En esta oportunidad, nuestro espacio de reflexión queda a cargo de Celina Caporossi, quien comenta la particular obra de un gran arquitecto argentino. Carola Inés Posic
Hace unos años se conoció un documental (que se encuentra en Internet con facilidad) sobre la vida de Louis Kahn. Se llama Mi Arquitecto, aunque es su sugestivo subtítulo –“El viaje de un hijo”- el que explica su punto de vista. Nathaniel, hijo natural de Kahn, reconstruye la vida del arquitecto ya fallecido desentrañando en esa búsqueda su propio origen como hijo. El primer entrevistado será ni más ni menos que Phillip Johnson, tal vez el encargado de recrear y sintetizar la cultura arquitectónica estadounidense del siglo XX. Casi en el comienzo de la película, un Johnson muy anciano, recortado sobre el fondo de su Glass House, recuerda a Kahn con el cariño que solo permite la proximidad. En muy pocas palabras nos dirá que a diferencia de PJ, que conseguía clientes por “números, fama y todo eso, Lou (Kahn) lo hacía para ser artista; estaba dedicado a trabajar en el arte”. Y para afirmar aún más su idea rematará con una frase síntesis: “Él era su propio artista, era libre comparado conmigo”.
Esta mirada sobre la profesión, que convierte a la arquitectura en un posible camino para el arte, parece habilitar un tipo de arquitecto que, devenida la condición de artista en cualidad, encuentra una forma de libertad expresiva desligada de las ataduras de modas y mercado. Más allá de la idealización de este arquitecto-artista libre de la convenciones para explorar caminos más personales y expresivos, es cierto que la “gran arquitectura” se acerca mucho a esa arquitectura exploratoria que logra perdurar su tiempo y ofrece, a aquellos lo suficiente sensibilizados, la posibilidad de vivir la “experiencia del espacio”. En este sentido, parece existir una diferencia entre esta “arquitectura de autor” y otra, mucho más reproductiva, funcionalista y de mercado, aún en sus mejores expresiones. Aunque la condición del arte en la arquitectura, como hecho cultural, encuentra su origen en un arquitecto que enfrenta el desafío individual de explorar su propio lenguaje, será el campo cultural donde se inscriba el que le da marco y tal vez razón (como P. Johnson entendiendo la sutil trascendencia de Kahn por sobre el resto de su generación).
Más acá en tiempo y espacio, el destino del arte en la creación arquitectónica vuelve como tema cuando se visita la obra de Clorindo Testa. Esa libertad que tanto envidiaba Johnson a Kahn se pone nuevamente de manifiesto en la obra de Testa, que invita con la misma libertad a recorrerla y, como toda experiencia con el arte, a ubicarnos en un lugar de exploradores, a ir tras el descubrimiento. Cuánto de arte y cuánto de arquitectura parece ser el juego de su obra, para comprobar que los dos, artista plástico y arquitecto, conviven casi en estado de gracia.
Si su arquitectura necesita “funcionar”, como las máquinas y los artefactos o los juguetes, a su vez muchos de los elementos cotidianos de nuestra cultura se nos devuelven representados y ordenados de una manera diferente y única en el espacio de Testa. Así, serán sus dibujos de arquitectura los que reproducen en sí mismos ese delicado equilibrio estético entre función y forma (basta estudiar esa sección increíble del Banco de Londres donde cada elemento de “uso” -baños, columnas, etc.- encuentra en ese espacio bi-dimensional su posición entre otros elementos que estructuran el espacio). El clasicismo formal -simetría, orden y remates- y su ruptura moderna -recorrido en movimiento, diagonales y tensiones- conviven despojados de todo dramatismo en el espacio de Clorindo, de una manera lúdica y relajada. Y su virtud es que todo exceso nos encuentra a nosotros, espectadores y usuarios, en el centro mismo de la escena arquitectónica. La escala, la diferencia entre el exterior arquitectónico y el espacio interior adquieren en la obra de Clorindo un componente fuertemente compositivo. Basta ver el carácter escenográfico de su arquitectura en el paisaje -urbano o abierto. Volúmenes, formas simples pero compositivamente complejas, elementos formales y el color de contraste. Casi escultura, la arquitectura es referencia para sí y para su entorno. Y Clorindo parece manejar a la perfección esa dualidad entre arquitectura, contexto y espectador.
Pero lo más atrayente de su obra es tal vez ese momento en que los elementos de la arquitectura y obra plástica encuentran su propia retórica y lenguaje. ¿Cómo hacer arte con aire acondicionado, ventilaciones o torres de servicio? ¿Cómo convertir chapas, caños y ladrillos en un espacio significativo? Algunas referencias parecen ineludibles: el Centro Pompidou con su estética de máquina lúdica, pero también, en otro orden muy distinto, Berni y su arte con chatarra y otros elementos cotidianos de nuestro mundo urbano. Como un Piazzolla de la arquitectura argentina, Clorindo Testa parece tomar esos elementos que conocemos de nuestra cultura constructiva popular para hacer con ellos arquitectura y arte.
