N. de la R.:
Iniciamos con esta nota la publicación de diversas
experiencias o propuestas que en distintas épocas y lugares promovieron
(o promueven) el rechazo a la vida en las ciudades, a fin de demostrar
cuan bárbara y peligrosa es esa tendencia. El orden de presentación
es aleatorio; no sigue criterios cronológicos, espaciales ni jerárquicos.
Los lectores pueden sugerir urbanofobias a cartas@cafedelasciudades.com.ar

“Desurbanizá tu vida en cinco minutos”
La
“isla privada” Colony Park
es un proyecto de viviendas ubicado en Tigre, Buenos Aires, sobre
una isla perteneciente al Delta del Río Paraná. La publicidad
del emprendimiento promete a los compradores el acceso
a la isla desde transbordadores de lujo ubicados en la cabecera
continental del municipio, “sin bajarse de su vehículo”, para
luego acceder a “la puerta de cada propiedad” a través de la red
vial propia (a pesar de que la primera frase de presentación del
emprendimiento invita con un “desurbanizá
tu vida en 5 minutos”, más adelante se lee que el proceso real
de transbordo lleva en realidad unos 15 minutos). Entre otros
servicios a los residentes, se ofrecen un supermercado, shopping
mall, dos escuelas, primeros auxilios, helipuerto, canchas de
golf y transporte interno para el personal.
Con
una especie de acto fallido, se menciona entre la infraestructura
del emprendimiento el aislamiento de la isla mediante un “perímetro
de agua de 30
metros de ancho, sin acceso por tierra”,
cuando en realidad tal situación pareciera describir la ausencia de infraestructuras de conexión… Habrá un sistema de vigilancia
permanente y en las 300 hectáreas de superficie del proyecto solo
se implantarán 980 parcelas, frentistas
al río y a las lagunas interiores.
Tras
recibir numerosas críticas y denuncias de entidades ambientales
y vecinales que cuestionan los impactos negativos del emprendimiento
sobre el sistema hídrico del humedal paranaense, las obras en
marcha del emprendimiento fueron clausuradas el pasado mes de
junio por la Municipalidad de Tigre,
cuyas actuales autoridades consideran que los permisos obtenidos
por los desarrolladores durante la gestión precedente estarían
viciados de irregularidad.

Camboya,
año cero
Como
los desarrolladores de Colony Park, el líder de los Khmer
Rojos de Camboya también alentó en su momento la rápida desurbanización de su país. Nacido como Saloth
Sar, Pol Pot estudió radio-técnica en París durante los años ’50, y
al retornar a Camboya fundó esa facción que predicaba una extrema vuelta de tuerca a la concepción maoísta de hacer la revolución
“del campo a las ciudades”. Los Khmer Rojos tomaron el poder en
1975, luego de años de destrucción de la base económica nacional
(una economía agraria prácticamente de susbsistencia)
por los bombardeos estadounidenses. Inmediatamente ordenó una
reconstrucción completa de la cultura camboyana, que incluyó el
cambio de calendario (retrotraído al “año cero”) y el abandono
de toda forma de cultura urbana, incluyendo la religión y la moneda. El régimen ordenó
inmediatamente el completo
abandono de Phnom Penh y el resto de
las ciudades, con dos objetivos: por un lado, escapar a los
posibles bombardeos vietnamitas (que fue el argumento para forzar
la rápida evacuación de sus habitantes), pero más importante,
dotar de mano de obra abundante
a las obras de irrigación y los cultivos de arroz que constituirían
la base de una nueva economía socialista. Profesionales, comerciantes,
maestros y todo tipo de habitantes urbanos, sin ningún conocimiento
sobre las técnicas campesinas, fueron obligados a trabajar en
durísimas condiciones, sometidos a jornadas inacabables y al maltrato
constante. Los intelectuales, una categoría que incluyó desde
docentes y periodistas hasta simplemente gente que sabía algún
idioma extranjero o usaba anteojos, fueron considerados enemigos
del régimen y encerrados en campos de exterminio, sometidos a
torturas, procesos de “reeducación” y, como final casi inevitable,
su asesinato.
Aun
con el aporte masivo de mano de obra esclavizada, la
“revolución campesina” fue un fracaso y las cosechas de arroz
no alcanzaron para satisfacer las necesidades del pueblo. Entre
masacrados, desaparecidos y afectados por el hambre y el maltrato,
murieron alrededor de 2 millones de personas sobre una población
de siete millones. Pol Pot
fue derrocado en 1979, tras la invasión vietnamita; refugiado
con sus Khmer Rojos en la selva, fue capturado en 1997 y murió
un año después.

Encapsulados
La
“desurbanización” también puede practicarse “hacia adentro”…
En Visionary Power,
catálogo de la
Bienal de Arquitectura de Rótterdam de 2007,
Lieven de Cauter y Michiel Dehaene sostienen, al presentar su hipótesis de una dualización
entre la hiper-arquitectura de los enclaves
incluidos y la infra-arquitectura de
los ghettos de exclusión (cuyo ejemplo más extremo es el campamento
de refugiados) que los lujosos jeeps
y camionetas todo terreno “que invaden nuestras ciudades, son una clara
alegoría de la capsularización o, incluso,
la militarización del espacio urbano”,
configurando una suerte de unidades plug-in, autosuficientes.
Una
publicidad
reciente para el Citroen C4
ejemplifica a la perfección está hipótesis. Kiefer
Sutherland y la actriz argentina Araceli
González recorren a bordo de su camioneta una São
Paulo vacía y silenciosa; cuando la mujer abre la puerta y entresale
a la calle para verificar que es lo que está ocurriendo, una hipérbole
de la vida megalopolitana se desarrolla
a su alrededor: bocinazos, discusiones, agresividad, caos
generalizado, dos autos que se proyectan volando sobre la
multitud y un edificio que se cae, restituyen la imagen caótica
y desesperanzada de la metrópolis. Que es
la imagen que la publicidad de automóviles desarrolla en general
sobre la ciudad: hace algún tiempo un aviso publicado en los “suplementos
de countries” de los diarios proponía que “lo bueno de la ciudad
es que eventualmente termina”; hoy un cartel callejero sostiene
que “la ciudad tiene un buen lejos”.
CR
Carmelo Ricot es suizo y vive en Sudamérica,
donde trabaja en la prestación de servicios administrativos a
la producción del hábitat. Dilettante,
y estudioso de la ciudad, interrumpe (más que acompaña) su trabajo
cotidiano con reflexiones y ensayos sobre estética, erotismo y
política.
Un antecedente de las Urbanofobias en café
de las ciudades, con referencias al rock argentino
y a la curiosa “sociología urbana” de Ezequiel Martínez Estrada:
Número 54 I Cultura de las ciudades
La metáfora
babilónica I “Buenos Aires en llamas”. I Mario L. Tercco
De Carmelo Ricot, ver Proyecto Mitzuoda(c/Verónicka Ruiz)
y sus notas en números anteriores
de café
de las ciudades, como por ejemplo:
Número 69 I La mirada del flâneur
Mentholiptus I Abolir el deseo y la esperanza I Por Carmelo Ricot
Número 68 I La mirada del
flâneur
La temperatura
del infierno I Escritos fronterizos I Por Carmelo
Ricot
Número 64 I La mirada del flâneur (II)
Beyond Beyoglu I Tajos, cuestas y
contrafrentes I Carmelo Ricot
Número 40 I La mirada del flâneur
La Juventud Alegre I Inicio de un viaje. I
Carmelo Ricot