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    > Año 10 / Número 106 / Agosto 2011        > REVISTA DIGITAL / Aparece el primer lunes de cada mes
Número 9
"El derecho a la vivienda"
Reflexiones, análisis y políticas
urbanísticas en torno a la vivienda.

Curso“Gestión de la ciudad: Movilidad espacio público y medio ambiente”
(UOC-CPAU-UNNE-CdlC)
En marcha

(+INFORMACIÓN)

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Arquitectura de las ciudades

Salamone Tour

Ruteras (I) I Por Carmelo Ricot y Carola Inés Posic

A Stella Escandell, admiradora de Salamone.

 

La entrega se hizo finalmente en Coronel Suárez. El contacto del Capo recibió su parte y se retiró tras algunos comentarios banales; Carola  y yo nos quedamos charlando un rato con el Capo, más tranquilo que lo habitual. Nos habló de las colonias de alemanes del Volga, en las afueras del pueblo. “Los tipos construyen alrededor de una calle larga. Cuando la población crece no se extienden ni se elevan: arman otra calle paralela a 500 metros, los contrafrentes se cultivan, y así van creando una colonia tras otra”. Nosotros volvíamos a Buenos Aires, a reinvertir lo ganado. Nos cansaba la mera idea de hacer los 800 kilómetros en otro tirón igual al del día anterior; el Capo dejó los croquis de las colonias y nos sugirió pasar por algunas obras de Salamone en el camino. Carola y yo nos miramos y acordamos al toque, como se dice.

 

A fines de la década de 1930, gobernaba la provincia el conservador Manuel Fresco. Simpatizante del fascismo y consciente de las ventajas propagandísticas de la obra pública, encargó al Ingeniero y Arquitecto Francisco Salamone la realización de una serie de edificios públicos de mediana envergadura en el interior provincial. Sedes municipales, mataderos, portales de cementerios y diversas piezas ornamentales fueron construidos por Salamone en una muy personal versión del Art Decó. La mayoría de las obras se levantó en pequeñas ciudades, centros de servicio de la infinita llanura pampeana, lugares en general de escasa conectividad con las grandes rutas argentinas. La propia particularidad de la arquitectura de Salamone aseguró su posterior popularidad, incluso en ámbitos no disciplinarios. Es habitual que algún amigo o amiga nos pregunte, o incluso nos pida información sobre la obra “salamonica”. Más raro es encontrar a alguien que la haya recorrido personalmente. Por eso nos gustó la propuesta del Capo, por eso nos desviamos de la ruta que hubiera correspondido tomar si la menor distancia hubiera sido nuestro único criterio.

Dice con mucha razón Heinrich Böll que, al contrario de lo que se piensa, la llanura no amplia la visual del observador sino que la acota, porque lo que se ve es lo que lo rodea a uno en unos pocos centenares de metros. La pampa suma la brutalidad del infinito y su historia de conquista, de agrimensores y estancieros.

 

En Sierra de la Ventana vimos una obra del Capo, una casa bien plantada sobre un terreno en pendiente. Apenas saliendo, Saldungaray es un pueblito perdido entre las sierras. Al final de una calle ancha que sigue hacia la ruta, una gigantesca ochava asoma entre la arboleda, es la entrada al cementerio. Es un arco de 10 o 12 metros de altura, que completa en su parte inferior una circunferencia casi perfecta. Inscripta en la figura, un Cristo doliente. Ese portal sigue siendo, por mucho la construcción más alta del pueblo. Sus contrafuertes anidan salas administrativas y cámaras de nichos. Hacia el interior, carece de cualquier tratamiento y solo ofrece una pared desnuda. Las tumbas de Saldungaray no necesitan renovación: solo muere cada tanto la poca gente que vive en el pueblo. Además de la bóveda de los Saldungaray y un par de familias importantes,  las tumbas hablan con epitafios añosos y fotos descoloridas. Nuestra favorita resulta ser una especie de construcción orgánica con una enredadera sostenida por una liviana estructura de alambre.

