o de interrogación, porque todavía tengo tres meses para hacerlo y a lo mejor no se conoce, se va a definir después. Es importante para los arquitectos pero también para los estudiantes decir que uno tiene esa capacidad para resistir a la demanda de superficialidad, de ligereza, de liviandad. La escritura es magnífica para explicar el proyecto, porque la descripción de un proyecto que vemos en las ciudades, las descripciones de la ciudad en las obras de Camus es mucho mejor de lo que se puede dibujar con el 3D. Entonces, es difícil pero debemos resistir y mostrar una imagen que claramente no es la realidad pero es una intención del proyecto. Creemos mucho en mostrar el proyecto como una acumulación de secuencias. La secuencia desde adentro, la forma en que uno se puede mover en un espacio y también la noción de fragmento de espacio. Cuando un proyecto se constituye por fragmentos, en todo caso para nosotros no es un todo al que entramos y luego se define el detalle. Es un conjunto de estrategias; poco a poco los fragmentos se van ensamblando, se generan relaciones, hay momentos en que no sabemos cómo hacer pero poco a poco esas relaciones van apareciendo. Y creo que es importante hacerlo así porque hay que llevar al proyecto a la complejidad. Una imagen de un proyecto, que a menudo es la vista aérea o la vista desde lejos, es querer simplificar lo complejo. La arquitectura debe simplificar la vida de la gente pero la imagen no tiene que simplificar la intención”.
CC
Celina Caporossi es Arquitecta, docente-investigadora FAUD-UNC, Prof. Titular Arquitectura 2D. Socia fundadora de Estudio Estrategias. Es Editora de 100 Cafés.
De su autoría, ver también entre otras notas en café de las ciudades:
Número 124 | POSICiones cordobesas
Tres ideas para Río Ceballos I Hacia la conformación de una Ciudad Parque I Por Celina Caporossi y Fernando Díaz Terreno (Estudio Estrategias)
Número 122-123 I Movilidad de las Ciudades
Civilizar, recuperar y conectar I Hacia un sistema integrado de movilidad en la Región Metropolitana Norte de Buenos Aires I Por Celina Caporossi y Fernando Díaz Terreno (Estudio Estrategias)
Número 118 | POSICiones cordobesas
Las tres Cañadas | Preservar, consolidar y proyectar | Celina Caporossi y Marcelo Corti
Número 103 | Proyectos de las ciudades
Proyecto 4 Plazas: renovación del eje central del barrio San Vicente en Córdoba | El barrio como unidad de gestión y planificación integral | Celina Caporossi
Número 102 | Proyectos de las ciudades (II)
Articulación y conexión territorial en Catamarca | Propuesta para la integración urbana de la Nueva Terminal de Omnibus | Celina Caporossi, Marcelo Corti y equipo de proyecto
Número 73 | Planes y Normativa de las ciudades
Planificación y crecimiento urbano en la ciudad de Córdoba | Acuerdos, disonancias y contradicciones | Celina Caporossi
Ver la obra del estudio Lacaton&Vassal.
Carola Inés Posic es comunicadora especializada en temas urbanos. Es corresponsal en Córdoba de café de las ciudades.
POSICiones anteriores:
Ver la presentación del número 104 y las notas:
Número 144-145 I POSICiones cordobesas:
El Código de Urbanización de Embalse de Calamuchita I Un análisis crítico de la legislación argentina (XVIII). I Por Marcelo Corti, Celina Caporossi y Román Garabano (Estudio Estrategias)
Número 142-143 I POSICiones cordobesas:
Barrios que no crecen I Estancamiento y renovación en los barrios pericentrales de Córdoba. I Por Carola Inés
Número 141 I POSICionescordobesas:
Una pequeña casa, lecturas y enseñanzas I Le Corbusier y “esa operación narrativa hacia lo mínimo”. I Por Celina Caporossi
Número 140 I POSICiones cordobesas:
Enseñar arquitectura aquí y ahora I Un mar de incertidumbre y archipiélagos de certezas. I Por Celina Caporossi
Número 138-139 I POSICiones cordobesas:
El espacio urbano de la adolescencia I “Una forma de adueñarnos del espacio”. I Por Juana Garabano
Número 137 I POSICiones cordobesas:
Paseo del Buen Pastor I El vacío apropiado en Nueva Córdoba. I Por Marcelo Corti
Número 135-136 I POSICiones cordobesas:
El reordenamiento del transporte público cordobés I Tiene que haber de todo en una ciudad. I Por Celina Caporossi
Número