Si su hormigón es urbano y expresivo, sus obras en la pampa o en la llanura retomarán la arquitectura rural de chapa y metal. Así, el tinglado -el galponcito argentino- ese sencillo sistema de vigas reticuladas y chapa devendrá en nuevas formas para alojar Bibliotecas o Auditorios; el silo devendrá en miradores y cada detalle se resignificará para convertirse en sí mismo en composición lúdica o elemento de diseño: gárgolas, canaletas, ventanas de chapa, etc. Todo está a la vista, cada elemento, caño, columna, aire acondicionado conviven y se componen, las formas se expresan y el espacio nos invita simplemente a que lo usemos. Sin embargo, cuando visitemos su obra, nos quedará como en todo arte la íntima sensación de que algún significado se nos escapa, que alguna otra imagen se pliega en su amable arquitectura.
CIP
Carola Inés Posic es comunicadora especializada en temas urbanos. Es corresponsal en Córdoba de café de las ciudades.
Celina Caporossi es Arquitecta, Docente Investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba. De su autoría, ver también en café de las ciudades:
Número 73 | Planes y Normativa de las ciudades
Planificación y crecimiento urbano en la ciudad de Córdoba | Acuerdos, disonancias y contradicciones | Celina Caporossi
Número 92 | Lugares
En busca del barrio | Reflexiones sobre San Vicente, en Córdoba | Celina Caporossi
Número 102 | Proyectos de las ciudades (II)
Articulación y conexión territorial en Catamarca | Propuesta para la integración urbana de la Nueva Terminal de Omnibus | Celina Caporossi, Marcelo Corti y equipo de proyecto
Número 103 | Proyectos de las ciudades
Proyecto 4 Plazas: renovación del eje central del barrio San Vicente en Córdoba | El barrio como unidad de gestión y planificación integral | Celina Caporossi
Número 118 | POSICiones cordobesas
Las tres Cañadas | Preservar, consolidar y proyectar | Celina Caporossi y Marcelo Corti
Las fotografías son de la autora y fueron tomadas en el Auditorio y la Biblioteca del Campus de la Universidad del Salvador en Pilar, proyectados por Clorindo Testa y Juan Fontana.
Sobre la obra de Clorindo Testa, ver también en café de las ciudades:
Número 98 | Arquitectura de las ciudades (I)
Testa revisited (joya, nunca Chandigarh) | El Centro Cívico y la Biblioteca Legislativa de Santa Rosa, en La Pampa | Marcelo Corti
Sobre la película “Mi arquitecto”, ver también en café de las ciudades:
Número 21 | Cultura
¿Vulgar o extraordinario? | Mies van der Rohe y Louis Khan (y sus obras) en el cine. | Mariona Tomàs
POSICiones anteriores:
Ver la presentación del número 104 y las notas:
Número 120 I POSICiones cordobesas
Algunas reflexiones después de la visita de Jordi Borja I Cómo producir ciudad en el nuevo contexto I Por Carola Inés Posic
Número 119 I POSICiones cordobesas:
“Sacar, poner, mantener” I Un balance de las obras en el área del FC Mitre. IPor Carola Inés Posic
Número 118 I POSICiones cordobesas
Las tres Cañadas I Preservar, consolidar y proyectar I Por Celina Caporossi y Marcelo Corti
Número 117 I POSICiones cordobesas
El poder de las palabras I Ciudad y sostenibilidad y Pepe Mujica en el Río + 20 I Por Carola Inés Posic
Número 116 I POSICiones cordobesas
Cerrando Barrios I El debate sobre la normativa que regula los barrios cerrados en Córdoba. I Por Carola Inés Posic
Número 115 I POSICiones cordobesas:
El Parque Tecnológico del Este I Pensar cómo crecer.I Por Carola Inés Posic
Número 114 I POSICiones cordobesas
Sobre la concepción de “lo público” I Una relectura del Diagnóstico para Córdoba de 1973. I Por Carola Inés Posic
Número 113 I POSICiones cordobesas
La sensación de un contrato roto I De ciudades, trenes, tormentas y catástrofes I Por Carola Inés Posic
Número 111/112 I POSICiones cordobesas
Norah Lange, la mirada transversal I O como reunir una biblioteca. I Por Carola Inés Posic
Número 110 I POSICiones cordobesas
Córdoba se va “de caravana” I … y vuelve hecha una urbe latina. I Por Carola Inés Posic
Número 109 I NUEVA SECCION: POSICiones Cordobesas
Renovarse es vivir I Las formas del crecimiento I Por Carola Ines Posic
Número 108 I NUEVA SECCION: POSICiones Cordobesas
¡Es tan difícil poder ver cine! I Habemus Papam y el Director desbordado. I Por Carola Inés Posic
Número 107 I NUEVA SECCION: POSICiones Cordobesas (I)
La paradoja de la conservación I El barco de Teseo encalla en las costas del Suquía I Por Carola Inés Posic
Número 107 I NUEVA SECCION: POSICiones Cordobesas (II)
Patrimonio y después I Miradas desde el sur. I Por Mariana Isabel Bettolli
Número 106 I NUEVA SECCIÓN: POSICiones Cordobesas
Los deseos de Villa El Libertador I Sobre barrios, elecciones y política I Por Carola Inés Posic
Número 105 | NUEVA SECCION – POSICiones Cordobesas
Belgrano de Alberdi: un pirata en primera I Fútbol y Ciudad I Por Carola Inés Posic
Número 104 | Planes y Política de las ciudades
El lugar de todos | Consideraciones sobre el área central de la ciudad de Córdoba | Fernando Díaz Terreno
Número 104 | Arquitectura y Política de las ciudades
Ciudad frágil, Peatonal frágil | Obras en Córdoba: ¿Ensañamiento o ignorancia? | Inés Moisset