Desde la ruta, la torre de la Municipalidad de Coronel Pringles cierra la perspectiva del acceso, a unos 3 kilómetros de la ruta 51. Nuevamente es un contrafrente ciego, mientras que la fachada del oeste es la principal. El palacio municipal se levanta en una plaza que abarca dos manzanas y está cruzada en forma perpendicular por un boulevard; tanto la plaza como la rambla central tienen el motivo de las baldosas en movimiento que luego se repetirá en Azul.

El edificio tiene dos niveles útiles: la planta baja con la mayoría de los accesos y las oficinas de los funcionarios más importantes en un piso alto reducido en relación al inferior, pero completado virtualmente con una suerte de pérgolas o contrafuertes. Con esa altura ya sería el edificio más alto de la ciudad, salvo por supuesto la iglesia, quizás algún banco o sociedad de inmigrantes y, desde hace algunas décadas, un irrelevante  edificio de vivienda colectiva. Muchas casitas del pueblo repiten a su modo los motivos Art Decó del palacio.

 

Toda la provincia de Buenos Aires al sur del Salado está dividida con una escuadra de 45 grados. Las serranías del sur son apenas una extrusión del plano, la excepción que confirma la regla. Lo verdaderamente infinito es el cielo. Los atardeceres son arte.

Llegamos a Olavarría al atardecer y en pocos minutos a Azul por una extraña autovía, que conecta el TAO (Tandil, Azul y Olavarría). La ciudad es próspera y la zona comercial alegró la tarde de Carola, con multitud de soluciones para todos los requerimientos de un viajero. El Gran Hotel tiene dos tipos de habitaciones: con baño nuevo y con baño sin renovar, más baratas. Chequeamos ambas y elegimos la más económica. Cena en una parrilla, a la vuelta del hotel, y a descansar. Al otro día, desayuno al lado de la memorable ventana de la confitería del Gran Hotel, una fenêtre corrida de tres paños que domina toda la plaza desde la Catedral al Palacio Municipal. El mapa turístico municipal nos sorprende con muy buena y precisa información sobre el Circuito Salamone: el recorrido se podría hacer con solo ese material.

De la Plaza nos gustaron los copones floreros de 3 metros de alto y el perturbador piso “móvil” de baldosas vainilla: con el uso inédito de un material convencional y accesible, Salamone consigue un efecto óptico que, nuevamente, interpela la forzada parsimonia del paisaje natural-cultural (imposible para Carmelo no recordar la extrañeza infantil ante las ambigüedades ópticas de los mosaicos calcáreos en las primeras casas de patio que conoció en Luján). Los bancos, las farolas y el pedestal del monumento a San Martín completan el arsenal de diseño salamónico para la plaza del pueblo.

 

Del portal del cementerio se destaca la estatua del Angel Exterminador (geométrica, perturbadora, inhumana) recortada contra un gigantesco RIP, con letras de 10 metros de alto y uno de espesor de línea. Enfrente, las casitas de planta baja y techo de chapa contemplan intimidadas la bravuconada del arquitecto.

 

En el acceso al pueblo, pocos rastros del Arquitecto; las letras de la palabra AZUL remiten a la tipografía Art Decó. Salamone encargó a un escultor el Cristo crucificado (el acceso es además estación del Vía Crucis pascual): por algún motivo (en este caso el tamaño importa) la escala no satisface la expectativa con que veníamos.

Por el antiguo camino a Tandil se llega al Matadero, hoy estación apícola. Emociona el cartel ilustrativo en medio del campo. La torre, obviamente sobredimensionada para el lugar y la función, está impecable en su respuesta constructiva, solo necesitaría una pintada. El edificio en cambio ha sufrido algunos cambios menores. También están impecables las torres de acceso al Parque Ameghino, en una ochava enfatizada por el giro de la trama urbana.

La obra de Salamone parece eterna por su propia idoneidad técnica, pero también por una voluntad original en la estrategia de confrontación con una naturaleza “no natural”.