Ciudad de barrios I Juego interactivo sobre el Espacio Urbano. I Por Celina Caporossi, Agustín Cano, Fernando Vanoli, Alejandra Llugdar, Héctor Paez Ferreyra y Emilia Davezola
Número 132 I POSICiones cordobesas
La centralidad en CórdobaI Cambios y permanencias I Por Celina Caporossi
Número 131 I POSICiones cordobesas
Zona F I Buenas intenciones, malos diagnósticos, nula incidencia I Por Carola Inés Posic
Número 130 I POSICiones cordobesas:
En torno a la ex Cárcel de Encausados I La construcción social del Paseo Güemes. I Por Carola Inés Posic
Número 129 I POSICiones cordobesas:
El Plan de Reordenamiento Territorial y Espacio Público de la Ciudad Universitaria de Córdoba I Un enfoque sistemático para la integración urbana de los equipamientos académicos. I Por Marcelo Corti c/ Carola Inés Posic
Número 127-128 I POSICiones cordobesas:
Planificar desde la inserción global I I Mundos Paralelos II. I Por Celina Caporossi c/Carola Inés Posic
Número 126 I POSICiones cordobesas
Mundos Paralelos I La comparación entre Australia y Argentina, entre la ficción y la realidad. I Por Celina Caporossi c/Carola Inés Posic
Número 125 I POSICiones cordobesas:
Los Barrios Parques tradicionales I ¿Decadencia o renovación? I Por Carola Inés Posic
Número 124 I POSICiones cordobesas
Tres ideas para Río Ceballos I Hacia la conformación de una Ciudad Parque. Por Celina Caporossi y Fernando Díaz Terreno (Estudio Estrategias)
Número 122-123 I POSICiones cordobesas
Después del apocalipsis… I ¿Puede el arte cambiar el mundo? I Por Carola Inés Posic
Número 121 I POSICiones cordobesas
Clorindo Testa y el galponcito argentino I De la tradición popular a la gran arquitectura I Por Celina Caporossi
Número 120 I POSICiones cordobesas
Algunas reflexiones después de la visita de Jordi Borja I Cómo producir ciudad en el nuevo contexto I Por Carola Inés Posic
Número 119 I POSICiones cordobesas:
“Sacar, poner, mantener” I Un balance de las obras en el área del FC Mitre. IPor Carola Inés Posic
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Las tres Cañadas I Preservar, consolidar y proyectar I Por Celina Caporossi y Marcelo Corti
Número 117 I POSICiones cordobesas
El poder de las palabras I Ciudad y sostenibilidad y Pepe Mujica en el Río + 20 I Por Carola Inés Posic
Número 116 I POSICiones cordobesas
Cerrando Barrios I El debate sobre la normativa que regula los barrios cerrados en Córdoba. I Por Carola Inés Posic
Número 115 I POSICiones cordobesas:
El Parque Tecnológico del Este I Pensar cómo crecer.I Por Carola Inés Posic
Número 114 I POSICiones cordobesas
Sobre la concepción de “lo público” I Una relectura del Diagnóstico para Córdoba de 1973. I Por Carola Inés Posic
Número 113 I POSICiones cordobesas
La sensación de un contrato roto I De ciudades, trenes, tormentas y catástrofes I Por Carola Inés Posic
Número 111/112 I POSICiones cordobesas
Norah Lange, la mirada transversal I O como reunir una biblioteca. I Por Carola Inés Posic
Número 110 I POSICiones cordobesas
Córdoba se va “de caravana” I … y vuelve hecha una urbe latina. I Por Carola Inés Posic
Número 109 I NUEVA SECCION: POSICiones Cordobesas
Renovarse es vivir I Las formas del crecimiento I Por Carola Ines Posic
Número 108 I NUEVA SECCION: POSICiones Cordobesas
¡Es tan difícil poder ver cine! I Habemus Papam y el Director desbordado. I Por Carola Inés Posic
Número 107 I NUEVA SECCION: POSICiones Cordobesas (I)
La paradoja de la conservación I El barco de Teseo encalla en las costas del Suquía I Por Carola Inés Posic
Número 107 I NUEVA SECCION: POSICiones Cordobesas (II)
Patrimonio y después I Miradas desde el sur. I Por Mariana Isabel Bettolli
Número 106 I NUEVA SECCIÓN: POSICiones Cordobesas
Los deseos de Villa El Libertador I Sobre barrios, elecciones y política I Por Carola Inés Posic
Número 105 | NUEVA SECCION – POSICiones Cordobesas
Belgrano de Alberdi: un pirata en primera I Fútbol y Ciudad I Por Carola Inés Posic
Número 104 | Planes y Política de las ciudades
El lugar de todos | Consideraciones sobre el área central de la ciudad de Córdoba | Fernando Díaz Terreno
Número 104 | Arquitectura y Política de las ciudades
Ciudad frágil, Peatonal frágil | Obras en Córdoba: ¿Ensañamiento o ignorancia? | Inés Moisset