A Salamone le encargan enfrentarse con el infinito y sale airoso. La respuesta combina audacia, tamaño y oportuna elección del estilo. Es local, pero no localista. Las obras de Salamone interpelan a un paisaje definido por las dimensiones con una arquitectura sobredimensionada. Crean un lenguaje propio y reconocible y cumplen su mandato con dignidad. En términos futbolísticos, Salamone consigue un buen empate de visitantes, en una cancha donde nadie se había animado. No crea un modelo para que nadie lo siga, y esa es su debilidad y su fortaleza al mismo tiempo. Ya en la ruta, rumbeando por la 51 a Saladillo y “La parrilla de Miguel”, coincidimos en que a nadie que conozcamos le disgusta Salamone (aunque excesiva y casi grandilocuente, aunque pegada a un político deplorable, aunque fuerce los programas, aunque incomoden sus contrafrentes ciegos…): a algunos les atrae la “originalidad”, otros en cambio respetan simplemente la tenacidad siciliana del Arquitecto en su desafío con la Pampa.

CR y CIP

 

Carmelo Ricot es suizo y vive en Sudamérica, donde trabaja en la prestación de servicios administrativos a la producción del hábitat. Dilettante y estudioso de la ciudad, interrumpe (más que acompaña) su trabajo cotidiano con reflexiones y ensayos sobre estética, erotismo y política. De su autoría, ver Proyecto Mitzuoda (c/Verónicka Ruiz) y sus notas en números anteriores de café de las ciudades, como por ejemplo Urbanofobias (I) en el número 70,  El Muro de La Horqueta (c/ Lucila Martínez A.) en el número 79, y Turín y la Mole en el número 105. Ver también la entrevista de Mario L. Tercco en la Terquedad de este número.

Carola Inés Posic es comunicadora especializada en temas urbanos. Es corresponsal en Córdoba de café de las ciudades: ver la presentación del número 104 y la nota Belgrano de Alberdi: un pirata en primera, que inaugura la sección POSICiones Cordobesas, en el número 105.

 

Sobre la obra de Francisco Salamone, ver la buena reseña de Pedro Stancanelli en el sitio Turismo en Azul y el relevamiento fotográfico en el blog de Alejandro Machado.

 

Proyectos de las ciudades
Porto Maravilha y sus fuentes
El proyecto de Jáuregui y Machado&Silvetti para Río de Janeiro 2016 I Por Marcelo Corti

En un café del Barrio Norte de Buenos Aires, Jorge Jáuregui me explica los modelos de desarrollo urbano de alta densidad que explican su proyecto ganador para el segundo sector del Proyecto Olímpico de Río de Janeiro, el Porto Maravilha, desarrollado por su oficina Atelier Metropolitano en conjunto con el estudio bostoniano de Rodolfo Machado y Jorge Silvetti. Uno es el propio Barrio Norte: un zócalo comercial y gastronómico continuo, con bares y tiendas de la más variada oferta, preferiblemente en calles arboladas, sobre el que emergen edificios de vivienda colectiva en distintas alturas. Todo lo necesario para la vida cotidiana está disponible con una breve caminata, las redes de transporte público son (o podrían ser) accesibles y eficientes. El otro es la megaciudad japonesa, con redes de transporte que superponen a distintos niveles ferrocarriles y avenidas, nuevamente con el zócalo comercial. De esta línea corren paralelas franjas de residencialidad barrial de densidad decreciente, terminando en una periferia de casitas con jardín a pocos cientos de metros del eje de movilidad. Las imágenes del proyecto evocan alternativamente estos modelos en un lenguaje contemporáneo genérico, no exento de cierta adecuada exuberancia carioca.

Política de las ciudades
Un sistema de transporte insuficiente y selectivo
Una ciudad que se disuelve en fragmentos I Por Artemio Pedro Abba

Los problemas crónicos de movilidad en el Ferrocarril Sarmiento, que no han tenido una respuesta integral en las últimas décadas, han generado en los últimos años reiterados hechos violentos que incomunicaron la subregión Oeste de la Buenos Aires Metropolitana. El sistema de movilidad en la gran ciudad permite la existencia misma de este modo de instalación humana en el territorio y sin una oferta de transporte universal en volumen y calidad que permita el traslado cotidiano de la población a sus lugares de trabajo y consumo de bienes y servicios, la ciudad es inviable.  Ni la descentralización a ultranza, generando unidades o zonas autónomas dentro de la gran ciudad o una desconcentración compulsiva de funciones centrales que requieren la contigüidad con otras funciones semejantes y que generan, a su vez, nuevos demandas de movilidad. Se requiere una organización integrada de actividades localizadas y flujos que compatibilicen movilidades verticales y horizontales interzonales así como los movimientos locales intrazonales.

 
Una confusión cotidiana
Kafka en la autopista I Por Mario L.Tercco

En el peaje nos dijeron que volviéramos por el primer puente, a la derecha.  Por allí se entra al nuevo y gigantesco shopping Tortugas Mall, que bordeamos durante varios centenares de metros en nuestro camino (no tiene sentido hablar de cuadras, porque no las registramos como tales). Llegamos así a un punto donde se acaba el asfalto y confluyen los camiones que abastecen el shopping. Siguiendo o creyendo seguir las indicaciones de la chica en el peaje, continuamos por la misma calle, ahora de tierra y bordeada de un típico loteo no consolidado del Gran Buenos Aires. Unos chicos caminaban llevando una bordeadora. A poco de andar comprendimos que nos habíamos equivocado nuevamente, porque el camino se cortaba contra la entrada de un country. Seguí andando de todos modos, pensando que en la guardia nos podrían indicar el camino extraviado. En el portal de entrada, dos guardias en un auto de seguridad hablaban algo con otro de a pie. Cuando llegamos el auto se fue y quedó el muchacho de a pie, quien nos orientó para seguir: deberíamos haber doblado a la derecha al llegar al cruce donde salían los camiones. Agradecí y volví; al retomar miré con un poco más de atención el paisaje.

 
Veracruz, conflictos y danzones
Fragmentos de Ciudad para Armar (V) I Por Maria Berns

Era pequeño, se vivía muy bien, la gente era confiada, se podía cerrar la puerta de la casa con longaniza y el perro no se la comía. Se jugaba en la calle, la familia vivía por Villa del Mar, en una de las bocacalles, entre 16 de septiembre y Gómez Farías. Por un tiempo, Veracruz no creció, había capital pero la gente no era de invertir. Cuando yo era presidente de la Cámara de Comercio, la gente de Monterrey me decía: los veracruzanos tienen mucho capital pero con lo que tienen en el banco nosotros lo pedimos prestado y montamos empresas. Eso fue cambiado. Pero, gente de fuera: cordobeses, oribaceños, poblanos, y algo de la gente de Veracruz son quienes invirtieron y renovaron Veracruz. Algunos gobernadores impulsaron las inversiones, empezó Agustín Acosta Lagunes, lo siguió Dante Delgado y la misma gente fue respondiendo. Después de conocer el centro de convenciones Guadalajara, el grupo Cámara de Comercio le propusimos a Dante Delgado algo similar y dijo: “tienen razón, muchachos, les apoyo, consigo el terreno”,  y nos consiguió el terreno.

 
Los deseos de Villa El Libertador
Sobre barrios, elecciones y política I Por Carola Inés Posic

En este contexto se entiende el reciente pedido de un grupo de vecinos -que llegó a recolectar más de 4500 firmas- para solicitar ante la Legislatura Cordobesa la “independencia” del populoso barrio Villa El Libertador. Los barrios que reúne el CPC (Centro de Participación Comunitaria) de Villa El Libertador suman unos 120.000 habitantes, lo que lo convierte en uno de los distritos más poblados de la provincia después de Córdoba Capital. El barrio Villa Libertador tiene un curioso origen cuando en la década del `30 el señor Forestieri, dueño de una sastrería en pleno centro de la ciudad de Córdoba, pone en marcha un plan de promoción y regala con sus trajes un lote en esas tierras periféricas. En poco tiempo se consolidó la Villa para conformarse como un nuevo Barrio-Pueblo, que por su distancia -a 8 kilómetros del centro- quedaría en el futuro fuera de la Circunvalación. Como todo el arco sur de la ciudad, será un barrio fuertemente definido por la Córdoba Industrial de las décadas del `50-`60; así, la instalación de las industrias Kaiser -hoy Renault- será determinante en su consolidación como barrio obrero y popular.

Una mirada arrabalera a Buenos Aires I Columna a cargo de Mario L. Tercco.

En este número: Terquedad Ricotista (elecciones, música popular, tierra urbana y dilemas políticos en una entrevista con Carmelo Ricot)

 

Un retroceso ¿muchas preguntas?: el Movimiento Giros analiza la elección santafesina.

 

Encuentros, Jornadas, Seminarios, Congresos: Debate en la UNGS sobre el proyecto de Ley de Promoción del Hábitat Popular - Territorio, turismo y sostenibilidad, en San José de Costa Rica - Curso de especialización Innovación y Desarrollo, en la Di Tella - Lógicas de producción y reproducción de las ciudades, en Mendoza - Paisaje Industrial, en Sevilla - Coloquio Injaviu 2011, “La Dignidad Humana en la Ciudad Latinoamericana”, en Bogotá - Jornada de Intercambio Internacional en Egipto - Congreso Latinoamericano de Ecología Urbana, en la UNGS - X Congreso Argentino de Antropología Social Convocatorias y Concursos: Mujeres y Derecho a la Tierra y a la Vivienda - Vivienda Sustentable en Iberoamérica - Great Places, en tu ciudad - Cuaderno Urbano - Becas Fundación Carolina 2011- 2012 - EURE - Quid 16, Revista del Gino Germani - Urbe, revista de gestión urbana - Convocatoria de RIUrb - Revista Iberoamericana de Estudios Municipales Cursos y programas académicos: Master Laboratorio de la Vivienda del siglo XXI, en la UPC - Magister en Gestión del Patrimonio Histórico y Cultural, en Madrid Exposiciones y muestras: Visit as art, María Berns en Veracruz - Centro Cultural Nómade, en Proa Noticias y publicaciones: Buenos Aires - El Poder de la Anticipación, por Margarita Gutman - Para-formal - Lugar y Sociedad - Planificación, diseño y gestión participativa del paisaje - El autor y el intérprete. Le Corbusier y Amancio Williams en la casa Curutchet - Miserias del fútbol en Río y en Argentina.

 

 

 

 


 

> ACERCA DE CAFÉ DE LAS CIUDADES

café de las ciudades es un lugar en la red para el encuentro de conocimientos, reflexiones y miradas sobre la ciudad. No es propiedad de ningún grupo, disciplina o profesión: cualquiera que tenga algo que decir puede sentarse a sus mesas, y hablar con los parroquianos. Amor por la ciudad (la propia, alguna en particular, o todas, según el gusto de cada uno), y tolerancia con las opiniones ajenas, son la única condición para entrar. Hay quien desconfía de las charlas de café: trataremos de demostrarle su error. Nuestro café está en cualquier lugar donde alguien lo quiera disfrutar, pero algunos datos ayudarán a encontrarlo. Estamos en una esquina, porque nos gustan los encuentros, y porque desde allí se mira mejor en todas las direcciones. Tenemos ventanas muy amplias para ver la vida en las calles, y no nos asustan sus conflictos. Es fácil llegar caminando a nuestro café, y por eso viene gente del centro y de todos los barrios (sí alguien prefiere un ambiente exclusivo, que se busque otro lugar). No faltaran datos sobre cafés amigos, porque nos gusta andar de bar en bar: ¿cómo pedirle a los parroquianos que se queden toda la noche en el nuestro? Esa es la única cadena a la que pertenece el café de las ciudades: la de todos los cafés únicos e irrepetibles, en cualquier esquina de cualquier ciudad.

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Editor y Director: Marcelo Corti
Diseño:
Laura I. Corti
Corresponsal en Buenos Aires: Mario L. Tercco

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